Powered By Blogger

jueves, 25 de junio de 2020

Percepción y observación sobre COVID-19 en Perú

Presentaré un ejercicio visual para diferenciar la percepción (primer conocimiento del COVID-19 por medio de las impresiones que comunican los sentidos) y la observación (análisis con mucha atención y detenimiento para adquirir algún conocimiento sobre el comportamiento o características asumidas por el COVID-19) en Perú.
Ya en anteriores exposiciones pude explicar en detalle, la distorsión que ejerce la data levantada en Lima -Callao, sobre la información global del país.    
Seguidamente me apoyaré en reportes gráficos difundidos por el CSSE  de la Universidad de Johns Hopkins y el diario El Comercio y la sala situacional del Ministerio de Salud del Perú, con los cuales se podrá observar que la lucha contra el COVID-19 en Lima-Perú demandará esfuerzos conjuntos de largo aliento.
CASOS CONFIRMADOS DE 268.602 INFECTADOS CON COVID-19
CURVA LOGARÍTMICA EN EL PROCESO CON CONFINAMIENTO OBLIGATORIO
CASOS DETECTADOS DIARIAMENTE CON COVID-19

CASOS DIARIOS
MORTALIDAD E INCIDENCIA POR 100 MIL HABITANTES

MUERTES REPORTADAS POR MINSA SEGÚN FORMATO OMS ( HOY 8.761)

21.145 MUERTES ADICIONALES REPORTADAS POR SINADEF-PERU 
COMERCIO INFORMAL QUEBRANDO CUARENTENA EN LIMA-PERU

Existe evidencia de que la transmisión viral de persona a persona se ha producido entre contactos cercanos desde inicios de marzo del 2020. Se requerirán esfuerzos conjuntos considerables para reducir la transmisión mitigando las aglomeraciones en transporte público y la informalidad en otros lugares de concentración de personas.

Agenda pendiente


No está controlada el brote epidémico en Perú, por lo que no sería adecuado hablar de rebrote en determinados lugares de su territorio.  Es preciso reforzar acciones para reducir la transmisión en poblaciones en riesgo e indagar científicamente lo que está sucediendo con los 156.074 recuperados de la enfermedad infecciosa COVID-19.
BINOMIO TRANSPORTE PUBLICO E INFORMALIDAD EN LIMA-PERU

