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jueves, 20 de enero de 2022

Carta abierta al pueblo peruano del año 2030

Lima, 20 de Enero del 2022

Señores y señoras, peruanos del futuro año 2030 :

Muy estimados compatriotas

He tenido la oportunidad de conversar con dilectos peruanos en diferentes cuencas y escenarios del país, incorporando en el diálogo a ilustres expertos, especialistas, académicos, políticos , líderes de opinión y a gente de a pie, integrantes de un abanico generacional que llegaron a palpar el bicentenario de la independencia de la patria, algunos de los cuales   en la fecha pasaron ya a mejor vida.
Me dirijo a ustedes, para trasladar y socializar algunos de los tópicos tratados y manifestarles que el Perú es aún viable, pese a que transcurridos veintidos años del inicio del tercer milenio, aún no logramos valorar en verdadera magnitud el patrimonio y preciado legado cultural dejado por las generaciones que nos precedieron.
Para lograr el desarrollo sostenido es preciso formalizar al Estado empirico y ordenar la casa con un presupuesto público adecuado a la realidad , que llegara a crecer 4.5 veces en los últimos dieciocho años, sin mejorar proporcionalmente el indice de desarrollo humano.
Basta contrastar la brecha del PBI existente entre Lima y madre de Dios u otras regiones aisladas del derecho natural del hombre, a los efectos de reconocer que pasados los siglos, se debe mejorar el modelo aplicado.  
La corrupción, seguridad ciudadana y orden interno del país constituyen temas sustantivos en una agenda pendiente por resolver en las administraciones de turno que cuenta con recursos sub aprovechados para lograr la deseada estabilidad económica, social, política y ambiental.   
En el extremo ambiental, las recientes administraciones hicieron esfuerzos laxos para hacer entender a una parte de la población ignara, que no era posible lograr un desarrollo nacional en un territorio impactado por efectos de la contaminación que es vinculante con la salud pública.
Ante esta realidad, es importante fortalecer la gobernanza y gobernabilidad del país en términos jurídicos, cumpliendo las Leyes y respetando las instituciones del Estado de derecho en sus tres niveles de gestión; para lo cual es preciso resolver el expediente de la división política territorial, descentralización, desconcentración, conectividad, ordenamiento territorial, el tema del respeto y equilibrio para con la naturaleza, asi como el asunto de la puerta giratoria en la administración pública para regular la alta rotación en los cargos públicos y controlar la salvaje burocracia política evidenciada en el tiempo. 
En rigor, suscribo la posición que considera formalizar al Estado empírico como la piedra angular para fomentar la participación de la inversión privada en diversas industrias y sectores, así como adecuar la matriz energética para lograr los grandes retos planteados por las megatendencias, de modo tal que puedan coadyuvar en el logro de la seguridad alimentaria y el acceso y disponibilidad al agua en un país megadiverso y resiliente al cambio climático, pero a la vez sin un norte fijo por no seguir políticas de Estado.
Como se desprende de los resultados obtenidos en los últimos procesos electorales en el país, pese al esfuerzo del JNE y ONPE, la democracia representativa requiere corregir errores y mejorar los procesos en el marco de la mejora contínua, de esta forma las administraciones de turno podrán impulsar mejores niveles en salud,educación y trabajo en un país mas inclusivo. 
Escribo estas líneas en un escenario típico donde se demuestra la estulticia de algunos funcionarios negligentes por no dejar de bombear fluidos ante una manga colapsada y no comunicar oportunamente a las autoridades que con escasos reflejos, convirtieron un evento controlable de derrame del orden de seis mil barriles de petróleo al mar, en un desastre ambiental que afecta el ecosistema del litoral en Lima y Callao. 
Este evento lamentable por cierto, produce daño ambiental percibido por el ojo público de la sociedad peruana al haberse suscitado en la jurisdicción cercana a la capital de la república y su progresivo avance por efectos de la corriente que desplaza los contaminantes en dirección sur a norte, dinamiza a instituciones públicas que generalmente carecen de diligencia debida cuando ocurren desastres de igual o mayor magnitud en el interior del país.
Este suceso no es nuevo en el país, algunos piensan que con limpiar y remediar es suficiente, sin embargo las responsabilidades de limpieza no son cumplidas eficientemente, los protocolos, leyes y reglamentos son vulnerados impunemente, donde el impacto recurrente de millones de toneladas de pasivos ambientales de diversas industrias extractivas, incluyendo a los residuos sólidos municipales contaminan anualmente los cuerpos de agua, suelo y aire.
La criminal deforestación anual de miles de hectáreas de bosques, así como la grave contaminación del medio ambiente , se mantienen vigente al mantenerse un marcado sezgo del principio contaminador pagador, en nuestro país donde resulta bastante económico contaminar y depredar la naturaleza, pues la existencia de algunos funcionarios públicos  y hombres de prensa sometidos a intereses crematísticos, hacen permisible los sobrecostos a la Nación ante el deterioro de ecosistemas prístinos y salud pública impactados fundamentalmente por la contaminación de origen antrópico que vuestra generación pudiera atender con mayores  éxitos que la nuestra.     

 ! Dios bendiga al pueblo peruano e ilumine a sus gobernantes !

Dr Javier Prado Blas 
Ing. vitalicio  CIP N° 38874 
DNI N° 08186048


Marea negra en litoral peruano, avanzando de Sur a Norte _ Enero 2022_Lima_Perú

Bioacumulación de contaminantes por hidrocarburos en litoral peruano_Enero 2022

Humedales de Ventanilla en riesgo por derrame de petroleo al mar_Enero 2022

miércoles, 19 de agosto de 2020

Se va yendo una generación dorada con el COVID-19

Próximos a cumplir doscientos años de independencia muchos sentimos que en Perú se está yendo una generación que nos merece las más alta consideración y reconocimiento intergeneracional, dejando tras su paso  un legado de valores y principios, producto de una constante lucha para alcanzar sus ideales por ver una cultura de libertad, con pleno Estado de derecho en el país de los Incas.
Una generación noble e íntegra, que no se amilanó ante los retos y desafíos presentados por el territorio donde vivieron y batallaron, caracterizada por una áspera geografía de país andino y amazónico. 
Siguiendo el legado de los antiguos peruanos, se enfrentaron estoicamente a desastres naturales, terremotos,fenómeno El Niño, sequías y epidemias; así como al ataque artero de factores antropogénicos, principalmente a aquellos que permitieron escalar la desigualdad social así como de luchas intestinas, ampliar la brecha de infraestructura física, aumentar los niveles de informalidad, reducir la calidad de los servicios de salud y educación, toleraron que las áreas rurales subsidien a las zonas urbanas, dejando sin mayor sustento de productividad y competitividad vinculada a una pseudo economía social de mercado que beneficia a colectividades en perjuicio del bien común y desarrollo nacional.
En este contexto, corregir el crecimiento mal entendido del país, demanda esfuerzos de largo aliento para alcanzar el desarrollo humano por las que lucharon los antiguos peruanos y soñaron disfrutar esta generación que se nos va yendo.
Es preciso que los valiosos recursos naturales y humanos con que cuenta el país, beneficien a las grandes mayorías y sean distribuidos a los espacios geosociales en todo el territorio nacional.
Por consiguiente, es preciso hacer uso real, efectivo y racional de los recursos que vienen siendo afectados en las últimas décadas, ya sea por acción o inacción de funcionarios responsables del manejo de la cosa pública en los tres niveles de gestión, los cuales fueron o vienen siendo procesados por la justicia ante una corrupción galopante –incluyendo a personajes de los tres poderes del Estado- que merece la aplicación de eficaces políticas de Estado para mitigarlas.
Las políticas, planes, programas y proyectos en el país deben apuntar a un norte definido, obedeciendo a las reales necesidades que ancestralmente demandan los pueblos e inversiones tanto públicas como privadas, para alcanzar el desarrollo sostenible de un país con un pasado glorioso que se encuentra en búsqueda de su destino.

