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sábado, 25 de febrero de 2023

En búsqueda de una salida a la crisis política y ambiental en Sudamérica

La disposición sin control y vertidos ilegales de contaminantes que se constituyen en pasivos ambientales, resultan un grave riesgo para la salud y bienestar de la población sudamericana.
El desastre ecológico agudizado en las últimas décadas envenena con diversas gradualidades de tóxicos a ecosistemas que conforman las cuencas de diversos países en la región.
Con la creación de un ministerio dedicado al ambiente, algunos países como es en el caso del Perú, se mantienen en aguda crisis ambiental y  el cual desde el año 2008, realiza esfuerzos para poner en agenda y atender el tema ambiental.

Crisis política que impide obtener importantes logros 

Al constante incremento de la presión demográfica en las ciudades creando mayores residuos contaminantes, se suma la indiferencia de los gobiernos para atender los graves problemas ambientales.
Cito el caso peruano, porque en los quince años que lleva de creado su Ministerio del Ambiente, pasaron quince ministros  en esa cartera y ocho presidentes de la República, los cuales en sus respectivas administraciones se han visto en la incapacidad de poder resolver los retos y desafíos planteados originalmente con la creación de un ministerio encargado de formular,dirigir,ejecutar,supervisar y evaluar la Política Nacional del Ambiente.
Reunión de trabajo con el ex dos veces presidente Alan García, quien suscribió el D.Leg.1013 creando el Ministerio del Ambiente.
Perú, pos pandemia COVID-19, agravó en gran medida su crisis política,social, económica y ambiental que venía en progreso, las cuales se evidenciaron en las protestas y bloqueos de carreteras en diferentes regiones del país, las mismas que escalaron con eventos naturales producto de avenidas y huaycos que generalmente se presentan en los primeros meses del año.
El punto es que la mayoría de los gobiernos, operan en el nexo de la incompetencia y la indiferencia, esperando reaccionar cuando se presente una emergencia o un peligro cobrando vidas humanas y cause gravosas pérdidas económicas que la falta de conocimiento y la alta rotación de los tomadores de decisiones se ve limitada en prevenir.

Agenda ambiental pendiente por atender

La información oficial expuesta por el DS N° 023-2021-MINAM considera la existencia del orden de dieciocho millones de hectáreas de ecosistemas degradados en territorio peruano, producto de un Estado empírico, burocrático y permisivo para con el daño ambiental producido por actividades informales e ilegales.
En Perú, pese a que la inversión total de la actividad minera en quince años correspondiente al periodo 2006-2021, fue de setenta y seis billones de dólares, no invirtió ni tomó las medidas necesarias para reducir sustantivamente los pasivos ambientales mineros existentes.
En el inventario oficial de pasivos ambientales mineros del país que reportaba el ministerio de energía y minas para el año 2016 era 8.854, se redujo en el año 2021 a 7.668 ; por lo cual en cinco años sólo se pudo atender parcialmente a 1.186 pasivos ambientales mineros.
Estas cifras corresponden al sector minero formal que cuenta con el mayor número de controles y fiscalizaciones, en contraste con otros sectores que generan pasivos ambientales, donde las instituciones del Estado peruano no cuentan con data suficiente para un planeamiento eficaz. 
En este contexto, los conflictos atribuidos a temas socioambientales persistirán por décadas de cara a futuro, de no ser aplicada una política ambiental de Estado viable, con programas, proyectos, presupuestos y cronogramas de acciones que permitan fortalecer la gobernanza ambiental del país y la región, atendiendo sus propias necesidades de crecimiento y desarrollo.

lunes, 5 de abril de 2021

1er lugar de muertes por millón de habitantes en AL-COVID-19

La enfermedad infecciosa respiratoria aguda provocada por la pandemia en curso del COVID-19 se encuentra avanzando peligrosamente en Perú, ante el esperado desborde de los servicios de salud pública y el ineficaz programa implementado para la cobertura de vacunación.
Reportes oficiales del ministerio de salud indican que los infectados superan actualmente el millon y medio de personas, cifra que se incrementará efectivamente después de una informal cuarentena aplicada, el caso omiso a las recomendaciones hechas para mantener el distanciamiento social en distintos eventos que incluyen el lapso de la última semana santa y la propia aglomeración de personas en la vacunación. 

Distanciamiento social en elecciones 

A los hechos antes mencionados, se le agrega la cita electoral prevista a realizarse el domingo once de abril, fecha en que el orden de veinticinco millones de personas acudirán un mismo día a espacios nucleados determinados para emitir sus votos personalísimos.
Sin haberse logrado el aseguramiento mediante la vacunación a los miembros de mesa, éstos tendrán la loable misión de permanecer durante la jornada de sufragio que durará doce horas (7a.m.-12p.m.), por lo cual el nivel de riesgo en algunos puntos calientes se incrementarán sustantivamente.

