Powered By Blogger

sábado, 18 de enero de 2014

Impacto del cambio climático

El impacto económico del cambio climático es, qué duda cabe, un tema que no puede soslayarse en Perú. Una interesante publicación en la revista The Economist , nos permite aterrizar en detalles puntuales que es preciso considerar en las políticas públicas del país.
El clima extremo tiene consecuencias económicas y sus fluctuaciones pueden provocar impactos económicos de grandes proporciones.
Los desastres naturales y los de naturaleza antropogénica ligados al tema climático causan mucho daño.
Como muestra, citaremos tres casos en Perú:
El primero, que hace referencia al fenómeno de "El Niño" . Las altas temperaturas y peores sequías tienden a reducir los rendimientos agrícolas. Actualmente se presenta estrés hídrico en el norte peruano y específicamente existe crisis del agua en Piura, que deberá resolverse para no continuar poniendo en riesgo el rendimiento en el agro y el agua de consumo humano. El sector minero sería uno de los mas impactados económicamente en virtud a la pugna por el recurso agua que mantienen con el agro según discurso de posiciones antimineras para generar protestas sociales. Asimismo, no puede descuidarse el impacto en la salud colectiva, pues el tema del recurso agua_en cuanto a la carencia de saneamiento básico_ fue preponderante en la  aparición de la epidemia de El Cólera y los impactos económicos que generó su propagación por el Perú en el año 1991.  
El segundo, que tiene que ver con el nivel técnico de la construcción, el estado de las carreteras del país y los efectos de la variación climática sobre ellos. Es impresionante ver tal cantidad de cruces acumuladas a los bordes de algunas carreteras como cruel testigo de una cifra para la reflexión : Entre enero y setiembre del 2013, dos mil cuatrocientos treinta (2,430) personas murieron en accidentes de tránsito.Perú presenta la tasa más alta de muertes por accidentes de tránsito en latinoamérica (30 muertes/10,000 vehículos). 
El tercero, es la situación que toca a la ciudad de Lima amenazada por escasez de agua, el más sensible desde el punto de vista económico y social. Ya en el año 2004, la Empresa prestadora de los servicios de saneamiento de Lima-EPS SEDAPAL, se vio en la necesidad de restringir el agua en algunos distritos de la ciudad capital. En la actualidad, SEDAPAL también tiene previsto restringir el suministro de agua en algunos distritos de Lima.
Es una verdad científica_ que a través de la historia_ el abastecimiento de agua para diversos usos es fundamental en el crecimiento y desarrollo de toda ciudad en el Planeta, la ciudad de Lima no es una excepción, más aún si la zona metropolitana de Lima y Callao es la segunda ciudad más grande del mundo ubicada en un desierto. (después de la ciudad de El Cairo_Egipto.)    
A efectos de dimensionar el contexto del tema que nos ocupa, presentamos sendas publicaciones en el decano de la prensa peruana El Comercio, la primera _de autoría del suscrito_ data de fines del siglo pasado y la segunda, es el editorial que corresponde al dia de hoy dieciocho de Enero del 2014, aniversario de la ciudad de Lima, la tres veces coronada villa y capital de la República Peruana.

Lo que no se hizo y tiene que hacerse (Publicación del 18 / 2 /1998) 

... "En el siglo que está por culminar, el impacto ambiental generado por la pobreza,el centralismo,entre otros factores,contribuyeron al desplazamiento de las poblaciones nucleadas y dispersas de las zonas rurales de la sierra a las áreas periurbanas  de la costa y ceja de selva, ubicándose en espacios geográficos de alta vulnerabilidad ( falda de cerros, cauce de ríos, etc. ) causando desequilibrios ecológicos tales como deforestación, modificación de taludes, etc. La migración así entendida generó necesidades de los servicios básicos que los sucesivos gobiernos atendían según sus posibilidades, alentando con ello la creación de poblados asentados en lugares no apropiados y de alto riesgo demostrando con ello una marcada carencia de planificación urbana y regional. A todo esto se unió la falta de autoridad de los gobiernos locales para permitir por ejemplo que poblaciones se ubiquen en zonas de rellenos sanitarios y otros espacios físicos de alto riesgo.Es así que construimos carreteras en lugares donde no deberíamos hacerlo, desestabilizamos taludes deforestando, ejecutamos obras hidráulicas sin mayores datos que los locales, sin prever que los ríos del Perú son parte constituyente se sistemas hidrográficos,etc. Hemos olvidado cómo los Incas ejecutaron sus obras civiles e hidráulicas tomando en consideración su impacto sobre el medio ambiente y viceversa, con una agricultura coherente con la Pachamama y las diversidades climáticas". Lo que sucede con "El Niño" es que la naturaleza reclama su espacio arrebatado por un desarrollo mal entendido donde la contaminación del suelo, aire y agua en el mundo moderno incide negativamente en países en vías de desarrollo como el nuestro, cuya situación se ve agravada por los niveles de pobreza que los peruanos debemos superar. Es imprescindible que entendamos que estamos al frente de una grave situación a pesar de los esfuerzos desplegados por el actual gobierno. Cuando la prevención y mitigación de daños no responde a planes trabajados con una adecuada anticipación se produce lo que estamos observando. Por ello es preciso que entendamos que los trabajos que desarrollemos mantengan la coherencia de los planes de mediano y largo plazo y no dejemos a las futuras generaciones de peruanos parte de la tarea que nos compete".