viernes, 19 de junio de 2020

Círculo vicioso insostenible del sector sanitario en Perú

Los monopolios -en latinoamérica y particularmente en Perú- no son malos lo que definitivamente no resulta apropiado es el conjunto de acciones anticompetitivas que conlleven a sostener el monopolio en el tiempo. Perú, al 19 de Junio del 2020 se coloca entre los siete países del planeta con mayor casos confirmados con COVID-19 según el CSSE de la universidad Johns Hopkins, hecho que ilustra la gravedad del impacto de la pandemia en este país. El artificio creado por la emergencia sanitaria soslayando subsidiariamente la actividad empresarial del Estado, directa o indirecta, por razón de alto interés público o de manifiesta conveniencia nacional, se pone en evidencia. 
Sobre el particular, un descarnado reporte del Washington Post bajo el título "La increíble traición de los negocios sanitarios en el Perú" se ocupa del problema vigente en los siguientes términos:
"En el Perú, el sector sanitario privado parece haber hecho suya la paparruchada insostenible que repetía hace unos días una mediática periodista local en Twitter: “El afán de lucro mueve al mundo”, para mostrar su cara más inhumana. Los sucesivos escándalos protagonizados por clínicas, farmacéuticas y proveedores de insumos sanitarios, todos de capital privado, han dejado en claro, además, que el modelo liberal del “sálvese quien pueda (pagarse el seguro privado)”, también es una falacia, porque cuando más las necesitaban, estas empresas han cometido un pecado mortal en el ideario libremercadista: han traicionado a sus propios clientes.
Una historia de capitalismo global, como cualquier otra: en 1986, en Lima, se crea un barrio llamado Las Torres de Limatambo —algo parecido a lo que se conoce en Europa como viviendas de protección oficial o the projects en Estados Unidos—. La flamante farmacia de mi barrio, se llamaba Botica Torres de Limatambo (conocida después como BTL). Durante los 90, ese negocio familiar prosperó hasta convertirse en una cadena importante de farmacias en la ciudad. En 1999 la cadena fue vendida a la multinacional israelí Teva Pharmaceutical Industries, que en 2011 se la vendió al grupo Quicorp, que a su vez fue absorbido en 2018 por el grupo Intercorp que hoy controla el 95% de las farmacias del país —además de uno de los principales bancos, supermercados, cadenas de cines, aseguradoras, restaurantes de comida rápida, hoteles, universidades y colegios— y está liderado por el hombre más rico del Perú, Carlos Rodríguez Pastor, cuya fortuna según la revista Forbes está valorada en más de 4,000 millones de dólares.
Durante la pandemia, muchas farmacias pertenecientes a Intercorp, como BTL, han tenido un papel nefasto especulando, ofreciendo como primera opción medicamentos genéricos de sus propias marcas o encareciendo sus precios ya que el gobierno del Perú no puede, constitucionalmente, regular dichos precios —la Constitución peruana vigente fue promulgada durante el gobierno del dictador Alberto Fujimori en 1993—. De hecho, el gobierno actual ha tenido que adoptar una serie de medidas de emergencia para intentar frenar la voracidad de estas empresas. Por ejemplo, un decreto de urgencia para obligarles a proporcionar al Estado información real sobre sus stocks y sus precios de venta al público. Pero las farmacias son solo un eslabón más de la cadena de la salud privatizada.
Un informe del Instituto Nacional de Salud de Perú, fechado el 29 de mayo, concluyó que clínicas privadas habían hecho cobros irregulares a sus pacientes por las pruebas moleculares para la detección del COVID-19 que el propio instituto realiza gratuitamente. Los cobros de las clínicas se justifican, según recibos, en el material de recogida de la muestra (como guantes o mascarillas descartables) por el que en algunos casos han llegado a cobrar a sus clientes casi 600 soles (unos 170 dólares). Por otro lado, el superintendente de la Superintendencia Nacional de Salud, Carlos Acosta, explicó en un canal nacional que se está realizando un informe al respecto, que involucra a 136 clínicas privadas del país. Todo ello mientras la gente adquiere con ellas deudas millonarias para pagar el tratamiento, muchas veces infructuoso, de sus familiares.
Y en este juego entran, además de las clínicas y las farmacéuticas, las aseguradoras —que, como señala esta investigación del portal Ojo Público, han llegado a elevar hasta en 20% los costos de sus pólizas durante la pandemia—, y los proveedores de insumos tan básicos como el oxígeno medicinal. Esto último es especialmente lacerante en un país en el que la producción de este gas está también monopolizada por dos empresas, Linde y Air Products, a través de varias subsidiarias. Ambas empresas no solo ya habían sido sancionadas en el pasado por monopolizar la producción de oxígeno medicinal en el país, sino que, según señala un informe de la Defensoría del Pueblo, una vez desatada la pandemia habrían también elevado los precios del producto mientras la gente moría, literalmente, por falta de oxígeno.
Ante este panorama cabe preguntarse no ya si es ético dejar la salud y el bienestar de las personas en manos de capitales privados cuya finalidad es, naturalmente, el beneficio económico y no la vida —en el Perú, el gerente de una Administradora Privada de Pensiones, dijo públicamente que “desgraciadamente cada vez vivimos más”—, sino si este modelo es siquiera rentable para las propias economías capitalistas.
Cuando las fuerzas políticas más progresistas defienden medidas tan “radicales” como la salud pública o la renta básica universal, en realidad no están trabajando para ninguna revolución. No, ni Bernie Sanders en Estados Unidos, ni Pablo Iglesias en España o Verónica Mendoza en Perú son políticos antisistema. De hecho, probablemente sus propuestas en materia de salud pública sean las únicas que garantizan la continuidad de un modelo en el que las grandes fortunas puedan subsistir. Es tan elemental como asumir que, de lo contrario, tarde o temprano, tras esta pandemia o las siguientes, no quedará nadie para trabajar en sus fábricas, consumir sus productos o seguir haciendo circular la rueda de hámster del dinero. Pero ni siquiera esto, que parece tan sencillo, ha podido en el Perú con la tentación de engrosar un poco más las arcas a expensas de lo que más sufren.
En el Perú, además, la creación perversa de grandes monopolios muchas veces sustentados en la corrupción, tiene como consecuencia directa una enorme desigualdad social, lo que a su vez genera un aumento constante de la actividad económica informal, ese gran ogro de las economías emergentes.
La gran diferencia que ha puesto de manifiesto esta pandemia en el Perú está en que al ciudadano degradado que especula y vende tanques de oxigeno industrial haciéndolo pasar por medicinal, se le persigue y se le apresa, mientras que al gran capital, que además de lucrarse y abusar de las personas en mitad de una emergencia sanitaria, se acoge a todos los beneficios fiscales, se le rescata.
Esta semana, un reportaje del portal Convoca que analiza la información por el propio Ministerio de Economía peruano, ha revelado que en el marco del programa Reactiva Perú, destinado originalmente a ayudar a pequeñas y medianas empresas a subsistir durante la pandemia, una de las grandes beneficiadas ha sido Intercorp, cuyo banco ocupa el tercer lugar entre las entidades que han gestionado los préstamos y cuyas empresas —entre ellas, la farmacéutica Química Suiza— los han obtenido. Sí, el mismo grupo financiero que es el dueño de la farmacia de mi barrio y de casi la totalidad de cadenas farmacéuticas en el país.
Y el círculo vicioso está empezando a ser insostenible".

sábado, 13 de junio de 2020

¡ Perú No, Lima podría haberse convertido en epicentro COVID !