Paliativas medidas sanitarias  

La actual administración Sagasti en Perú continúa la política de salud pública de su antecesor Vizcarra , habiendo  transitado las medidas sanitarias en el periodo 2019-2021  por dos (02) presidentes de la República, tres (03) Ministros de salud y cinco (05) Viceministros de salud; los cuales obtienen resultados y "logros" hasta la fecha como Perú (1.595) en América latina el primer lugar de muertes por millón de habitantes, superado inclusive a Brasil  (1.559).

Perú en los tiempos del virus

La población peruana se encuentra a días de tomar una decisión extremadamente importante al elegir de entre dieciocho postulantes a quien lidere la reconstrucción de un país altamente impactado económica y socialmente por el COVID-19.
Pido perdón por la inmodestia al recordar a las decenas de médicos, sanitaristas y epidemiólogos especialistas brasileños y peruanos que - en episodios de hace tres décadas antes - pude transmitir en la amazonía (Loreto-Iquitos...) de nuestras experiencias en el manejo preventivo de enfermedades infecciosas , hecho que traigo a colación para afirmar categóricamente que gran parte de los planes de gobierno presentados y expuestos en campaña la campaña para luchar contra el COVID-19, adolecen en errores de fondo.
Debo insistir en que no será posible una pronta recuperación económica del país si es que no se logra trabajar preventivamente para mitigar el COVID-19 y sus variantes actuales y futuras
Entiéndase que el proceso de la inmunización mediante vacunación es sólo el árbol en medio de un bosque que representa la lucha sistémica frente a este formidable adversario que pudo doblegar a países que superan al peruano, pues cuentan con mayores y mejores recursos en diversos campos: formalización, organización, conectividad, logística, económico, financiero, científico...y desarrollo humano.
La capacidad de respuesta en Perú pasa por un sinceramiento del estado de situación, aceptando el hecho que la guerra demandará largo aliento, ya cayeron en primera línea muchos heroicos peruanos y peruanas, pero para continuar presentando batalla hasta lograr la victoria final es preciso elegir bien a quien dirija el rumbo y los destinos de la patria; a quienes desde el ejecutivo o legislativo tiendan puentes y extiendan las manos para unir a todos seres humanos situados en territorio peruano frente a un enemigo común no sólo de peruanos o latinoamericanos, sino de todo el Planeta.
No es una opción equivocarse en la elección este 11 de abril en Perú.

sábado, 25 de abril de 2020

Prevención en cuarentena por coronavirus-El caso peruano

Comentando el aleccionador artículo de Simeon Tegel titulado “Perú actuó rápido, pero igual sufre uno de los brotes más grandes de América Latina y que fuera publicado por Washington post; expresaré seguidamente algunas consideraciones que eventualmente pudieran servir a países sudamericanos en su lucha contra la actual epidemia.

