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martes, 9 de enero de 2024

Crisis política e impacto en la tendencia decreciente de inversiones mineras en Perú

En " Crisis política que incrementa el riesgo ambiental ante el cambio climático" indiqué que luego de la pandemia del COVID-19 las economías en los países latinoamericanos sufrirían un fuerte impacto trascendiendo al tema económico y tocando fibras del tejido social, ambiental y político.  
Precisé entonces (Agosto del 2023) que para el caso peruano alcanzaba visos de crisis aguda en virtud a los problemas estructurales de gestión que inducían a desequilibrios políticos, contabilizando en el lapso de cinco años (periodo 2018-2023) a seis (6) jefes de Estado y quince (15) presidentes de Consejo de Ministros. 
Asimismo describí la distribución de la pesada carga burocrática existente en los dieciocho (18) ministerios y la PCM, que presionaba en la tendencia del presupuesto público del Estado peruano para que pudiera contar con sólo 25% en gasto de capital y el restante 75% ser destinado al gasto corriente y el servicio de la deuda; limitando con ello las inversiones en proyectos  públicos y privados de los sectores que constituyen motores del desarrollo nacional, como es en el caso del sector minero.
Pese a los impases subsistentes de políticas públicas, en la última década 2013-2023, Perú pudo superar los sesenta mil millones de dólares en inversiones mineras, estando que de enero a octubre del pasado año 2023, la inversión minera alcanzó los US$3.591 millones de dólares,cifra menor en 14% respecto al mismo período del 2022, continuando así con una tendencia decreciente que se prolongaría inclusive en el presente año 2024 de no realizarse las correciones correspondientes.
Fuente: Boletín Estadístico Minero-MEM-Perú.
Esta tendencia decreciente puede revertirse facilmente en la medida que el país retome proyectos importantes que tiene en cartera, como es en el caso de Conga (Oro y Cobre) de Newmont Yanacocha en Cajamarca, con una inversión del orden de US$ 4 800 millones, Tía María (Cobre) de Southern Perú en Arequipa cuya inversión sería US$ 1 400 millones ; entre otros que por protestas socioambientales siguen sin ser ejecutados.

miércoles, 12 de enero de 2022

Southern Perú actualiza inversión de capital para su proyecto Chancas en Apurimac.

De acuerdo a una publicación de la revista especializada Energiminas, Southern Perú presentó  a las autoridades competentes alcances sobre su proyecto de cobre Los Chancas, en Apurímac, en el que actualizan la inversión de capital en el plan minero, que asciende a US$2,600 millones de dólares.
Aunque el proyecto aún sigue en estudios, esta información es un avance en cuanto a ingeniería del prospecto minero.
Prosiguen los estudios en el proyecto de cobre Los Chancas en Apurimac-Perú.
La etapa de operación de Los Chancas durará 18 años y comprenderá la explotación del tajo Los Chancas (año 1 al 18), así como el funcionamiento de la planta procesamiento y beneficio (año 1 al 18). En el último año (año 18) solo se realizará el procesamiento del mineral almacenado en los acopios de mineral de alta, media y baja ley.
La planta concentradora de Los Chancas tendrá una capacidad instalada de tratamiento de 80,000 toneladas por día (tpd), pero la producción diaria podría variar dependiendo de las características del mineral siendo procesado. Más precisamente, informa la minera que la capacidad máxima de la chancadora de mineral es de 108,000 tpd, donde 80,000 es para el mineral de molienda y 28,000 para el mineral lixiviable. La capacidad de la chancadora de estéril es de 153,600 tpd.
Southern estima que necesitará dos años de preproducción para “poder comenzar con la extracción del mineral”, y parte del material extraído en los tres primeros trimestres de la preproducción (14 Mt) se utilizará para la construcción de la plataforma del pad de lixiviación y lo restante será transportado al Depósito de Desmonte y Relaves Filtrados.

El Dato

El proyecto se encuentra emplazado en el departamento de Apurímac, provincia de Aymaraes y distrito de Tapairihua y Pocohuanca, a aproximadamente 65 kilómetros al suroeste de la ciudad de Abancay.

sábado, 31 de octubre de 2015

Menores precios del Cobre & SC

Una vez más, los resultados financieros de Southern Copper se vieron afectados por la continua caída en los precios de los metales. Las ventas de la empresa cayeron 23.1% interanual durante el tercer trimestre en línea con la evolución del precio del cobre (- 24.9%). Los primeros nueve meses del año acumulan una caída de 12.1% interanual (el cobre ha caído 17.8%, en este periodo).
“A pesar de la disminución en el precio de los metales, la compañía fue capaz de mitigar esta tendencia aumentando el volumen de ventas”, señaló Raúl Jacob, vicepresidente de finanzas y CFO de Southern Copper durante la presentación de resultados. El volumen de cobre creció 5.5% interanual en el tercer trimestre, y el de zinc 29.2%. La producción de esta empresa continuará en aumento, a medida que se ponga en marcha la inversión realizada en la ampliación de su proyecto Buenavista en México. Se espera que la producción de cobre crezca en 180% y la de molibdeno en 42%. Dos nuevas plantas alcanzará su máxima capacidad a partir del primer trimestre del 2016.
Ello, sin embargo, no fue suficiente. El Ebitda de la empresa se redujo en 36.7% interanual durante el tercer trimestre. A ello se sumó una tasa efectiva de impuestos (medida como impuestos/utilidad antes de impuestos) inusualmente alta: 56.8%, más de 20 puntos porcentuales más que en el tercer trimestre del año anterior. La mayor carga tributaria se explica por un ajuste de impuestos no monetario de US$51.4 millones relacionado con la presentación de los impuestos declarados en el 2014.
El menor EBITDA y la mayor tasas de impuestos golpearon fuertemente a la utilidad neta, la cual cayó 69.7% interanual a US$98 millones.

