La extracción y utilización del petróleo en el Perú se remonta a la época de los Incas. Sin embargo, fue a partir de mediados del siglo XIX, en el año 1863, que se realizaron las primeras
excavaciones de pocos metros de profundidad, cercanos a la línea de costa en búsqueda del afloramiento de petróleo en el norte del Perú; es así que el primer pozo petrolero excavado en el Perú, y también en Sudamérica, fue en la localidad de Zorritos, Tumbes, en 1863.
Fue dos años después que en 1865 la empresa Geo S. Corey perforó en la zona de influencia de Cabo Blanco (Piura) el primer pozo tubular de petróleo en Perú; asimismo, el primer pozo tubular en perforarse en la cuenca Talara (Piura) fue una década después, en 1873, en la región de Negritos, al sur de la ciudad del mismo nombre.
La intervención de una empresa estatal en la industria del petróleo fue el 2 de abril de 1948, fecha en que se creó la Empresa Petrolera Fiscal de propiedad del Estado peruano, con el objeto de dedicarse a las actividades de exploración y explotación petrolera en las zonas de Los Órganos (Piura) y Zorritos (Tumbes).
En año 1971, inician las actividades de exploración en el lote 1AB de la amazonía (Hoy Lote 192). En aquel entonces no existía en el país legislación ambiental social relacionada con la actividad de hidrocarburos. Sin embargo, ya había experiencia en el Perú (costa norte), entonces se conocían los impactos que generaba esta actividad.
Asimismo, la empresa operadora (OXY) conocía los efectos al medio ambiente y a la salud de las personas, que podría tener el vertido directo de aguas producción hacia los cuerpos de agua, debido que en su país de origen (EE.UU), desde 1942 estaba prohibido el vertido directo de aguas de producción.
La legislación ambiental en Perú fue implementándose gradualmente desde la década de los 90, con el Código del Medio Ambiente y los Recursos Naturales, aprobado el 08 de septiembre de 1990, mediante el Decreto Legislativo N° 613.
Las operaciones de explotación de hidrocarburos que se iniciaron con anterioridad a la vigencia de las normas ambientales, implementadas a partir de la década del 90, tuvieron un proceso de adecuación, el cual supuso un proceso complejo socioambiental que implicó modificar el proceso productivo.
Algunos hitos que me permiten presentar el marco conceptual de la industria de Hidrocarburos en Perú, se encuentran asociados al impacto del vertido de aguas de producción logrados de las actividades extractivas de hidrocarburos como las desarrolladas en el Lote 1AB (actualmente Lote 192); realizado hasta el año 2009,cuya descarga hacia cuerpos de agua superficiales confluían en las cuencas de los ríos Pastaza, Corrientes y Tigre.
A partir de estos hechos podemos describir los modelos conceptuales, las vías de exposición y la posible correlación con los resultados obtenidos en el informe de niveles y factores de riesgo de exposición a metales pesados e hidrocarburos realizados en el 2016 por el Ministerio de Salud a las poblaciones indígenas Kichwas, Quechuas y Achuar asentadas en el ámbito del Lote 1AB y que, al concluir con el proceso de reinyección de aguas de producción, a diciembre de 2009, no se lograron determinar la afectación de los cuerpos de agua donde se dispusieron dichos efluentes, dado que el proceso de remediación fue priorizado en áreas potencialmente
afectadas: Pozas en tierra (Safety basin, upper pit) y pozas API; sin embargo no se establecieron medidas aplicables a los cauces de agua afectados.
El proceso de perforación de pozos (de petróleo y gas) genera principalmente dos tipos de residuos; estos son los recortes de perforación y los fluidos de perforación.
Los residuos de perforación constituyen el segundo mayor volumen de residuos que genera la industria de exploración y explotación de hidrocarburos a nivel mundial, detrás del agua de producción de los pozos. Una
gestión deficiente de los residuos de perforación puede impactar al medio ambiente, causando la mortalidad de las poblaciones marina y fluvial por la toxicidad que muchas veces acompañan a estos residuos.
En la actualidad, las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos en el Perú son ejecutadas en el marco de los contratos que las empresas operadoras suscriben con PERUPETRO, en representación del Estado peruano, entidad que también supervisa el cumplimiento de los compromisos contractuales por parte de estas empresas las actividades de explotación de hidrocarburos, se desarrollan en ecosistemas sensibles como los de la
Amazonía, por lo cual resulta importante que estas actividades se realicen en el marco de una adecuada gestión ambiental, de manera que se mitiguen los impactos ambientales negativos y minimicen los efectos negativos en el
ambiente.
