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domingo, 26 de julio de 2020

Lima en ojos del mundo por COVID-19 (II)

Continuando con mi exposición sobre Lima en ojos del mundo por COVID-19 (I) publicado en Mayo del 2020 - donde expliqué del origen por factores ambientales de la "zona caliente" en Perú, identificada en Lima metropolitana y Callao, situadas en la zona baja de la cuenca del río Rímac- transcurridos dos meses, los hechos ratifican lo que en su oportunidad manifesté, el incremento del indicador número de muertes en esta zona focalizada por causas indirectas al COVID-19.

Desconocimiento y pánico causan repunte de infectados   

La zona caliente, situada técnicamente en un desierto, presenta para estas fechas un clima propio de este ecosistema, habiéndose presentado para Julio del año pasado (2019) una humedad no vista en los últimos cincuenta (50 años), estando que los registros previstos para el invierno del 2020 Julio por parte del organismo especializado SENAMHI quién pronosticó que para el invierno en Lima sería en promedio más frío este año en relación al 2019 y, por tanto, habría que tomar mayores precauciones ante el descenso de la temperatura, toda vez que el frío se va acentuando con el inicio del mes de julio, pero hace unas dos semanas se registra un descenso de temperatura evidente en comparación con la del año anterior, llegando alcanzar una humedad relativa  del cien por ciento (100%) en algunas partes, como en el caso de Ticlio Chico situado en el distrito de Villa maría del Triunfo.
La alta humedad y bajas temperaturas, producen históricamente en la población asentada en la hoy zona caliente, un incremento de las infecciones respiratorias agudas, la que actualmente son asumidas como producto del COVID-19.
Servicios de salud rebasados por el pánico estacional-efecto indirecto del COVID-19
El problema generado por la falta de un diagnóstico oportuno y la inadecuada socialización de información sobre el particular, hacen rebasar la capacidad de los servicios de salud por una población sensibilizada que acude en búsqueda de atención médica con una gripe estacional y sale probablemente infectándose con el COVID-19, a la par que no deja mayor espacio de atención a los infectados con COVID-19 que busca no pasar de una urgencias a emergencia. 

Indicador número de muertes en zona caliente

Las situaciones especiales y circunstancias particulares demandan originalidad y soluciones ajustadas a una realidad propia, estamos frente a este caso con el COVID-19 y por ello es que sugerí desde el inicio del brote epidémico en Perú (4 de marzo del 2020), su caracterización por cuenca hidrográfica. Para demostrar la utilidad y limitaciones de los indicadores, se incluye un número limitado de indicadores de cuatro dominios, uno de los cuales es la situación de salud (mortalidad). La muerte como evento único, es claramente identificable, la mortalidad en la zona caliente se mide como cifras absolutas, proporciones y tasas, siguiendo las recomendaciones de OMS se desglosa los datos sobre mortalidad , en Perú se viene registrando y propalando públicamente por etapa de vida,sexo,grupo de edad y lugar de defunción.
En este contexto, el gobierno nacional, ahora proporciona el registro oficial de muertes ocurridas en Lima Metropolitana, distinguiéndolas de las demás divisiones políticas identificadas como regiones y departamentos, hecho que permite progresivamente contar con cifras mas finas.
Cumplir recomendaciones internacionales de la OMS acerca de las variables que se deben incluir en los certificados de defunción, hacen que en Perú ese ajuste sea progresivo porque involucra la intervención de instituciones que se vieron ralentizadas en su accionar como es el caso de RENIEC; sin embargo , se cuenta con el sistema informático nacional de defunciones-SINADEF, cuyo reporte de defunciones en total, incluyendo COVID-19 en el periodo comprendido entre marzo a la fecha (26 de Julio del 2020) para el departamento de Lima es de 41364 muertes y para el callao de 5,202 muertes; haciendo un total de 46.566 muertes para Lima y Callao, de los cuales 39.869 son muertos mayores de sesenta (60) años, cifra de la cual se debe cuantificar las muertes atribuidas directa e indirectamente al COVID-19 para esta zona caliente.
La sala situacional de COVID-19 del MINSA-Perú, reporta 17.843 defunciones por COVID-19 a nivel nacional, el cual se encuentra en un proceso dinámico de ajuste, básicamente por nexo causal atribuidas colateralmente al COVID-19.