Contagios en cuarentena  

Ante el aumento de nuevos casos en Perú, las personas se habrían contagiado durante una de las cuarentenas más estrictas de América Latina – reza el artículo – y por consiguiente se estaría poniendo en tela de juicio las virtudes de la cuarentena como medio de contención para el caso de la epidemia en curso por el nuevo coronavirus. En ese contexto, se intenta dar algunas razones que respondan a la interrogante del porqué el número de casos de coronavirus reportados en Perú se ha disparado, a pesar de una temprana y decisiva respuesta contra la pandemia, hecho que ha sido ampliamente elogiado a la administración Vizcarra. Ciertamente, con apenas setenta y un casos registrados, Perú fue el primer país latinoamericano en imponer cuarentena obligatoria y cierre total de sus fronteras. Se precisa entonces, la existencia de algunas situaciones que en las cuarentenas no podrían prevenirse. El artículo utiliza elementos periodísticos para resaltar la importancia de los hechos, vinculando en la ecuación a Perú = Lima; Pruebas moleculares + Pruebas instantáneas = Total pruebas de diagnóstico, entre algunos otros; los cuales involucran datos e información para la toma de decisiones en el teatro de operaciones de una guerra frente a un enemigo invisible común que no da tregua. El tema pasa porque no todos los individuos se encuentran en igualdad de condiciones para afrontar una cuarentena y existe un sesgo en la orientación de datos e información dispersa que invita a un escenario brumoso para la toma de decisiones; producto del uso e interpretación de variables dinámicas.
El escenario se sitúa en Lima, que cuenta con el treinta por ciento de la población peruana asentada en menos del tres por ciento del total de su territorio; el setenta por ciento restante de su población está fuera de este concentrado espacio territorial y ciertamente el virus entró por el único aeropuerto internacional que tiene Lima ocasionando un brote que luego pasó a difundirse por el país, llegando con los individuos a distintas comunidades originarias campesinas de la sierra e indígenas en la Amazonía, pero aún no a todo el Perú. La "cultura de la informalidad" ayudó en la rápida transmisión del flujo infeccioso trasladándose desde Lima hasta las áreas insalubres donde se localizan personas hacinadas en extrema pobreza. El aumento de casos confirmados, que en su mayoría se encuentran en la ciudad de Lima, se le atribuye por defecto al incremento de la aplicación de pruebas de diagnóstico. Al 26 de Abril del 2020, con la llegada de nuevos kits, el gobierno nacional peruano reporta 232,747 pruebas desde el inicio de la epidemia (sumadas las 50,316 pruebas moleculares y 181,431 pruebas serológicas o rápidas), habiendo identificado 27,517 casos confirmados con coronavirus en todo el Perú, y de los cuales 17,884 se encuentran en Lima, bordeando el sesenta y cinco por ciento del total de individuos infectados, hecho que reafirma su condición de foco infeccioso como ciudad vulnerable al COVID-19. La evolución de la tendencia epidémica es que Lima que empezó con el 100 % del total de infectados detectados, va reduciendo este porcentaje a 65% y en los focos identificados al interior del país van incrementándose pasados 42 días de declarada la Emergencia Nacional. No se difunde información sobre casos asintomáticos.
Si es que continuáramos con la perspectiva de medir la magnitud de desproporción existente al comparar país con ciudad, tenemos una cifra de 728 fallecidos en todo el Perú atribuido a la cepa del COVID-19 desde que se inició en marzo el brote epidémico, lo que no alcanza a las 731 muertes registradas en sólo un día de Abril en New York. Salvando las distancias de desarrollo económico e infraestructura sanitaria, y si ejercitáramos cálculos para realidades diferentes y forzar equivalencias, tendríamos que Lima es a Perú como New York es a Los Estados Unidos de Norteamérica; en Lima se realiza los mayores esfuerzos para reducir las dos muertes producidas cada hora por el coronavirus para no pasar por la dramática experiencia de tener el episodio de las treinta y tres muertes por hora producidas en New York. Las muertes diarias constituye el mejor indicador para poder medir lo que está sucediendo en esta fase de la epidemia para varios países de América Latina. Una secuencia de las muertes ocurridas en los últimos cinco días en Perú desde el miercoles 22 al domingo 26 es la siguiente : 530-572-634-700-728 ; lo cual arroja el registro de muertes diarias : 42-62-66-28 . A efectos de fidelizar este indicador es preciso el sinseramiento de las cifras para definir el protocolo de levantamiento de datos en cada país, de tal modo que se compatibilicen las estadísticas de los registros de defunciones desde la aparición del caso cero local evitando subregistro o desvíos en muertes por otras patologías,toda vez que en algunos países solamente recogen la data de las personas muertas que dieran positivo en una prueba (molecular o serológica) y sean consideradas como casos confirmados.
En estricto, son discutibles las bases científicas que faculten realizar una operación aritmética o comparar sistemas, grupos o conjuntos que no sean similares para acreditar un conteo de casos como el diagnóstico confirmatorio de infectados. En ese contexto, contrastar resultados considerando el número de casos confirmados de infectados en Perú con Brasil, no aporta mucho en dar mayores luces, habida cuenta de la diferencia sustantiva en la densidad poblacional, toda vez que Brasil tiene una población y territorio del orden siete veces mayor que Perú, hechos que inciden en multiplicidad de opciones de transmisión del virus que podría ser diseminado por individuos asintomáticos.
En este punto, recordemos que para ésta pandemia específica, la enfermedad infecciosa viral es transmitida básicamente por el individuo.
Machu Picchu Pueblo y otras áreas rurales necesitan una estrategia frente al COVID-19 distinta que zonas urbanas 
De igual modo, es difusa la información producida al comparar disimiles sistemas de salud, dispares capacidades de atención, diferentes herramientas e instrumentos de gestión para la atención de la salud de las personas referidas a número de: recursos humanos de salud, camas, unidades de cuidados intensivos, respiradores, muestras tomadas y procesadas, etc., motivo por el cual es necesario aplicar indicadores adecuados para la variopinta realidad de los países de América Latina. Similar escenario de Espacio referenciado Lima-Perú, se encuentran las ciudades de New York – USA, Madrid-España, Guayaquil-Ecuador, entre otras ; que fueron dramáticamente impactadas por la pandemia y que en algunos casos se convirtieron en epicentro del Coronavirus COVID-19 por causas ajenas o colaterales a la cuarentena. Nos queda claro que la cuarentena es un instrumento eficaz y efectivo cuando se aplica oportunamente, sin embargo algunos factores inciden para debilitar su eficiencia; tal es el caso de Lima y otros puntos identificados en territorio peruano : Callao, Tumbes,Piura, Lambayeque e Iquitos. En ésta última ciudad, se repite el sesgo antes explicado, al considerar en los reportes de datos que Iquitos = Loreto, una región amazónica que incorpora la mayor parte del territorio peruano. Dado que los efectos de la cuarentena no resulta siempre igual para los individuos situados en áreas urbanas y rurales, se requieren estrategias diferenciadas adecuadas para manejar la epidemia en comunidades nucleadas y dispersas.A modo de otros ejemplos citaré a comunidades que puedan encontrarse afincados en la Patagonia al extremo austral de Sudamérica (Argentina, Chile); la llanura aluvial del Pantanal (Brasil) y la zona de interacción entre el dominio andino y el amazónico que comprende al santuario histórico de Machu Picchu (Perú).

