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miércoles, 10 de febrero de 2021

La variante peruana explica % letalidad por COVID-19 en Latinoamérica

Presento a mis pares de Inglaterra, Alemania, España , Estados Unidos  y a los situados en países latinoamericanos y en otras regiones del orbe, el resultado de mis investigaciones sobre el agua, principal factor vinculante  que incide decisivamente en que Perú ostente a la fecha, la mas alta letalidad por COVID-19 en Sudamérica y una de las más elevadas en el mundo

Las cifras del COVID-19

Perú con una población que supera los treinta y tres millones de habitantes ostenta 1282 muertos por cada millón de habitantes, superando inclusive a Brasil , país que tiene seis veces más población y que reporta 1094 muertos por cada millón de habitantes.
Los medios de comunicación peruanos alarmados por las variantes del COVID-19 : Inglesa, Sudafricana, Brasileña y todas las que se identifiquen de las tantas existentes tras investigaciones de la normal mutación viral, inician una campaña de prevención a través del arribo a territorio peruano de  trescientas mil vacunas chinas el día 7 de febrero del 2021 que atenderá inicialmente a 141.367 personas de acuerdo al programa de distribución.
El tiempo que demande el plan para alcanzar atender con prevención a toda la población peruana inmunizándola con vacunas, demandará además de recursos económicos, logística apropiada y un tiempo que el Estado peruano, no se encuentra en la capacidad de garantizar en términos de plazos, hecho en favor de la consolidación de la variante peruana.
La planificación de cara al futuro por parte del Estado es incierta, pues no se indica cómo se responderá anualmente con la gestión y manejo de esta enfermedad infecciosa viral, si sólo se viera como "única solución al programa de vacunación frente al COVID-19" y continúa soslayando el factor tiempo , fundamental en toda acción preventiva de salud pública.

La variante peruana

La variante peruana se origina por los lentos reflejos de un Estado empírico peruano, que conociendo la presión demográfica sobre ciudades de la costa desértica peruana, particularmente en localidades de la costa norte, allí donde convergen el tema del agua - vista ya sea desde el punto de acceso, disponibilidad, cantidad o calidad : es deficitaria- ; el tema climático, que soporta temperaturas extremas de calor o frio, a los cuales se le suma los recurrentes periodos de cuarentenas e inmovilizaciones obligadas por la fuerza pública, advirtiéndose que tienen al frente poblaciones infectadas e inficionadas por el hacinamiento, falta de Agua para consumo humano directo e higiene personal, provisiones de oxígeno, medicinas y alimentos; terminarían por adecuarse a los cambios o extinguirse.  
Los muertos existentes - tanto en forma directa como indirectamente por el COVID-19, en localidades identificadas antes del arribo a territorio peruano de la nueva enfermedad infecciosa- constituyen un magnífico indicador de "eficiencia de gestión" en espacios geosociales identificados con problemas de Agua desde hace tres décadas atrás en la costa norte (en razón a la epidemia de El cólera que apareció simultáneamente en Piura y Chancay), así como puntualmente en otros espacios de la costa en Lima y Callao, y en el sur como es el caso de Ica (que sufriera los efectos de un sismo el 2007); de igual forma registramos problemas crónicos con el agua en localidades de la amazonía como Iquitos.
Con la variante peruana, caracterizada por las realidades existentes en localidades de Piura, Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Callao, Lima, Ica, Iquitos... es altamente probable que la enfermedad infecciosa se focalice en su forma endémica por determinados periodos hasta que las condiciones y factores ambientales se modifiquen por efecto de la acción antrópica.
Estas probabilidades se alimentan con la economía ralentizada por deficiencias en el gasto público, así como  los plazos para mitigar los impactos ambientales establecidos el año 2017 ocurrido con el Decreto Supremo N° 0140-2017-VIVIENDA, reduciendo el tiempo de respuesta y la alerta temprana con el "lavado de manos" en poblaciones que ahora demandan las acciones de prevención que el propio Estado necesita para reducir las potenciales muertes que se producirán  inexorablemente  de no ser atendida oportunamente.
La variante peruana, en Belen-Iquitos, se sometería a escenarios similares a la variante Brasileña.