Muertes por causas indirectas al COVID-19

En las circunstancias antes descritas, la data oficial a la fecha, reporta un repunte de infectados por la Pandemia, noticia que los medios masivos de comunicación difunden como "Promedio de casos y decesos en lima vuelven a aumentar", manifestando que hay más de 183 mil contagios y casi 8 mil defunciones y siendo Lima la que concentra el cincuenta por ciento (50%) de la cifra nacional, tal como lo explica el diario La República.
La información se completa recogiendo el hecho que esta situación coincide con el fin de la cuarentena y la flexibilización en el distanciamiento físico de una población que no termina de comprender el nivel de riesgo en salud pública que se está viviendo.
Sin embargo, existe una externalidad del tipo iceberg generada en el ciudadano de a pie por el hecho de considerar la equivalencia a todo caso que resulte positivo en prueba rápida como diagnostico de infección por coronavirus COVID-19.
En Perú pese a que se especifica que usa las pruebas rápidas sólo para detectar infecciones pasadas y "facilitar la vigilancia de la pandemia e identificar potencialidades inmunológicas", el ciudadano lo interpreta como una prueba confirmativa de COVID-19 y asociado a un diagnóstico de coronavirus COVID-19.
En este contexto los reportes a la fecha, indican que se encontraron 274.025 positivos a la prueba rápida, las cuales se suman a las pruebas que sí reportan las pruebas moleculares (PCR) que detectan al COVID-19 y que en Perú a la fecha se registran como casos positivos al coronavirus COVID-19, a 101.936 personas infectadas; las cuales son sumadas a los positivos de las pruebas rápidas dan los 375.961 casos positivos que reporta Perú como cifras de casos positivos al COVID-19 en lo que va del brote epidémico.
La distorsión de la información no tendría mayor significancia en salud pública si es que no se asociara con el tratamiento para atender a la salud de las personas supuestamente infectadas , no con bacterias u otros virus como en el caso de la gripe estacional, sino específicamente con COVID-19 .
En Mayo del 2020, con la Resolución Ministerial N° 270-2020-MINSA, se estableció el tratamiento específico para el COVID-19 utilizando Hidroxicloroquina , Ivermectina, entre otros medicamentos, los cuales se encuentran sujetos al diagnóstico confirmatorio y soporte médico; sin embargo al verse colapsados los servicios públicos de atención de salud, una parte de la población menos informada y presa del pánico, opta por automedicarse con productos como el dióxido de cloro, cosa que es una costumbre arraigada en zonas periféricas de las ciudades donde se localizan las poblaciones menos favorecidas para alcanzar los servicios privados de salud.
A la creación del pánico contribuyen las noticias falsas e informaciones distorsionadas expuestas en las redes sociales  en donde se promocionan medicinas prodigiosas que las personas de la tercera edad ingieren sin prescripción médica ni monitoreo alguno por parte de los diferentes niveles de atención pública. 
Sólo en la zona caliente se reportaron oficialmente 39.869 personas muertas que son mayores de sesenta (60) años, en el periodo comprendido entre marzo al 26 de Julio del 2020.

El Dato de la Prueba rápida

En Perú la prueba rápida fue normada por la RM N° 231-2020-MINSA del 25 de Abril del 2020 que aprueba la directiva sanitaria N° 095-MINSA/2020/DIGEMID; se realiza con una muestra de sangre, la prueba de la inmunoglobulina mide la concentración de distintos tipos de anticuerpos en la sangre. El sistema inmunitario fabrica anticuerpos para proteger al cuerpo de bacterias, virus y alérgenos.
Inmunoglobulina M (IgM): se encuentra principalmente en la sangre y en el líquido linfático; este es el primer anticuerpo que fabrica el cuerpo para combatir una nueva infección.
Inmunoglobulina G (IgG): es el tipo de anticuerpo que más abunda en el cuerpo. Se encuentra en la sangre y en otros fluidos, y brinda protección contra las infecciones bacterianas y víricas. La IgG puede tardar un tiempo en formarse después de una infección o vacunación.