Más allá del confinamiento obligado

El disparador del número de casos de coronavirus reportados en Perú es el mecanismo de factores acumulados y condiciones agravadas en el tiempo, pues la realidad refleja desigual desarrollo del país, ante una histórica falta de ordenamiento territorial, con marcadas diferencias entre Costa y las demás regiones geográficas y demarcaciones políticas; y entre las zonas urbanas y rurales, provocando grandes desigualdades. El censo nacional de población para los años 1972 y 1993 registraron el orden de 1,5 y 2,5 millones de migrantes respectivamente para Lima Metropolitana- antiguos y recientes- quien ocupó una posición de privilegio en esta situación de desigualdad, en donde la informalidad laboral constituye un importante componente en ese treinta por ciento de la población asentada en Lima de los actualmente 32 millones de peruanos. 
A la concentración poblacional de migrantes en Perú, se suma cerca de un millón de refugiados venezolanos que se localizan mayormente en Lima, incrementando la presión poblacional por los servicios básicos.Además de las deficientes condiciones sanitarias, se mencionó a instituciones públicas débiles y escasa confianza en sus autoridades; en lo que va de la crisis sanitaria y emergencia nacional, sin duda, el Perú ha tenido contratiempos, como los presentados con el sector interior y orden interno que hace referencia el artículo de Tegel, sobre el particular, la administración Vizcarra cambió al Ministro del interior que no estuvo en capacidad de afrontar los retos impuestos por la epidemia, ya antes había hecho lo propio con el titular del sector salud. Probablemente uno de los más importantes desafíos ha sido el reto de mantener la capacidad de atención de algunos peruanos que han estado desacatando la cuarentena, sin embargo esa actitud es sólo la punta del iceberg de un problema de fondo.

