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viernes, 1 de marzo de 2024

Chiclayo: Desgobierno ambiental que pone en alto riesgo a la salud pública

En la línea que vengo informando en este espacio sobre la grave situación que viene afrontando la localidad de Chiclayo, en los últimos años la "Capital de la amistad" se va convirtiendo en una de las ciudades mas contaminadas del Perú y escalando vertiginosamente de tal forma que pudiera ser en poco tiempo uno de los espacios más contaminados del Perú y del planeta, si es que no se llegara a tomar las medidas oportunas para contrarrestar la falta de planificación en la Región Lambayeque y particularmente en Chiclayo, donde la presión demográfica y la inadecuada gestión de residuos sólidos municipales mantienen larga data.
La alianza público-privada es primordial en Chiclayo para resolver su problema de contaminación.
Tal como lo refiere infobae, la problemática no se limita sólo al distrito de Chiclayo, ya que los límites con la Victoria y José Leonardo Ortiz también presentan áreas críticas o con presencia notable de desechos sólidos.
La presencia en su zona de influencia del botadero mas grande del país , superando las trescientas hectáreas en las Pampas de Reque, que contamina los suelos y el agua de la napa freática con los lixiviados no tratados, así como la quema de residuos sólidos contaminando el aire con los botaderos identificados como puntos críticos de la región, constituyen marcada evidencia del desgobierno existente en materia ambiental que pone en alto riesgo la salud pública de la población asentada en la costa norte del país.

Recurrentes declaratorias de emergencia  

La zona de influencia situada en la región Lambayeque, Provincia de Chiclayo y distritos como el gobierno municipal de José Leonardo ortiz, cuentan con recurrentes declaratorias de emergencia sanitaria por la inadecuada gestión y manejo de residuos sólidos por parte del ministerio de salud y el ministerio del ambiente.
En este contexto en los últimos siete años, se registra entre otras, a las siguientes Resoluciones administrativas que tratan sobre la emergencia :
Resolución Directoral N° 155-2016/DIGESA/SA; Resolución Directoral N° 158-2016/DIGESA/SA; Resolución Ministerial N° 111-2018-MINAM ;Resolución Ministerial N° 136-2019-MINAM;Resolución Ministerial N° 236-2021-MINAM;Resolución Ministerial N° 024-2023-MINAM;Resolución Ministerial N° 026-2023-MINAM y Decreto Supremo N° 004-2024-SA publicado el 28 de febrero del 2024.
En este último Decreto Supremo, se declara emergencia sanitaria a Lambayeque , entre otros departamentos, por la epidemia del dengue, enfermedad metaxenica trasmitida por el mosquito vector  Aedes Aegypti , que prolifera en el contexto de lluvias intensas, inundaciones, presencia de aguas residuales, botaderos a cielo abierto donde los inservibles de los residuos sólidos municipales permite que se propague el vector y la enfermedad que ya es endémica por efecto del cambio climático y una mayor frecuencia del fenómeno El Niño y el Niño Costero.
La Ley orgánica de municipalidades faculta a los municipios provinciales la gestión de residuos sólidos municipales; de acuerdo a sus funciones diversas instituciones participan en dar solución al impase subsistente en materia ambiental, es así que además del ministerio de salud y el ministerio del ambiente, participan en el tiempo la Contraloría General de la República, Defensoría del Pueblo, Ministerio público-Fiscalía de la Nación, Poder Judicial, Congreso de la República, entre otras instituciones públicas y privadas que están en la tarea de dar solución a los graves problemas que presenta esta parte del país que con la epidemia del COVID-19 registró la mas alta letalidad per-cápita del mundo en un espacio altamente vulnerable que cuenta con sus bienes y servicios ecosistémicos impactados por acción antrópica y una débil gobernanza.

viernes, 16 de septiembre de 2022

Sapere Aude: Siembra y cosecha de agua en los Andes

En clase del pos grado, al estudiar el tema de siembra y cosecha del agua , intento mostrar a mis estudiantes de diversas especialidades provenientes de múltiples universidades peruanas, la enorme capacidad adaptativa y resiliente del hombre para tener acceso y disponibilidad al recurso hídrico a través de los tiempos, así como las lecciones aprendidas durante el proceso.

El retroceso de glaciares y nevados

Para ilustrar este proceso, es importante previamente manejar los conceptos de las grandes glaciaciones ocurridas en el planeta, así como el cambio climático en el tiempo geológico.
El incremento progresivo de la temperatura terrestre, provoca mayores pérdidas de masas de hielo.
Así se forman y alimentan depósitos de agua, entre lagos,lagunas y las denominadas cochas.
Estos cuerpos de agua incorporan caudales a los ríos en tanto existan nieve en las altas cumbres

Acueductos de la época pre inca : Nazca

Los acueductos de Cantalloc- Nazca, construidos en la época pre inca constituyen un sistema de galerías filtrantes que aprovechan las aguas subterráneas y la conducen para diversos usos en espacios de ecosistémas desérticos y cuencas secas donde se presentan lluvias esporádicamente y se caracterizan por carecer de aguas superficiales en gran parte del año.
Acueductos en el valle de la provincia de Nazca- Ica, a 520 m.s.n.m. y 439 Km al sur de Lima

La ingeniería hidráulica es destacada al incorporar la presión atmosférica al acueducto. 

 Canales y acueductos en los tiempos de los Incas

El conocimiento sobre el manejo y gestión del agua que aplicaron los antiguos hombres asentados en territorio peruano, quedó evidenciado con la infraestructura que asombra hasta nuestros días. 

Canal Inca para trasladar el agua entre distintos pisos altitudinales.

En cultura de agua en Perú indiqué la dificultad para gestionar bien algo que no se conoce a plenitud, y las lagunas de información pendientes por llenar sobre conocimiento y la rica cultura de agua en el país es abrumadora, aunque en las ultimas décadas se viene tomando cada vez con con mayor interés la importancia que tiene el enfoque sistémico ancestral de las amunas, mamanteo, bofedales, waru waru o camellones, humedales y otras consideraciones técnicas empleadas en el marco de la siembra y cosecha de agua en los Andes.
Asimismo, en conectividad en la siembra de agua , expliqué las causas por las cuales la recurrente pugna por el agua entre Agricultura y Minería, asigna mayor preponderancia en el extremo de siembra y cosecha del agua a la gestión del recurso hídrico en Sierra.
Recursos hídricos para diversos usos colectada en cochas, con la tarea de ser empleados eficientemente. 

Evolución de la gobernanza : ONERN-INRENA-ANA

En el país se sucedieron una serie de instituciones encargadas de ver entre otros , al recurso agua, las cuales sus instalaciones del nivel central físicamente funcionaron en el mismo lugar de Lima : La Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales (ONERN) a partir de 1962 efectuó inventarios y evaluaciones de recursos naturales, entre ellos el agua, en diversas zonas del país, siendo remplazada luego de treinta años por el Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) que desde 1992 fue encargado de promover el uso racional y conservación de los recursos naturales como el aprovechamiento del agua subterránea y aguas residuales tratadas; posteriormente desde el 2008, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) gestiona el uso responsable del agua en las ciento cincuenta y nueve cuencas hidrográficas del país. En este escenario  de gobernanza del agua por parte del Estado, se sucedieron una serie de programas y proyectos como es el caso del Programa Nacional de Conservación de Suelos y Aguas en Cuencas Hidrográficas (PNCSACH-1981) que se convirtió en el Programa Nacional de Manejo de Cuencas y Conservación de Suelos (PRONAMACCS-1988). A partir de 1991 se denominó Proyecto Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos PRONAMACHCS, y en el año 2008 es absorbido –junto con otros programas y proyectos- dentro del Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural (AGRO RURAL), unidad ejecutora adscrita al Viceministerio de Desarrollo e Infraestructura Agraria y Riego del MINAGRI, hoy en el llamado Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI).

