Powered By Blogger

sábado, 25 de abril de 2020

Prevención en cuarentena por coronavirus-El caso peruano

Comentando el aleccionador artículo de Simeon Tegel titulado “Perú actuó rápido, pero igual sufre uno de los brotes más grandes de América Latina y que fuera publicado por Washington post; expresaré seguidamente algunas consideraciones que eventualmente pudieran servir a países sudamericanos en su lucha contra la actual epidemia.

Contagios en cuarentena  

Ante el aumento de nuevos casos en Perú, las personas se habrían contagiado durante una de las cuarentenas más estrictas de América Latina – reza el artículo – y por consiguiente se estaría poniendo en tela de juicio las virtudes de la cuarentena como medio de contención para el caso de la epidemia en curso por el nuevo coronavirus. En ese contexto, se intenta dar algunas razones que respondan a la interrogante del porqué el número de casos de coronavirus reportados en Perú se ha disparado, a pesar de una temprana y decisiva respuesta contra la pandemia, hecho que ha sido ampliamente elogiado a la administración Vizcarra. Ciertamente, con apenas setenta y un casos registrados, Perú fue el primer país latinoamericano en imponer cuarentena obligatoria y cierre total de sus fronteras. Se precisa entonces, la existencia de algunas situaciones que en las cuarentenas no podrían prevenirse. El artículo utiliza elementos periodísticos para resaltar la importancia de los hechos, vinculando en la ecuación a Perú = Lima; Pruebas moleculares + Pruebas instantáneas = Total pruebas de diagnóstico, entre algunos otros; los cuales involucran datos e información para la toma de decisiones en el teatro de operaciones de una guerra frente a un enemigo invisible común que no da tregua. El tema pasa porque no todos los individuos se encuentran en igualdad de condiciones para afrontar una cuarentena y existe un sesgo en la orientación de datos e información dispersa que invita a un escenario brumoso para la toma de decisiones; producto del uso e interpretación de variables dinámicas.
El escenario se sitúa en Lima, que cuenta con el treinta por ciento de la población peruana asentada en menos del tres por ciento del total de su territorio; el setenta por ciento restante de su población está fuera de este concentrado espacio territorial y ciertamente el virus entró por el único aeropuerto internacional que tiene Lima ocasionando un brote que luego pasó a difundirse por el país, llegando con los individuos a distintas comunidades originarias campesinas de la sierra e indígenas en la Amazonía, pero aún no a todo el Perú. La "cultura de la informalidad" ayudó en la rápida transmisión del flujo infeccioso trasladándose desde Lima hasta las áreas insalubres donde se localizan personas hacinadas en extrema pobreza. El aumento de casos confirmados, que en su mayoría se encuentran en la ciudad de Lima, se le atribuye por defecto al incremento de la aplicación de pruebas de diagnóstico. Al 26 de Abril del 2020, con la llegada de nuevos kits, el gobierno nacional peruano reporta 232,747 pruebas desde el inicio de la epidemia (sumadas las 50,316 pruebas moleculares y 181,431 pruebas serológicas o rápidas), habiendo identificado 27,517 casos confirmados con coronavirus en todo el Perú, y de los cuales 17,884 se encuentran en Lima, bordeando el sesenta y cinco por ciento del total de individuos infectados, hecho que reafirma su condición de foco infeccioso como ciudad vulnerable al COVID-19. La evolución de la tendencia epidémica es que Lima que empezó con el 100 % del total de infectados detectados, va reduciendo este porcentaje a 65% y en los focos identificados al interior del país van incrementándose pasados 42 días de declarada la Emergencia Nacional. No se difunde información sobre casos asintomáticos.
Si es que continuáramos con la perspectiva de medir la magnitud de desproporción existente al comparar país con ciudad, tenemos una cifra de 728 fallecidos en todo el Perú atribuido a la cepa del COVID-19 desde que se inició en marzo el brote epidémico, lo que no alcanza a las 731 muertes registradas en sólo un día de Abril en New York. Salvando las distancias de desarrollo económico e infraestructura sanitaria, y si ejercitáramos cálculos para realidades diferentes y forzar equivalencias, tendríamos que Lima es a Perú como New York es a Los Estados Unidos de Norteamérica; en Lima se realiza los mayores esfuerzos para reducir las dos muertes producidas cada hora por el coronavirus para no pasar por la dramática experiencia de tener el episodio de las treinta y tres muertes por hora producidas en New York. Las muertes diarias constituye el mejor indicador para poder medir lo que está sucediendo en esta fase de la epidemia para varios países de América Latina. Una secuencia de las muertes ocurridas en los últimos cinco días en Perú desde el miercoles 22 al domingo 26 es la siguiente : 530-572-634-700-728 ; lo cual arroja el registro de muertes diarias : 42-62-66-28 . A efectos de fidelizar este indicador es preciso el sinseramiento de las cifras para definir el protocolo de levantamiento de datos en cada país, de tal modo que se compatibilicen las estadísticas de los registros de defunciones desde la aparición del caso cero local evitando subregistro o desvíos en muertes por otras patologías,toda vez que en algunos países solamente recogen la data de las personas muertas que dieran positivo en una prueba (molecular o serológica) y sean consideradas como casos confirmados.
En estricto, son discutibles las bases científicas que faculten realizar una operación aritmética o comparar sistemas, grupos o conjuntos que no sean similares para acreditar un conteo de casos como el diagnóstico confirmatorio de infectados. En ese contexto, contrastar resultados considerando el número de casos confirmados de infectados en Perú con Brasil, no aporta mucho en dar mayores luces, habida cuenta de la diferencia sustantiva en la densidad poblacional, toda vez que Brasil tiene una población y territorio del orden siete veces mayor que Perú, hechos que inciden en multiplicidad de opciones de transmisión del virus que podría ser diseminado por individuos asintomáticos.
En este punto, recordemos que para ésta pandemia específica, la enfermedad infecciosa viral es transmitida básicamente por el individuo.
Machu Picchu Pueblo y otras áreas rurales necesitan una estrategia frente al COVID-19 distinta que zonas urbanas 
De igual modo, es difusa la información producida al comparar disimiles sistemas de salud, dispares capacidades de atención, diferentes herramientas e instrumentos de gestión para la atención de la salud de las personas referidas a número de: recursos humanos de salud, camas, unidades de cuidados intensivos, respiradores, muestras tomadas y procesadas, etc., motivo por el cual es necesario aplicar indicadores adecuados para la variopinta realidad de los países de América Latina. Similar escenario de Espacio referenciado Lima-Perú, se encuentran las ciudades de New York – USA, Madrid-España, Guayaquil-Ecuador, entre otras ; que fueron dramáticamente impactadas por la pandemia y que en algunos casos se convirtieron en epicentro del Coronavirus COVID-19 por causas ajenas o colaterales a la cuarentena. Nos queda claro que la cuarentena es un instrumento eficaz y efectivo cuando se aplica oportunamente, sin embargo algunos factores inciden para debilitar su eficiencia; tal es el caso de Lima y otros puntos identificados en territorio peruano : Callao, Tumbes,Piura, Lambayeque e Iquitos. En ésta última ciudad, se repite el sesgo antes explicado, al considerar en los reportes de datos que Iquitos = Loreto, una región amazónica que incorpora la mayor parte del territorio peruano. Dado que los efectos de la cuarentena no resulta siempre igual para los individuos situados en áreas urbanas y rurales, se requieren estrategias diferenciadas adecuadas para manejar la epidemia en comunidades nucleadas y dispersas.A modo de otros ejemplos citaré a comunidades que puedan encontrarse afincados en la Patagonia al extremo austral de Sudamérica (Argentina, Chile); la llanura aluvial del Pantanal (Brasil) y la zona de interacción entre el dominio andino y el amazónico que comprende al santuario histórico de Machu Picchu (Perú).