Efecto de destilación global que alimenta a los caminantes

El proceso por el cual ciertas sustancias potencialmente contaminantes son transportadas de una región a otra, influye poderosamente en la vulnerabilidad de ciudades como Lima; donde cerca de un millón de personas carecen de agua potable, condición que aumenta el efecto tóxico de los contaminantes acumulados en el tiempo.Hace un cuarto de siglo antes, el suscrito indicaba en una nota periodística publicada en el diario El Comercio de Lima, que el orden de un mil quinientas toneladas de residuos sólidos diariamente no terminaban en los rellenos sanitarios y de esa cantidad quinientas toneladas eran arrojadas al mar; a la par de solicitar el impulso de medidas de control en Lima establecidas en 1991 por la epidemia de El cólera. Un tema álgido en ese entonces fue el uso de incineradores para eliminar el ciclo contaminante de la bacteria que producía El cólera al disponer sanitariamente los residuos sólidos peligrosos de hospitales, situación que aún esta en proceso de mejora para cortar el ciclo contaminante del virus COVID-19. En estas y otras limitantes de los conglomerados de salud privados y públicos se puede apreciar en plenitud el "distanciamiento social" que hace complicado mantener el "distanciamiento físico" en los centros de abastecimiento, mercados populares, centros bancarios y transporte público masivos en los conos de Lima. A esta situación creada, se le añade los focos de contagio producto de la superpoblación carcelaria, donde existe el orden de 97 mil presos hacinados en 69 cárceles del país, muchas de ellas situadas en Lima.Al desaparecer los empleos informales, se afecta la cadena de pagos y se acumulan los sin techo, apesar que se encuentra prohibido los desalojos de las viviendas por falta de pagos. En general no se trata exclusivamente de individuos aprisionados coyunturalmente por la cuarentena en Lima y que tratan de retornar a sus casas al interior del país; los denominados “Caminantes”, constituida inicialmente por cientos de familias que llegaron a Lima para buscar empleo y al verse atrapada por la cuarentena y sin recursos para mantenerse decidieron retornar a sus comunidades de origen; sin embargo, se percibe deseos de una mayor población constituida por decena de miles de individuos que ya no perciben a Lima como una opción de mejora en su calidad de vida. La oposición ve al país con desborde social ante la proximidad del colapso de su sistema de salud tras seis semanas tratando de contener al virus con sucesivas extensiones del periodo de cuarentena, la reciente dispuesta hasta el 12 de mayo inclusive. Es lamentable la posición política asumida por quienes tuvieron la administración de los destinos del país y en su momento hicieron caso omiso a las solicitaciones para mejorar las condiciones sanitarias; en tanto la actual administración ha priorizado la salud de la persona humana y puso en marcha un paquete de ayuda equivalente al doce por ciento del Producto Bruto Interno, que incluye pagos directos a la población. Por otro lado, los medios de comunicación dan cuenta de países que instruyen a sus ciudadanos no viajar a Perú, influenciados por un inadecuado manejo de información.
El problema actual como foco epidémico del COVID-19 es Lima y no es todo el Perú, como debe interpretarse de la lectura de información antes precisada. Esta situación en el país, y especialmente en los puntos calientes de infección como es en el caso especial de Lima,lejos de desanimarnos, nos ha impulsado a buscar distintas soluciones para incrementar progresivamente nuestra capacidad de salir de la crisis sanitaria para que todos los países juntos de América Latina y el mundo, superemos esta difícil experiencia generacional que nos tocó vivir. Por eso muchos investigadores cerramos filas para poder trabajar con un solo norte a fin de alcanzar los objetivos y metas comunes al mas breve plazo, y de esta forma vencer al enemigo común.