Experiencias de siembra y cosecha del agua en la modernidad

En el presente siglo, a partir del año 2000 con el Proyecto Sierra Verde se buscó aprovechar el potencial de las zonas alto andinas localizadas a 3800 m.s.n.m. tratando de captar las aguas pluviales y trasladar el agua recolectada del subsuelo a extensiones cultivadas que en un periodo de tres años pudiera alcanzar a dos (2) millones de hectáreas, meta que no logró ser alcanzada dejando importantes lecciones al país; entre las que se destacan la necesidad de : promover la asociatividad entre los actores sociales, considerar a la operación y mantenimiento como indispensable componente de un proyecto mecanizado y la necesaria participación de la alianza público-privada a los efectos de darle sostenibilidad al proyecto.  
Posteriormentente en el año 2013, se creó el Fondo de Promoción de Riego en la sierra - MI RIEGO a cargo del MINAGRI, que a partir del 2017 toma el nombre de Fondo Sierra Azul con la misma Unidad Ejecutora 036-001634 adscrita hoy al viceministerio de Desarrollo e Infraestructura Agraria y Riego del MIDAGRI, con el objetivo de incrementar la seguridad hídrica agraria empleando la siembra y cosecha de agua para las áreas agrícolas y alto andinas del territorio peruano.

Seguridad hídrica vinculante con la seguridad alimentaria 

A efectos de no repetir experiencias negativas del pasado, es necesario que las intervenciones de la  Unidad Ejecutora Fondo Sierra Azul  se ajusten a criterios técnicos en el marco del manejo integral de los recursos hídricos para las diversas cuencas del país y a los tópicos explicados en Desacierto en planeamiento que pone en riesgo la seguridad alimentaria en Perú,donde mencionamos el fallido proceso de fertilizantes para la campaña agrícola 2022-2023, así como en Crisis mundial por alza de precio de los alimentos: El caso peruano, que nos permite hacer una visión prospectiva a fin de tomar las medidas preventivas que correspondan, y para ello es recomendable , entre otras sugerencias técnicas, tomar en cuenta la data especializada de SENAMHI sobre precipitación por hora en Perú para el periodo 2015-2020, llamado Piscop_h.
Valiosa información para tierras de secano en épocas de estiaje, próximas a zonas con retroceso de nevados

jueves, 20 de enero de 2022

Carta abierta al pueblo peruano del año 2030

Lima, 20 de Enero del 2022

Señores y señoras, peruanos del futuro año 2030 :

Muy estimados compatriotas

He tenido la oportunidad de conversar con dilectos peruanos en diferentes cuencas y escenarios del país, incorporando en el diálogo a ilustres expertos, especialistas, académicos, políticos , líderes de opinión y a gente de a pie, integrantes de un abanico generacional que llegaron a palpar el bicentenario de la independencia de la patria, algunos de los cuales   en la fecha pasaron ya a mejor vida.
Me dirijo a ustedes, para trasladar y socializar algunos de los tópicos tratados y manifestarles que el Perú es aún viable, pese a que transcurridos veintidos años del inicio del tercer milenio, aún no logramos valorar en verdadera magnitud el patrimonio y preciado legado cultural dejado por las generaciones que nos precedieron.
Para lograr el desarrollo sostenido es preciso formalizar al Estado empirico y ordenar la casa con un presupuesto público adecuado a la realidad , que llegara a crecer 4.5 veces en los últimos dieciocho años, sin mejorar proporcionalmente el indice de desarrollo humano.
Basta contrastar la brecha del PBI existente entre Lima y madre de Dios u otras regiones aisladas del derecho natural del hombre, a los efectos de reconocer que pasados los siglos, se debe mejorar el modelo aplicado.  
La corrupción, seguridad ciudadana y orden interno del país constituyen temas sustantivos en una agenda pendiente por resolver en las administraciones de turno que cuenta con recursos sub aprovechados para lograr la deseada estabilidad económica, social, política y ambiental.   
En el extremo ambiental, las recientes administraciones hicieron esfuerzos laxos para hacer entender a una parte de la población ignara, que no era posible lograr un desarrollo nacional en un territorio impactado por efectos de la contaminación que es vinculante con la salud pública.
Ante esta realidad, es importante fortalecer la gobernanza y gobernabilidad del país en términos jurídicos, cumpliendo las Leyes y respetando las instituciones del Estado de derecho en sus tres niveles de gestión; para lo cual es preciso resolver el expediente de la división política territorial, descentralización, desconcentración, conectividad, ordenamiento territorial, el tema del respeto y equilibrio para con la naturaleza, asi como el asunto de la puerta giratoria en la administración pública para regular la alta rotación en los cargos públicos y controlar la salvaje burocracia política evidenciada en el tiempo. 
En rigor, suscribo la posición que considera formalizar al Estado empírico como la piedra angular para fomentar la participación de la inversión privada en diversas industrias y sectores, así como adecuar la matriz energética para lograr los grandes retos planteados por las megatendencias, de modo tal que puedan coadyuvar en el logro de la seguridad alimentaria y el acceso y disponibilidad al agua en un país megadiverso y resiliente al cambio climático, pero a la vez sin un norte fijo por no seguir políticas de Estado.
Como se desprende de los resultados obtenidos en los últimos procesos electorales en el país, pese al esfuerzo del JNE y ONPE, la democracia representativa requiere corregir errores y mejorar los procesos en el marco de la mejora contínua, de esta forma las administraciones de turno podrán impulsar mejores niveles en salud,educación y trabajo en un país mas inclusivo. 
Escribo estas líneas en un escenario típico donde se demuestra la estulticia de algunos funcionarios negligentes por no dejar de bombear fluidos ante una manga colapsada y no comunicar oportunamente a las autoridades que con escasos reflejos, convirtieron un evento controlable de derrame del orden de seis mil barriles de petróleo al mar, en un desastre ambiental que afecta el ecosistema del litoral en Lima y Callao. 
Este evento lamentable por cierto, produce daño ambiental percibido por el ojo público de la sociedad peruana al haberse suscitado en la jurisdicción cercana a la capital de la república y su progresivo avance por efectos de la corriente que desplaza los contaminantes en dirección sur a norte, dinamiza a instituciones públicas que generalmente carecen de diligencia debida cuando ocurren desastres de igual o mayor magnitud en el interior del país.
Este suceso no es nuevo en el país, algunos piensan que con limpiar y remediar es suficiente, sin embargo las responsabilidades de limpieza no son cumplidas eficientemente, los protocolos, leyes y reglamentos son vulnerados impunemente, donde el impacto recurrente de millones de toneladas de pasivos ambientales de diversas industrias extractivas, incluyendo a los residuos sólidos municipales contaminan anualmente los cuerpos de agua, suelo y aire.
La criminal deforestación anual de miles de hectáreas de bosques, así como la grave contaminación del medio ambiente , se mantienen vigente al mantenerse un marcado sezgo del principio contaminador pagador, en nuestro país donde resulta bastante económico contaminar y depredar la naturaleza, pues la existencia de algunos funcionarios públicos  y hombres de prensa sometidos a intereses crematísticos, hacen permisible los sobrecostos a la Nación ante el deterioro de ecosistemas prístinos y salud pública impactados fundamentalmente por la contaminación de origen antrópico que vuestra generación pudiera atender con mayores  éxitos que la nuestra.     

 ! Dios bendiga al pueblo peruano e ilumine a sus gobernantes !