Pacto social para salir de la crisis

Como otros países del Planeta en la actualidad y de cara al futuro, Perú demanda esfuerzos conjuntos para salir de la crisis Social,Política, Económica y Ambiental en que se encuentra sumida por diversos factores acumulados a través del tiempo y evidenciada recientemente por la Pandemia ocasionada por el nuevo coronavirus en donde Perú es el sexto país con más casos en el mundo. Esta posición, es efecto sistémico de las crisis recurrentes que nos pasa factura cobrando vidas de la generación que se encuentra entre los mayores de 60 años.
La estructura del conteo de esas muertes indica que el 98% son adultos y adultos mayores.
Dadas las condiciones existentes en las zonas calientes del país,en el proceso se infectan también jóvenes que oponen resistencia a perder la vida; siendo los llamados a unirse y trabajar monolíticamente para salir de la crisis,reconstruyendo la Nación, el Estado de derecho, fortaleciendo la gobernanza y dándole gobernabilidad al país.
Para salir de la crisis, entonces es necesario reconocer que la "conocida normalidad" con que se llegaba a cumplir los doscientos años de vida Republicana  no estuvo exenta de elevados niveles de asimetría entre los que nacieron o vivieron lidiando patrióticamente en territorio peruano y que hoy pagan con sus vidas la cuota inicial de la factura que cuesta equilibrar esa iniquidad. Asimismo, las Políticas de Estado a seguir, no pueden soslayar que el Perú se encuentra situado en un lugar estratégico en la Región de las Américas y se encuentra influenciado por elementos externos que deben tomarse en cuenta para consolidar su Política externa, a la par de considerar efectivamente el desarrollo de la ciencia , tecnología e investigación científica, como instrumentos de gestión para los tomadores de decisiones.
Podríamos mencionar una amplia lista de requisitos que no aplicaría a un sistema de numerus clausus por las características de país multidiverso  y la dinámica de ordenamiento territorial que debe aplicarse ante una división política territorial que demostró no ser la ideal para alcanzar el anhelado desarrollo de los pueblos del Perú en su conjunto.

¿Asistencia humanitaria para la costa peruana y Lima ?

La foto del momento viene siendo descrita por una carta abierta de fecha 18 de agosto del 2020, donde Defensoría del Pueblo se pronuncia respecto al régimen de excepción transitorio dictaminado por la administración Vizcarra y terminó prolongándose sucesivamente. En ella hace mención, que a los "cinco meses después de haberse adoptado estas medidas nos encontramos en el momento más crítico de la Pandemia, con un sistema de salud colapsado, una extendida crisis social que afecta severamente los derechos fundamentales de las poblaciones mas vulnerables, en su acceso a la alimentación,vivienda,educación, entre otras necesidades básicas, y el colapso del sistema económico, reflejado en la pérdida de más de seis millones de empleos a nivel nacional (...)."
Bajo este pronunciamiento se critica subliminalmente a la política reactiva de los gobiernos de turno , donde la prevención brilla por su ausencia en espacios altamente vulnerables.
No se observa ni por asomo el amorfo crecimiento concentrado en la costa peruana y la capital de la República peruana, Lima, haciéndola altamente vulnerable a los antes mencionados eventos naturales y los creados por el propio hombre.
Nos queda claro que el País debe ordenar su territorio para buscar su desarrollo, o deberá enfrentar recurrentes crisis que conlleven alcanzar desastres de grandes magnitudes, donde se reducen las opciones de salida que aún le quedan para corregir el espejismo de crecimiento difundida por algunas colectividades que se vieron beneficiadas por el modelo de desarrollo aplicado.
Podemos recurrir a una serie de indicadores económicos, sociales, ambientales .... RIN,PBI,IDH,PEA,ECA (...) , los cuales apuntan a la necesaria toma de decisiones por parte de los actores sociales para adoptar medidas que no sólo constituyan paliativos a una coyuntura de salud pública en una cuenca determinada del país. 
Se sueltan cifras como globos de ensayo, siendo una mas dramática que la otra, informando que el país retrocede décadas en ese desarrollo mal entendido y se pide unidad para reconstruirlo y volver a la "normalidad"; vislumbrando una luz al final del túnel que tiene como nombre "vacuna", como si con esta vacuna - que tiene una finalidad específica - pudiera resolver los grandes problemas nacionales que involucran a los mas de 32 millones de peruanos.   
Los ojos del mundo se posan sobre la zona cero del Perú por el impacto que tiene en la cifra de muertes producidas en corto plazo por enfermedades infecciosas, sin embargo, la generación que se va yendo lidió "a plazos" con las enfermedades producto del arrojo indiscriminado de las aguas de producción vertidas sin tratamiento a cuerpos de agua en zonas de explotación petrolera, las agua contaminadas por metales pesados en áreas con minería informal,deterioro de la calidad de vida por respirar plomo en una de las localidades mas contaminadas del planeta (...) ; teniendo como corolario el desbalance del presupuesto público para priorizar políticamente y en términos electorales a la costa peruana y Lima, con la recurrente lucha contra la corrupción que alcanza a las mas altas esferas del poder, que constituye un verdadero cuello de botella al que las sucesivas administraciones de los gobiernos democráticos en Perú se comprometan efectivamente a combatir frontalmente bajo una política de Estado que trascienda a una norma declarativa.
La vulnerabilidad de Lima creció exponencialmente por la política centralista del crecimiento peruano.