Un Plan para Lima (Publicación del 18 /1 / 2014)

"Lima festeja hoy el aniversario número 479 de su fundación. La fecha, sin embargo, la alcanza en una situación bastante menos buena de la que merecería. El crecimiento anárquico al que la han venido condenando una serie de administraciones metropolitanas y nacionales sin auténtica visión de largo plazo ni coraje para las reformas estructurales la ha vuelto una ciudad altamente contaminada, difícilmente transitable, violentada en su patrimonio histórico, casi desprovista de áreas verdes, de estética nada armoniosa y esencialmente caótica. Lima necesita una visión de ciudad y un plan ordenador desesperadamente. En ese sentido, la administración municipal de la señora Villarán ha tenido el innegable mérito de presentar el Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima 2012-2025 (PRDC), que contiene una visión integral para el desarrollo futuro de Lima. Así, el PRDC plantea que el crecimiento poblacional se oriente hacia las ciudades de Huacho y Cañete, llamadas “ciudades compensatorias”, así como a nuevas ciudades “autosostenibles” en las pampas de Ancón y de San Bartolo y en Lurín, uniendo estos últimos lugares con las ciudades anteriormente mencionadas por medio de trenes de cercanías y de un sistema de cabotaje. El plan propone también una política de densificación urbana ordenada y de viviendas populares en los márgenes. Asimismo, plantea crear un cinturón ecológico, forestando y desarrollando como áreas agrícolas y turísticas las cuencas de Lurín, Chillón y Rímac, y trabajar el borde costero de Ancón a Pucusana como área de recreación. Finalmente, sugiere la creación de una zona industrial.Sin embargo, en lo que respecta al central problema de la movilidad, el plan postula solo dos líneas de metro al 2025, cuando para esa fecha podrían estar operativas las cinco que integran la red que se ha diseñado. Y, aunque advierte la contradicción entre la meta de poner al Callao y a Lima como centro de servicios del Pacífico sur y los altos costos logísticos que ahora existen por las insuficiencias viales, el plan no aborda el serio problema de acceso al Callao ni propone extrapuertos o un sistema integral de vías regionales que faciliten la salida de las exportaciones por nuestro puerto. Por otro lado, el Plan Urbano de Lima Metropolitana, que resulta fundamental para aterrizar el plan anterior, aún está en elaboración. El plan urbano debería diseñar los instrumentos concretos como la zonificación, las áreas de expansión urbana e industrial y su administración, el manejo de suelos, los proyectos de transporte, la vialidad, la vivienda, los proyectos de recuperación patrimonial, los mecanismos operativos y de concertación con el sector privado, el presupuesto, etc. Nada de eso existe ahora y sin esto el PRDC permanece flotando en las nubes. De hecho, los proyectos que hasta la fecha vienen ejecutando la propia municipalidad y los ministerios de Transportes y de Vivienda en Lima nacen de iniciativas poco vinculadas al PRDC (salvo, acaso, el proyecto de vivienda La Alameda de Ancón y el de las áreas reservadas para los polígonos industriales en Lurín). Existe, pues, el riesgo de que el PRDC quede allí, olvidado hasta la caducidad, como le sucedió al plan urbano de largo plazo que ya antes había elaborado el Instituto Municipal de Planificación y que venció en el 2010. Por otra parte, si el PRDC logra traducirse en un plan urbano bien pensado,concreto y viable, tendrá que enfrentar una valla estructural en su aplicación:la demagógica decisión que creó un gobierno regional para Lima y otro para el Callao y que dividió así en jurisdicciones independientes lo que estaba unido en la naturaleza. Debido a ello, estos planes no pueden incluir al Callao y se ven, por tanto, anulados de partida en su intención de ser planes “integrales” para la ciudad. Es a causa de esto que los corredores complementarios que se acaban de adjudicar se detienen en el límite con el Callao. Y lo mismo pasa con el proyecto Vía Parque Rímac, por solo citar otro ejemplo. Si quería de verdad ser viable, el PRDC debió partir de tomar en cuenta este problema: lo primero que tuvo que haber propuesto fue un solo gobierno regional para Lima y Callao. Sea como fuese, la municipalidad aún está a tiempo de plantear esto y de aterrizar el PRDC en un buen plan urbano que sea consensuado con los ministerios que hacen obras en Lima, logrando así una suerte de “política de Estado” para la ciudad que trascienda alcaldes e instituciones. Acaso, de hecho, ya que la eficiencia ejecutiva no parece ser su fuerte,este pueda ser el legado de la administración Villarán: el lograr, finalmente,un plan orgánico, completo y sostenible para encauzar el futuro de Lima y posibilitar para los hijos de sus actuales ciudadanos la calidad de ciudad que,gracias al caos que ha reinado en las últimas décadas en el desarrollo de nuestra capital, sus padres no han podido tener.