Dr Javier Prado Blas 
Ing. vitalicio  CIP N° 38874 
DNI N° 08186048


Marea negra en litoral peruano, avanzando de Sur a Norte _ Enero 2022_Lima_Perú

Bioacumulación de contaminantes por hidrocarburos en litoral peruano_Enero 2022

Humedales de Ventanilla en riesgo por derrame de petroleo al mar_Enero 2022

domingo, 27 de septiembre de 2020

Perú : Débil regulación de oro en un país soberano sobreregulado

A mayor abundamiento sobre la participación del Estado empírico en el manejo de la cosa pública y el abismo social como causas generadoras de los problemas del Perú, haré referencia a la investigación escrita por Fiorella Montaño Pastrana en el marco del proyecto Construyendo mejores prácticas de gobernanza del sector extractivo en Perú EITI . En el estudio que comprende cinco años, se estaría probando que Perú exporta tres (03) veces más toneladas de oro de lo que produce.

Entre el 2015 y el 2019, se produjeron 720 toneladas de oro, según los registros oficiales del Ministerio de Energía y Minas. Sin embargo, en ese mismo periodo, el país exportó 2242 toneladas de oro. La notoria diferencia tiene como una de las razones más saltantes que los mineros informales que no tienen concesiones no reportan el oro que extraen y termina cruzando las fronteras. Después de varios años de una débil regulación, el Estado ha dispuesto que aquellos que no están formalizados declaren cuánto extraen a partir de diciembre del 2020.

"Chala es un distrito ubicado al norte de la región Arequipa en el que bulle la compraventa de oro. A diario llegan kilos del mineral extraído en distritos colindantes, donde progresa la minería informal. También viene el preciado recurso de otras partes del país, y hasta de Bolivia. Pero este comercio activo no parece reflejarse en la calidad de vida de la gente: las calles son polvorientas y muchos no tienen los servicios básicos.

El agua es vendida por camiones cisterna a 25 soles el metro cúbico. Durante un mes una familia promedio llena su pozo hasta 3 veces. Las personas que comercializan el agua lo extraen del subsuelo y lo purifican con un poco de cloro. Otra dificultad que se tiene en el distrito, ubicado en la provincia de Caravelí, es la falta de médicos. Su posta no tiene personal asistencial por la noche. Si alguien tiene alguna emergencia debe conducir 3 horas hacia Nazca o 5 horas hasta Camaná, donde sí hay médicos.

En este poblado, ubicado frente al Océano Pacífico, hay sólo 3 colegios de nivel secundario, pero 33 procesadoras de mineral grandes, medianas y pequeñas. Chala está cercado por plantas procesadoras de oro, algunas, incluso, están en pleno corazón del distrito. Los ciudadanos viven rodeados de plantas que utilizan cianuro en sus procesos.

En los últimos años, en la región Arequipa no sólo han proliferado las plantas procesadoras, sino también las personas figuran en el Registro Integral de Formalización Minera (REINFO), un padrón de mineros que pueden dedicarse a la actividad con el compromiso de formalizarse. Juan Muñiz, gerente regional de Energía y Minas de Arequipa, señala que la región tiene la mayor cantidad de inscritos de todo el país, más de 13 mil.

Sin embargo, la gerencia estima que el grueso de mineros artesanales de Arequipa no está inscrito en el REINFO. Sus proyecciones apuntan a 50 mil personas dedicadas a la actividad y un movimiento diario de 9 millones de dólares. El Estado, en la mayor parte de los casos, no se beneficia con la extracción, pues los informales no pagan regalías ni canon.

Exportamos más de lo que producimos

Arequipa no es la única región donde la minería informal florece. En el país, la producción artesanal también se concentra en Madre de Dios, Puno y Piura.

La Dirección General de Minería del Ministerio de Energía y Minas (MINEM) estima que, por lo menos, el 11% de la producción de oro del 2019 pertenecería al sector artesanal. No obstante, es un cálculo discreto, ya que únicamente se toma en cuenta a los mineros artesanales que tienen alguna concesión, sin considerar a aquellos que no la tienen, que son la mayoría.

El Decreto Supremo N° 001-2020-EM, publicado en enero pasado, busca superar este vacío de información. La norma dictaminó que, a partir del 31 de diciembre de 2020, los mineros artesanales en vías de formalización están obligados a declarar cuánto producen, del mismo modo en que lo hacen las empresas formales.

Ante la falta de información sobre la actividad informal, conviene comparar la cantidad de oro que se produce, según el MINEM, con la que se exporta. El resultado da una idea de cuánto oro se produce a espaldas de las autoridades.

En el 2019, el MINEM contabilizó una producción de 128 toneladas de oro en los sectores de van desde la gran minería hasta los artesanales en vía de formalización. Pero el mismo año se exportaron 403 toneladas correspondientes a la partida arancelaria “Oro en demás formas en bruto”, es decir, el mineral ya procesado, comúnmente en lingotes.

La notable diferencia entre la producción y la exportación no fue sólo el año pasado. Desde el 2015 se ha visto un abismo entre ambas. Entre ese año y el 2019, se ha registrado ante las autoridades una producción total de 720.41 toneladas de oro, sin embargo, en el mismo periodo, el Perú ha exportado 2242 toneladas. No se sabe quién extrajo las 1521 toneladas restantes, el 68% de lo exportado.

Para este reportaje se constituyó una base de datos con la información de la producción anual publicada por el Ministerio de Energía y Minas y la exportación de oro cuya información es entregada por Aduanas y procesada por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo.

Un estudio de la ONG CooperAcción estimó, que durante el periodo 2003-2014, la producción total de oro en el Perú habría sido mayor en 12.6% con respecto a la cifra oficial. El economista Víctor Torres Cuzcano señaló que la diferencia entre la producción y la exportación se podía explicar con la minera artesanal. Aunque el consultor minero Walter Casquino aclara que también podría estar incluida la producción que guardan las mineras de años anteriores. Y recuerda que hay mucho oro que no se registra ante las autoridades que entra de contrabando de Brasil y Bolivia, principalmente.

¿Cómo es que el mineral logra ingresar al mercado formal? Leonidas Wiener, investigador y especialista legal de CooperAcción, señala que las plantas procesadoras del mineral son un mecanismo por el cual el oro informal se blanquea y entra al sistema formal. Luego termina en países como Suiza y China.

En el sur, la producción de oro artesanal se concentra en Arequipa, Puno y Madre de Dios. La  presentación del mineral mayormente utilizada es la del oro refogado, es decir, aquella que resulta de un proceso en el que se aplica mercurio, un metal altamente contaminante, explica Patricia López, directora de la Escuela Profesional de Ingeniería de Minas de la Universidad Católica Santa María.

El mercurio es empleado para recoger las partículas del oro, con lo que se forma una amalgama. Los mineros usan sopletes para quemar el mercurio y quedarse con el mineral dorado. Esta técnica de explotación, la preferida de los informales, es sencilla y no requiere mucha logística.

Una vez obtenido el oro, los mineros tienen diversas formas de venderlo, señala el economista e investigador Víctor Hugo Pachas. Un camino es darlo a los "recolectores", acopiadores que merodean las zonas de explotación artesanal y se ofrecen como compradores.

Otra opción es venderlo a mineras o personas que cedieron sus concesiones a los informales, explica Leonidas Wiener. Esta es una práctica muy común. Antes de explotar el recurso ellos mismos, algunos titulares de concesiones mineras dan permiso a los informales para que trabajen en sus terrenos. Luego, los formales les compran la producción, cuenta Luis Coaquira, un minero del distrito de Río Grande, en la región Arequipa.

En el despacho de la Fiscalía del Medio Ambiente de Arequipa figuran diversas denuncias realizadas por concesionarios contra mineros artesanales, quienes en un primer momento tuvieron permiso de los titulares para explotar el recurso, pero luego no quisieron dejar los terrenos.