lunes, 17 de diciembre de 2018

Gestión forestal en país Amazónico : El caso peruano

En Perú se está escribiendo una etapa importante en el proceso histórico referente a la gestión forestal en un país amazónico que realiza marcados esfuerzos para alcanzar su desarrollo sostenible.
Como una condición de trabajo se presenta la lucha frente a la corrupción sistémica en el país, que penetró e inficionó hasta los funcionarios mas altos en los tres niveles de gestión del gobierno, implosionando con el enfrentamiento entre el ejecutivo y el legislativo. Asimismo, cuenta con un poder Legislativo lento de reflejos para identificar los grandes temas nacionales que demandan legislar a efectos de fortalecer políticas de Estado; legitimando un referéndum nacional que convalidó el conocimiento científico sobre los problemas de gobernanza y gobernabilidad existentes de larga data  y que merecen atención por parte del Estado.
No podemos  soslayar el rol desempeñado bajo el radar de las Leyes por el poder judicial, debiéndose anotar como un hito en casi doscientos años de vida republicana, "la primera sentencia condenatoria" dictada por la corte superior de justicia de Lambayeque- Expediente N° 3243-2017-66- al autor del delito contra los recursos naturales en su figura contra bosques o formaciones boscosas en su forma agravada.
Debo precisar que en mi paso por la primera maestría en ciencias ambientales de la Universidad Nacional Agraria La Molina, pude contrastar con los enfoques , sobre el tema gestión forestal, recabados en mi alma mater la Universidad Nacional de Ingeniería, encontrando grandes coincidencias con investigadores sobre la materia, tal es el caso de Marc y Axel Dourojeanni, entre otros  expertos.
Algunas de mis opiniones sobre el particular fueron transmitidas al centro Mundial para el seguimiento de la Conservación de ONU Medio Ambiente ( UNEP-WCMC, por sus siglas en inglés) vinculadas a la ingeniería para aumentar la resiliencia de infraestructuras hacia riesgos de desastres naturales, sin embargo, suscribo en todos los extremos lo expresado por Marc Dourojeanni respecto a los "ocho errores capitales de la gestión forestal en el Perú" publicado en actualidad ambiental :
Es bien conocido que el sector forestal peruano no satisface las expectativas de la sociedad. Esa es una realidad que es evidente cuando se sabe que, pese a ocupar el noveno lugar en el mundo por la extensión de sus bosques, ni siquiera consigue abastecer su propia demanda de productos forestales. Además, los bosques peruanos están siendo destruidos y degradados a un ritmo creciente, con graves impactos ambientales. Una de las principales causas de esta situación es el estilo de gestión forestal que se reitera por décadas, pese a las evidencias de su fracaso.
Bosques amazónicos en Perú son degradados a un ritmo creciente
En esta nota se resume esa situación mencionando sus ocho errores principales.
Que algo anda mal en el sector forestal peruano no es novedad. Esa es una realidad que se prolonga por décadas y que es evidente con: 
(i) la pérdida anual de enormes extensiones de bosques valiosos literalmente transformados en humo, agravando el cambio climático,(ii) la gran superficie deforestada y habilitada para agricultura o pecuaria que no produce nada o casi nada cada año,(iii) la informalidad que domina la extracción de madera así como de otros productos del bosque,(iv) la reiterada vergüenza de tener que admitir que gran parte de la madera exportada es ilegal y,(v) una reforestación mínima si comparada con el potencial y con lo que hacen los países vecinos. 
Pero la mejor prueba de que existe un grave problema es que el sector forestal de un país como el Perú, que ocupa el noveno lugar entre todos los países del mundo por su extensión de bosques, no contribuye ni con el 1% de su PBI y que, para colmo, es un importador neto de productos forestales.
Una de las principales causas directas del mal uso del patrimonio forestal es la persistencia en un estilo de gestión forestal que, después de cinco leyes en 50 años, las que machacaron todas sobre la misma tecla, ha demostrado que no funciona. Ocho importantes errores persisten.

Algunas cifras

El bosque natural peruano, que hasta hace 60 años cubría más de 77 millones de hectáreas, hoy ha perdido entre 12  y  18 % de su extensión original, según los parámetros que se usen para el cálculo. Apenas entre los años 2000 y 2017 se ha derrumbado y quemado 2,1 millones de hectáreas, que fueron sustituidas por una agricultura precaria o por bosques secundarios de bajo valor. En 2016 se eliminó 164.700 hectáreas de bosques nativos.
De los más de 8 millones de hectáreas oficialmente deforestadas en la Selva –en realidad, la deforestación acumulada es mucho mayor- mal se usa para  agricultura unos 2,2 millones de hectáreas que producen, cada una, varias veces menos de lo que podría si se le aprovechara medianamente bien aprovechando la tecnología agrícola disponible. Dicho de otro modo, se elimina el bosque pero pocos años después  se abandona casi sin uso la mayor parte de la tierra ya habilitada.
De otra parte, la explotación forestal actual es agotante y nunca alcanzó a producir siquiera el 1% del PBI, de lo que la mayor parte es leña.  Por no respetar pautas técnicas ni las reglas establecidas, esa explotación degrada algunos millones de hectáreas a cada año. Se estima que  hasta el 60 % de los bosques que no fueron eliminados  ha sido seriamente degradado por la extracción forestal selectiva, por caza o extracción abusivos, o por contaminación petrolera y minera. 
Finalmente, pese a que el Perú posee más de 10 millones de hectáreas aptas para la reforestación, sus plantaciones forestales ocupan una extensión ínfima  y son de baja productividad, en especial si se compara esa situación con la de sus vecinos Chile y Brasil. Por todo eso el Perú no cubre su propia demanda, siendo un importador neto de productos forestales.

¿Por qué ocurre eso?

Esto ocurre, obviamente, porque la pobreza y la ignorancia aún predominan en la sociedad, acarreando informalidad y corrupción y asegurando la permanencia de una clase política que solo piensa en darse bien pero no en construir el país que es deseable.  En ese tipo de sociedades lo urgente siempre pasa delante de lo importante y, por eso, todo va de mal en peor. Pero eso no es novedad. Ese contexto sociopolítico tiene muchas facetas que impactan directamente en la cuestión forestal como, por ejemplo, el atraso considerable de la regularización de la tenencia de la tierra en la Selva y que, los pocos que se proponen cumplir las reglas sufren la presión de la burocracia mientras que los que las violan no enfrentan problemas.
Entonces, para el pobre que no tiene alternativa, así como para el rico que sólo piensa en ser más rico en una sociedad sin control social, la única opción viable, además de fácil y rentable, es deforestar para plantar, criar vacas o sacar oro aluvial, y asimismo, degradar el bosque tirando desordenadamente sus maderas y cualquier producto de valor que contenga.
La gestión forestal, en ese contexto, enfrenta dificultades casi insalvables para racionalizar el uso y asegurar la conservación del recurso a su cargo. Pero parte importante de la causa de este escenario tan desfavorable está en el propio sector forestal peruano que persiste en un estilo de gestión que ya demostró no funcionar dada la realidad socioeconómica.

Primer error. 