¿POCA CAJA?

La empresa finalizó el tercer trimestre con una caja de US$504.5 millones, cerca de US$1,000 millones menos que en el segundo trimestre, cuando la minera realizó una emisión de deuda por US$2,000 millones y acumuló caja.
Es importante precisar que en este periodo se realizaron inversiones de corto plazo por US$309 millones. En lo que va del año, éstas ascendieron a US$544 millones. De esta manera, si bien se registró una menor caja (US$504.5 millones), las inversiones a corto plazo de la empresa se incrementaron de US$339 millones a US$882 millones entre diciembre del 2014 y setiembre del 2015.
Además esta diferencia en caja también se explica por el agresivo plan de inversiones que se viene ejecutando. En el tercer trimestre Southern Copper invirtió US$316 millones. Así, acumuló una inversión de US$847 millones en los primeros nueve meses del año. Además de la ampliación de la operación Buenavista de México, la minera inició la inversión en la ampliación de la mina Toquepala en Perú. La licencia de construcción de Toquepala fue aprobada en abril de este año y a setiembre se han invertido US$372 millones. Se espera que la ampliación culmine en el cuarto trimestre del 2017.
El programa de inversiones está en su fase final y además la meta original de inversión para el 2015 ( US$2,700 millones) se redujo a US$1,500 millones tras la suspensión del proyecto Tía María. Aún así, el riesgo de la empresa es que se terminaría por segundo año consecutivo con un flujo de caja libre (flujo de caja operativo – inversión) negativo. Se espera que los proyectos en México permitan a la empresa generación de caja y mejorar su Ebtida.

ENDEUDAMIENTO AL ALZA

Luego de la emisión de deuda por US$2,000 millones realizada en abril, el nivel de endeudamiento de la empresa (medido como deuda financiera/Ebtida), se incrementó de 1.92x en el primer trimestre del año a 2.45x en el segundo trimestre. Tras la caída de las ventas, ese ratio de endeudamiento se ha incrementado significativamente hasta 3.55x.
El nivel de endeudamiento aumentó a pesar de que la empresa amortizó US$200 millones correspondientes a bonos emitidos en el 2010, debido al menor menor Ebitda. La compañía no tiene otras amortizaciones hasta el 2020.
Southern Copper sigue siendo una de las mineras de cobre con menores costos de operación a nivel mundial. Más aún, viene implementando una estrategia de reducción de costos que se acentuará a medida que sus nuevos proyectos –con menor costo operativo– alcancen capacidad plena y la mayor producción diluya sus costos fijos. El costo de su producción de cobre (el principal metal de la empresa) durante los primeros nueve meses del año fue de US$1.64/libra, 15% que en el mismo periodo del 2014 (US$1.92 /lb). Considerando que el cobre hoy cotiza en cerca de US$2.35/lb, la minera continuará generando caja aunque el precio baje.
“La mayor producción esperada proveniente de Buenavista (México) y de la ampliación de Toquepala (Perú), le darán soporte a las ventas de la compañía en los próximos años”, señaló Sebastián Cruz, analista de Kallpa SAB. “Dichas ampliaciones serán operadas a un bajo costo, por lo tanto agregarán valor a la compañía”.
¿Qué tan rápido podrá Southern Copper reducir su nivel de endeudamiento e incrementar sus niveles de caja? La cotización del cobre en los próximos meses será determinante para definir el ritmo de mejora.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Reencuentro con Tía María

La empresa Southern Perú inició en la víspera su campaña de socialización en el valle del Tambo, ubicado en la provincia arequipeña de Islay, denominada "Reencuentro", proceso en el que 163 viviendas recibieron información sobre el proyecto minero Tía María.
El director de Relaciones Institucionales, Guillermo Fajardo, afirmó que la campaña es totalmente voluntaria y se realiza casa por casa, a fin de ofrecer información a las personas que estén de acuerdo en conocer más sobre el proyecto cuprífero.
La campaña se inició ayer en el distrito de Cocachacra, labor que se extenderá a Deán Valdivia y Punta de Bombón, zonas de influencia del proyecto Tía María.
El proceso de socialización está a cargo de 40 personas, las que han sido previamente capacitadas para poder responder las inquietudes de la población en torno al proyecto minero.
Los capacitadores se hallan debidamente identificados y visten chalecos celestes, para no confundir a la población, dijo Fajardo tras señalar que el trabajo “puerta a puerta” se prolongará durante seis semanas.
El representante de la empresa indicó también que el plan "Reencuentro" busca acercarse más a la población de la provincia de Islay y que la gente conozca detalles sobre el proyecto Tía María.