El 2019, en Arequipa se produjeron 12.02 toneladas de oro, según registros del Minem.  La unidad minera con mayor rendimiento  fue “Veta Dorada”, perteneciente a Dynacor Gold Mines Inc. Se ubica en Chala. Esta empresa produjo  2.33 toneladas en el año, superando la producción que Buenaventura tuvo en una unidad minera de Tambomayo.

El año pasado se dio a conocer que “Veta Dorada” formaba parte de una investigación que el Ministerio Público había iniciado a mineras que compraban oro ilegal y lo blanqueaban en su producción. La empresa aseguró al medio de comunicación Mongabay Latam que compraba el recurso a pequeños mineros formales.

Exportadoras que no producen

Otra opción que tienen los informales, decíamos, es vender el oro a las plantas procesadoras. Julia Cuadros, directora ejecutiva de CooperAcción, dice que muchas de ellas, asentadas en zonas de activa producción artesanal, se desenvuelven entre lo formal y lo informal.

Según registros del MINEM, hasta mayo del 2020 en Arequipa se contabilizaban 608 empresas registradas para vender, comprar y refinar oro. Las leyes peruanas (Decreto Legislativo Nº 1107 y Decreto Supremo N° 027-2012-EM) señalan que la comercialización de productos minerales es libre, para hacerlo no se requiere solicitar una concesión. Sunat es la encargada del control y fiscalización.

Esto explica que en regiones donde hay un auge de la minería artesanal se tenga a empresas que no registran ni una tonelada de producción de oro al MINEM, pero exportan grandes cantidades del mineral.

En Arequipa, la principal exportadora de oro es Procesadora Sudamericana, que en el 2019 llevó a Canadá y Estados Unidos el 23.87% de los envíos de oro de la región. Registros de Aduanas desde el 2015 muestran que esta empresa realiza, en su mayoría, exportaciones a cuentas de terceros. Es decir, otros productores pequeños utilizan a esta empresa como intermediaria para llegar a mercados extranjeros.

Otra empresa que no produce pero saca el mineral fuera del Perú es Dana Gold, ubicada en Madre de Dios, que registra el 61.72% de las exportaciones de la región. En Puno, mientras tanto, la principal exportadora es la minera Tiahuanaco.

Metodología

Los titulares de las concesiones mineras, independientemente del estrato al que pertenezcan (gran, mediana y pequeña minería, así como minería artesanal formalizada), se encuentran obligados a declarar anualmente su producción ante la Dirección General de Minería del Ministerio de Energía y Minas. El documento se llama Declaración Anual Consolidada. Estos datos consolidados están en la página web del ministerio.

En cuanto a la información referente a la exportación del oro, fue obtenida a través de una solicitud de acceso a la información pública remitida al Ministerio de Comercio Exterior y Turismo. Esta cartera procesó la información en base a datos de Aduanas. El oro se exporta en dos partidas arancelarias: “Minerales de oro y sus concentrados” (codificada como 2616901000) y “Oro en bruto” (codificada como 7108120000). Para efectos de la comparación entre producción y exportación, solo se tomó en cuenta la partida “Oro en bruto”, que corresponde a las barras de oro, ya que la partida “Minerales de oro y sus concentrados” incluye varios materiales, entre ellos tierra, piedras sin valor y otros minerales.

Para esta investigación periodística se estandarizó la unidad de medición en toneladas, ya que los registros del Ministerio de Energía y Minas se encontraban en gramos finos (10 gramos = 0.00001 toneladas). Y con el fin de disminuir la distorsión que se pudiera generar por reservas que tuviesen las mineras en años anteriores, se realizó el comparativo por un periodo de 5 años: del 2015 al 2019.

Para poner en contexto la marcada diferencia entre producción y exportación, se consultó con especialistas, autoridades, representantes de gremios mineros y personas relacionadas a la actividad. Este reportaje revela estas inconsistencias por ser de gran interés público".

miércoles, 19 de agosto de 2020

Se va yendo una generación dorada con el COVID-19

Próximos a cumplir doscientos años de independencia muchos sentimos que en Perú se está yendo una generación que nos merece las más alta consideración y reconocimiento intergeneracional, dejando tras su paso  un legado de valores y principios, producto de una constante lucha para alcanzar sus ideales por ver una cultura de libertad, con pleno Estado de derecho en el país de los Incas.
Una generación noble e íntegra, que no se amilanó ante los retos y desafíos presentados por el territorio donde vivieron y batallaron, caracterizada por una áspera geografía de país andino y amazónico. 
Siguiendo el legado de los antiguos peruanos, se enfrentaron estoicamente a desastres naturales, terremotos,fenómeno El Niño, sequías y epidemias; así como al ataque artero de factores antropogénicos, principalmente a aquellos que permitieron escalar la desigualdad social así como de luchas intestinas, ampliar la brecha de infraestructura física, aumentar los niveles de informalidad, reducir la calidad de los servicios de salud y educación, toleraron que las áreas rurales subsidien a las zonas urbanas, dejando sin mayor sustento de productividad y competitividad vinculada a una pseudo economía social de mercado que beneficia a colectividades en perjuicio del bien común y desarrollo nacional.
En este contexto, corregir el crecimiento mal entendido del país, demanda esfuerzos de largo aliento para alcanzar el desarrollo humano por las que lucharon los antiguos peruanos y soñaron disfrutar esta generación que se nos va yendo.
Es preciso que los valiosos recursos naturales y humanos con que cuenta el país, beneficien a las grandes mayorías y sean distribuidos a los espacios geosociales en todo el territorio nacional.
Por consiguiente, es preciso hacer uso real, efectivo y racional de los recursos que vienen siendo afectados en las últimas décadas, ya sea por acción o inacción de funcionarios responsables del manejo de la cosa pública en los tres niveles de gestión, los cuales fueron o vienen siendo procesados por la justicia ante una corrupción galopante –incluyendo a personajes de los tres poderes del Estado- que merece la aplicación de eficaces políticas de Estado para mitigarlas.
Las políticas, planes, programas y proyectos en el país deben apuntar a un norte definido, obedeciendo a las reales necesidades que ancestralmente demandan los pueblos e inversiones tanto públicas como privadas, para alcanzar el desarrollo sostenible de un país con un pasado glorioso que se encuentra en búsqueda de su destino.

Pacto social para salir de la crisis

Como otros países del Planeta en la actualidad y de cara al futuro, Perú demanda esfuerzos conjuntos para salir de la crisis Social,Política, Económica y Ambiental en que se encuentra sumida por diversos factores acumulados a través del tiempo y evidenciada recientemente por la Pandemia ocasionada por el nuevo coronavirus en donde Perú es el sexto país con más casos en el mundo. Esta posición, es efecto sistémico de las crisis recurrentes que nos pasa factura cobrando vidas de la generación que se encuentra entre los mayores de 60 años.
La estructura del conteo de esas muertes indica que el 98% son adultos y adultos mayores.
Dadas las condiciones existentes en las zonas calientes del país,en el proceso se infectan también jóvenes que oponen resistencia a perder la vida; siendo los llamados a unirse y trabajar monolíticamente para salir de la crisis,reconstruyendo la Nación, el Estado de derecho, fortaleciendo la gobernanza y dándole gobernabilidad al país.
Para salir de la crisis, entonces es necesario reconocer que la "conocida normalidad" con que se llegaba a cumplir los doscientos años de vida Republicana  no estuvo exenta de elevados niveles de asimetría entre los que nacieron o vivieron lidiando patrióticamente en territorio peruano y que hoy pagan con sus vidas la cuota inicial de la factura que cuesta equilibrar esa iniquidad. Asimismo, las Políticas de Estado a seguir, no pueden soslayar que el Perú se encuentra situado en un lugar estratégico en la Región de las Américas y se encuentra influenciado por elementos externos que deben tomarse en cuenta para consolidar su Política externa, a la par de considerar efectivamente el desarrollo de la ciencia , tecnología e investigación científica, como instrumentos de gestión para los tomadores de decisiones.
Podríamos mencionar una amplia lista de requisitos que no aplicaría a un sistema de numerus clausus por las características de país multidiverso  y la dinámica de ordenamiento territorial que debe aplicarse ante una división política territorial que demostró no ser la ideal para alcanzar el anhelado desarrollo de los pueblos del Perú en su conjunto.