jueves, 23 de abril de 2020

Uno de los brotes más grandes del COVID-19 en América Latina

El pasado martes 21 de Abril de 2020, el prestigioso diario washington post de la capital de los Estados Unidos de Norteamérica, publicó un interesante artículo de Simeon Tegel, bajo el título Perú actuó rápido, pero igual sufre uno de los brotes más grandes de América Latina.
En mi próxima publicación replicaré algunos puntos expuestos, con experiencias que considero puedan ser de alguna utilidad a países sudamericanos en su lucha contra la epidemia del nuevo coronavirus COVID-19, y es en ese sentido que paso a presentar el precitado artículo:
"LIMA,Perú—Mayumi Matto se aventura a salir del confinamiento obligado por el coronavirus solo dos veces por semana, partiendo de la casa que comparte con 15 familiares. A las 7:00 am Matto, de 28 años, se une a la fila en la entrada del mercado en Puente Piedra, un barrio duro en las afueras de la capital peruana. Es una escena que se ha vuelto familiar en todo el mundo: solo se les permite ingresar a aquellos que usan cubrebocas. Los guardias de seguridad hacen cumplir la política de “sale uno, entra uno”. Los clientes que esperan mantienen la distancia entre ellos. Pero una vez dentro del mercado, todo cambia “Esto está lleno”, dice Matto. “Es imposible moverse sin chocar con las personas. Todos tienen prisa por entrar y salir lo más rápido que puedan, sin ser infectados. Los guardias de seguridad intentan pedir a las personas que mantengan su distancia, pero es inútil”. La experiencia de Matto es habitual en Perú, donde gran parte de los 31 millones de ciudadanos compran la mayoría de sus alimentos en mercados callejeros informales que siguen estando gravemente abarrotados y donde el concepto del espacio personal está entre los más limitados del mundo. Esas dificultades ayudan a explicar por qué el número de casos de coronavirus reportados en el país andino se ha disparado, a pesar de una temprana y decisiva respuesta contra la pandemia. Los casos confirmados en Perú pasaron de 7,519 el 12 de abril a 16,325 el 21 de abril. En América Latina, solo Brasil, que tiene una población siete veces más numerosa, tiene más casos. Un brote que inició en Lima se ha propagado por todo el país, llegando incluso a comunidades indígenas en la Amazonía.
El gobierno ha hecho muchas cosas bien”, dice Ciro Maguiña, epidemiólogo y vicedecano del Colegio Médico de Perú. “Pero su enfoque se ha centrado demasiado en los hospitales —¿hay suficientes camas y respiradores?— en vez de en las comunidades. Tiene que haber mucho más trabajo en las comunidades para prevenir el contagio”. El aumento de casos confirmados es en parte atribuible al incremento de la aplicación de pruebas de diagnóstico. Con la llegada de nuevos kits, el gobierno del presidente Martín Vizcarra pasó esta semana de diagnosticar alrededor de mil personas al día, a 10,000. Sin embargo, las personas que representan los nuevos casos se habrían contagiado durante una de las cuarentenas más estrictas de América Latina, (el subrayado y resaltado es nuestro) la cual ya va por su quinta semana. Los vehículos privados están prácticamente prohibidos en las calles, las personas pueden salir de sus casas durante el día solo para comprar alimentos o por razones médicas, y todas las noches hay un toque de queda desde las seis de la tarde hasta la cuatro de la mañana.Sin embargo, hay algunas situaciones que las cuarentenas no pueden prevenir. Muchos peruanos pobres viven en lugares insalubres y hacinados. Solo en Lima, cerca de un millón de personas carecen de agua potable. Las prácticas culturales tampoco ayudan. A los peruanos les gusta el contacto: un estudio de 2017 reveló que solo Argentina tiene una concepción del espacio personal más limitada. Los peruanos, normalmente, se detienen varios centímetros más cerca de los extraños que los estadounidenses. Además, algunos peruanos han estado desacatando la cuarentena. Hasta el momento, poco más de 60,000 personas han sido arrestadas por violar las reglas. Entre ellas, varios policías que fueron descubiertos tomando cerveza en reuniones privadas prohibidas. En uno de los casos más notorios, un policía en el departamento de Cuzco fingió tener síntomas de COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, para obtener permiso remunerado por enfermedad, y posteriormente fue encontrado ebrio en una plaza. Sin embargo, también han sido detenidas algunas madres solteras, principalmente por violar una controversial medida de género en la que hombres y mujeres debían alternar sus días de salida. La medida, diseñada para motivar a las familias a designar a un solo comprador, fue rápidamente eliminada. La creciente tendencia de casos en Perú podría ser un presagio de las cosas que están por venir en otros países en vías de desarrollo con deficientes condiciones sanitarias, instituciones públicas débiles y escasa confianza en las autoridades.El manejo de la pandemia por parte de Vizcarra. ha sido ampliamente elogiado en el país.(el subrayado y resaltado es nuestro)Ofrece alocuciones televisivas diarias similares en estilo a las del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. Su índice de aprobación ha alcanzado casi 90%, de acuerdo a una encuesta realizada por Ipsos a través de WhatsApp. A pesar del incremento drástico de casos confirmados, Vizcarra insiste que la tendencia está empezando a disminuir.El gobierno ha puesto en marcha un paquete de ayuda de 26 mil millones de dólares, equivalente a 12% del Producto Interno Bruto, que incluye pagos directos a la población. Sin embargo, muchas personas se están quedando fuera de ellos. Entre ellas, Matto. Antes de la epidemia, ella ganaba alrededor de 45 soles al día —cerca de 13 dólares— cobrando los pasajes en una “combi”, uno de los minibuses destartalados que fungen como transporte público en el país.En la actualidad, Matto, su esposo y su hijo de nueve años están viviendo de los ahorros.
La tensión ha comenzado a surgir. Esta semana, una caravana de cientos de familias desesperadas abandonó Lima a pie para caminar hacia el este, a través de la espeluznante carretera central, para regresar a sus casas en los Andes. Se encontraron con las fuerzas de seguridad. Tras una confrontación inicial, las autoridades persuadieron a los viajeros de dejarse aplicar las pruebas de diagnóstico del coronavirus, y a que les dejaran organizar el transporte. 42 migrantes dieron positivo y están en cuarentena.Perú también alberga cerca de un millón de refugiados venezolanos, por lo general en empleos informales mal remunerados que han desaparecido durante el último mes.“Hay mucha hambre”, dice Garrinzon González, quien dirige la Unión Venezolana en Perú, un grupo autogestionado que brinda ayuda a los inmigrantes. “Puedo escuchar la desesperación en sus voces cuando me llaman. Hay personas que están sobreviviendo tomando agua hervida con azúcar. Es terrible”.