jueves, 27 de agosto de 2015

Trilogía: Agua&Agricultura&Minería

Nada ha cambiado a dos semanas de vencerse los 60 días de suspensión de operaciones del proyecto minero Tía María, en Arequipa. Mientras Southern Perú ha puesto en marcha una campaña nacional de comunicación sobre su futura intervención, en la zona un amplio sector de la población se mantiene alerta para retomar la protesta en cualquier momento. La resistencia local a la multimillonaria operación de extracción y exportación de cobre, y la serie de hechos que le han sucedido, han traído de vuelta desde el pasado reciente una discusión que, por poco frecuente, parece haber quedado congelada en el tiempo.
¿Pueden la minería y la agricultura, con operaciones en un mismo espacio geográfico, llegar a ser buenos vecinos? ¿O es el impacto de la minería sobre zonas agrícolas irremediablemente nocivo? El Perú se ha negado ya la posibilidad de responderse esas preguntas. Y no ahora, sino hace un tiempo. Lo hizo específicamente hace 13 años, cuando la protesta social en el departamento de Piura consiguió la cancelación de Tambogrande, el frustrado proyecto aurífero de la minera Manhattan, que reposaba sobre buena parte de un valle de producción agrícola. Lejos de desaparecer, sin embargo, el dilema regresa con renovada vigencia.
No es cosa menor que en el Perú no exista hasta hoy una experiencia positiva o negativa de convivencia entre ambas industrias, que sirva como referente para la toma decisiones sobre la viabilidad de un proyecto. Y no lo es no solo porque la industria minera representa el principal ingreso de la economía peruana, sino por el peso del Perú en el mercado mundial de minerales: si tal modelo de armonía no existe aquí, probablemente tampoco exista en otras latitudes.
Queda, por tanto, abordar la interrogante desde la teoría sobre la que hoy reposan los pros y los contras. PODER convocó a cinco expertos para intentar resolver el misterio, y proyectar efectos y resultados. Mientras algunos consideran que tal modelo de coexistencia es perfectamente posible gracias a la tecnología, otros coinciden en que de no cumplirse una serie de condiciones mínimas –más allá de las técnicas– se echaría por la borda cualquier intento de convivencia. En lo que están de acuerdo todos es en esto: nada permanece igual para un ciudadano y una comunidad, ni para su espacio físico, tras el arrollador arribo de una empresa minera.

De Tambogrande a Valle de Tambo

Como se ha dicho ya, lo que hizo polémico en su momento a Tambogrande, y hoy a Tía María, es que sean casos de absoluta excepción a la regla en la historia de la minería en el Perú. Desde los inicios de esta industria en nuestro país, esta –a gran escala– se ha instalado predominantemente en dos tipos de ecosistemas: la puna y la alta montaña. Se trata de espacios donde el dilema de la coexistencia minería-agricultura prácticamente no existe, en la medida en que la producción del campo no es parte fundamental de las actividades económicas de la zona. No es el caso de Tambogrande ni el de Tía María, donde el tajo minero se proyecta sobre valles agrícolas. Allí el dilema.
Manuel Glave, investigador de Grade, explica que eso hace que las preocupaciones de la población sean diferentes según la zona donde se ubica un proyecto minero. Así, dice Glave, mientras en la puna peruana el dilema tiene que ver con los derechos de comunidades pastoriles y la propiedad de la tierra, para casos como el de Tía María la preocupación es no tener información confiable sobre cómo afectará la llegada de esta industria a un espacio predominantemente agrícola, productivo, que genera riqueza y empleo y tiene mediano éxito.
“Los casos de Tambogrande y Tía María son diferentes dentro de la industria minera, por el piso altitudinal donde se encuentran. No son Tintaya, Antamina, Toromocho o Las Bambas (ubicados en zonas geográficas comúnmente mineras). Entonces, el no tener experiencia previa que demuestre que minería y agricultura pueden coexistir armoniosamente vuelve a estos proyectos polémicos desde el inicio. Y no es casual que hayan encontrado el rechazo y la preocupación de los agricultores. No conozco otros casos tan crudos, en el sentido de un proyecto de mediana escala intentando instalarse en medio de un valle agrícola extenso”, dice Glave.
Pero así como las preocupaciones sobre la irrupción de un proyecto minero dependen directamente del lugar geográfico donde se instale, la resistencia de la población a una inversión de este tipo es inversamente proporcional al nivel de desarrollo del que goza: una comunidad de mediano desarrollo, conectada al mercado y con oportunidades económicas producto de su relación con el uso de la tierra, será más reticente a la minería que una comunidad pobre, sin oportunidades de desarrollo, que podría ver en ella cierta esperanza de progreso. Carlos Monge, director para América Latina del Natural Resource Governance Institute, desarrolla esta idea.
“En casos de expansión de la actividad minera donde hay usos de la tierra, y donde además esos usos son relativamente exitosos, tienes un potencial de conflicto muy grande. Porque, ojo, Tía María no está proyectando llegar a una comunidad campesina pobre, estamos hablando de zonas más modernas, más prósperas y capitalistas, de pequeña y mediana producción agrícola. En contraste, cuando la mina llega a zonas de pobreza extrema es posible que haya más aceptación, porque allí pueden sentir que no tienen nada que perder, y que, por el contrario, pueden sacar algún provecho”, afirma Monge.
Dado que, debido a las legítimas preocupaciones de la población, no ha sido posible hasta hoy concretar ningún proyecto minero en el Perú que comparta su espacio con una agricultura intensiva, cabe hacerse una pregunta diferente: ¿qué condiciones mínimas debería cumplir la minería para compartir armoniosamente el espacio con actividades agrícolas, vencidas las resistencias sociales? La primera de ellas es, sin duda, asegurar las condiciones del acceso de todos los actores al agua.