A mayor abundamiento de mi última publicación "Efecto COVID-19 en Perú al 13 de Junio del 2020", replico una interesante descripción sobre el particular que bajo el título "El virus exhibe las debilidades de la historia de éxito de Perú" escrito por Mitra Taj y Anatoly Kurmanaev,  el New York Times hace una referencia a una profunda desigualdad y corrupción que frustraron las medidas que el país tomó al preparar la respuesta ante la pandemia del COVID-19 en los siguientes términos :
"El presidente Martín Vizcarra siguió los mejores consejos cuando el coronavirus llegó a Perú. Ordenó uno de los primeros y más estrictos confinamientos de América Latina y lanzó uno de los mayores paquetes de ayuda económica para facilitar a los ciudadanos que se quedaran en casa. Compartió detallados datos de salud con el público, se apresuró a agregar camas y ventiladores a los hospitales y aumentó el número de pruebas.
Con robustas arcas públicas y niveles récord de aprobación, el gobierno centrista de Vizcarra parecía estar bien preparado para enfrentar la pandemia.
Sin embargo, en vez de ser aplaudido como modelo, Perú se ha convertido en uno de los epicentros más críticos del coronavirus en el mundo: sus hospitales están abrumados y la gente huye de las ciudades. La crisis ha estropeado el barniz de progreso económico de Perú, y expuso la desigualdad y la corrupción fuertemente arraigadas que han obstaculizado la respuesta a la pandemia.
“Nos pidieron todos quedarnos en casa, pero hay muchas personas que no tienen ahorros, y eso ha sido imposible. Nos pidieron lavarnos las manos, pero solo uno de cada tres hogares pobres tiene acceso a una red de agua potable”, dijo Hugo Ñopo, investigador en el grupo de análisis Grade. Solo la mitad de los hogares peruanos tiene refrigeradoras, agregó, lo cual obliga a muchas familias a volver a diario a los mercados abarrotados, una importante fuente de contagio.
La tragedia de Perú se desarrolla en medio de una explosión más amplia del virus en América Latina, que de un remanso pasó a ser un epicentro de la pandemia en los dos últimos meses. Cerca de 1,5 millones de personas han dado positivo en la región y los expertos dicen que el número real de infecciones es mucho mayor.
Las cifras siguen aumentando de manera pronunciada y lo peor parece estar lejos de terminar. Con el invierno a punto de llegar en la parte sur de la región y la temporada de huracanes en el norte, la Organización Mundial de la Salud advirtió esta semana que las condiciones climáticas adversas podrían llevar a un nuevo aumento de las infecciones y entorpecer la respuesta a la pandemia.
Perú tiene alrededor de 6000 muertes confirmadas de la COVID-19 y más de 200.000 infecciones, y los expertos dicen que las cifras se quedan cortas al reflejar la verdadera dimensión de la tragedia. En mayo, la tasa de mortalidad en Perú —por todas las causas— fue el doble que el promedio de los últimos años, según los datos recopilados por The New York Times, lo que sugiere un número de muertes por coronavirus de dos a tres veces la cifra confirmada por laboratorio. Muchos pacientes con síntomas fallecen sin que se les haga una prueba.
La ferocidad del brote de la enfermedad en Perú rivaliza con la del vecino Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro —a diferencia de Vizcarra— ha ignorado en gran medida los consejos de los especialistas y se ha rehusado a tomar medidas para controlar el contagio.
“Los resultados no han sido los que exactamente esperábamos”, dijo Vizcarra el mes pasado. “Esta no es solamente una crisis de salud, es una crisis social y económica sin precedentes”.
Antes de la pandemia, las cosas estaban mejorando para Eduardo José Domínguez, de 29 años, quien administraba una tienda de sándwiches en las afueras de Lima, la capital de Perú. Pero cuando la tienda se cerró por el confinamiento, él tomó trabajos ocasionales como carpintero o vigilante nocturno para pagar las cuentas, y trabajó unas 15 horas al día hasta que se puso tan enfermo con los síntomas de la COVID-19 que apenas podía caminar.
“Solo quería dar sustento a su familia”, dijo su esposa, Ana Ponte.
Durante días, dijo, solicitó ayuda médica mientras su esposo se iba quedando sin aliento por falta de aire, pero le dijeron que los hospitales no estaban admitiendo nuevos pacientes. El día que murió, ella intentó en vano reanimarlo, mientras esperaba una ambulancia que llegó demasiado tarde.
El rápido descenso de Perú —de historia de éxito a calamidad regional— ha desanimado a sus 32 millones de habitantes y provocado un examen de conciencia nacional.
Años de fuerte crecimiento económico impulsado por las exportaciones mineras y agrícolas, así como por políticas financieras prudentes, habían convertido al país en una rara estrella en el horizonte de estancamiento latinoamericano. Bajo una serie de presidentes proempresariales, millones de peruanos escaparon de la pobreza en este siglo, lo que les permitió enviar a sus hijos a escuelas privadas, instalar agua potable o iniciar pequeños negocios.
Pero el confinamiento ha expuesto la fragilidad del progreso económico de Perú, dijo Pablo Lavado, economista de la Universidad del Pacífico en Lima. Dos décadas de crecimiento económico elevaron muchos ingresos pero no abordaron la profunda desigualdad y trajeron pocos empleos estables y poca inversión en atención médica, lo que redujo la efectividad de las medidas contra la pandemia del presidente Vizcarra.
Lavado dijo que muchos peruanos se encuentran en la misma situación que Domínguez: obligados a correr el riesgo de contraer el coronavirus en lugar de quedarse en casa y caer en la pobreza y el hambre.
“En Perú nos congratulábamos por empezar a ser un país de clase media”, dijo. “Pero resulta que es una clase media muy vulnerable, muy frágil”.
Otro obstáculo ha sido la corrupción arraigada que Vizcarra prometió enfrentar cuando asumió el cargo hace dos años. Tres ex presidentes de Perú han estado en la cárcel en relación con una investigación en curso sobre sobornos, al igual que la líder de la oposición. Otro ex presidente se suicidó el año pasado para evitar ser arrestado y otro más está encarcelado después de múltiples condenas por violaciones a los derechos humanos, malversación de fondos y abusos de poder.
Los fiscales anticorrupción han abierto más de 500 investigaciones desde que comenzó el confinamiento, el 16 de marzo, y a menudo investigan informes sobre funcionarios que se embolsaron dinero destinado a ayuda alimentaria o equipos de protección personal. Más de veinte casos tienen que ver con la policía o las fuerzas armadas.
Los programas de ayuda no han llegado a muchas de las personas que los necesitan. Sin trabajo y temerosos del virus en las ciudades abarrotadas, decenas de miles de peruanos han regresado a sus pueblos de origen, muchos de ellos a pie. Algunas personas han empezado a mendigar de puerta en puerta.
Entre los más vulnerables está el casi millón de migrantes venezolanos que desde 2016 habían llegado en masa a Perú desde su devastada tierra natal en busca de mejores condiciones de vida. No son candidatos para recibir los estipendios del gobierno y carecen de redes familiares cercanas en las cuales apoyarse, por lo que miles de ellos han emprendido el arduo viaje a pie de regreso a Venezuela.
Domínguez, quien llegó a Perú hace dos años, estaba entre los venezolanos que se quedaron.
Había ganado lo suficiente como para que él y Ponte tuvieran un segundo hijo el otoño pasado, una decisión que habían pospuesto durante años. Este año planeaba visitar Venezuela con sus primos, ansioso por presentarles a su hijo recién nacido.
Cuando una ambulancia llegó a su casa, minutos después de su muerte, los médicos le dijeron a Ponte que no disponían de pruebas para confirmar si tenía coronavirus; su esposo sería uno más entre las legiones de posibles víctimas no incluidas en el recuento oficial. Y dijeron que no tenían dónde almacenar su cuerpo.
“La ayuda no llegó. La ayuda no llegó. Yo lloraba a gritos y nadie vino”, dijo Ponte, mientras lloraba y el cuerpo de su esposo yacía en una bolsa afuera de la habitación donde estaba sentada en una cama con su hijo de diez años y su bebé de ocho meses". 