miércoles, 27 de enero de 2021

Lucha contra el COVID-19 será de largo aliento en Perú

El día de ayer 26 de Enero del 2021, la Administración Sagasti mediante un mensaje a la Nación peruana clasificó a las regiones del país en cuatro grupos de riesgo frente a la pandemia del COVID-19 : Extremo, muy alto, alto y moderado; indicando que el riesgo extremo, zona caliente que involucra a Lima y Callao, exige confinamiento. Hecho que complementó el día de hoy con la publicación del DS N° 008-2021-PCM prorrogando el estado de Emergencia Nacional.
Saludo el fondo de la decisión que se toma al no haber continuado con la manera errónea de enfrentar en forma similar para todo el país al enemigo invisible, tal como lo manifestamos en múltiples instancias, al no tomar en cuenta los diversos escenarios y diversidad ecosistémica existente en territorio peruano.
Sin embargo, debo lamentar la  oportunidad en la que se plantea una estrategia desfasada de lucha que considera aplicar el periodo de cuarentena en escenarios en que las medidas de confinamiento resultaron inoperantes por factores claramente identificados: La economía informal en que se mueve el orden del setenta y un por ciento (71%) de la población económicamente activa, muchos de los cuales obtienen sus ingresos para poder vivir el dia a dia; carecen de logística para abastecerse de alimentos y mantener refrigerados productos perecibles por varios días; hacinamiento de varias familias en espacios reducidos de sus viviendas ( desde los callejones de un solo caño hasta los asentamientos humanos precarios en los cordones de pobreza extrema que circundan las ciudades); aglomeración en mercados, bancos, medios de transporte...factores que coadyuvaron en evidenciar la existencia de un sistema de salud colapsado. 

Mutación viral y segunda ola

Quienes conocemos muy de cerca el sistema de salud peruano, pregonamos en todos los idiomas que no se debiera soslayar la prevención cuando las administraciones pasadas focalizaba su atención en brindar cuidados intensivos a los infectados por la enfermedad viral, pues sostenemos que la lucha contra el COVID-19 será de largo aliento en Perú.
La mutación viral en otros escenarios del planeta no es ajena a la realidad peruana, donde existen variedades de especies y microorganismos aún desconocidas para la ciencia moderna; como también no escapa al conocimiento de los memoriosos que la segunda ola en el caso de la gripe española fue la mas letal en razón a la imposibilidad de confinarse.

Mutaciones del COVID-19 que no debieran causar pánico por no resultar ajenas a la realidad peruana

En este escenario, resulta indispensable gestionar adecuadamente los cuellos de botella identificados para no llegar a colapsar la oferta de las unidades de emergencia medidos en términos de recursos humanos, equipos y materiales; así como fortalecer medidas regulatorias para garantizar la provisión de oxígeno y la oferta de medicamentos a precios accesibles a la comunidad.
Repetir errores por parte del Estado sería fatal, recordemos que a inicios de la primera ola, al decretarse la cuarentena y suspenderse los servicios de transporte interprovinciales, mucha gente decidió retornar caminando a sus ciudades de origen. 
Se encuentra próxima las fechas claves del calendario electoral para desarrollar las elecciones generales 2021, donde se elegirá la nueva administración y a los nuevos miembros del congreso de la república, motivo por el cual se debe actuar con ponderación, evitando el pánico que genera la desinformación.

¿Todos estamos en libertad condicional?