Más allá del confinamiento obligado

El disparador del número de casos de coronavirus reportados en Perú es el mecanismo de factores acumulados y condiciones agravadas en el tiempo, pues la realidad refleja desigual desarrollo del país, ante una histórica falta de ordenamiento territorial, con marcadas diferencias entre Costa y las demás regiones geográficas y demarcaciones políticas; y entre las zonas urbanas y rurales, provocando grandes desigualdades. El censo nacional de población para los años 1972 y 1993 registraron el orden de 1,5 y 2,5 millones de migrantes respectivamente para Lima Metropolitana- antiguos y recientes- quien ocupó una posición de privilegio en esta situación de desigualdad, en donde la informalidad laboral constituye un importante componente en ese treinta por ciento de la población asentada en Lima de los actualmente 32 millones de peruanos. 
A la concentración poblacional de migrantes en Perú, se suma cerca de un millón de refugiados venezolanos que se localizan mayormente en Lima, incrementando la presión poblacional por los servicios básicos.Además de las deficientes condiciones sanitarias, se mencionó a instituciones públicas débiles y escasa confianza en sus autoridades; en lo que va de la crisis sanitaria y emergencia nacional, sin duda, el Perú ha tenido contratiempos, como los presentados con el sector interior y orden interno que hace referencia el artículo de Tegel, sobre el particular, la administración Vizcarra cambió al Ministro del interior que no estuvo en capacidad de afrontar los retos impuestos por la epidemia, ya antes había hecho lo propio con el titular del sector salud. Probablemente uno de los más importantes desafíos ha sido el reto de mantener la capacidad de atención de algunos peruanos que han estado desacatando la cuarentena, sin embargo esa actitud es sólo la punta del iceberg de un problema de fondo.