¿Asistencia humanitaria para la costa peruana y Lima ?

La foto del momento viene siendo descrita por una carta abierta de fecha 18 de agosto del 2020, donde Defensoría del Pueblo se pronuncia respecto al régimen de excepción transitorio dictaminado por la administración Vizcarra y terminó prolongándose sucesivamente. En ella hace mención, que a los "cinco meses después de haberse adoptado estas medidas nos encontramos en el momento más crítico de la Pandemia, con un sistema de salud colapsado, una extendida crisis social que afecta severamente los derechos fundamentales de las poblaciones mas vulnerables, en su acceso a la alimentación,vivienda,educación, entre otras necesidades básicas, y el colapso del sistema económico, reflejado en la pérdida de más de seis millones de empleos a nivel nacional (...)."
Bajo este pronunciamiento se critica subliminalmente a la política reactiva de los gobiernos de turno , donde la prevención brilla por su ausencia en espacios altamente vulnerables.
No se observa ni por asomo el amorfo crecimiento concentrado en la costa peruana y la capital de la República peruana, Lima, haciéndola altamente vulnerable a los antes mencionados eventos naturales y los creados por el propio hombre.
Nos queda claro que el País debe ordenar su territorio para buscar su desarrollo, o deberá enfrentar recurrentes crisis que conlleven alcanzar desastres de grandes magnitudes, donde se reducen las opciones de salida que aún le quedan para corregir el espejismo de crecimiento difundida por algunas colectividades que se vieron beneficiadas por el modelo de desarrollo aplicado.
Podemos recurrir a una serie de indicadores económicos, sociales, ambientales .... RIN,PBI,IDH,PEA,ECA (...) , los cuales apuntan a la necesaria toma de decisiones por parte de los actores sociales para adoptar medidas que no sólo constituyan paliativos a una coyuntura de salud pública en una cuenca determinada del país. 
Se sueltan cifras como globos de ensayo, siendo una mas dramática que la otra, informando que el país retrocede décadas en ese desarrollo mal entendido y se pide unidad para reconstruirlo y volver a la "normalidad"; vislumbrando una luz al final del túnel que tiene como nombre "vacuna", como si con esta vacuna - que tiene una finalidad específica - pudiera resolver los grandes problemas nacionales que involucran a los mas de 32 millones de peruanos.   
Los ojos del mundo se posan sobre la zona cero del Perú por el impacto que tiene en la cifra de muertes producidas en corto plazo por enfermedades infecciosas, sin embargo, la generación que se va yendo lidió "a plazos" con las enfermedades producto del arrojo indiscriminado de las aguas de producción vertidas sin tratamiento a cuerpos de agua en zonas de explotación petrolera, las agua contaminadas por metales pesados en áreas con minería informal,deterioro de la calidad de vida por respirar plomo en una de las localidades mas contaminadas del planeta (...) ; teniendo como corolario el desbalance del presupuesto público para priorizar políticamente y en términos electorales a la costa peruana y Lima, con la recurrente lucha contra la corrupción que alcanza a las mas altas esferas del poder, que constituye un verdadero cuello de botella al que las sucesivas administraciones de los gobiernos democráticos en Perú se comprometan efectivamente a combatir frontalmente bajo una política de Estado que trascienda a una norma declarativa.
La vulnerabilidad de Lima creció exponencialmente por la política centralista del crecimiento peruano.

lunes, 17 de diciembre de 2018

Gestión forestal en país Amazónico : El caso peruano

En Perú se está escribiendo una etapa importante en el proceso histórico referente a la gestión forestal en un país amazónico que realiza marcados esfuerzos para alcanzar su desarrollo sostenible.
Como una condición de trabajo se presenta la lucha frente a la corrupción sistémica en el país, que penetró e inficionó hasta los funcionarios mas altos en los tres niveles de gestión del gobierno, implosionando con el enfrentamiento entre el ejecutivo y el legislativo. Asimismo, cuenta con un poder Legislativo lento de reflejos para identificar los grandes temas nacionales que demandan legislar a efectos de fortalecer políticas de Estado; legitimando un referéndum nacional que convalidó el conocimiento científico sobre los problemas de gobernanza y gobernabilidad existentes de larga data  y que merecen atención por parte del Estado.
No podemos  soslayar el rol desempeñado bajo el radar de las Leyes por el poder judicial, debiéndose anotar como un hito en casi doscientos años de vida republicana, "la primera sentencia condenatoria" dictada por la corte superior de justicia de Lambayeque- Expediente N° 3243-2017-66- al autor del delito contra los recursos naturales en su figura contra bosques o formaciones boscosas en su forma agravada.
Debo precisar que en mi paso por la primera maestría en ciencias ambientales de la Universidad Nacional Agraria La Molina, pude contrastar con los enfoques , sobre el tema gestión forestal, recabados en mi alma mater la Universidad Nacional de Ingeniería, encontrando grandes coincidencias con investigadores sobre la materia, tal es el caso de Marc y Axel Dourojeanni, entre otros  expertos.
Algunas de mis opiniones sobre el particular fueron transmitidas al centro Mundial para el seguimiento de la Conservación de ONU Medio Ambiente ( UNEP-WCMC, por sus siglas en inglés) vinculadas a la ingeniería para aumentar la resiliencia de infraestructuras hacia riesgos de desastres naturales, sin embargo, suscribo en todos los extremos lo expresado por Marc Dourojeanni respecto a los "ocho errores capitales de la gestión forestal en el Perú" publicado en actualidad ambiental :
Es bien conocido que el sector forestal peruano no satisface las expectativas de la sociedad. Esa es una realidad que es evidente cuando se sabe que, pese a ocupar el noveno lugar en el mundo por la extensión de sus bosques, ni siquiera consigue abastecer su propia demanda de productos forestales. Además, los bosques peruanos están siendo destruidos y degradados a un ritmo creciente, con graves impactos ambientales. Una de las principales causas de esta situación es el estilo de gestión forestal que se reitera por décadas, pese a las evidencias de su fracaso.
Bosques amazónicos en Perú son degradados a un ritmo creciente
En esta nota se resume esa situación mencionando sus ocho errores principales.
Que algo anda mal en el sector forestal peruano no es novedad. Esa es una realidad que se prolonga por décadas y que es evidente con: 
(i) la pérdida anual de enormes extensiones de bosques valiosos literalmente transformados en humo, agravando el cambio climático,(ii) la gran superficie deforestada y habilitada para agricultura o pecuaria que no produce nada o casi nada cada año,(iii) la informalidad que domina la extracción de madera así como de otros productos del bosque,(iv) la reiterada vergüenza de tener que admitir que gran parte de la madera exportada es ilegal y,(v) una reforestación mínima si comparada con el potencial y con lo que hacen los países vecinos. 
Pero la mejor prueba de que existe un grave problema es que el sector forestal de un país como el Perú, que ocupa el noveno lugar entre todos los países del mundo por su extensión de bosques, no contribuye ni con el 1% de su PBI y que, para colmo, es un importador neto de productos forestales.
Una de las principales causas directas del mal uso del patrimonio forestal es la persistencia en un estilo de gestión forestal que, después de cinco leyes en 50 años, las que machacaron todas sobre la misma tecla, ha demostrado que no funciona. Ocho importantes errores persisten.