Problema de fondo

La mayoría de conflictos sociales por actividades extractivas en el Perú están directamente relacionados con asuntos medioambientales. Y muchos de los casos medioambientales están relacionados con el agua. En el 2010 la Red Muqui, un conjunto de instituciones abocadas al desarrollo sostenible y a la defensa de poblaciones en áreas de influencia minera, identificó a partir de información de la Defensoría del Pueblo que, de los 246 conflictos sociales registrados en el país, 117 eran socioambientales, y que 28 de ellos giraban en torno al agua en zonas mineras.
Pese a las múltiples alertas, el Estado no ha puesto mucha atención al problema del agua. Y no solo a aquellos casos que registran contaminación directa de fuentes del recurso hídrico, sino a la escasez y disputa de su administración en diversos puntos del país. El año pasado, por ejemplo, una investigación periodística de La República reveló que las autoridades peruanas no saben con certeza el volumen de agua disponible en 119 de las 159 cuencas que proveen este recurso a todo el país. La ausencia de información de este tipo es grave, toda vez que evita proyectar un suministro a futuro y velar por una buena distribución de los caudales a las industrias que más los necesitan: agricultura, minería, electricidad y uso doméstico.
Sobre este último punto, Manuel Glave, de Grade, llama la atención sobre la completa ausencia de una política de planificación en el país respecto al uso y administración del agua. Esta realidad agrava polémicas como la de agricultura versus minería, al no existir institución estatal que pueda asegurar técnicamente –en este caso, a los agricultores del Valle de Tambo- un suficiente suministro del recurso hídrico en futuro.
“Es cierto que una operación minera termina afectando el acceso al agua, pero para eso la Autoridad Nacional del Agua (ANA) debería contar con una balance del recurso hídrico y una proyección de su disponibilidad a 50 años. Y no estamos hablando aquí solamente de un balance de uso agropecuario, sino de uno estratégico para todos los usos, que permita comparar la oferta y la demanda. La existencia de estudios de ese tipo permitiría tomar decisiones importantes, porque podrías saber si favoreciendo una actividad económica vas a afectar a otra. Que ese estudio no exista solo genera más incertidumbre”, dice Glave.
Pero la carencia de información estratégica no es el único problema; también se trata de la infraestructura. El conflicto por Tía María en el Valle de Tambo es el ejemplo más reciente de cómo la mala planificación de proyectos de irrigación por parte del Estado –se le prometió al valle cuatro represas en los últimos 30 años, pero nunca llegaron–, aunada a la falta de credibilidad y eficiencia en prácticas ambientales, como en el caso Southern Perú, pueden confluir en el estallido de un conflicto que ya lleva cinco muertos y cientos de heridos.
Carlos Monge, de Natural Resource Governance Institute, resalta la importancia del agua para el desarrollo de proyectos mineros en convivencia con la agricultura. “Una condición importante para que ambas actividades coexistan es que, primero, haya abundancia de agua, además de la existencia de una estrategia productiva tal que permita que la actividad minera no destruya, se apropie o contamine fuentes de agua en perjuicio de los actores con los que comparte la zona, sino que, por el contrario, incluso las mejore”, afirma.
Monge considera que, en principio, ambas actividades sí podrían convivir, al menos teóricamente. Pero además del agua, como ya se ha dicho, es sumamente importante también la ubicación exacta del proyecto, la conformación del mineral en el yacimiento, los niveles de toxicidad de los minerales que se planea explotar y las relaciones con las comunidades. Hasta el momento, como hemos comentado, no existe experiencia exitosa de convivencia entre minería y agricultura, o no al menos en operaciones del tamaño de Tía María. Pero la minería en el Perú sí ha tenido otros logros destacables, como el reasentamiento poblacional en Morococha –de unas 10.000 personas–, o casos notables de negociación como el de Quellaveco.