Efecto de destilación global que alimenta a los caminantes

El proceso por el cual ciertas sustancias potencialmente contaminantes son transportadas de una región a otra, influye poderosamente en la vulnerabilidad de ciudades como Lima; donde cerca de un millón de personas carecen de agua potable, condición que aumenta el efecto tóxico de los contaminantes acumulados en el tiempo.Hace un cuarto de siglo antes, el suscrito indicaba en una nota periodística publicada en el diario El Comercio de Lima, que el orden de un mil quinientas toneladas de residuos sólidos diariamente no terminaban en los rellenos sanitarios y de esa cantidad quinientas toneladas eran arrojadas al mar; a la par de solicitar el impulso de medidas de control en Lima establecidas en 1991 por la epidemia de El cólera. Un tema álgido en ese entonces fue el uso de incineradores para eliminar el ciclo contaminante de la bacteria que producía El cólera al disponer sanitariamente los residuos sólidos peligrosos de hospitales, situación que aún esta en proceso de mejora para cortar el ciclo contaminante del virus COVID-19. En estas y otras limitantes de los conglomerados de salud privados y públicos se puede apreciar en plenitud el "distanciamiento social" que hace complicado mantener el "distanciamiento físico" en los centros de abastecimiento, mercados populares, centros bancarios y transporte público masivos en los conos de Lima. A esta situación creada, se le añade los focos de contagio producto de la superpoblación carcelaria, donde existe el orden de 97 mil presos hacinados en 69 cárceles del país, muchas de ellas situadas en Lima.Al desaparecer los empleos informales, se afecta la cadena de pagos y se acumulan los sin techo, apesar que se encuentra prohibido los desalojos de las viviendas por falta de pagos. En general no se trata exclusivamente de individuos aprisionados coyunturalmente por la cuarentena en Lima y que tratan de retornar a sus casas al interior del país; los denominados “Caminantes”, constituida inicialmente por cientos de familias que llegaron a Lima para buscar empleo y al verse atrapada por la cuarentena y sin recursos para mantenerse decidieron retornar a sus comunidades de origen; sin embargo, se percibe deseos de una mayor población constituida por decena de miles de individuos que ya no perciben a Lima como una opción de mejora en su calidad de vida. La oposición ve al país con desborde social ante la proximidad del colapso de su sistema de salud tras seis semanas tratando de contener al virus con sucesivas extensiones del periodo de cuarentena, la reciente dispuesta hasta el 12 de mayo inclusive. Es lamentable la posición política asumida por quienes tuvieron la administración de los destinos del país y en su momento hicieron caso omiso a las solicitaciones para mejorar las condiciones sanitarias; en tanto la actual administración ha priorizado la salud de la persona humana y puso en marcha un paquete de ayuda equivalente al doce por ciento del Producto Bruto Interno, que incluye pagos directos a la población. Por otro lado, los medios de comunicación dan cuenta de países que instruyen a sus ciudadanos no viajar a Perú, influenciados por un inadecuado manejo de información.
El problema actual como foco epidémico del COVID-19 es Lima y no es todo el Perú, como debe interpretarse de la lectura de información antes precisada. Esta situación en el país, y especialmente en los puntos calientes de infección como es en el caso especial de Lima,lejos de desanimarnos, nos ha impulsado a buscar distintas soluciones para incrementar progresivamente nuestra capacidad de salir de la crisis sanitaria para que todos los países juntos de América Latina y el mundo, superemos esta difícil experiencia generacional que nos tocó vivir. Por eso muchos investigadores cerramos filas para poder trabajar con un solo norte a fin de alcanzar los objetivos y metas comunes al mas breve plazo, y de esta forma vencer al enemigo común.