No aceptar plenamente que los servicios ambientales del bosque natural son más importantes que su rentabilidad económica convencional.
Cualquier análisis económico integral demuestra que el bosque es mucho más valioso por sus servicios ambientales que como productor de madera y otros bienes. Si bien hay una cierta compatibilidad entre ambas opciones de aprovechar los beneficios del bosque, ésta es difícil de alcanzar ya que implica aplicar el concepto de sostenibilidad que, como se sabe, en gran medida es una utopía. Para el futuro de cualquier nación es mucho más importante tener bosques naturales que explotarlos. La madera puede ser reemplazada por otros materiales, como plástico y metales. Pero  la calidad del aire, la disponibilidad de agua, la regulación del clima  y el mantenimiento de la diversidad biológica, son insustituibles y, lo que es más importante, son esenciales para la vida.
Esta realidad ha tomado mayor vigencia con las evidencias de la importancia del bosque tropical como sumidero de carbono tanto en la biomasa como en el subsuelo y del impacto de su liberación con relación al cambio climático. La confirmación de la teoría de los “ríos voladores” cuya fuente es la transpiración de los bosques amazónicos  ha agregado otra dimensión enorme a esas realidades.  El problema es que esos servicios para los peruanos y para la humanidad, a pesar de las interminables discusiones internas e internacionales, no han culminado en pagar efectivamente a los que cuidan del bosque.
La consecuencia práctica de esa situación es, que a pesar de los esfuerzos de la corriente conocida como economía ecológica, los aportes de los servicios ambientales no han penetrado en las mediciones y cálculos de la economía convencional. Es decir que las promesas de retribución concreta, en dólares contantes y sonantes, por conservar bosques para frenar el cambio climático o para proveer agua limpia y regular a las ciudades, no se han materializado.
Pero ese momento, aunque demore, llegará sin duda. Mientras tanto, hay muchas opciones bien conocidas de hacer más rentable el aprovechamiento sostenible del bosque…. Pero todas esas opciones son posibles si existe respeto a la ley… y siempre y cuando la ley sea sensata, lo que no es el caso.

Segundo error.

La responsabilidad del manejo de los bosques naturales  públicos debe ser del Estado, pero este deja el problema al sector privado.
Es preciso recordar que el manejo forestal es la expresión final y la más  decisiva de la gestión forestal. En términos legales, la gestión forestal es en teoría ejercida por el Estado. Pero eso no ocurre con su última y más importante etapa que es el manejo forestal que es delegado en el sector privado.
Si el bosque natural es antes que todo un proveedor de servicios ambientales fundamentales que, por definición, son para la sociedad en su conjunto, la responsabilidad de su conservación y/o uso prudente  debe corresponder principalmente al Estado y no a los eventuales usuarios. Pero no es así.  Desde la primera ley forestal peruana, en 1963 y hasta la actualidad, la responsabilidad primaria del manejo sostenible de los bosques naturales públicos reposa en el sector privado a través de contratos y ahora de concesiones en los bosques de producción, no siendo ejercida directamente por el Estado. Éste, apenas define las normas generales y pretende supervisar su aplicación.  Dicho de otro modo, el Estado actualmente tiene la pretensión de  hacer la gestión del recurso pero deja el manejo, en el mismo bosque, a intereses económicos particulares. La supervisión del manejo es, lamentablemente, muy deficiente y por eso, en la realidad, los madereros o las empresas forestales prácticamente hacen lo que quieren.
Los planes de manejo forestal que son preparados por las empresas para cada concesión son, en general, basados en inventarios forestales deficientes y aunque eventualmente los planes sean de calidad razonable raramente son aplicados y nunca lo son en forma consistente  a lo largo del tiempo. Apenas son documentos rituales para poder explotar, transportar y comerciar la madera. El resultado es que tanto como el 90% de la madera extraída de los bosques naturales amazónicos es técnicamente  ilegal, lo que significa que su extracción compromete la capacidad de esos bosques de continuar brindando los servicios ambientales. Los esfuerzos del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), del   Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor) y de las administraciones forestales regionales no consiguen evitar esa situación ya que además de no disponer de los medios para hacerlo, tampoco “tienen la sartén por el mango”. Les resulta imposible supervisar lo que ocurre en 17,8 millones de hectáreas, de las que 9,4 millones están concedidos a cerca de 2.000 empresas, sin mencionar otras modalidades de extracción, como 3 a 4.000 permisos y autorizaciones.  Por eso, las concesiones forestales han sido un fracaso en términos de manejo sostenible, como constatado por el Osinfor, por la Defensoría del Pueblo  y, asimismo,  evidenciado por la alta desistencia de empresas concesionarias.
Por esos motivos el cambio más drástico pero indispensable es dar al Estado, la responsabilidad completa sobre el manejo del bosque natural, como la tiene ya sobre la gestión del recurso a nivel nacional. Es decir que los planes de manejo deben ser realizados por las agencias del gobierno competentes, como el antes mencionado Serfor y las administraciones forestales regionales y, esas mismas agencias, deben ejecutar su aplicación.

Tercer error.

Asumir que el manejo de los bosques naturales ejercido por el Estado obstaculizaría el aprovechamiento de los bosques naturales por el sector privado.
La propuesta de que el manejo forestal sea realizado directamente por el Estado no reduce el rol del sector privado que continúa siendo el responsable de extraer la madera del bosque, transportarla, procesarla y comercializarla. Lo único que cambia es que la tan criticada y hasta ahora ineficiente estrategia de dar concesiones grandes -o pequeñas- sobre el recurso forestal es reemplazada por subastas periódicas del volumen y de las especies de madera que pueden ser extraídos del bosque, de acuerdo al plan de manejo de cada unidad de manejo.  El plan de manejo de los bosques administrados por cada unidad forestal debe considerar abastecer, en la medida de lo posible, la demanda de las  industrias localizadas en ese ámbito. Esos planes son, obviamente, discutidos y aprobados con participación plena de todos los actores locales y su aplicación es supervisada con participación de la sociedad local, en especial de las industrias madereras que aprovechan la madera de esos bosques.
Esa es la forma en que se manejan los bosques naturales –a veces reconstituidos y naturalizados- públicos de la mayoría de los países desarrollados, a veces  desde hace siglos, y el buen estado productivo de los bosques en esos países demuestra que funciona bien y que la convivencia entre producción y conservación, aunque difícil, es posible. El sector privado, cuando explota bosques públicos, se libera de todos los costos y problemas que acarrea ser responsable del manejo. Por ejemplo, disponer de profesionales especializados en manejo, gastos de guardianía para evitar invasiones, costosas certificaciones o soportar las supervisiones periódicas por parte de reparticiones del gobierno. Apenas debe, cuándo entra al bosque a sacar la madera que ha comprado, cumplir las exigencias propias de la extracción, establecidas en el concurso al que aplicó.
El costo del manejo por el propio gobierno debe ser cubierto por el precio de la madera en pie –canon forestal- que es vendida por el gobierno. Con esos recursos, cuyo uso siempre es supervisado por  todos los actores locales al nivel de la unidad de manejo mediante consejos de gestión forestal, la autoridad forestal local contrata empresas que construyen las vías de extracción, hacen las labores silviculturales y vigilan el cumplimiento de la ley. Es obvio que eso implica un cierto crecimiento de la administración pública forestal, pero nada que no pueda ser cubierto por la producción maderera de bosques bien manejados.