Servinacuy minero

En medio de la tensión que a principios de la década pasada se vivió en Piura por las protestas contra el proyecto aurífero que intentaba posarse sobre Tambogrande, la minera junior canadiense Manhattan Minerals optó por revisar la casuística internacional para diseñar un discurso que demostrara su viabilidad en una zona fundamentalmente agrícola.
Paul Sweeney, CEO de la compañía minera, afirmó por entonces que las relaciones con las comunidades en Tambogrande eran buenas, aunque luego la experiencia terminaría por desmentirlo. En la consulta popular que se llevó adelante en la zona buscando aprobación social, el proyecto de Manhattan sufrió una derrota aplastante. La negativa de la población se dio pese a que un grupo de profesionales y dirigentes de Tambogrande –incluido el alcalde– fue invitado a visitar y conocer la experiencia de la mina Candelaria, cerca de Copiapó (Chile). El objetivo era, supuestamente, convencerlos de que una feliz convivencia entre minería y agro sí era posible.
Pero sobre este caso, citado internacionalmente como una supuesta experiencia positiva agro-mina, existe un estudio elaborado por CooperAcción según el cual no todo es como parece. El informe revela que Manhattan, en su objetivo de convencer a los piuranos, omitió detalles importantes al tomar como ejemplo el caso chileno. La mina, por ejemplo, tenía poco tiempo operando, lo que no permitía observar las consecuencias a largo plazo de la convivencia entre ambas actividades. El caso de Copiapó tampoco podía servir para hacer un paralelo con el proyecto peruano, toda vez que la zona de Chile donde se instaló no está sujeta a las complicaciones de suministro de agua que sí se dan en Tambogrande.
A propósito de las consecuencias a largo plazo, un informe del 2009 elaborado por el Centro de Investigación Periodística (Ciper) de Chile da cuenta de las preocupaciones que experimentaban desde el gerente de las mineras hasta el más pequeño de los agricultores: como consecuencia de ambas actividades y de los mecanismos de venta de derechos de agua, se habían sobreexplotado las fuentes y se había llegado a un estrés hídrico crónico. El informe también detalla los conflictos que ocurrieron entre agricultores locales y la minera Candelaria por el uso de pozos y aguas tratadas.
“He tenido la oportunidad de visitar la zona [Copiapó] varios años después del conflicto de Tambogrande, y no es un buen ejemplo”, afirma José de Echave, director de CooperAcción. “Los agricultores tienen demandas judicializadas contra la minería en esa zona”.
Otro caso usado por Manhattan para promover su proyecto a partir de la comparación fue el de Martha Mine, en Nueva Zelanda. Un documento elaborado por el geólogo Robert Moran para Oxfam señaló que si bien se trataba de una mina de oro y plata en una zona agrícola, la coexistencia de esta actividades –como en Copiapó– era demasiado reciente como para sacar conclusiones, y, además, la frecuencia y el nivel de lluvias la convertía en un caso poco preciso para comparar con la realidad piurana.
Un tercer caso citado como ejemplo fue el de la mina Stillwater, en Estados Unidos. Pero aquí, en un informe del 2005, CooperAcción señaló también otras omisiones: la composición química de los minerales explotados era distinta de la de Tambogrande, que en el área circundante solo se cultivaban pastizales y que la villa más cercana se localizaba a más de 50 kilómetros de distancia.

Puntos encontrados

Luego de listar los casos precedentes, surge una nueva pregunta: ¿es entonces imposible la convivencia entre agro y minería? “La respuesta se relativiza dependiendo del tipo de agricultura del que estamos hablando, y del tipo de minería también. No todos los yacimientos son iguales y no toda la agricultura lo es. No es lo mismo una agricultura de pastizales que una frutícola”, afirma  José de Echave. E insiste que en el Perú no se ha dado hasta el momento un caso de coexistencia entre minería y agricultura intensiva o de mediana envergadura, como la que hay en el Valle de Tambo.
Rómulo Mucho, expresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), discrepa. Mucho considera que este fenómeno sí ha ocurrido en nuestro país. Pone el ejemplo de minera Cerro Verde, en Arequipa. “La presa de relaves está cerca del valle de Uchumayo. No es un valle muy fructífero, porque es angosto, pero en las tierras aledañas se producen cebollas”, asegura, aunque, como él mismo declara, no se trata de una agricultura de escala similar a la del Valle de Tambo.
Cerro Verde no ha estado libre de conflictividad social. Hace poco, según reporta el diario arequipeño El Búho, representantes de la Junta de Usuarios La Joya Antigua criticaron que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) haya autorizado la reutilización de aguas residuales tratadas para uso minero, lo que afectaría el suministro para el agro. Se trata definitivamente de un problema serio, aunque no haya escalado en magnitud.
Pero un caso que según Mucho se asemeja un poco más al del Valle de Tambo es el de la minera Colquisiri, en Huaral. Se trata de una mina polimetálica asentada en pleno valle, con extensos cultivos de naranjas a menos de un kilómetro de la operación. En el 2011, según medios locales, hubo quejas por parte de dirigentes de centros poblados de Jecúan, Cerro Cenizo y Tres Estrellas, quienes acusaban a la minera de afectar la producción agrícola de la zona y poner en riesgo la salud como consecuencia de un mal manejo de relaves.
“El tema pasa por que la mina controle todas sus emisiones y use tecnología. Así es totalmente viable. Esto sucede en Canadá, Estados Unidos, Australia, Chile”, declara Mucho. “Yo creo que en el Perú es totalmente factible la coexistencia. Y afirmo que Tía María no va a afectar el valle”.
Otro componente importante para la paz y la buena vecindad es la participación de la mina en la promoción del agro. Ricardo Labo, de Labo Mining Strategies, destaca el caso de la mina Northparkes, en Australia. En el 2012, el diario The Australian detalló el caso de la incursión de la mina en una de las zonas agrícolas más ricas de Nueva Gales del Sur. Durante varios años hubo disputas entre los campesinos y mineros por el uso que se les iba a dar a las tierras. Hasta que en 1997 la empresa entró a invertir decididamente también en agricultura. Así, Northparkes añadió a su estructura organizacional un negocio agrícola que no es pequeño: según Mining Weekly, solo el 30% de las tierras de la compañía son usadas para explotar oro y cobre; el resto está ocupado por hectáreas donde se cultiva cebada, trigo y canola.
Como señala The Australian en su artículo, si bien la agricultura no representa una gran ganancia para Northparkes, las tierras han servido para probar nuevos métodos de cultivo y hacer que las localidades circundantes se desarrollen. Incluso hubo un año –el 2003– en que las pérdidas de la minera fueron de alguna manera atajadas por las ganancias de la rama agrícola de su negocio. En este caso específico, incluso los cultivos de la propia minera servían como zona de amortiguación entre las operaciones propiamente mineras y las tierras agrícolas privadas de sus vecinos. ¿Será posible hacer esto en el Perú? ¿Qué empresa minera criolla podría tener esta visión?

sábado, 23 de mayo de 2015

Estado de emergencia por Tía María

Debido a los nuevos actos de violencia registrados durante las protestas contra el proyecto Tía María, el Gobierno resolvió anoche decretar el estado de emergencia en todos los distritos de la provincia de Islay, en Arequipa,anunció el jefe del Gabinete Ministerial, Pedro Cateriano.
Precisó que quedan suspendidas a partir de hoy las libertades personales, referidas a la inviolabilidad del domicilio, libertad de tránsito y la libertad de reunión.
Indicó que conforme lo establece la Constitución y de acuerdo con el decreto que se publicará en El Peruano, la Policía Nacional, con el respaldo de las Fuerzas Armadas, se encargará del mantenimiento del orden público.