Efecto COVID-19 en Perú al 13 de Junio del 2020

El Banco Mundial (BM) prevé que el PBI del Perú caerá 12% en el 2020, con ello se redujo la proyección de crecimiento de la economía peruana como resultado de las medidas de emergencia que ha tenido que tomar el país para frenar la propagación del COVID-19. De esto modo, la contracción de la economía peruana sufriría la segunda caída más profunda en América Latina y el Caribe, solo detrás de Belice, que caería 13.5% este año.
Las condiciones económicas en Perú han desmejorado dramáticamente en la medida que avanza el brote epidémico del nuevo coronavirus. La propagación con rapidez, y las medidas de confinamiento obligatorio, provocaron el cierre de los negocios y las restricciones para circular a nivel nacional han repercutido gravemente en las 25 regiones del país.

El impacto Lima-Callao

La actividad productiva presenta resultados desalentadores en razón al efecto Lima-Callao, regiones que se convirtieron en el epicentro del COVID-19 en el país.
El manejo del COVID-19 en Lima-callao influye decididamente en el PBI del Perú 
Según la información pública del Ministerio de salud en Perú, la evolución de la contención para evitar la propagación de la enfermedad infecciosa viral se puede visualizar gráficamente con la data registrada al 7 de mayo del 2020, estableciéndose que el 72% del total de casos confirmados con COVID-19 se encontraban en la zona de Lima-Callao.

Pese a las oportunas medidas adoptadas de emergencia sanitaria y estado de emergencia nacional desplegadas por la administración vizcarra, para implementar una rigurosa cuarentena en el país, con aislamiento social obligatorio y limitaciones para la libertad de tránsito de las personas; se percibe que al 11 de junio del 2020 se mantiene un 64% del total de casos confirmados con COVID-19 en la zona caliente de Lima-Callao.


Lima-callao no es el Perú

La reactivación económica del país debe estar basada en ciencia y no exclusivamente en razones políticas. De las 25 regiones con que cuenta el país, se percibe que responden de manera diferenciada al impacto producido por la pandemia.
En el país existen zonas endémicas a determinadas enfermedades infecciosas y metaxénicas, por lo que la enfermedad infecciosa viral producida por el COVID-19 no tendría porque ser la excepción si es que no se atacan las causas que producen la prevalencia de dichas enfermedades en las zonas calientes identificadas en el país.