No debiera satanizarse el eventual incumplimiento de las restricciones destinadas a prevenir o reducir los contagios por parte del ciudadano de a pie, pues como ya puse de manifiesto, son realidades y escenarios diferentes los que se suceden en distintas partes del territorio nacional en esta lucha contra el enemigo invisible que durará mas allá de lo que demanden los programas de inmunización con vacunas que se encuentran en periodo de estudio, ya que ninguna de las existentes a la fecha pueden demostrar científicamente los efectos secundarios que eventualmente podrían producir en los seres humanos. 
Sólo el avance de los estudios en el tiempo podrá dar luces sobre el mejor conocimiento, manejo o adaptación al virus Covid-19, mientras más rápido lo aceptemos, menos vulnerables seremos a sus impactos.
Me reafirmo en la convicción en que la salud del ser humano se encuentra sistémicamente relacionada con el medio ambiente donde vive, y es necesario lograr una economía de energía limpia, con capacidad de restablecer el equilibrio en el sistema inmunológico del hombre.
La pandemia del COVID-19 ha demostrado - a través del caso peruano- que es necesaria una adecuada planificación y actuaciones concretas para evitar escenarios no deseados frente a la crisis climática, así como tomar acciones para evitar no enrumbar oportunamente las políticas en agua y alcantarillado destinadas a garantizar la salud pública en el país y particularmente en Lima y Callao, inhibiendo de esta manera el incremento de defunciones en espacios críticos que provocaría un escenario de Desastre Nacional.
El estado de situación de confinamiento extremo, emergente y determinada por el COVID-19, plantea un desafío a las oportunas actuaciones de organismos de carácter nacional e internacional que tienen que ver con la vulneración de los derechos humanos y las responsabilidades administrativas, civiles o penales a que hubiera lugar por la eventual inadecuada gestión de la cosa pública en Perú.

sábado, 13 de junio de 2020

¡ Perú No, Lima podría haberse convertido en epicentro COVID !