Cuarto error. 

No dar a la madera de bosques naturales amazónicos el valor que realmente tiene.
La madera de los árboles nativos tropicales debe ser tratada como un producto muy precioso. No solamente por su belleza, raridad y diversidad, sino porque en muchos casos es el resultado de siglos de crecimiento lento, totalmente orgánico y natural. Cedro y caoba, entre tantas otras que tienen gran demanda internacional y que por eso generan hasta operaciones sofisticadas de contrabando y de corrupción, son apenas algunas del más de un millar de especies de maderas valiosísimas y hasta ahora totalmente desperdiciadas. Las maderas “baratas”, que si no son quemadas durante el desbosque, son en general usadas para cajonería, muebles populares o encofrados en la construcción civil cuando, si bien tratadas, son verdaderas maravillas para su uso en mueblería fina u para otros usos especiales y muy nobles.
No importa si se las exporta como productos acabados o semi-procesados o simplemente como trozas. Lo importante es que, desde el momento de su cosecha se las trate como se merecen. Es decir como si fueran la mejor uva para el vino más sofisticado o como si fueran el tabaco de alta calidad que dará lugar a los más finos cigarros. La madera amazónica, cuando escapa al desprecio, desperdicio  y mal trato que se le da en la región, se transforma en muchos de los productos más caros y preciosos del mundo. Se debe, pues, producirla con cariño y cobrar el alto precio que realmente tiene y abastecer una gran demanda crecientemente insatisfecha. Apenas hacer saber y promover la decisión de conducir la explotación maderera a ese escalón de calidad, puede rentabilizar el manejo forestal productivo sin perjuicio para los servicios ambientales.

Quinto error.

Pulverizar la gestión forestal en tres ministerios y en las regiones y en muchas agencias y reparticiones.
De otra parte, en la actualidad, el pequeño sector forestal está literalmente descuartizado entre tres ministerios y los gobiernos regionales.  Una parte está en Agricultura (el Serfor), otra en Ambiente (Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático), otra está en la Presidencia del Consejo de Ministros (el Osinfor) y, finalmente, mucho recae en las desimplementadas administraciones regionales. La separación de funciones no es clara, existe descoordinación así como competencia desleal entre esas agencias tanto por fondos como por poder y, claro, los costos de la gestión forestal son innecesariamente multiplicados.
Aunque en beneficio de la descentralización y desconcentración de la administración pública sea necesario mantener y ampliar la regionalización, las otras tres agencias podrían estar todas reunidas en un solo sector. No hay, realmente, justificación actualmente válida para mantenerlas separadas. Más aún si se lleva en cuenta la absurda división de la gestión del recurso fauna, tema en el que no se entra en esta breve discusión.

Sexto error. 

El comando de la gestión de los bosques naturales debe ser del Ministerio del Ambiente.
Si la función principal del bosque natural y de su manejo es brindar servicios ambientales y si la producción de madera y de otros productos del bosque natural puede lograrse manteniendo razonablemente esa función, su gestión debe ser hecha por el sector del Estado que se ocupa del ambiente. De hecho ya son pocos los países en que la gestión del bosque natural aún se encuentra bajo comando del sector agropecuario, precisamente por las razones antes expuestas. En países donde el desarrollo forestal es muy importante existe una institucionalidad de nivel ministerial propia.  En otros, la mayoría, se le ha asignado a los ministerios que se ocupan del ambiente
Es que hay un antagonismo fundamental entre la función precipua del sector agrario -es decir la producción de alimentos y otros bienes- y la función de conservar los bosques naturales por la importancia de sus servicios ambientales. En efecto, antes de la actual explosión de minería ilegal, la agricultura era la única y aún es la principal causa de la deforestación. El subsector forestal, dentro del sector agrario, siempre ha sido secundario y sometido a decisiones fundamentadas en la constante necesidad de aumentar la producción agropecuaria. Es, en gran parte por eso que el subsector forestal peruano nunca consiguió desarrollarse bien.
El sector Ambiente ya es parcialmente responsable de la gestión de los bosques naturales. En efecto, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) está a cargo de la preservación y manejo, inclusive productivo de bosques en algunas categorías de áreas protegidas, sobre unos 20 millones de hectáreas de bosques y otras áreas naturales. Este sector, asimismo, es responsable por el Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático que prioriza, por ejemplo, trabajar en tierras indígenas. Esas dos dependencias deben intervenir en más del 50% de los bosques del Perú y administrar  otro tanto de los  fondos destinados a los bosques naturales en el país.   Nada más lógico, pues, que entregarle el resto.
Es decir que el Serfor debería ser integrado al sector Ambiente y que este, a su vez, debería absorber al Programa Nacional de Bosques y quizá al Osinfor, simplificando la burocracia. El Osinfor fue un resultado del Acuerdo de Promoción Comercial Perú – EEUU, para combatir la corrupción en el sector forestal. Si el manejo forestal es realizado por el propio Estado, el Osinfor pierde parte de su razón de ser. Puede convertirse en un órgano de control interno, aunque para eso ya existen otros mecanismos en cada ministerio.

Séptimo error. 

Escaso apoyo efectivo a la reforestación con fines de producción.
Los bosques naturales son esenciales para mantener servicios ambientales pero los bosques cultivados son o deben ser la base de la producción forestal industrial. Pinos y eucaliptos no se siembran, en general, para mejorar el ambiente y si para producir madera o resinas que alimentan industrias mecánicas o químicas. No hay gran diferencia entre plantar eucaliptos y plantar cacao, café o palma aceitera. Es un tema perfectamente coherente con las responsabilidades de cualquier ministerio de agricultura.
La reforestación con fines industriales merece mucho más atención de la que recibe dentro de un servicio forestal convencional que tiene, como en el Perú, una larga tradición, aunque haya sido poco exitosa, de dedicación al bosque natural. La reforestación merece tener, en la administración pública, en el Ministerio de Agricultura, una institución propia y especializada, con rango elevado, similar al que se otorga a la agricultura o a la ganadería, a las que es en todo comparable. Potencialmente la silvicultura tiene tantas o más posibilidades de expansión que esas dos actividades juntas, especialmente ocupando las tierras deforestadas abandonadas o subutilizadas. Para desarrollar la reforestación en gran escala también se necesita mucha dedicación a la creación de una estrategia de incentivos económicos propia, como se ha hecho para lanzar los programas silvícolas de Chile y Brasil, cuyos PBI forestal son muy importantes gracias a la reforestación y  no a la explotación de sus bosques naturales.
Existe, como siempre, una área gris entre la reforestación para producción y la reforestación para restauración de ecosistemas degradados en la que el objetivo económico directo – producción de madera- es subsidiario al objetivo de conservar el suelo o de garantizar el abastecimiento de agua a centros urbanos o áreas agrícolas. En esos casos, es decir en los que están relacionados al manejo de cuencas hidrográficas, la coordinación intersectorial debe resolver lo que se hace en cada situación.