El contrato de servicios para la explotación de hidrocarburos en el lote 192, se suscribió el 30 de agosto del 2015 con la empresa Pacific Stratus Energy del Perú S.A. (después Frontera Energy); sin embargo, dicha área estuvo anteriormente operada por la empresa Pluspetrol Norte S.A., bajo el contrato de licencia para la explotación de hidrocarburos en el lote 1-AB. Es decir, el lote 192 tiene una larga historia de explotación
de hidrocarburos, de más de 40 años, ya que, en las décadas de los años 70, 80 y 90 el área fue operada por la empresa Occidental.
En el año 2018, existían cincuenta (50) contratos para la exploración y explotación de hidrocarburos en el país, de los cuales 24 se encontraban en fase de exploración y 26 en fase de explotación. Cabe señalar que el
52% del total de los contratos se ubicaban en la Amazonía peruana, incluyendo el contrato del lote 192 (antes lote 1-AB).
Gestión de residuos sólidos en perforación de pozos en Amazonía peruana
El diagnóstico de la situación de la gestión de los residuos sólidos generados por el proceso de perforación de pozos de petróleo y gas en la Amazonia Peruana durante los últimos 20 años nos indica que en este periodo (del
año 2000 al 2020) se habrían generado un estimado de 440 M Ton. de recortes sólidos de perforación y 654 M m3 de efluentes líquidos, el cual representa un volumen importante que pueden afectar al medio ambiente si no son gestionados adecuadamente en una zona sensible como la Amazonía.
A estos números llegamos tras una revisión de la reglamentación ambiental de la gestión de residuos en el sector hidrocarburos, revisión de los procesos de perforación y de control de sólidos, llegando hasta la fase de eliminación y disposición de los cortes y de los efluentes líquidos generados; asimismo de una estimación de la cantidad de recortes generados por pozo y el volumen de las aguas de procesos generados por pozo típico perforado en la Amazonia Peruana, para la cual se toma ejemplos de pozos perforados en Loreto, Ucayali y Cuzco. Verificamos entonces que la reinyección es la mejor opción de disposición y eliminación de recortes de perforación,
considerando que una mejor gestión de residuos de perforación se realiza basados en los principios de reducción de la fuente, reutilización, reciclaje y como última opción la disposición.
Proyecto de modernización que no resultó ser la mejor decisión
Hacia el año 2014, tomó forma el Proyecto Modernización Refinería Talara (PMRT) en PETROPERU S.A. ubicada en la costa norte del país, con una inversión estimada de 4.700 millones de dólares, que consistió en la desulfurización de diésel y gasolinas desde los niveles 5000 y 1000 partes por millón (ppm) a máximo 50 ppm de azufre para mejorar la calidad de vida en el país. Para ello, se construiría una nueva refinería con plantas
de mayor capacidad y plantas adicionales con nuevos procesos, consistentes en la instalación de nuevas unidades de procesos, servicios industriales y facilidades en dicha refinería, así como de su ampliación y modernización con tecnología de avanzada. Esto permitiría, a decir de la empresa : ampliar su capacidad de refinación de 65 mil a 95 mil barriles por día; reducir la cantidad de azufre de los combustibles, para mejorar la calidad del aire y la salud de las personas; disminuir la producción de residuales e impulsar la rentabilidad de la empresa PETROPERÚ S.A. al procesar crudos más pesados y a menor costo.
El 12 de Junio del año 2017, durante la administración de Pedro Pablo Kuczynski (PPK), PETROPERU S.A. colocó US$ 2,000 millones de dólares en los mercados internacionales de deuda para el financiamiento parcial del
Proyecto de Modernización de la Refinería Talara (PMRT).La transacción se realizó en dos tramos: 1,000 millones de dólares a 15 años de plazo y una tasa de 4.750% anual, y 1,000 millones de
dólares a 30 años de plazo y una tasa de 5.625% anual, en ambos casos con pago único al vencimiento.