A mayor abundamiento de mi última publicación "Efecto COVID-19 en Perú al 13 de Junio del 2020", replico una interesante descripción sobre el particular que bajo el título "El virus exhibe las debilidades de la historia de éxito de Perú" escrito por Mitra Taj y Anatoly Kurmanaev,  el New York Times hace una referencia a una profunda desigualdad y corrupción que frustraron las medidas que el país tomó al preparar la respuesta ante la pandemia del COVID-19 en los siguientes términos :
"El presidente Martín Vizcarra siguió los mejores consejos cuando el coronavirus llegó a Perú. Ordenó uno de los primeros y más estrictos confinamientos de América Latina y lanzó uno de los mayores paquetes de ayuda económica para facilitar a los ciudadanos que se quedaran en casa. Compartió detallados datos de salud con el público, se apresuró a agregar camas y ventiladores a los hospitales y aumentó el número de pruebas.
Con robustas arcas públicas y niveles récord de aprobación, el gobierno centrista de Vizcarra parecía estar bien preparado para enfrentar la pandemia.
Sin embargo, en vez de ser aplaudido como modelo, Perú se ha convertido en uno de los epicentros más críticos del coronavirus en el mundo: sus hospitales están abrumados y la gente huye de las ciudades. La crisis ha estropeado el barniz de progreso económico de Perú, y expuso la desigualdad y la corrupción fuertemente arraigadas que han obstaculizado la respuesta a la pandemia.
“Nos pidieron todos quedarnos en casa, pero hay muchas personas que no tienen ahorros, y eso ha sido imposible. Nos pidieron lavarnos las manos, pero solo uno de cada tres hogares pobres tiene acceso a una red de agua potable”, dijo Hugo Ñopo, investigador en el grupo de análisis Grade. Solo la mitad de los hogares peruanos tiene refrigeradoras, agregó, lo cual obliga a muchas familias a volver a diario a los mercados abarrotados, una importante fuente de contagio.
La tragedia de Perú se desarrolla en medio de una explosión más amplia del virus en América Latina, que de un remanso pasó a ser un epicentro de la pandemia en los dos últimos meses. Cerca de 1,5 millones de personas han dado positivo en la región y los expertos dicen que el número real de infecciones es mucho mayor.
Las cifras siguen aumentando de manera pronunciada y lo peor parece estar lejos de terminar. Con el invierno a punto de llegar en la parte sur de la región y la temporada de huracanes en el norte, la Organización Mundial de la Salud advirtió esta semana que las condiciones climáticas adversas podrían llevar a un nuevo aumento de las infecciones y entorpecer la respuesta a la pandemia.
Perú tiene alrededor de 6000 muertes confirmadas de la COVID-19 y más de 200.000 infecciones, y los expertos dicen que las cifras se quedan cortas al reflejar la verdadera dimensión de la tragedia. En mayo, la tasa de mortalidad en Perú —por todas las causas— fue el doble que el promedio de los últimos años, según los datos recopilados por The New York Times, lo que sugiere un número de muertes por coronavirus de dos a tres veces la cifra confirmada por laboratorio. Muchos pacientes con síntomas fallecen sin que se les haga una prueba.
La ferocidad del brote de la enfermedad en Perú rivaliza con la del vecino Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro —a diferencia de Vizcarra— ha ignorado en gran medida los consejos de los especialistas y se ha rehusado a tomar medidas para controlar el contagio.
“Los resultados no han sido los que exactamente esperábamos”, dijo Vizcarra el mes pasado. “Esta no es solamente una crisis de salud, es una crisis social y económica sin precedentes”.
Antes de la pandemia, las cosas estaban mejorando para Eduardo José Domínguez, de 29 años, quien administraba una tienda de sándwiches en las afueras de Lima, la capital de Perú. Pero cuando la tienda se cerró por el confinamiento, él tomó trabajos ocasionales como carpintero o vigilante nocturno para pagar las cuentas, y trabajó unas 15 horas al día hasta que se puso tan enfermo con los síntomas de la COVID-19 que apenas podía caminar.
“Solo quería dar sustento a su familia”, dijo su esposa, Ana Ponte.
Durante días, dijo, solicitó ayuda médica mientras su esposo se iba quedando sin aliento por falta de aire, pero le dijeron que los hospitales no estaban admitiendo nuevos pacientes. El día que murió, ella intentó en vano reanimarlo, mientras esperaba una ambulancia que llegó demasiado tarde.
El rápido descenso de Perú —de historia de éxito a calamidad regional— ha desanimado a sus 32 millones de habitantes y provocado un examen de conciencia nacional.
Años de fuerte crecimiento económico impulsado por las exportaciones mineras y agrícolas, así como por políticas financieras prudentes, habían convertido al país en una rara estrella en el horizonte de estancamiento latinoamericano. Bajo una serie de presidentes proempresariales, millones de peruanos escaparon de la pobreza en este siglo, lo que les permitió enviar a sus hijos a escuelas privadas, instalar agua potable o iniciar pequeños negocios.
Pero el confinamiento ha expuesto la fragilidad del progreso económico de Perú, dijo Pablo Lavado, economista de la Universidad del Pacífico en Lima. Dos décadas de crecimiento económico elevaron muchos ingresos pero no abordaron la profunda desigualdad y trajeron pocos empleos estables y poca inversión en atención médica, lo que redujo la efectividad de las medidas contra la pandemia del presidente Vizcarra.
Lavado dijo que muchos peruanos se encuentran en la misma situación que Domínguez: obligados a correr el riesgo de contraer el coronavirus en lugar de quedarse en casa y caer en la pobreza y el hambre.
“En Perú nos congratulábamos por empezar a ser un país de clase media”, dijo. “Pero resulta que es una clase media muy vulnerable, muy frágil”.
Otro obstáculo ha sido la corrupción arraigada que Vizcarra prometió enfrentar cuando asumió el cargo hace dos años. Tres ex presidentes de Perú han estado en la cárcel en relación con una investigación en curso sobre sobornos, al igual que la líder de la oposición. Otro ex presidente se suicidó el año pasado para evitar ser arrestado y otro más está encarcelado después de múltiples condenas por violaciones a los derechos humanos, malversación de fondos y abusos de poder.
Los fiscales anticorrupción han abierto más de 500 investigaciones desde que comenzó el confinamiento, el 16 de marzo, y a menudo investigan informes sobre funcionarios que se embolsaron dinero destinado a ayuda alimentaria o equipos de protección personal. Más de veinte casos tienen que ver con la policía o las fuerzas armadas.
Los programas de ayuda no han llegado a muchas de las personas que los necesitan. Sin trabajo y temerosos del virus en las ciudades abarrotadas, decenas de miles de peruanos han regresado a sus pueblos de origen, muchos de ellos a pie. Algunas personas han empezado a mendigar de puerta en puerta.
Entre los más vulnerables está el casi millón de migrantes venezolanos que desde 2016 habían llegado en masa a Perú desde su devastada tierra natal en busca de mejores condiciones de vida. No son candidatos para recibir los estipendios del gobierno y carecen de redes familiares cercanas en las cuales apoyarse, por lo que miles de ellos han emprendido el arduo viaje a pie de regreso a Venezuela.
Domínguez, quien llegó a Perú hace dos años, estaba entre los venezolanos que se quedaron.
Había ganado lo suficiente como para que él y Ponte tuvieran un segundo hijo el otoño pasado, una decisión que habían pospuesto durante años. Este año planeaba visitar Venezuela con sus primos, ansioso por presentarles a su hijo recién nacido.
Cuando una ambulancia llegó a su casa, minutos después de su muerte, los médicos le dijeron a Ponte que no disponían de pruebas para confirmar si tenía coronavirus; su esposo sería uno más entre las legiones de posibles víctimas no incluidas en el recuento oficial. Y dijeron que no tenían dónde almacenar su cuerpo.
“La ayuda no llegó. La ayuda no llegó. Yo lloraba a gritos y nadie vino”, dijo Ponte, mientras lloraba y el cuerpo de su esposo yacía en una bolsa afuera de la habitación donde estaba sentada en una cama con su hijo de diez años y su bebé de ocho meses". 