Régimen de excepción

Cateriano sustentó que el Gobierno ha tomado la determinación de decretar el estado de emergencia de conformidad con el régimen de excepción que establece la Constitución Política. En ese sentido, dijo que el Gobierno no hubiera querido llegar a esta situación, y prueba de ello es que se han hecho todos los esfuerzos para solucionar los cuestionamientos técnicos al proyecto Tía María, mediante el diálogo, como corresponde a un sistema democrático. “No obstante, a pesar de que la propia empresa ofreció una pausa para que en este período se pueda explicar con amplitud y debatir todo lo relacionado con la temática técnica del proyecto, hoy han continuado los actos de violencia.” “Cuando las circunstancias demuestran que un grupo mínimo no quiere acatar la Constitución y la ley; es decir, violentar el Estado de derecho, el Gobierno tiene los instrumentos legales que la Constitución franquea para garantizar el mantenimiento del orden público.”
En ese contexto, el titular de la PCM recalcó que el gobierno del presidente Ollanta Humala defenderá con firmeza, pero con apego a la Constitución y a la ley, el derecho de todos los peruanos a vivir en paz y en democracia, exhortando a que se deponga la violencia y solucionemos las diferencias basado en el diálogo.

viernes, 15 de mayo de 2015

Mensaje a la Nación sobre Tía maría

“Una acción como esta, decidida unilateralmente por el Estado, tendría efectos nefastos tanto jurídicos como económicos. Tía María es un tema nacional y no solo un proyecto más.Requiero la unidad de los demás poderes del Estado, que actúen con decisión”, señaló Ollanta Humala en su mensaje a la Nación.
Además, precisó que el proyecto no puede ser suspendido debido a que “no se ha iniciado”. “No podemos tomar una decisión unilateral que no esté regida en el marco de la ley”, enfatizó tras indicar que esa acción podría costarle al Perú una demanda ante tribunales internacionales.
De otro lado, Ollanta Humala explicó que la labor del Ejecutivo es defender el principio de autoridad y el Estado de derecho en el país. “Tía María no es un caso aislado. Los actos de hoy repercutirán en el modelo de desarrollo del Perú”, agregó.
El mandatario también “demandó a la empresa [Southern, que ejecuta el proyecto cuprífero] manifestar su voluntad y tomar acciones para lograr desarrollo” y bienestar social en Arequipa. "No defendemos intereses individuales ni de alguna empresa. Defendemos el Estado de derecho y la estabilidad jurídica", añadió.

Foco de violencia

Ollanta Humala no se refirió a la posibilidad de declarar estado de emergencia en la provincia de Islay, en las que las manifestaciones han cobrado la vida de tres personas. Asimismo, respaldó el trabajo de la Policía Nacional.
“Rechazamos las posiciones extremistas y violentas. Solicito al Ministerio Público y al Poder Judicial administrar justicia y [hacer] caer el peso de la ley contra los delincuentes, asesinos y extorsionadores. No podemos ceder al chantaje ni a la extorsión […] Un reconocimiento especial a la Policía, que enfrenta estoicamente la violencia”, manifestó.
En otro momento, negó que haya incongruencia entre el discurso sobre Tía María que tuvo cuando fue candidato y el que defiende ahora como jefe del Estado. “Frente a los enemigos de Arequipa que han querido enfrentarme a él [el pueblo] digo: La voz del pueblo es la voz de Dios. La decisión de las mayorías debe ser respetada”, concluyó.

domingo, 10 de mayo de 2015

Credibilidad empresarial en Tía maría

Las protestas sociales en contra del proyecto Tía María, vienen escalando dentro de su área de influencia el valle de Tambo, los distritos de Cocachacra, Mejía y Deán Valdivia, en la provincia de Islay, región Arequipa. Las manifestaciones en contra, están próximos alcanzar los dos meses en la actualidad, dejando 6 personas fallecidas en 6 años (Incluyen a 5 manifestantes y 1 policía) como saldo por enfrentamientos entre manifestantes y policías.
En este contexto se emitió la Resolución Suprema N° 105-2015-IN que autoriza la intervención de las Fuerzas Armadas en apoyo a la Policía Nacional del Perú en el departamento de Arequipa, provincia de Islay, del 09 de mayo al 07 de junio de 2015, con el fin de asegurar el control y mantenimiento del orden interno y evitar actos de violencia o cualquier ilícito que se pudiera cometer con ocasión de las movilizaciones y cualquier otro tipo de acto vandálico
La oposición al Proyecto cuprífero Tía María afirma que se afectará tanto a la agricultura en el valle del Tambo, como al agua.
En el extremo que consigna al agua, el proyecto establece que usará agua de mar, desalinizándola y que no afectará la cantidad el recurso hídrico de la zona de influencia.
El tema entonces pasa por el detalle de la calidad del agua efluente y una eventual afectación a la agricultura, sustentada en la falta de credibilidad de los compromisos empresariales del pasado, el cual da origen a un discurso anti proyecto: “No estamos contra la actividad minera pero sí contra la empresa”.
Un análisis que realizamos en este orden de antecedentes y contradicciones sobre la credibilidad empresarial del pasado fue presentado en Julio del 2010 en “Capital y tecnología puestos a disposición del país”.