Días previos al inicio de la pandemia del COVID-19 para Perú, en marzo del 2020, el PMRT presentaba un avance de construcción al 88% y planeaba iniciar
operaciones a fines del primer trimestre de 2021; en ese entonces estaba en la disyuntiva de si pedir un préstamo de US$600 millones de dólares o emitir bonos adicionales para concluir dicho PMRT.
Antes del 21 de marzo del 2018,fecha en que el ex presidente PPK enviara su carta de renuncia al Congreso, - hoy preso con detención domiciliaria- otorgó, los lotes Z-64 (DS N° 006-2018-EM),
Z-65 (DS N° 007-2018-EM), Z-66 (DS N° 008-2018-EM), Z-67 (DS N° 009-2018-EM) y Z–68 (DS N° 010-2018-EM), que abarcan más de 2 millones de hectáreas en la costa norte de la capital Lima – involucrando una negociación entre Perúpetro S.A. y Tullow Perú Limited Sucursal del Perú para que la empresa petrolera irlandesa explore y explote cinco lotes petroleros ubicados en el mar peruano situados entre las regiones Áncash, Tumbes y Piura, quedando establecidas en cinco por ciento (5%) las regalías negociadas.
Mediante el Decreto Supremo N ° 011-2018-EM,en la administración Vizcarra, se derogaron los cuestionados Decretos Supremos N° 006-2018-EM, N° 007-2018-EM, N° 008-2018-EM, N° 009-2018-EM y N° 010-2018-EM,
que aprobaron los Contratos de Licencia para la Exploración y Explotación de Hidrocarburos en los Lotes Z-64, Z-65, Z-66, Z-67 y Z-68, ubicados en el zócalo continental frente a las costas de las provincias de Tumbes y Contralmirante Villar del departamento de Tumbes; Paita y Sechura del departamento de Piura; Chiclayo y Lambayeque del departamento de Lambayeque; Santa, Casma y Huarmey del departamento de Ancash y Casma y Huarmey del departamento de Ancash, respectivamente.
Al año siguiente la misma administración Vizcarra, mediante Decreto Supremo 012-2019-EM, autoriza la firma del contrato de licencia con la empresa Tullow Peru Limited Sucursal del Perú para la exploración y
explotación del Lote Z-64, ubicado en el mar (offshore), frente a las costas de las provincias Tumbes y Contralmirante Villar.
La necesidad de dar vida al PMRT
y mantener la mayoría accionaria de la Nueva Refinería de Talara y de
Petroperú, en la cual el país asumió deudas por millones de dólares para tener
acceso a combustibles refinados en Perú, apunta a nuevas negociaciones, esta
vez con otras empresas, como es el caso de la empresa British Petroleum (BP),
considerando nuevas adjudicaciones de lotes para sacar petróleo del fondo
marino a lo largo del litoral peruano, desde Ancash hasta Tumbes. Cabe
mencionar que BP, tiene una ingrata experiencia con la contaminación marina de
México y ahora estaría retomando los contratos petroleros que PPK trató de
imponer al país antes de renunciar a la Presidencia.
Peor crisis de sector hidrocarburos en la historia peruana
La industria hidrocarburífera del Perú se
encuentra al borde del colapso, pues el desplome del precio mundial del barril
de petróleo y en la demanda de combustibles; los pasivos ambientales generados
y no atendidos; la aparición de nuevas fuentes alternativas a combustibles fósiles
y el impulso de energía eléctrica al parque automotor en el mundo;
prácticamente hace inviable la continuidad de las operaciones de explotación y
exploración de hidrocarburos en el territorio nacional.
En noviembre del 2020, voceros de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) indicaban que hace más de cinco meses no se registra perforación de nuevos pozos petroleros.
Mientras tanto, el país se encuentra en la necesidad de asegurar su matriz energética mediante el descubrimiento y explotación de nuevos campos de petróleo y gas de forma sustentable ambiental y socialmente que le permita la seguridad energética; todo ello teniendo como marco un escenario en que el país es creciente importador de hidrocarburos, con una balanza comercial de hidrocarburos deficitarios en los últimos 20 años, situación agudizada por la coyuntura internacional y social en la zona, especialmente en la Selva Norte.
La agenda pendiente pasa por mirar energía alternativa limpia y dando impulso al proceso de masificación del gas natural, hecho que permitiría a diversas regiones del Perú acceder a un hidrocarburo económico, eficiente y amigable con el medioambiente.