domingo, 7 de junio de 2020

Parte de guerra del último mes contra el COVID-19 en Perú

Un día como hoy 7 de Junio, se conmemora cada año en el Perú el Día de la bandera, en el aniversario de la batalla de Arica, ocurrida un 7 de junio de 1880, durante la Guerra del Pacífico (1879-1884). Este homenaje a la bandera del Perú fue establecido por Decreto Supremo del 30 de abril de 1924; aunque ya antes, por Decreto Supremo de 8 de noviembre de 1905 se había decretado el juramento de fidelidad a la Bandera que debían hacer los conscriptos en forma pública y solemne.
Los poblados dispersos en zonas de los ríos de la amazonía requieren soporte para enfrentar al COVID-19

Parte de Guerra al 7 de Junio del 2020


El Perú se encuentra en guerra contra un enemigo invisible que viene ocasionando una crisis de salud, social, ambiental  y económica sin precedentes al país, la misma que en el último mes ( periodo 07 de mayo al 07 de junio) de acuerdo a informaciones oficiales publicadas por el Ministerio de Salud, la cifra de infectados subió de 58.526 a 196.515 con un incremento de 138.989 nuevos casos confirmados con el COVID-19.
De otro lado, el número de muertos pasó de 1.627 a 5.465 con un incremento de 3.838 muertos en este lapso.

70% de infectados y 70% de muertos del total de producidos, en el último mes 

Pese a los grandes esfuerzos realizados por la administración Vizcarra para evitar la transmisión del virus, en el periodo comprendido entre el 07 de mayo al 07 de junio del 2020 se han reportado oficialmente 70% de infectados con el nuevo coronavirus, produciéndose  el 70% del total de muertos en el último mes.
Esta situación coloca al Perú, entre los ocho países mas infectados por el COVID-19 del Planeta, según reporte del CSSE de la universidad Johns Hopkins concordado con el informe de casos publicado en la página  worldometers  , que se encuentran alineados con la información oficial que produce el ministerio de salud del Perú.