domingo, 19 de abril de 2020

Distanciamiento físico vs distanciamiento social por el COVID-19

Como una extensión de mi último comentario referenciado a Perú, gustosamente voy a precisar a mis colegas y amigos de los Estados Unidos de Norteamérica y Europa que solicitaron explique del porque "el costo social que implica mantener a la población por un largo periodo inmovilizado es más alto en latinoamérica"; usaré para ello argumentos como el enfoque social en salud-definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS)- contrastando las estrategias empleadas para contener el avance del COVID-19 en la Pandemia en curso. No sin antes saludar la recomendación hecha por OMS para usar el término de "distanciamiento físico" en lugar del comúnmente usado "distanciamiento social", porque en estricto no es "aislamiento social" como interpretan indebidamente algunos tomadores de decisión y comunicadores sociales.
Cabe precisar que Perú presenta actualmente en Sudamérica la segunda mayor cantidad de casos confirmados con el COVID-19 , después de Brasil.  
El evento de la epidemia del COVID-19, trata de aquellos momentos en la vida de los individuos durante los cuales éstos se ven afectados por privaciones que no los condena a formar parte de los excluidos. La pobreza en las sociedades modernas en la región de las Américas, es vista por lo común como una situación temporal en el seno de sociedades dinámicas; sociedades en las que, usando el ejemplo del país de las oportunidades, los Estados Unidos de Norteamérica , "la gran mayoría son pobres alguna vez pero sólo muy pocos lo son para siempre". En todo caso, se percibe la existencia de bolsones de exclusión que hoy por hoy toman la forma de conglomerados urbanos producto de la migración de las zonas rurales a zonas urbanas. En mi comentario, adelanté de los factores y condiciones que rodean a poblaciones hacinadas que no cuentan con los recursos mínimos para resistir el asedio viral. En Perú hablé a modo de ejemplo de los cinturones de pobreza y poblaciones asentadas en los cerros que carecen de servicios básicos. Casi una década atrás, difundí las causas que originaban las debilidades presentadas para realizar un diagnóstico correcto de la línea base de pobreza, lo cual requería de instrumentos para entender y mensurar un fenómeno que escapaba a las estadísticas generalmente utilizadas en ese entonces.
Con la débil herramienta de gestión proporcionada por los últimos censos estadísticos, se cuantificaba en Perú a los pobres invisibles para el Estado, los cuales no se encontraban bajo el radar de los programas de lucha contra la pobreza, a pesar de que no contaban con servicios de salud, electricidad,agua y utilizan leña para preparar sus alimentos. Se detectaba si, el incremento de poblaciones atomizadas menores de cien habitantes y el peligroso hacinamiento en zonas urbanas.
En este orden de ideas, resultaba imprescindible sincerar las cifras de la línea base de pobreza con indicadores que incorporen los derechos civiles de los pobres invisibles por el Estado, aquellos que no son detectados por la "pobreza monetaria", habiéndose visto afectados en la salud de familias, sintiendo que la ausencia del Estado no los sacó de la pobreza pero si los hizo pobres extremos. El COVID-19 se encargó de transparentar estas deficiencias; las mismas que no se originaron ciertamente con las administraciones de los gobiernos que en la actualidad realizan denodados esfuerzos para luchar contra ese enemigo común que es mortalmente eficaz alli donde existe la debilidad del Estado. Esta vulnerabilidad se asocia a lo que viene aconteciendo en Guayaquil-Ecuador como epicentro de la epidemia en Sudamérica y Lima-Perú como epicentro en el país de los Incas.
Distanciamiento social en poblaciones excluidas geográficamente. 
Con estos elementos de juicio, podemos ver que no se encuentran en las mismas condiciones para dar cumplimiento con el "distanciamiento físico" dispuesto por las administraciones de gobierno (contrastando la realidad de países europeos, USA y Latinoamérica) a las zonas rurales excluidas, zonas urbanas o bolsones de pobreza de esta parte del continente;por consiguiente el costo social es diferenciado al tener a una célula familiar confinada en casa por mayor tiempo, con una economía sólida, que puede mantenerse y esperar a que exista la vacuna u otra solución que "normalice" sus actividades. Por obvias razones entonces, el costo social  que significa sostener quietos por largos periodos  a una población vulnerable en latinoamérica-que además presenta extremas debilidades en su sistema de salud pública- es mayor que otras realidades del mundo. Hacer precisiones sobre el precio social, costos: oportunidad,privado y social de casos puntuales,merecerán espacios de debate que muy probablemente se presentarán mas adelante.     
A mayor abundamiento, al producirse un prolongado real y efectivo aislamiento social en estas poblaciones altamente vulnerables se genera la destrucción de su economía, poniendo en riesgo su subsistencia. Esto sucede porque se rompe la cadena de comercialización y transacción, al extremo de ver perdidas sus cosechas y agotadas sus reservas de alimentos. Debemos recordar que el lado oeste de Sudamérica es recorrida por Los Andes, el oriente tiene al imponente río Amazonas y Perú cuenta con ambos formando parte de su territorio en ciento cincuenta y nueve cuencas hidrográficas que tornan agreste su geografía; así como una alta biodiversidad con poblaciones originarias, etc. que citando al naturalista inglés Charles Darwin "deberán responder de la mejor manera al cambio para poder sobrevivir".