Octavo error. 

Descuidar los bosques de protección o protectores que en un país montañoso como el Perú son claves para el manejo de las cuencas hidrográficas.
Los estudios disponibles sobre la capacidad de uso mayor de los suelos del Perú indican que en la Selva existen casi 19 millones de hectáreas, es decir grosso modo un 25% de esa región, cuyos suelos sólo serían aptos para ser conservados o protegidos. Aunque esa cifra puede ser discutible es evidente que la mayor parte de los bosques naturales de la Selva Alta y muchos de los que están en Costa y Sierra no deben ser eliminados pues se encuentran en pendientes muy fuertes, altamente erosionables y porque captan y acumulan agua. Mantenerlos no solo permite evitar desastres naturales que afectan vidas e infraestructuras sino que garantiza el abastecimiento de agua de calidad para las ciudades y agricultura de los valles, mantiene estable el caudal y el cauces de los ríos  y, también alberga gran parte de la biodiversidad y del potencial turístico del país.
Pero los bosques de vocación protectora -el término incluye toda la vegetación natural- no se restringen a los que cubren las fuertes pendientes andinas. En realidad la función protectora del bosque y de la vegetación natural se extiende asimismo a las riberas de ríos, lagos y lagunas; a las nacientes de agua, al tope de las montañas, a la que cubre y fija las dunas, etc. Sin la vegetación protectora en la borda de los ríos estos reciben muchos sedimentos, salen del cauce y destruyen cultivos y viviendas, la calidad del agua que conducen se deteriora y, por ejemplo, en el caso de las dunas, éstas avanzan sobre los pueblos y la agricultura.
Lo curioso es que a pesar de lo anterior, que es indiscutible, los únicos bosques de protección y protectores que existen en el Perú cubren apenas 570.000 ha, es decir poco más del 0,8% de lo que realmente debería estar muy bien cuidado apenas en la Selva y quizá apenas 0,4% de lo que debería estar protegido en todo el territorio nacional. Es verdad que parte de los bosques con vocación protectora ocurren, en mayor o menor proporción, dentro de la mayoría de las áreas naturales protegidas, tales como parques, santuarios y reservas nacionales o comunales -que dependen del Sernanp- y en algunas otras áreas naturales protegidas regionales o particulares.    Quizá se cubra así hasta un 20% de lo que debería ser protegido en la Selva bajo el criterio de bosques de protección.   El resto, o sea la mayor parte de esos bosques, está dentro de tierras públicas no alocadas y en gran parte dentro de tierras de comunidades campesinas y nativas y, obviamente, también en propiedades privadas, grandes o pequeñas.
Esta situación deriva de un error iniciado con la ley forestal de 1975 y que, como otros errores, ha sido perpetuado en las leyes siguientes. El resultado es que, para defenderlos, se ha optado por crear una categoría especial de área natural protegida con el nombre de “bosques de protección” (Sernanp)  que requieren de un complejo ritual de creación, planos de manejo, presupuesto individual para infraestructura, personal, etc.  Por eso es que se crearon tan pocos y se abandonó la mayor parte. Ocurre que es simplemente imposible cuidar esos bosques en forma individualizada. Esos bosques cubren una extensión enorme y están en todas partes. Por eso, en casi todos los demás países del mundo, ese tipo de vegetación protectora es protegido por el simple efecto de una ley y no requiere declaraciones específicas que son apropiadas para las verdaderas áreas naturales protegidas, cuya función primordial es la conservación de muestras representativas de los ecosistemas y de la biodiversidad.
Decidir cuál es el pendiente límite -en general por encima de 45º- o el ancho del bosque a ser protegida en la ribera de los cursos de agua –que depende del caudal- es un tema técnico, variable con una serie de situaciones, que debe ser reflejado en la ley.  Pero, las normas deben ser claras y muy simples de aplicar y verificar. La responsabilidad de proteger esos espacios es de cada ciudadano y de cada propietario y, como en el Brasil entre otros países, ese tipo de legislación es estrictamente aplicado por las autoridades agrarias, forestales y ambientales y asimismo por el Ministerio Público, pues no respetarlo implica perjuicios graves a toda la sociedad.  En el Brasil la falta de respeto a esa legislación implica imposibilidad de conseguir préstamos agrarios; venta, compra o alquiler de propiedades rurales, además de multas y de la obligación de recuperar o compensar los bosques destruidos.

Conclusión

Hay algunos aspectos de la gestión forestal del último medio siglo que funcionaron bastante bien. Ese ha sido el caso, en especial, del tema de las áreas naturales protegidas que a pesar de las limitaciones presupuestales  ha asegurado la conservación de la mayor parte de la diversidad biológica del Perú y estimulado un creciente turismo nacional e internacional, entre otros progresos indiscutibles. Pero, como visto, ese no es el caso de la gestión de los bosques naturales  productivos ni, por otras razones, la de los cultivados.
No tiene sentido continuar haciendo lo mismo que no funcionó durante más de medio siglo. Siempre es difícil cambiar la rutina o ir contra las tradiciones que se perpetúan en las burocracias y en las universidades. Pero no es imposible. Y, si se desea que los bosques peruanos contribuyan real y efectivamente al desarrollo nacional, es urgente rediseñar la política forestal y reformar la legislación".

jueves, 10 de mayo de 2018

Calidad de agua como componente del indicador de desarrollo humano

En sendos comentarios : "Disponibilidad y acceso al agua en Perú" e "Investigación criminal para garantizar el acceso al agua" puse sobre la mesa un tema que con el pasar de los años, se viene sistemáticamente soslayando en Perú : La calidad del agua para diversos usos.
Es importante referirnos al tema de calidad del agua, atendiendo lo expresado por  Albert Einstein en su carta a la Universidad Mayor de San Marcos en 1951 sobre la universalidad de la mente y el espíritu; respetando "el ideal de universalidad del dominio de la investigación, esforzándose por obtener verdades libres de propósitos, intenciones o prejuicios extraños; esforzándose por lograr universalidad de espíritu sin restricciones por motivos nacionales o políticos, de otra clase".

ODS al 2030 - objetivo 6:Agua limpia y saneamiento

A inicios del nuevo milenio, los líderes mundiales se reunieron en las Naciones Unidas (ONU) con la visión de combatir la pobreza en sus múltiples dimensiones. Esa visión, fue traducida en Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que marcó la agenda global hasta el año 2015. En la nueva etapa del desarrollo, los estados miembros de la ONU, en conjunto con ONGs y ciudadanos de todo el mundo, generaron una propuesta de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con metas al 2030, contemplando en su Objetivo 6 : Agua Limpia y Saneamiento.

Presión demográfica

El incremento de la población humana en el Planeta, acelerada en las últimas décadas, causan efectos impactando los recursos naturales de la Tierra, en especial el agua.
En el proceso,cada doce (12) años se incrementa en un mil millones de habitantes.

