En su editorial El Comercio: Regla de oro para la minería, toca una agenda de desarrollo minero en el Perú que requiere institucionalidad
y beneficios compartidos, hace mención a la 34° Convención Minera Perumin, a
desarrollarse en Arequipa desde el lunes 16 hasta el 20 de setiembre,
destacando algunos pilares que hacen viable y provechosa la inversión minera.
“En primer lugar, un contrato social estable entre las
comunidades, las empresas y el Estado es fundamental para tener relaciones de
respeto y confianza que perduren por las décadas de convivencia que demanda
cualquier proyecto minero. La institucionalidad de cualquier aventura de largo
plazo debe trascender los liderazgos pasajeros de los líderes comunitarios, de
los representantes empresariales y de los políticos nacionales de turno. Debe
descansar, más bien, en reglas claras y capacidad para hacerlas cumplir. En el
caso de Australia, los Native Title Agreements, según escribía la embajadora Diana Nelson, sirven para resolver disputas y promover el desarrollo consensuado.
En segundo lugar, para garantizar la sostenibilidad de los acuerdos, estos deben
ser percibidos como mutuamente beneficiosos para todas las partes involucradas,
de modo que se reduzca el incentivo para cambiar las reglas o patear el
tablero. Quizá no haya una mejor manera de hacerlo que los encadenamientos
productivos que puede generar la minería como motor de desarrollo local. Desde
maquinaria hasta servicios de software o ingeniería, la industria minera en el
Perú tiene la escala para desarrollar clústeres de proveedores locales con
potencial exportador. Sin necesidad de ir hasta Australia, de los esfuerzos en
este sentido de la región de Antofagasta, en Chile, se puede tomar nota.
Perumin puede ser ocasión para construir los cimientos del ansiado clúster
minero del sur. No habrá comunidad más simpatizante de la minería que aquella
que entiende que su desarrollo está atado a la operación minera.
En tercer lugar, el esquema tributario que enfrenta la minería debe ser justo, estable y
competitivo.Del mismo modo, garantizar que los recursos fiscales que genera la
actividad son invertidos apropiadamente ayuda a cerrar brechas sociales
urgentes y da legitimidad a nuevos proyectos. Tan o más importante que recaudar
bien es usar adecuadamente el canon y las regalías, pero de eso hoy se discute
poco. Estrategias de acercamiento a la comunidad basadas en inversiones
tempranas con proyectos de infraestructura, como el óbolo minero, tienen enorme
potencial.
Si no se entiende hoy la importancia de un nuevo contrato social
minero, quizá sea luego demasiado tarde. Zonas como Moquegua demuestran que se
puede apalancar la minería para mejorar condiciones de vida de la población, en
tanto que experiencias internacionales apuntan a que el camino de
diversificación productiva de valor agregado a partir de la minería es tan
posible como necesario…”