Algunas cifras

El bosque natural peruano, que hasta hace 60 años cubría más de 77 millones de hectáreas, hoy ha perdido entre 12  y  18 % de su extensión original, según los parámetros que se usen para el cálculo. Apenas entre los años 2000 y 2017 se ha derrumbado y quemado 2,1 millones de hectáreas, que fueron sustituidas por una agricultura precaria o por bosques secundarios de bajo valor. En 2016 se eliminó 164.700 hectáreas de bosques nativos.
De los más de 8 millones de hectáreas oficialmente deforestadas en la Selva –en realidad, la deforestación acumulada es mucho mayor- mal se usa para  agricultura unos 2,2 millones de hectáreas que producen, cada una, varias veces menos de lo que podría si se le aprovechara medianamente bien aprovechando la tecnología agrícola disponible. Dicho de otro modo, se elimina el bosque pero pocos años después  se abandona casi sin uso la mayor parte de la tierra ya habilitada.
De otra parte, la explotación forestal actual es agotante y nunca alcanzó a producir siquiera el 1% del PBI, de lo que la mayor parte es leña.  Por no respetar pautas técnicas ni las reglas establecidas, esa explotación degrada algunos millones de hectáreas a cada año. Se estima que  hasta el 60 % de los bosques que no fueron eliminados  ha sido seriamente degradado por la extracción forestal selectiva, por caza o extracción abusivos, o por contaminación petrolera y minera. 
Finalmente, pese a que el Perú posee más de 10 millones de hectáreas aptas para la reforestación, sus plantaciones forestales ocupan una extensión ínfima  y son de baja productividad, en especial si se compara esa situación con la de sus vecinos Chile y Brasil. Por todo eso el Perú no cubre su propia demanda, siendo un importador neto de productos forestales.

¿Por qué ocurre eso?

Esto ocurre, obviamente, porque la pobreza y la ignorancia aún predominan en la sociedad, acarreando informalidad y corrupción y asegurando la permanencia de una clase política que solo piensa en darse bien pero no en construir el país que es deseable.  En ese tipo de sociedades lo urgente siempre pasa delante de lo importante y, por eso, todo va de mal en peor. Pero eso no es novedad. Ese contexto sociopolítico tiene muchas facetas que impactan directamente en la cuestión forestal como, por ejemplo, el atraso considerable de la regularización de la tenencia de la tierra en la Selva y que, los pocos que se proponen cumplir las reglas sufren la presión de la burocracia mientras que los que las violan no enfrentan problemas.
Entonces, para el pobre que no tiene alternativa, así como para el rico que sólo piensa en ser más rico en una sociedad sin control social, la única opción viable, además de fácil y rentable, es deforestar para plantar, criar vacas o sacar oro aluvial, y asimismo, degradar el bosque tirando desordenadamente sus maderas y cualquier producto de valor que contenga.
La gestión forestal, en ese contexto, enfrenta dificultades casi insalvables para racionalizar el uso y asegurar la conservación del recurso a su cargo. Pero parte importante de la causa de este escenario tan desfavorable está en el propio sector forestal peruano que persiste en un estilo de gestión que ya demostró no funcionar dada la realidad socioeconómica.

Primer error. 

No aceptar plenamente que los servicios ambientales del bosque natural son más importantes que su rentabilidad económica convencional.
Cualquier análisis económico integral demuestra que el bosque es mucho más valioso por sus servicios ambientales que como productor de madera y otros bienes. Si bien hay una cierta compatibilidad entre ambas opciones de aprovechar los beneficios del bosque, ésta es difícil de alcanzar ya que implica aplicar el concepto de sostenibilidad que, como se sabe, en gran medida es una utopía. Para el futuro de cualquier nación es mucho más importante tener bosques naturales que explotarlos. La madera puede ser reemplazada por otros materiales, como plástico y metales. Pero  la calidad del aire, la disponibilidad de agua, la regulación del clima  y el mantenimiento de la diversidad biológica, son insustituibles y, lo que es más importante, son esenciales para la vida.
Esta realidad ha tomado mayor vigencia con las evidencias de la importancia del bosque tropical como sumidero de carbono tanto en la biomasa como en el subsuelo y del impacto de su liberación con relación al cambio climático. La confirmación de la teoría de los “ríos voladores” cuya fuente es la transpiración de los bosques amazónicos  ha agregado otra dimensión enorme a esas realidades.  El problema es que esos servicios para los peruanos y para la humanidad, a pesar de las interminables discusiones internas e internacionales, no han culminado en pagar efectivamente a los que cuidan del bosque.
La consecuencia práctica de esa situación es, que a pesar de los esfuerzos de la corriente conocida como economía ecológica, los aportes de los servicios ambientales no han penetrado en las mediciones y cálculos de la economía convencional. Es decir que las promesas de retribución concreta, en dólares contantes y sonantes, por conservar bosques para frenar el cambio climático o para proveer agua limpia y regular a las ciudades, no se han materializado.
Pero ese momento, aunque demore, llegará sin duda. Mientras tanto, hay muchas opciones bien conocidas de hacer más rentable el aprovechamiento sostenible del bosque…. Pero todas esas opciones son posibles si existe respeto a la ley… y siempre y cuando la ley sea sensata, lo que no es el caso.

Segundo error.

La responsabilidad del manejo de los bosques naturales  públicos debe ser del Estado, pero este deja el problema al sector privado.
Es preciso recordar que el manejo forestal es la expresión final y la más  decisiva de la gestión forestal. En términos legales, la gestión forestal es en teoría ejercida por el Estado. Pero eso no ocurre con su última y más importante etapa que es el manejo forestal que es delegado en el sector privado.
Si el bosque natural es antes que todo un proveedor de servicios ambientales fundamentales que, por definición, son para la sociedad en su conjunto, la responsabilidad de su conservación y/o uso prudente  debe corresponder principalmente al Estado y no a los eventuales usuarios. Pero no es así.  Desde la primera ley forestal peruana, en 1963 y hasta la actualidad, la responsabilidad primaria del manejo sostenible de los bosques naturales públicos reposa en el sector privado a través de contratos y ahora de concesiones en los bosques de producción, no siendo ejercida directamente por el Estado. Éste, apenas define las normas generales y pretende supervisar su aplicación.  Dicho de otro modo, el Estado actualmente tiene la pretensión de  hacer la gestión del recurso pero deja el manejo, en el mismo bosque, a intereses económicos particulares. La supervisión del manejo es, lamentablemente, muy deficiente y por eso, en la realidad, los madereros o las empresas forestales prácticamente hacen lo que quieren.
Los planes de manejo forestal que son preparados por las empresas para cada concesión son, en general, basados en inventarios forestales deficientes y aunque eventualmente los planes sean de calidad razonable raramente son aplicados y nunca lo son en forma consistente  a lo largo del tiempo. Apenas son documentos rituales para poder explotar, transportar y comerciar la madera. El resultado es que tanto como el 90% de la madera extraída de los bosques naturales amazónicos es técnicamente  ilegal, lo que significa que su extracción compromete la capacidad de esos bosques de continuar brindando los servicios ambientales. Los esfuerzos del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), del   Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor) y de las administraciones forestales regionales no consiguen evitar esa situación ya que además de no disponer de los medios para hacerlo, tampoco “tienen la sartén por el mango”. Les resulta imposible supervisar lo que ocurre en 17,8 millones de hectáreas, de las que 9,4 millones están concedidos a cerca de 2.000 empresas, sin mencionar otras modalidades de extracción, como 3 a 4.000 permisos y autorizaciones.  Por eso, las concesiones forestales han sido un fracaso en términos de manejo sostenible, como constatado por el Osinfor, por la Defensoría del Pueblo  y, asimismo,  evidenciado por la alta desistencia de empresas concesionarias.
Por esos motivos el cambio más drástico pero indispensable es dar al Estado, la responsabilidad completa sobre el manejo del bosque natural, como la tiene ya sobre la gestión del recurso a nivel nacional. Es decir que los planes de manejo deben ser realizados por las agencias del gobierno competentes, como el antes mencionado Serfor y las administraciones forestales regionales y, esas mismas agencias, deben ejecutar su aplicación.