Se reitera cambio de estrategia 

A la luz de los resultados, se evidencia la necesidad de realizar un cambio de estrategia para enfrentar al enemigo invisible, ya que en Perú la lucha demandará esfuerzos constantes y de largo aliento. El manejo y gestión en cuencas para luchar contra el COVID-19 es una opción.
Es fundamental oxigenar las diferentes áreas en el teatro de operaciones, los valerosos recursos humanos desplegados en los frentes, necesitan refuerzos y logística para intervenir en puntos considerados estratégicos. Movimientos ralentizados para dotar de logística necesaria no ayuda en mucho a la dinámica impuesta por la velocidad de transmisión del virus. 
La cuenca del río Rímac que incorpora la Región, Departamento ,Provincia de Lima y Lima Metropolitana, debe tener un manejo diferenciado a las otras cuencas situadas en otras Regiones, pues constituye la mayor zona caliente del país.
Las sugerencias de la Organización Mundial de la Salud, son presentadas de la mejor manera a los países del mundo, pero en algunos lugares no es posible aplicar en su totalidad sus recomendaciones; por las limitaciones de países en vías de desarrollo como es en el caso peruano, debiera tomar gradualmente esas recomendaciones, especialmente del confinamiento obligatorio prolongado y el lavado de manos sin tener mayor acceso al agua.
A modo de ejemplo citaré dos datos del censo nacional del año 2017 para la zona caliente de la provincia de Lima que por si sola se explican : 949.969 habitantes presentaron dificultad o limitación permanente y 113.813 personas de 15 a más años que no saben leer ni escribir.
Se hace necesario atacar las causas que facilitan la propagación y riesgo de rebrote del COVID-19 en particular en las zonas de alto riesgo de transmisión del COVID-19 puntualizadas en la RM N° 361-2020-MINSA de fecha 5 de Junio del 2020.
La gloriosa marina de guerra del Perú debiera contar con mayor logística para desplegar su accionar y llegar a comunidades nativas poco contactadas de los ríos de la amazonía, así como a la periferia de Iquitos que solicitan la atención del Estado en sus tres niveles de gestión. 

miércoles, 20 de mayo de 2020

Carta abierta al presidente de Perú : Ing. Martín Vizcarra Cornejo


Lima,20 de Mayo del 2020

Señor ingeniero Martín Alberto Vizcarra Cornejo:

Excelentísimo señor Presidente de la República

Me dirijo a usted, para expresarle respetuosamente mi preocupación por la senda en medicina curativa que viene transitando vuestra administración en su lucha contra el COVID-19, soslayando la medicina preventiva.
El confinamiento obligatorio por largos periodos no ayuda en mucho a la medicina preventiva en un país andino y amazónico como el nuestro, que cuenta con un importante componente transversal en su dimensión ambiental. 
La crisis ambiental del planeta se manifiesta, entre otras consideraciones, con las consecuencias provocadas por enfermedades infecciosas en la salud pública; por consiguiente es imprescindible socializar la medicina preventiva en la población peruana, con la finalidad que internalice las causas sui géneris de transmisión del SARS-COV-2 en territorio peruano, una de las más altas de Latinoamérica y el mundo, impactando no solamente en los mas de cien mil infectados y tres mil vidas perdidas en lo que va del presente brote epidémico; pensando en el futuro de más de 32 millones de peruanos, su economía y la sostenibilidad del país.
En ese sentido, reitero mi pedido - que va en la línea de lo expresado en mis sendas cartas abiertas de fechas 15 de marzo y 8 de abril del 2020 respectivamente - para que en el nivel que corresponda la toma de decisiones sustentada en ciencia, se considere un cambio de estrategia en la lucha contra el enemigo invisible, tomando a la cuenca hidrográfica como unidad de gestión, en lugar de la división política registrada en el tablero de comando.
Las condiciones y factores de riesgo infeccioso son motivadas por la presencia de toxinas en el medio ambiente identificadas en estas unidades de gestión, las cuales inficionan en individuos por su acumulación en el tiempo, afectando con ello su sistema inmunológico.
En estricto, la debilidad en la gobernanza y gobernabilidad ambiental que causaron la existencia de zonas insalubres como es el caso de Belen en Iquitos-Región Loreto, y otras tantas en el extremo de la costa norte y los cinturones de pobreza extrema en las regiones Lima y Callao , son producto de la suma de gobiernos - en sus tres niveles de gestión -  que le antecedieron en la responsabilidad de conducir sus destinos. 
Uno de los indicadores que sustentan mi petición se sustentan en los reportes epidemiológicos oficiales del ministerio de salud, los cuales acreditan que en las cuencas altas, las condiciones y factores de riesgo infeccioso precitados se diferencian sustantivamente de las poblaciones asentadas en las cuencas bajas.
Este cambio, de realizarse , permitirá focalizar el control de las zonas calientes del país, particularmente de Lima-Callao, la cual el 15 de marzo del 2020 contenía el 86% del total nacional de casos infectados confirmados y hoy 20 de mayo del 2020 - continuando el proceso de cuarentena - se mantiene con el 72% del total nacional de casos confirmados.
En consecuencia, bajo la nueva estrategia nacional, que eventualmente demandaría una redistribución de asentamiento poblacional, similar a las aplicadas en caso de tsunamis, cataclismos, huracanes, entre otros eventos naturales; se abriría ventanas de oportunidades para la mejora en la calidad de vida de cientos de miles de personas que actualmente ocupan los focos infecciosos identificados con capacidad potencial de rebrote no solamente a nivel de Perú sino de Latinoamérica.
Señor presidente, suscribo plenamente sus expresiones respecto a que "nos encontramos en una crisis de salud,social y económica sin precedentes", a la cual agrego que también el planeta y el Perú en particular se encuentra en una crisis ambiental sin precedentes, en razón a que con el COVID-19 hemos redescubierto que el uso desproporcionado de herbicidas como el glifosato se asocian a factores de riesgo del COVID-19 como la diabetes, obesidad,afecciones cardiacas, enfermedades respiratorias; de otro lado el impacto de productos que contienen triclosan y triclocarbán, por citar algunos con efectos bioacumulables que inciden en reducir el sistema inmunológico de las personas; sin perjuicio de mencionar la inseguridad alimentaria producto del uso incontrolable de pesticidas quimicos, riego con aguas residuales sin tratamiento, uso intensivo de cloro como desinfectante en aguas con tratamiento sin cumplir necesariamente los estándares de control y vigilancia, programas de inmunización descontrolados, entre otros que franquean el paso de virus y bacterias que reducen la defensa  natural del cuerpo humano.
Finalmente, hago votos porque la presente carta llegue a su despacho y luego del análisis respectivo, pueda instruir a quien corresponda tomar las medidas adecuadas para revertir esta situación crítica, convocando a las fuerzas vivas de las cuencas del país y así pasar a reconstruir la patria con el concurso real y efectivo de todos los peruanos de buena voluntad.

