En Perú se encuentra en proceso la creación de un comando humanitario de levantamiento de cadáveres producto de la epidemia del
coronavirus COVID-19, considerando que “Un grupo va a morir en el hospital, otro en la calle, en albergues o en sus casas” a decir de su ministro de salud.
Esta realidad obedece a que la Pandemia llegó a su cuarta fase en el país, es
decir fracasó la contención y de la transmisión comunitaria del virus pasó a la
transmisión sostenida.
Esto sucede pese al enorme esfuerzo desplegado por la administración
Vizcarra, que encontró un sistema de salud vulnerable, con limitados recursos y
parte de una población que no termina de entender que no sólo el Perú se
encuentra en guerra contra un enemigo invisible y mortal, que cambiará las
actividades y costumbres de 32 millones de peruanos.
El número de contagiados ha ido subiendo exponencialmente, aumentando en un día 2936 casos positivos al COVID-19 y llegó el día de hoy a 9784 según informe del presidente Vizcarra. El número de muertes pasó de 181 a 193 decesos ( según reporte de CSSE de la Universidad Johns Hopkins), cifras que en algún modo validan la frase expresada valientemente por su ministro de salud.
Parte humana de la crisis sanitaria
Según la Resolución N° 100-2020 del Ministerio de Salud que aprobó la Directiva
Sanitaria N°087-2020-DIGESA/MINSA para el manejo de los cadáveres por COVID-19; en ella se establece que los cuerpos de los fallecidos a causa de esta
enfermedad sean incinerados en Perú. Sin embargo, la Defensoría del Pueblo peruano advirtió los excesivos precios que estarían cobrando algunos crematorios públicos y privados en Lima y en diversas regiones del país para la incineración de los fallecidos a causa del
coronavirus (COVID-19).
Correspondería entonces otorgar digna memoria para identificar espacios donde se desarrolle la inhumación de fallecidos por el virus, pero aún más, la propuesta de Memorial coronavirus 2020 es una forma de guardar para la posteridad los recuerdos de las personas que cayeron en la lucha contra el enemigo, incluyendo los héroes anónimos que estuvieron en sus puestos de combate pero que no pudieron ganar en esta guerra dispareja que continúa.
Este espacio, cercano a lima, donde se localizan la mayor parte de las víctimas en Perú, no solamente serviría a las futuras generaciones para rendir homenaje a los caídos, sino que fundamentalmente podrá para mantener viva la necesidad de rescatar la cultura de la prevención en el país de los incas. La renovada representación del Congreso de la República y líderes políticos del país ¿tendrían alguna opinión sobre el particular?.
Los caídos en la guerra frente al coronavirus merecen se les recuerde con dignidad |