Inversión en ciencia y tecnología

No invertir en ciencia y tecnología en los últimos cuarenta años le está pasando factura al Perú, no asentar una adecuada infraestructura científica y tecnológica en el país fue suicida, ya que en menos de cien días, se evidenció la carencia de  investigaciones centradas en proyectos de importancia estratégica nacional, cuya ausencia no permitió el desarrollo de industrias con propósitos comerciales que coadyuvaran en mitigar el impacto de la Pandemia.
Queda para los anales de la historia, que luego de un importante esfuerzo realizado por las fuerzas vivas del país, no se logró reducir en forma sustantiva los niveles de transmisión del virus. Para enfrentar con éxito los retos y desafíos que plantea la reconstrucción del país como un estado moderno post pandemia, es sustantivo identificar las variables clave del análisis prospectivo que nos permitirán entender si el futuro tenderá hacia un escenario u otro y es en ese sentido la importancia de volver los ojos hacia el desarrollo de la investigación científica y tecnológica. La experiencia de anteriores generaciones y la propia, en que nos encontramos como actores vigentes, nos indica que el factor clave para alcanzar un desarrollo sostenible, resulta investigar para promover respuestas adecuadas en medicina, salud pública, desarrollo industrial,entre otros.

jueves, 11 de junio de 2020

¿Perú, un país con exceso de muertes registradas por COVID-19?

Perú es el país con el mayor exceso de muertes registradas durante la crisis por el coronavirus, según el informe con datos de naciones de Europa y América Latina que publica el diario El país  De acuerdo a éste reporte Perú (54%), España (45%) y R. Unido (40%), lideran estas estadísticas que no detallan la causa de muerte, solo suman el total de fallecidos registrados.El exceso de muertes es una medidas del impacto de la pandemia, resulta de comparar el número real de personas fallecidas en un determinado período, contabilizado en registros civiles y similares, con las muertes que se esperan en un año normal

Registros de muertes de Hoy

Hoy se registró la cifra más alta de fallecidos por COVID-19, con 206 muertes en las últimas 24 horas , haciendo hasta el jueves 11 de junio del 2020, un total de 6.109 personas en total desde el inicio del brote epidémico en Perú que han perdido la vida a causa del nuevo coronavirus; sin embargo, existen voces que manifiestan un colapso mayor de no haberse tomado las medidas que fueron tomadas por la administración Vizcarra, como la del doctor modesto montoya que se expresa en los siguientes términos :
"Una lluvia de críticas ha recibido el gobierno peruano en su lucha contra la pandemia del COVID-19. En su momento señalé que las medidas que tomó fueron tardías, cuando el virus ya había ingresado a nuestro territorio. Pero,aunque tardías, eran necesarias para evitar peores consecuencias.
Lima tiene una población de 10 millones de habitantes. Sabemos que, sin cuarentena, alrededor de 70% de limeños estarían contagiados.
Como la tasa de mortalidad por COVID 19 en el Perú es más que el 2%, un cálculo simple nos lleva a la conclusión que, Lima, habría 140.000 mil muertes por COVID 19La cuarentena era para evitar que el número de contagiados rebase la capacidad de los hospitales. La realidad socio económica del Perú no ha permitido que se logre ese objetivo.
Estamos viviendo un desastre que es responsabilidad de los gobiernos que ha tenido el Perú en los últimos 40 años, los que no han construido una infraestructura en educación, salud, ciencia y tecnología.
La defensa contra el COVID-19 está constituida por diversos factores socioeconómicos de la población: nivel alimenticio de la población, nivel de hacinamiento, costumbres familiares, condiciones de trabajo (formalidad – informalidad), disciplina cívica, capacidad de atención sanitaria, entre otros.
En Francia, la atención médica es gratuita. En Perú, ni los asegurados en EsSalud tienen atención oportuna.
Lo que se espera del gobierno actual, aparte hacerle frente al COVID 19, es que organice un equipo que diseñe una nueva estructura del Estado, basada en educación, ciencia y tecnología. La actual estructura ha evidenciado lo que ya se sabía: favorece a unos cuantos y condena a la pobreza y al sufrimiento a la gran mayoría.

Pronunciamiento por un Perú con Ciencia

Uno de los factores que ha contribuido a la situación actual del Perú en la pandemia es el descuido por la educación y por la inversión en ciencia y tecnología a partir de los años 80. Desde entonces, numerosos científicos emigraron a países industrializados.
Durante todos estos años, los gobiernos hicieron caso omiso a los planteamientos de los científicos. El Estado cesó de satisfacer la creciente demanda educativa nacional y dejó a su suerte a los institutos estatales de investigación, reduciendo sus respectivos presupuestos y manteniéndolos desarticulados y dispersos en diversos sectores.
Como consecuencia del desinterés del Estado por la ciencia y tecnología, cada año, el Perú ha ido perdiendo posiciones en la tabla de publicaciones científicas. Hoy está en séptimo lugar en América del Sur, detrás de países vecinos.
Estamos convencidos de que:
La educación es la mayor garantía para disminuir las desigualdades económicas entre los ciudadanos y para alcanzar una democracia plena.
La investigación científica y tecnológica nos permitirá generar conocimiento para enfrentar los retos de la globalización y lograr un adecuado nivel de vida de los ciudadanos.
Por las razones expuestas, para que el Perú alcance el potencial científico y tecnológico que le permita enfrentar la pandemia covid 19 y los retos del futuro, demandamos al Gobierno:
Promover y facilitar la participación en el desarrollo científico y tecnológico peruano de científicos, médicos, biólogos, ingenieros y académicos residentes en el extranjero.
Aumentar la participación de la comunidad científica peruana (universidades, centros de Investigación, profesionales TICs) en el equipo de Emergencia de Covid-19 del Gobierno.
Crear una nueva estructura del Estado basada en educación, investigación científica e innovación tecnológica, articulando las regiones y el sector empresarial.
Fortalecer la universidad pública, abriendo plazas de docentes investigadores en ciencia y tecnología y aumentando la oferta educativa.
Fortalecer el sistema educativo con mayor presupuesto, poniendo énfasis en el componente investigación científica e innovación tecnológica.
Aplicando estas propuestas haremos posible que el Perú tenga un desarrollo sustentable".