El dato cronológico

El inicio del proyecto minero “Tía María” data del año 2003, con una inversión prevista de US$ 1,400 millones. Comprende la explotación de dos yacimientos a tajo abierto: “La Tapada” (425 338 000 toneladas de mineral de cobre oxidado) y “Tía María” (225 377 000 toneladas de mineral de cobre oxidado). Las actividades de exploración se efectuaron en el lapso comprendido entre 2006-2008.En el año 2009, se cuenta con el primer Estudio de Impacto Ambiental (EIA), el cual es remitido a UNOPS (The United Nations Office for Project Services), obteniendo a principios del año 2011 su informe del EIA  con 138 observaciones.A fines del año 2013, Southern Perú presenta el segundo EIA al Ministerio de Energía y Minas, obteniendo su aprobación en Agosto del 2014.A fines del primer trimestre del año 2015 se reinició las protestas contra el proyecto Tía María.

sábado, 9 de mayo de 2015

Escalamiento de conflicto Tía María

Continuando con lo expuesto en ¿Ocaso de Tía María?, tenemos que con Resolución Ministerial N° 216-2015-MEM/DM del 08 de Enero del 2015, se aceptó la renuncia del Director General de la Dirección General de Minería del ministerio de Energía y Minas. Este suceso se produce coincidentemente con el escalamiento del conflicto social en el área de influencia del proyecto minero Tía María.
Los antimineros que protestan contra el proyecto Tía María, en Arequipa, cada día radicalizan sus protestas y paro indefinido.
El 05 de Mayo, el obrero de construcción civil Henry Checya Chura (35) murió en Mollendo luego de un enfrentamiento con la Policía cuando una turba de manifestantes intentaba bloquear una vía en la zona de Alto Inclán.
El deceso de Checya Chura nos remonta a agosto del 2009, cuando se iniciaron los talleres informativos de Southern Perú para dar a conocer Tía María. Posteriormente vinieron los violentos acontecimientos del 7 de abril del 2011 en Mollendo, donde murieron Andrés Taipe (22), Aurelio Huarcapuma (50) y Néstor Cerezo Patano (31) en los enfrentamientos con las fuerzas del orden. En ese contexto, el Proyecto viene dejando 5 muertos en 6 años.
Como es público (de ése entonces), 16 días antes, los residentes del valle de Tambo venían protestando contra Tía María. Sin embargo, el gobierno de Alan García Pérez no halló una solución y, debido al alto costo social, canceló dicho proyecto.
No obstante, en el 2013, ya durante el periodo de Ollanta Humala, la compañía presentó un nuevo estudio de impacto ambiental (EIA), el mismo que fue aprobado por el Ministerio de Energía y Minas el 2014, lo que dio nuevamente luz verde a la iniciativa cuprífera en la que se invertirán 1,400 millones de dólares.
Por ello, el conflicto social volvió a estallar este año en Islay y los agricultores exigen que el EIA de Southern Perú sea sometido a una revisión por un ente internacional.

miércoles, 15 de abril de 2015

Ampliación de Toquepala

La minera Southern Copper anunció hoy que el Ministerio de Energía y Minas (MEM) ha aprobado el proyecto de ampliación de la mina de cobre Toquepala en el sur del país.
El proyecto tiene como objetivo ampliar la capacidad instalada de la Concentradora de Toquepala de 60,000 TM/día a 120,000 TM/día, señaló en un comunicado a la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV).
La compañía, controlada por el Grupo México, dijo ayer que esperaba conseguir este mes la licencia de construcción para la expansión de Toquepala, la que supone una inversión cercana a los US$ 1,200 millones.
Dicha expansión le permitirá duplicar su capacidad de molienda y procesar unas 120,000 toneladas métricas por día y 3,100 toneladas métricas de molibdeno, según datos de la compañía.

viernes, 16 de enero de 2015

¿Prisión a CEO de empresa minera por incumplir LMP de aire y otros?

Hoy el diario La República, da cuenta de una noticia que veníamos comentando en este espacio sobre las implicancias de la interpretación y aplicación discrecional de los Límites Máximos Permisibles (LMP) por la autoridad ambiental competente en el ámbito administrativo y su componente vinculante en caso de procedimiento penal.
Es un proceso que data de hace seis (06) años planteado en la localidad de ILo, situada al sur de Lima, zona de influencia de las operaciones mineras de Southern Perú :
"Fiscalía Especializada en Materia Ambiental, en audiencia de juicio oral, solicitó dos años y seis meses de pena privativa de la libertad contra el presidente ejecutivo de la empresa minera Southern Perú , Oscar González Rocha y el pago de una reparación civil de un millón de dólares por el delito de contaminación ambiental en la modalidad de culposa.
El Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin), tras una auditoría ambiental, detectó  que  la empresa minera incumplía con los límites máximos permisibles para la emisión de arsénico.
Ante la complejidad del caso, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) hizo suyo el informe de Osinergmin y lo evaluó en la ciudad de Lima.
La conclusión fue que la contaminación del aire supera en un 100% el límite permisible y en un 800% de vertimiento de arsénico al mar y a 3 afluentes  para los cuales no tenían autorización.
El proceso se sigue desde el año 2008. La minera, a través de su abogado, dijo en la audiencia que existe un proceso contencioso administrativo que tendría que concluir para iniciar el juicio contra González Rocha. Sin embargo, la fiscal Ángela Marroquín, firme en el proceso acusatorio, logró que el juez Erly Alejo, programe una audiencia para el próximo 26 de enero, donde  dos peritos de la OEFA fundamentarán el informe realizado con pruebas documentarias. El acusado, González Rocha, no declaró durante la audiencia al haber hecho uso del beneficio de la no declaración".