Crisis de gobernabilidad 

La crisis de gobernabilidad mundial en la gestión del agua no escapa a la realidad peruana, que a las consideraciones hechas de acceso y disponibilidad, se incorpora el gran tema de la contaminación del agua que afecta su calidad en diversos usos.
El orden de 32 millones de peruanos registran actualmente, unos mas que otros, los problemas derivados de la inadecuada gestión del agua.
La población mas vulnerable, es la que se encuentra en la árida franja costera, allí donde se localiza la mayor parte de su población, incluyendo su capital: Lima.
Los esfuerzos de ensayo-error , por ordenar la gestión del agua, fueron especialmente legales, muchos de los cuales no pasaron necesariamente como iniciativas del Congreso de la República, sin presentar mayor éxito.
La dependencia y sesgo institucional, constituyen factores de inestabilidad que retrasan el proceso de crecimiento y desarrollo de los pueblos en Perú. Está probada en el tiempo la "dependencia" que tiene el regulador de agua con el Ministerio de agua y saneamiento y de otro lado, "el sesgo" de la Autoridad Nacional del Agua respecto al Ministerio  de riego. 
Los efectos en términos de costos (tarifas),cantidad,continuidad,cobertura y calidad de los servicios de agua evidencian la sostenida crisis.

Calidad de agua  

El incremento de la contaminación del recurso agua está asociado en el inconsciente colectivo peruano exclusivamente a la industria minera, lo cual no se ajusta a la realidad necesariamente en la mayoría de zonas de vida del país.
Los efluentes de aguas residuales , tanto municipales como industriales, que por años fueron arrojados sin tratamiento alguno a los cuerpos de agua, con el añadido de la disposición de los residuos sólidos y los pasivos ambientales de diversos procesos industriales, entre otros elementos de origen antropogénico y naturales, determinan la alta vulnerabilidad del recurso agua en el extremo de la calidad. Perú presenta avances en lo referente al manejo de la contaminación bacteriológica del agua, sin embargo necesita un Plan Nacional para reducir los niveles de contaminación química en el agua. Muchos factores de riesgo persisten actualmente para diversos usos del agua. 

Salud pública

La reducción de la cantidad de agua por efectos del cambio climático, que afecta a los glaciares; sumados al incremento en la dimensión de la contaminación,impacta directamente en la salud de la población, particularmente la mas vulnerable que se encuentra bajo la línea de pobreza y la excluida, situadas en zonas territoriales de riesgo.
Consecuentemente, la calidad de vida de la población se ve influenciada por externalidades que impactan en la calidad del agua, motivo por el cual ésta debiera considerarse con el mismo nivel de importancia conjuntamente con el componente de coberturas del servicio de agua para lograr el "objetivo 6 Agua Limpia y Saneamiento" de cara al año 2030.

miércoles, 4 de abril de 2018

Gobernabilidad democrática Vs corrupción en las Américas

La VIII Cumbre de las Américas que se llevará a cabo en la ciudad de Lima-Perú, entre el 13 y 14 de abril de 2018, tiene como tema principal a la Gobernabilidad democrática frente a la corrupción.
Entre los ejes temáticos propuestos se encuentran la gobernabilidad democrática y corrupción, corrupción y desarrollo sostenible y Aspectos de cooperación, institucionalidad internacional y alianzas público privadas.
La lucha contra la corrupción en el país anfitrión, se acredita en sus tres niveles de gestión:
Nacional : Las fichas de los ex presidentes de la República peruana, Fujimori (preso e indultado), Toledo (Con pedido de extradición),Ollanta (preso) y el recientemente renunciante ex presidente Kuczynski Godard, actualmente investigado por corrupción. Regional : Recordamos que desde octubre de 2014, de los 25 presidentes de gobiernos regionales (hoy gobernadores) salientes, 22 estaban siendo investigados por malversación de fondos. Tres estaban en la cárcel en espera de juicio, el cuarto era un fugitivo.
Local: Tanto alcaldes provinciales como distritales ,en un importante número, se han visto sujeto a investigaciones tanto por el sistema nacional de control público que lidera la Contraloría General de las República; el ministerio público y el poder judicial. Muchos de los cuales fueron procesados y sentenciados a purgar prisión.
La lucha continúa para defender la gobernabilidad democrática, ahora bajo la conducción del flamante presidente Vizcarra,dando cuenta que el Sistema democrático peruano se defiende de los embates sostenidos de la corrupción en Perú, que llegó a inficionar a la propia representación nacional en el Congreso de la República e instituciones tutelares del país.

sábado, 11 de marzo de 2017

Disponibilidad y acceso al agua en Perú

Para tocar aspectos básicos del entendimiento sobre disponibilidad y acceso al agua, debo precisar que nos referimos al agua dulce y los diversos usos que se le da, considerando no sólo el espacio, sino el tiempo. Por consiguiente, entre otros, tocamos los derechos no sólo de los usuarios actuales, sino de los usos y usuarios futuros.
Por ello, cuando enfocamos los Sistemas de Gestión Ambiental-Agua, miramos las leyes de la materia y la naturaleza, bajo una perspectiva de sistemas de gestión integrados, basados en el proceso de mejora continua y el sentido dinámico mas amplio.
En Perú, esto explica la necesidad de situarse a nivel de los espacios de cuencas hidrográficas,verificándose la desigual distribución en disponibilidad del agua.
Los registros sobre balance hídrico para estructurar los mapas de zonas de vida en el año 1957 y que fueron registradas en 1976 por ONERN, contrastados con datos actuales,explicarían la evolución y variabilidad del recurso hídrico en territorio nacional. 
El proceso de crecimiento y densificación poblacional en centros urbanos de la faja costera y la consiguiente atención de sus necesidades básicas, paulatinamente fueron reduciendo la disponibilidad del recurso agua, derivando en una crisis ambiental.

Crisis del agua y crisis de gobernabilidad

En el tiempo, las diferentes administraciones del estado peruano, priorizaron obras hídricas de infraestructura mayor, para atender los requerimientos de la población e industria especialmente asentadas en la faja costera.
El centralismo agudizó el problema de disponibilidad de agua; el retrato de Lima que alberga el 30% de la población en 2.5% del territorio nacional, constituye el modelo replicado por otras ciudades como Piura, la quinta ciudad mas poblada del país situada también en zona costera en el valle del río Piura, a 981 km al norte de Lima.   
Piura vive gran parte del año con escasez del agua y en ocasiones,como la actual con el embate del fenómeno "El Niño-Costero",sufre inundaciones;en ambos casos, se evidencia la desigualdad de acceso al agua de calidad para el consumo humano.
En este universo de escasez, de emergencia recurrente por El Niño o la Niña y fallas de mercado local, se hace necesaria la aplicación de un modelo regulatorio propio (adecuado a su realidad y particulares necesidades), pues no se trata sólo de un tema hidrológico y de financiamiento, sino también de buena gobernabilidad.
Concordaremos entonces en que para gestionar la escasez del agua y los riesgos naturales o antropogénicos asociados a ésta, son necesarias instituciones sólidas,participación de la población y firmeza en la aplicación de políticas locales en los diferentes niveles de gestión. 