martes, 9 de junio de 2020

Cambio climático y deforestación frente al COVID-19

En Latinoamérica y específicamente en Brasil y Perú podemos ratificar con los resultados que se vienen obteniendo del proceso infeccioso epidémico por COVID-19, en lo que va del año 2020, que un importante componente del cambio climático en el planeta es como resultado de actividades del hombre. La tala indiscriminada de los bosques incrementa la vulnerabilidad ante el cambio climático y sus efectos medioambientales sobre el recurso agua, elevando sustantivamente los riesgos sobre la salud humana en términos epidemiológicos.
La deforestación en Brasil y Perú es un tema altamente sensibles para el COVID-19.
En éste último extremo, se comprueba que la pérdida de bosques primarios y de protección en cuencas altas, repercute en la reducción del recurso agua en las cuencas bajas y con ello incrementa la morbimortalidad por COVID-19.

El factor común en el brote epidémico del COVID-19

En Perú se identificó como principales causas visibles para ubicarse en el octavo puesto en el mundo con mayor número de infectados confirmados con el nuevo coronavirus, a la informalidad, aglomeración humana en mercados y bancos, falta de logística para abastecerse adecuadamente de respiradores mecánicos,oxígeno, medicinas , hacinamiento en ciudades densamente pobladas, entre otros; sin embargo, las causales que no se ven pero que se sienten, son tan o más importantes que las anteriormente mencionadas, ya que marcarán la persistencia de zonas endémicas en el país,la región y el planeta.

Pérdidas de bosques

Millones de hectáreas de bosques se vienen perdiendo en Perú y estando al periodo comprendido entre los años 2014 y 2018 fueron deforestadas más de ochocientos mil hectáreas de bosques, teniendo un promedio de pérdidas del orden de 125 mil hectáreas forestales cada año. Para el año 2019 se registraba, una pérdida superior al promedio alcanzando 161,590 hectáreas, según reporte de la BBC de Londres tomando como fuente a Global Forrest Watch.

Precipitaciones en Perú

A la falta de agua, en términos de calidad y cantidad, en las cuencas bajas, producto de las distorsiones generadas por la pérdida de bosques en las partes altas de las cuencas, se le agrega los efectos del cambio climático reportados en la franja desértica costera del Perú.  Los registros satelitales mensuales de precipitaciones pluviales en el país reportados por NASA, dan cuenta de la dramática situación provocada por el efecto combinado de la deforestación y falta de precipitaciones en determinadas zonas que hoy constituyen zonas calientes para el COVID-19.
La pérdida de bosques influye en el recurso agua y suelo,impactando en el hombre.
Precipitación mensual en franja desértica de la Costa peruana-Diciembre 2018

Efecto combinado deforestación-escasa precipitación por cambio climático

El impacto que no se ve pero se puede percibir con la data (09 de Junio del 2020) registrada para el COVID-19, con un total de 203.736 casos de infectados positivos y 5.738 muertes , se encuentran focalizados 95% de infectados confirmados y 96 % muertes respectivamente en doce regiones impactadas por el efecto combinado en largos periodos de tiempo.
[Tumbes,Piura,Lambayeque,La Libertad, Ancash, Callao, Lima, Ica, Arequipa, Junín, Loreto y Ucayali; éstas dos últimas cuentan con cantidad pero no calidad de agua].
Por otro lado, sólo el restante 5% de infectados con COVID-19 y 4% de muertes se encuentran en otras trece regiones de las 25 con que se divide políticamente el país.

El dato

►La administración Vizcarra mediante RS N°002-2020-MINAGRI removió recientemente al Director Ejecutivo del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre-SERFOR, organismo técnico especializado adscrito al Ministerio de Agricultura.
La corte suprema de Brasil intimó a Bolsonaro a que informe los datos del coronavirus.

domingo, 7 de junio de 2020

Parte de guerra del último mes contra el COVID-19 en Perú

Un día como hoy 7 de Junio, se conmemora cada año en el Perú el Día de la bandera, en el aniversario de la batalla de Arica, ocurrida un 7 de junio de 1880, durante la Guerra del Pacífico (1879-1884). Este homenaje a la bandera del Perú fue establecido por Decreto Supremo del 30 de abril de 1924; aunque ya antes, por Decreto Supremo de 8 de noviembre de 1905 se había decretado el juramento de fidelidad a la Bandera que debían hacer los conscriptos en forma pública y solemne.
Los poblados dispersos en zonas de los ríos de la amazonía requieren soporte para enfrentar al COVID-19

Parte de Guerra al 7 de Junio del 2020


El Perú se encuentra en guerra contra un enemigo invisible que viene ocasionando una crisis de salud, social, ambiental  y económica sin precedentes al país, la misma que en el último mes ( periodo 07 de mayo al 07 de junio) de acuerdo a informaciones oficiales publicadas por el Ministerio de Salud, la cifra de infectados subió de 58.526 a 196.515 con un incremento de 138.989 nuevos casos confirmados con el COVID-19.
De otro lado, el número de muertos pasó de 1.627 a 5.465 con un incremento de 3.838 muertos en este lapso.