Tercer error.

Asumir que el manejo de los bosques naturales ejercido por el Estado obstaculizaría el aprovechamiento de los bosques naturales por el sector privado.
La propuesta de que el manejo forestal sea realizado directamente por el Estado no reduce el rol del sector privado que continúa siendo el responsable de extraer la madera del bosque, transportarla, procesarla y comercializarla. Lo único que cambia es que la tan criticada y hasta ahora ineficiente estrategia de dar concesiones grandes -o pequeñas- sobre el recurso forestal es reemplazada por subastas periódicas del volumen y de las especies de madera que pueden ser extraídos del bosque, de acuerdo al plan de manejo de cada unidad de manejo.  El plan de manejo de los bosques administrados por cada unidad forestal debe considerar abastecer, en la medida de lo posible, la demanda de las  industrias localizadas en ese ámbito. Esos planes son, obviamente, discutidos y aprobados con participación plena de todos los actores locales y su aplicación es supervisada con participación de la sociedad local, en especial de las industrias madereras que aprovechan la madera de esos bosques.
Esa es la forma en que se manejan los bosques naturales –a veces reconstituidos y naturalizados- públicos de la mayoría de los países desarrollados, a veces  desde hace siglos, y el buen estado productivo de los bosques en esos países demuestra que funciona bien y que la convivencia entre producción y conservación, aunque difícil, es posible. El sector privado, cuando explota bosques públicos, se libera de todos los costos y problemas que acarrea ser responsable del manejo. Por ejemplo, disponer de profesionales especializados en manejo, gastos de guardianía para evitar invasiones, costosas certificaciones o soportar las supervisiones periódicas por parte de reparticiones del gobierno. Apenas debe, cuándo entra al bosque a sacar la madera que ha comprado, cumplir las exigencias propias de la extracción, establecidas en el concurso al que aplicó.
El costo del manejo por el propio gobierno debe ser cubierto por el precio de la madera en pie –canon forestal- que es vendida por el gobierno. Con esos recursos, cuyo uso siempre es supervisado por  todos los actores locales al nivel de la unidad de manejo mediante consejos de gestión forestal, la autoridad forestal local contrata empresas que construyen las vías de extracción, hacen las labores silviculturales y vigilan el cumplimiento de la ley. Es obvio que eso implica un cierto crecimiento de la administración pública forestal, pero nada que no pueda ser cubierto por la producción maderera de bosques bien manejados.

Cuarto error. 

No dar a la madera de bosques naturales amazónicos el valor que realmente tiene.
La madera de los árboles nativos tropicales debe ser tratada como un producto muy precioso. No solamente por su belleza, raridad y diversidad, sino porque en muchos casos es el resultado de siglos de crecimiento lento, totalmente orgánico y natural. Cedro y caoba, entre tantas otras que tienen gran demanda internacional y que por eso generan hasta operaciones sofisticadas de contrabando y de corrupción, son apenas algunas del más de un millar de especies de maderas valiosísimas y hasta ahora totalmente desperdiciadas. Las maderas “baratas”, que si no son quemadas durante el desbosque, son en general usadas para cajonería, muebles populares o encofrados en la construcción civil cuando, si bien tratadas, son verdaderas maravillas para su uso en mueblería fina u para otros usos especiales y muy nobles.
No importa si se las exporta como productos acabados o semi-procesados o simplemente como trozas. Lo importante es que, desde el momento de su cosecha se las trate como se merecen. Es decir como si fueran la mejor uva para el vino más sofisticado o como si fueran el tabaco de alta calidad que dará lugar a los más finos cigarros. La madera amazónica, cuando escapa al desprecio, desperdicio  y mal trato que se le da en la región, se transforma en muchos de los productos más caros y preciosos del mundo. Se debe, pues, producirla con cariño y cobrar el alto precio que realmente tiene y abastecer una gran demanda crecientemente insatisfecha. Apenas hacer saber y promover la decisión de conducir la explotación maderera a ese escalón de calidad, puede rentabilizar el manejo forestal productivo sin perjuicio para los servicios ambientales.

Quinto error.

Pulverizar la gestión forestal en tres ministerios y en las regiones y en muchas agencias y reparticiones.
De otra parte, en la actualidad, el pequeño sector forestal está literalmente descuartizado entre tres ministerios y los gobiernos regionales.  Una parte está en Agricultura (el Serfor), otra en Ambiente (Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático), otra está en la Presidencia del Consejo de Ministros (el Osinfor) y, finalmente, mucho recae en las desimplementadas administraciones regionales. La separación de funciones no es clara, existe descoordinación así como competencia desleal entre esas agencias tanto por fondos como por poder y, claro, los costos de la gestión forestal son innecesariamente multiplicados.
Aunque en beneficio de la descentralización y desconcentración de la administración pública sea necesario mantener y ampliar la regionalización, las otras tres agencias podrían estar todas reunidas en un solo sector. No hay, realmente, justificación actualmente válida para mantenerlas separadas. Más aún si se lleva en cuenta la absurda división de la gestión del recurso fauna, tema en el que no se entra en esta breve discusión.

Sexto error. 

El comando de la gestión de los bosques naturales debe ser del Ministerio del Ambiente.
Si la función principal del bosque natural y de su manejo es brindar servicios ambientales y si la producción de madera y de otros productos del bosque natural puede lograrse manteniendo razonablemente esa función, su gestión debe ser hecha por el sector del Estado que se ocupa del ambiente. De hecho ya son pocos los países en que la gestión del bosque natural aún se encuentra bajo comando del sector agropecuario, precisamente por las razones antes expuestas. En países donde el desarrollo forestal es muy importante existe una institucionalidad de nivel ministerial propia.  En otros, la mayoría, se le ha asignado a los ministerios que se ocupan del ambiente
Es que hay un antagonismo fundamental entre la función precipua del sector agrario -es decir la producción de alimentos y otros bienes- y la función de conservar los bosques naturales por la importancia de sus servicios ambientales. En efecto, antes de la actual explosión de minería ilegal, la agricultura era la única y aún es la principal causa de la deforestación. El subsector forestal, dentro del sector agrario, siempre ha sido secundario y sometido a decisiones fundamentadas en la constante necesidad de aumentar la producción agropecuaria. Es, en gran parte por eso que el subsector forestal peruano nunca consiguió desarrollarse bien.
El sector Ambiente ya es parcialmente responsable de la gestión de los bosques naturales. En efecto, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) está a cargo de la preservación y manejo, inclusive productivo de bosques en algunas categorías de áreas protegidas, sobre unos 20 millones de hectáreas de bosques y otras áreas naturales. Este sector, asimismo, es responsable por el Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático que prioriza, por ejemplo, trabajar en tierras indígenas. Esas dos dependencias deben intervenir en más del 50% de los bosques del Perú y administrar  otro tanto de los  fondos destinados a los bosques naturales en el país.   Nada más lógico, pues, que entregarle el resto.
Es decir que el Serfor debería ser integrado al sector Ambiente y que este, a su vez, debería absorber al Programa Nacional de Bosques y quizá al Osinfor, simplificando la burocracia. El Osinfor fue un resultado del Acuerdo de Promoción Comercial Perú – EEUU, para combatir la corrupción en el sector forestal. Si el manejo forestal es realizado por el propio Estado, el Osinfor pierde parte de su razón de ser. Puede convertirse en un órgano de control interno, aunque para eso ya existen otros mecanismos en cada ministerio.