miércoles, 7 de julio de 2010

Capital y Tecnología puestos a disposición del desarrollo del país.

Resulta interesante poder compartir con ustedes el análisis desde un nuevo ángulo los mitos históricos, estudiar su significación de acuerdo a lo que éstos representaron en el momento en que estuvieron en pleno apogeo para recordar a los desmemoriados que sostienen la narración situada fuera del tiempo : “La minería en Perú no paga”.
Ya que toda actividad industrial humana es susceptible de producir un impacto en el medio ambiente, resulta pertinente citar los términos en que John Yeates (1870) definió el significado de recursos: "Al hablar de los recursos naturales de un país cualquiera, nos referimos al mineral en la mina, la piedra en la cantera, la madera en el bosque (etc.) ‘‘. En esta mirada, la naturaleza se convertía en un depósito de materias primas que esperan su transformación en insumos para la producción de mercancías. Los recursos son desde entonces concebidos por muchos, como "cualquier material o condición existente en la naturaleza que puede ser capaz de explotación económica que requieren la creatividad y diligencia humanas las que impartirán valor a la naturaleza”. Por ello, los recursos naturales requieren ser “desarrollados” y sólo esto sucederá cuando el capital y la tecnología han sido puestos a su servicio. De acuerdo a esta premisa, los recursos naturales mineros no pueden desarrollarse por sí mismos; es solo a través de la aplicación del conocimiento y la destreza humanos que se puede hacer algo con el mineral en la mina, y la mayor parte del trabajo necesario requiere una pericia de un nivel elevado y capaz de lograr un desarrollo sostenible.
Perú no está, ni estuvo ajeno a las contradicciones presentadas en el proceso histórico de aprovechamiento de recursos naturales- mineros, podemos citar el caso de SOUTHERN PERU COPPER CORPORATION (SPCC) una corporación constituida en el estado de Delaware, Estados Unidos de América y su sucursal del Perú. Nos remontaremos al año de 1958 , fecha en que se emitieron sendas autorizaciones para la instalación y funcionamiento de la Planta de Fundición de Minerales de Cobre en Ilo y la Planta de Concentración para minerales de cobre en Toquepala. Sumergidos en su ya conocida actuación, el congreso peruano constituyó una comisión para evaluar los daños producidos en la agricultura en los valles de Ilo y Tambo, con Ley N° 16583 de Junio de 1967; veintidós años después se actualiza, adecua y reglamenta esta Ley N° 16583,mediante Decreto Supremo N°022-89/EM/CAN. El 19 de Diciembre de 1969 el estado peruano y SPCC suscribieron un contrato bilateral para la puesta en marcha y posterior explotación del Yacimiento Cuprífero de Cuajone, denominado “Contrato Cuajone”.
Sumergidos en una serie de contradicciones, el 12 de Agosto de 1991, mediante Decreto Supremo N° 129-91-PCM se creó una Comisión de Alto Nivel encargada de negociar con SPCC la solución definitiva de conflictos existentes en relación al Contrato Cuajone. La negociación directa y el espíritu de buena Fe entre las partes se pusieron de manifiesto para que la comisión llevara a cabo las negociaciones cuyo acuerdo de bases quedaron aprobadas con Decreto Supremo N° 177-91-PCM.
Entre otros acuerdos, se logró materializar una transacción por un monto de US$ 300 millones (MM) con el siguiente detalle: US$ 200 MM, distribuidos de la siguiente manera: Instalación de una Planta de ácido sulfúrico en la Fundición de Ilo. Desarrollo de un proyecto sobre disposición de relaves mineros procedentes de las minas de Cuajone y Toquepala. Instalación de una planta de tratamiento de las aguas servidas de la población de SPCC en Ilo. Desarrollo de dos proyectos de lixiviación de los óxidos y sulfuros de baja ley contenidos en las canchas de Cuajone y de Toquepala, respectivamente. US$ 100 MM en otras inversiones, entre las cuales está la aplicación de nuevas tecnologías y/o adquisiciones de reemplazo en las unidades operativas de SPCC. Estas acciones se desarrollaron en el marco de una política de Estado sobre promoción de la inversión privada como vehículo para el desarrollo sostenido del país y la mejora de las condiciones de vida de su población.

En la actualidad, la empresa SPCC constituye uno de los pioneros de la minería de cobre en el sur del país que viene generando progreso y desarrollo en los pueblos de la zona de influencia, así que, la ambigüedad del discurso mítico sobre el dicho que la minería en Perú no paga quedaría rebatida por los hechos históricos expuestos.