70% de infectados y 70% de muertos del total de producidos, en el último mes 

Pese a los grandes esfuerzos realizados por la administración Vizcarra para evitar la transmisión del virus, en el periodo comprendido entre el 07 de mayo al 07 de junio del 2020 se han reportado oficialmente 70% de infectados con el nuevo coronavirus, produciéndose  el 70% del total de muertos en el último mes.
Esta situación coloca al Perú, entre los ocho países mas infectados por el COVID-19 del Planeta, según reporte del CSSE de la universidad Johns Hopkins concordado con el informe de casos publicado en la página  worldometers  , que se encuentran alineados con la información oficial que produce el ministerio de salud del Perú.

Se reitera cambio de estrategia 

A la luz de los resultados, se evidencia la necesidad de realizar un cambio de estrategia para enfrentar al enemigo invisible, ya que en Perú la lucha demandará esfuerzos constantes y de largo aliento. El manejo y gestión en cuencas para luchar contra el COVID-19 es una opción.
Es fundamental oxigenar las diferentes áreas en el teatro de operaciones, los valerosos recursos humanos desplegados en los frentes, necesitan refuerzos y logística para intervenir en puntos considerados estratégicos. Movimientos ralentizados para dotar de logística necesaria no ayuda en mucho a la dinámica impuesta por la velocidad de transmisión del virus. 
La cuenca del río Rímac que incorpora la Región, Departamento ,Provincia de Lima y Lima Metropolitana, debe tener un manejo diferenciado a las otras cuencas situadas en otras Regiones, pues constituye la mayor zona caliente del país.
Las sugerencias de la Organización Mundial de la Salud, son presentadas de la mejor manera a los países del mundo, pero en algunos lugares no es posible aplicar en su totalidad sus recomendaciones; por las limitaciones de países en vías de desarrollo como es en el caso peruano, debiera tomar gradualmente esas recomendaciones, especialmente del confinamiento obligatorio prolongado y el lavado de manos sin tener mayor acceso al agua.
A modo de ejemplo citaré dos datos del censo nacional del año 2017 para la zona caliente de la provincia de Lima que por si sola se explican : 949.969 habitantes presentaron dificultad o limitación permanente y 113.813 personas de 15 a más años que no saben leer ni escribir.
Se hace necesario atacar las causas que facilitan la propagación y riesgo de rebrote del COVID-19 en particular en las zonas de alto riesgo de transmisión del COVID-19 puntualizadas en la RM N° 361-2020-MINSA de fecha 5 de Junio del 2020.
La gloriosa marina de guerra del Perú debiera contar con mayor logística para desplegar su accionar y llegar a comunidades nativas poco contactadas de los ríos de la amazonía, así como a la periferia de Iquitos que solicitan la atención del Estado en sus tres niveles de gestión. 

miércoles, 3 de junio de 2020

Conocimiento del hombre andino en la lucha contra el COVID-19

Las redes sociales se ven plagadas de información que muchas veces no se ajustan a sustento científico alguno, como la que indica que el plátano cura el COVID-19 pues supuestamente contiene una Lectina  que bloquea la entrada celular del virus y potasio con un antígeno resistente al COVID-19 que lo elimina del sistema humano. Al corrobar la fuente con el supuesto investigador en Alemania, resultó información falsa al que se dió gran difusión. Sin embargo, existe información restringida con evidencia científica que en países andinos como en Perú crecen diversas variedades de plantas llamadas matico, encontrándose una que merece especial atención por parte de la comunidad científica mundial que está enfrentando al nuevo coronavirus: la Jungia rugosa Less o mas conocida como “matico de puna”, cuyas hojas son utilizadas como desinflamante y cicatrizante en el país de los incas. La misma que eventualmente contribuiría en el manejo para reducir la rápida transmisión del brote epidémico.
El conocimiento ancestral de las plantas andinas debiera considerarse frente al COVID-19
Estas plantas contienen flavonoides, compuestos polifenólicos con efectos antiinflamatorios, antimicrobianos, antivirales, antiulceroso, antioxidante, antihepatotóxico y antihipertensivo. Inhiben gran variedad de enzimas, como la ciclooxigenasa, lipooxigenasa, los radicales libres y reducen el estrés oxidativo. En ese sentido está probada la actividad antiinflamatoria y antioxidante de los flavonoides extraídos de las hojas de Jungia rugosa Less, "matico de puna".

Medicina tradicional para mitigar al COVID-19

Como una alternativa a la medicina moderna, se ha estado utilizando el "matico de Puna" en forma de infusión o emplastos para el tratamiento de golpes e inflamaciones en las vías urinarias. Iniciado el brote epidémico en Perú, se evidencia que el conocimiento y uso ancestral de plantas medicinales , como es el caso del matico de puna, si bien no cura directamente, ralentiza y mitiga la propagación del COVID-19 en la región Andina.
Este hecho se visualiza al contrastar la distribución de los 170.039 casos confirmados de infectados por el nuevo coronavirus COVID-19 al 02 de Junio del 2020 , se encuentran distribuidos espacialmente en el país de la siguiente manera : Lima (61%), Costa (28%),Selva (7%) y Sierra (4%).