Séptimo error. 

Escaso apoyo efectivo a la reforestación con fines de producción.
Los bosques naturales son esenciales para mantener servicios ambientales pero los bosques cultivados son o deben ser la base de la producción forestal industrial. Pinos y eucaliptos no se siembran, en general, para mejorar el ambiente y si para producir madera o resinas que alimentan industrias mecánicas o químicas. No hay gran diferencia entre plantar eucaliptos y plantar cacao, café o palma aceitera. Es un tema perfectamente coherente con las responsabilidades de cualquier ministerio de agricultura.
La reforestación con fines industriales merece mucho más atención de la que recibe dentro de un servicio forestal convencional que tiene, como en el Perú, una larga tradición, aunque haya sido poco exitosa, de dedicación al bosque natural. La reforestación merece tener, en la administración pública, en el Ministerio de Agricultura, una institución propia y especializada, con rango elevado, similar al que se otorga a la agricultura o a la ganadería, a las que es en todo comparable. Potencialmente la silvicultura tiene tantas o más posibilidades de expansión que esas dos actividades juntas, especialmente ocupando las tierras deforestadas abandonadas o subutilizadas. Para desarrollar la reforestación en gran escala también se necesita mucha dedicación a la creación de una estrategia de incentivos económicos propia, como se ha hecho para lanzar los programas silvícolas de Chile y Brasil, cuyos PBI forestal son muy importantes gracias a la reforestación y  no a la explotación de sus bosques naturales.
Existe, como siempre, una área gris entre la reforestación para producción y la reforestación para restauración de ecosistemas degradados en la que el objetivo económico directo – producción de madera- es subsidiario al objetivo de conservar el suelo o de garantizar el abastecimiento de agua a centros urbanos o áreas agrícolas. En esos casos, es decir en los que están relacionados al manejo de cuencas hidrográficas, la coordinación intersectorial debe resolver lo que se hace en cada situación.

Octavo error. 

Descuidar los bosques de protección o protectores que en un país montañoso como el Perú son claves para el manejo de las cuencas hidrográficas.
Los estudios disponibles sobre la capacidad de uso mayor de los suelos del Perú indican que en la Selva existen casi 19 millones de hectáreas, es decir grosso modo un 25% de esa región, cuyos suelos sólo serían aptos para ser conservados o protegidos. Aunque esa cifra puede ser discutible es evidente que la mayor parte de los bosques naturales de la Selva Alta y muchos de los que están en Costa y Sierra no deben ser eliminados pues se encuentran en pendientes muy fuertes, altamente erosionables y porque captan y acumulan agua. Mantenerlos no solo permite evitar desastres naturales que afectan vidas e infraestructuras sino que garantiza el abastecimiento de agua de calidad para las ciudades y agricultura de los valles, mantiene estable el caudal y el cauces de los ríos  y, también alberga gran parte de la biodiversidad y del potencial turístico del país.
Pero los bosques de vocación protectora -el término incluye toda la vegetación natural- no se restringen a los que cubren las fuertes pendientes andinas. En realidad la función protectora del bosque y de la vegetación natural se extiende asimismo a las riberas de ríos, lagos y lagunas; a las nacientes de agua, al tope de las montañas, a la que cubre y fija las dunas, etc. Sin la vegetación protectora en la borda de los ríos estos reciben muchos sedimentos, salen del cauce y destruyen cultivos y viviendas, la calidad del agua que conducen se deteriora y, por ejemplo, en el caso de las dunas, éstas avanzan sobre los pueblos y la agricultura.
Lo curioso es que a pesar de lo anterior, que es indiscutible, los únicos bosques de protección y protectores que existen en el Perú cubren apenas 570.000 ha, es decir poco más del 0,8% de lo que realmente debería estar muy bien cuidado apenas en la Selva y quizá apenas 0,4% de lo que debería estar protegido en todo el territorio nacional. Es verdad que parte de los bosques con vocación protectora ocurren, en mayor o menor proporción, dentro de la mayoría de las áreas naturales protegidas, tales como parques, santuarios y reservas nacionales o comunales -que dependen del Sernanp- y en algunas otras áreas naturales protegidas regionales o particulares.    Quizá se cubra así hasta un 20% de lo que debería ser protegido en la Selva bajo el criterio de bosques de protección.   El resto, o sea la mayor parte de esos bosques, está dentro de tierras públicas no alocadas y en gran parte dentro de tierras de comunidades campesinas y nativas y, obviamente, también en propiedades privadas, grandes o pequeñas.
Esta situación deriva de un error iniciado con la ley forestal de 1975 y que, como otros errores, ha sido perpetuado en las leyes siguientes. El resultado es que, para defenderlos, se ha optado por crear una categoría especial de área natural protegida con el nombre de “bosques de protección” (Sernanp)  que requieren de un complejo ritual de creación, planos de manejo, presupuesto individual para infraestructura, personal, etc.  Por eso es que se crearon tan pocos y se abandonó la mayor parte. Ocurre que es simplemente imposible cuidar esos bosques en forma individualizada. Esos bosques cubren una extensión enorme y están en todas partes. Por eso, en casi todos los demás países del mundo, ese tipo de vegetación protectora es protegido por el simple efecto de una ley y no requiere declaraciones específicas que son apropiadas para las verdaderas áreas naturales protegidas, cuya función primordial es la conservación de muestras representativas de los ecosistemas y de la biodiversidad.
Decidir cuál es el pendiente límite -en general por encima de 45º- o el ancho del bosque a ser protegida en la ribera de los cursos de agua –que depende del caudal- es un tema técnico, variable con una serie de situaciones, que debe ser reflejado en la ley.  Pero, las normas deben ser claras y muy simples de aplicar y verificar. La responsabilidad de proteger esos espacios es de cada ciudadano y de cada propietario y, como en el Brasil entre otros países, ese tipo de legislación es estrictamente aplicado por las autoridades agrarias, forestales y ambientales y asimismo por el Ministerio Público, pues no respetarlo implica perjuicios graves a toda la sociedad.  En el Brasil la falta de respeto a esa legislación implica imposibilidad de conseguir préstamos agrarios; venta, compra o alquiler de propiedades rurales, además de multas y de la obligación de recuperar o compensar los bosques destruidos.

Conclusión

Hay algunos aspectos de la gestión forestal del último medio siglo que funcionaron bastante bien. Ese ha sido el caso, en especial, del tema de las áreas naturales protegidas que a pesar de las limitaciones presupuestales  ha asegurado la conservación de la mayor parte de la diversidad biológica del Perú y estimulado un creciente turismo nacional e internacional, entre otros progresos indiscutibles. Pero, como visto, ese no es el caso de la gestión de los bosques naturales  productivos ni, por otras razones, la de los cultivados.
No tiene sentido continuar haciendo lo mismo que no funcionó durante más de medio siglo. Siempre es difícil cambiar la rutina o ir contra las tradiciones que se perpetúan en las burocracias y en las universidades. Pero no es imposible. Y, si se desea que los bosques peruanos contribuyan real y efectivamente al desarrollo nacional, es urgente rediseñar la política forestal y reformar la legislación".