Tomando medidas hoy para que no falte agua mañana

Refiriéndonos a una Empresa Prestadora de Servicios de Saneamiento en Piura (EPS-Grau) técnicamente se encuentra quebrada y sin posibilidad que el Gobierno Central le inyecte recursos para reflotar su capacidad de operación; en este contexto instituciones como el regulador SUNASS y el Ministerio de Vivienda,Construcción y Saneamiento, a través de OTASS; se ven limitadas en sus funciones, pues miran que en el tiempo sus esfuerzos para que la población pueda tener acceso al agua, no son sostenibles.
Este escenario se da, pese a que en el período 2009 al 2014, el Gobierno Central transfirió a las EPS el orden de 18 mil millones de soles, y no obstante este presupuesto, la calidad de los servicios no mejoró. 
La administración actual del país, pretende revertir tal situación con el Decreto Legislativo Nº 1280, cuyo propósito es fortalecer la autonomía de las EPS y lograr una gestión con indicadores de eficiencia institucional en favor de la población.
Lo antes mencionado sólo es una visión de lo que sucede en un sector, por lo que es necesario ver holísticamente la disponibilidad y acceso al estratégico recurso agua, tomando en consideración el desarrollo sostenible de otros sectores extractivos y productivos.

lunes, 11 de julio de 2016

Gobernanza y Gobernabilidad: Leyes declarativas y mapas del siglo pasado

Seguidamente tocaremos algunas consideraciones de orden técnico-jurídico en un esfuerzo para desentrañar parte del metalenguaje recurrentemente utilizado por parte de legisladores peruanos que terminan produciendo cientos de leyes declarativas las cuales en su mayoría no llegan a sintonizar con las necesidades de los ciudadanos y el país, para alcanzar niveles adecuados de gobernanza y gobernabilidad.

Gobierno

Conjunto de instituciones que representan al Estado,es decir a la Nación jurídicamente organizada.Este grupo de interés incluye los tres poderes: Ejecutivo, legislativo y Judicial, asimismo a los ministerios, gobiernos regionales y gobiernos locales, entre otros.
Entre las acciones que se pueden desarrollar con este grupo de interés se encuentran: alianzas interinstitucionales, acuerdos de cooperación, capacitación al sector público, transferencia de conocimientos; todas ellas sin soslayar la capacidad de generar sinergias con organizaciones de la sociedad civil y el sector privado.

Política

Ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los estados o como las acciones de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad o a un país.

Relacionamiento de conceptos

Política es persuasión; Público es una categoría, Democracia es una regla; Gobierno es un proceso; Gobernanza es un sistema y Gobernabilidad es un producto.

Contraste entre  gobernanza   y gobernabilidad


Gobernabilidad Gobernanza 
Se enfoca en el sujeto. Prioriza el proceso antes que al sujeto.
Agente de gobierno Proceso de gobernar
Capacidades Acciones
Capacidades del gobierno Capacidad del gobierno más la capacidad de la sociedad
Premisa:Sociedad es ingobernable Premisa:Sociedad tiene capacidad de autogobernarse
Ciudadanos como objetos del gobierno Ciudadanos como sujetos de gobierno
Subordinación Coordinación
Enfoque gubernamental Enfoque postgubernamental


¿Por qué y para qué evaluar la Gobernanza en Perú?


Porque es una necesidad para entender y constituye un desafío democrático y social; asimismo para actuar sobre los actores y estos reaccionen y respondan oportunamente a los retos mundiales futuros. Podría aplicarse como base la “Guía para la elaboración de las propuestas sobre la gobernanza mundial".
En lugar de intentar continuar con el metalenguaje jurídico para tratar de explicar un proceso complejo,brindando la posibilidad que diferentes actores (científicos, responsables de gestión, políticos y ciudadanos) dialoguen entre ellos; sin duda nos será de mayor utilidad considerar algunos datos que permitan un acercamiento más rápido y operacional a la información necesaria deseada por los tomadores de decisiones. Construyendo así indicadores. Aquellos indicadores o las baterías de indicadores  que cumplen una triple función: informar, alertar y posibilitar la conducción y la acción.
Fluctuación en indicadores de gobernanza en Perú según el Banco Mundial para el periodo 1996-2010

El mapa es el mismo

En este contexto, para explicar los avances de la gobernanza en conectividad a través del "mapanecesitamos en forma práctica identificar la relación causal entre el hecho estudiado y el indicador.

¿Progreso del país con el mismo "mapa"?

El "primer Mapa Ecológico del Perú" fue elaborado y publicado entre los años 1957 y 1960; posteriormente en el año 1976 la versión actualizada del "primer Mapa Ecológico del Perú"fue publicado por la Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales-ONERN, institución creada por Decreto Supremo N° 12-F del 27 de Abril de 1962, como una dependencia del ministerio de Fomento y Obras públicas y al año siguiente (13 de Enero de 1963) pasó por Decreto Ley N°14373  a formar parte del Instituto Nacional de Planificación.
ONERN con la asistencia técnica especializada de OEA y el Centro Científico Tropical de San José de Costa Rica logró levantar información científica en base al sistema que data del año 1947 sustentada por el Dr. L.R. Holdridge. Los factores : clima y vegetación,biotemperatura,precipitación y humedad ambiental,factores bióticos, entre otros se apoyaron en un modelo matemático que describe en resumen las características principales y los valores cuantitativos climáticos de las distintas zonas de vida que comprende esta clasificación; cuyas bases concordaban con fenómenos visibles en el orden natural, no siendo arbitrarios ni artificiales.
Posteriormente en los años 1986 y 2013 las capacidades de las distintas administraciones del Estado peruano fueron destinadas a publicar mapas digitalizados que rescata las investigaciones de la desaparecida ONERN. 
De lo anteriormente expuesto podemos colegir que los acuerdos de cooperación, transferencia de conocimientos y otras características necesarias de las acciones de gobierno fueron muy limitadas en el tiempo. A ONERN le sucedieron otras instituciones en el marco de sus funciones como la desaparecida INRENA y las actuales ANA, MINAM.. que en la praxis  realizan esfuerzos de largo aliento desde el gobierno para alcanzar niveles adecuados de gobernanza y gobernabilidad.
Cabe mencionar que a nivel transfrontera existen iniciativas de instituciones como por ejemplo el BID con su programa AGRIMONITOR   que brinda información mapeadas sobre políticas agropecuarias para la región de las Américas y el Caribe, y en Perú existe la buena disposición de las capacidades de organizaciones de la sociedad civil y el sector privado, entre ellos del sector energía y minas que contribuyeron decididamente a proporcionar información privilegiada del territorio peruano a los efectos de lograr un adecuado ordenamiento territorial de cara al futuro.