Menos infectados por COVID-19 en población andina

Para dar respuesta a la interrogante que surge del porqué existe menos infectados por el COVID-19 en la población que vive en los andes peruanos, contrastamos las variables densidad demográfica y conectividad, viendo que tanto en sierra como en la región selva son similarmente reducidas. La diferencia que hayamos es en la relación de adaptación del hombre con la naturaleza y particularmente con sus recursos naturales.
Cuanto sea mayor la diferencia altitudinal respecto al nivel del mar, el individuo andino se encuentra adaptado al ecosistema andino, caracterizado por la gradiente de temperatura , que registran importantes cambios de temperatura horaria, diaria y estacional; asimismo soportan el impacto de las radiaciones ultravioleta y  cuando el cuerpo alcanza cerca de 2100 metros sobre el nivel de mar, la saturación de la oxihemoglobina comienza a disminuir en el hombre, sin embargo el poblador andino se encuentra adaptado para compensar esa falta de oxígeno. La calidad del agua proveniente de las altas cumbres hace diferencia con la cantidad de agua que existe en la selva amazónica, donde generalmente la calidad de agua para consumo humano no es la adecuada sin tratamiento previo. En ese orden de ideas, una sana alimentación con productos naturales y el uso de plantas medicinales como la precitada Jungia rugosa Less producto del conocimiento ancestral, les permite responder con mejores posibilidades ante el COVID-19 que las poblaciones asentadas en las cuencas bajas del país andino.

El dato

Los flavonoides son antioxidantes, con características antiinflamatorias que asisten al sistema inmunológico,se caracterizan por ser antimicrobianos, antivirales, antiulcerosos, antioxidantes,  antihepatotóxico y antihipertensivos.
►Existen diversas variedades de plantas que son denominadas como Matico, en sierra son conocidas como mocomoco  y en selva como shiatani por los shipibo-conibo.
►En Perú se considera Puna a partir de los 3800 msnm, que es cuando comienza la altiplanicie y su bioma es básicamente el herbazal de alta montaña.

lunes, 1 de junio de 2020

Crisis de mortalidad en el tiempo _ COVID-19

El estudio de las grandes crisis de mortalidad que afectaron a las sociedades del pasado para entender la mortalidad por COVID-19 debe ser transdisciplinario y sustentarse en diversas fuentes que permitan observar el fenómeno desde distintas perspectivas.
La data existente de pandemias pasadas ilustran la sensibilidad e importancia del indicador de fallecidos.

Fallecidos por COVID-19 en Perú

¿Cuántos habitantes había en Perú y cuál fue la cantidad de fallecidos por causa del COVID-19 en el año 2020?. Para responder estas preguntas, podemos usar los últimos datos censales de 2017 (Censos Nacionales 2017_XII de Población_VII de Vivienda_III de comunidades indígenas) y las actas de defunciones del Sistema Informático Nacional de Defunciones. 
La información oficial indica que al primero de Junio del 2020 se produjeron 4634 fallecidos en todo el territorio nacional por causas atribuidas al coronavirus y de ésta cifra, 1786 corresponden a Lima. De otro lado, diversos investigadores y consultoras, indican otras cifras que triplican la precitada cifra. 
El diario Gestión, publica que más de 17,000 decesos por COVID-19 habrían ocurrido entre abril y mayo en Perú 
Lo cierto es que pueden haber diversas estimaciones, pero lo sustantivo es que exista un alineamiento en las cifras a los efectos de afinar tan importante indicador en el país andino-amazónico que permita georeferenciar esta data en zonas en las que haya encontrado los 170,039 casos diagnosticados positivamente de COVID-19.

Necesidad de información oficial confiable

El primero de marzo del 2020 , publiqué en “Información oficial y oportunamente socializada del COVID-19",indicando la necesidad de manejar información oficial confiable y oportunamente socializada sobre los hechos científicos para que se pueda determinar con precisión los riesgos que corre y adoptar precauciones razonables en diversos países del planeta , incluyendo a países de Latinoamérica como es el caso de Perú, para evitar el estrés y ansiedad que producen daños económicos colaterales por el brote epidémico.
Los niveles de riesgo de una mayor morbimortalidad dependerá del lugar en el que vivan las personas o de los lugares a los que haya viajado recientemente. En ese sentido el riesgo de infección es mayor en las zonas donde existan sub registros de las defunciones, como sucede en la periferia de áreas urbanas y zonas dispersas de los ríos en la amazonía.
A modo de ejemplo puedo citar los casos de las localidades de Cabo Pantoja (frontera con Ecuador) ubicada a orillas del río Napo y Santa Rosa de Yavarí, una isla fluvial del río Amazonas , ambas situadas en Loreto – Perú, cuya población infectada con el COVID-19 es transfrontera, dada su proximidad a áreas urbanas infectadas en Ecuador y Brasil respectivamente, pues ambas localidades se encuentran bastante alejadas de la zona caliente de Iquitos y el tránsito comercial vía fluvial a esa zona urbana fue  cortada. 

El Dato

Sólo Lima (Perú)  presenta las defunciones anuales siguientes: 28.608 (2017), 33.317 (2018), 34.875 (2019) y 26.838 (periodo Enero-Mayo del 2020) para el año con presencia del COVID-19 desde el 6 de Marzo.