domingo, 12 de abril de 2020

Resistir y mantenerse vivos hasta encontrar solución al COVID-19

Ya anteriormente expliqué el hecho que la humanidad entera se encuentra en medio de un ataque en progreso por este enemigo universal, que no distingue fronteras; asimismo indiqué que las enfermedades infecciosas constituyen un problema generado por la degradación ambiental, pues si revisamos las investigaciones sobre los orígenes de las enfermedades infecciosas virales  COVID-19, VIH , Ebola… que afectan a la especie humana, apuntan a la conexión de animales con nichos ecológicos impactados  por la presión demográfica que convierte las zonas rurales en áreas urbanas y megaciudades. Estas últimas son las áreas metropolitanas con más de diez millones de habitantes (New york, Madrid, Lima…) ; en este escenario de transmisión sostenida, debe entenderse claramente que el enemigo invisible está presente allí donde existe el ser humano, haciendo estériles los esfuerzos de distanciamiento social y/o cuarentena, si es que no se cumple con el trabajo solidario de eliminar al enemigo común.
La morbi-mortalidad por COVID-19 en áreas rurales son menores que en megaciudades
Los países del mundo y en Sudamérica por cierto, aspiran salir de esta guerra con la menor cantidad de bajas, ya sea muertos o dañados tras el paso del virus que inficiona la región. Es conocido que los recursos con que cuentan los países no son suficientes para afrontar una demanda instantánea y simultánea de enfermos, hecho que podría hacer colapsar no solamente los servicios de salud, sino de los servicios funerarios, crematorios y colaterales.
A la fecha, Sudamérica en pocos meses supera los cuarenta y ocho mil infectados y se aproxima a dos mil muertos en la región. Esta cifra irá incrementándose en la medida que no se internalice en toda la sociedad latina que la guerra la debemos ganar juntos.
Algunos miran como una solución a los billones de dólares que se vienen invirtiendo en la obtención de la "opción de la vacuna efectiva contra el COVID-19", pero ésta , en el mejor de los casos se podría obtener pasados varios meses, sin perjuicio del tiempo que demoraría en producirse el stock de millones de vacunas para distribuir y "vender" a los países del planeta. Otros piensan que la muerte no va a pasar pues ampliando la cobertura de respiradores artificiales en unidades de cuidados intensivos de los servicios de salud, superarán  al virus.
La respuesta es relativa, toda vez que no se trata de una máscara de oxígeno puesta en la boca mientras el paciente espera el tratamiento pensando porque hizo caso omiso a la cuarentena indicada por las autoridades. El proceso requiere de una entubación que se hace bajo anestesia general a efecto de proporcionar una ventilación invasiva para el COVID-19 , el protocolo a seguir considera días sin moverse, con un tubo enterrado en la boca hasta la tráquea y que le permite la respiración mecánica al ritmo del respirador al que está conectado para oxigenar su organismo. El paciente no puede desarrollar sus actividades normales en forma natural, eso implica que no le es posible hablar, comer, miccionar excretar, ni hacer nada de manera natural. Se contempla un coma inducido con sedantes y analgésicos para evitar la molestia y el dolor que implica  tolerar al tubo durante todo el tiempo que el paciente requiera el respirador artificial. Transcurridos los días en un paciente joven la pérdida de masa muscular es del orden del cuarenta por ciento y el impacto asociado a traumatismos de la boca o de las cuerdas vocales, todo ello sin perjuicio de eventuales daños residuales por fibrosis pulmonar, insuficiencia hepática, encefalitis… dañados pero salen vivos. Sin embargo las posibilidades que puedan resistir este proceso las personas ancianas y/ o debilitadas en su sistema inmunológico por enfermedades preexistentes al COVID-19, son muy escasas.
Por consiguientes, reitero mi expresión que “En tanto no se elimine la causa (COVID-19), seguirá latente el riesgo de infección, motivo por el cual los países deben ser solidarios entre sí para eliminar al enemigo común”.