Muy Atentamente

Dr Javier Prado Blas
DNI N° 08186048                     

viernes, 15 de mayo de 2020

Lima en ojos del mundo por virus COVID-19

Hace más de tres décadas que vengo indicando y trabajando, junto a otros especialistas, para mitigar la alta vulnerabilidad de la ciudad de Lima ante eventos naturales y antropogénicos. Pese a reiteradas publicaciones, no fuimos escuchados oportunamente y ahora se nos presta alguna atención en Perú cuando un virus se encuentra azotando a la tres veces coronada villa, con un alto costo social y económico, ya que las actividades en Lima representan un importante componente en el PBI del país; asimismo, porque nuestros aportes técnicos son recogidos fuera del país por especialistas, expertos e investigadores que con mayores recursos técnicos y económicos, profundizan en los conocimientos para encontrar una eventual solución a las raíces que dinamizan la rápida propagación del virus.
La falta de prevención y actitud reactiva de las administraciones en turno costará al Perú miles de millones de dólares, cuyos efectos se medirán con una mejor aproximación pasada la primera gran ola de la Pandemia.

Reafirmación de carta abierta al señor Presidente de la República

Hoy 15 de mayo del 2020, Perú (84495 casos) superó a China (82933 casos) en el número de casos de infectados por la cepa del nuevo coronavirus; y con ello ocupa el doceavo lugar entre los países mas infectados del planeta, con el virus SARS-COV-2 ó COVID-19.
La paradoja radica en que China, país donde se originó la Pandemia, tiene 43.7 veces más población que Perú y en Lima se encuentra el 30% de la población peruana. Asimismo,Lima - la capital de la república peruana- que fue asentada inicialmente en la cuenca del río Rímac, incorpora la zona caliente Lima-Callao (61,323 casos) donde se presenta el 73% del total de casos confirmados como positivos al COVID-19. 
Por consiguiente me reafirmo en la convicción que el problema central es Lima, me ratifico en todos los extremos lo que expuse en la carta abierta dirigida al señor presidente de la república peruana ingeniero Martín Alberto Vizcarra Cornejo con fecha 15 de marzo del 2020 en este espacio, cuando indique que en la zona caliente de Lima existía el 86% del total de casos infectados confirmados; hoy en día 15 de Mayo del 2020, dos meses después pese a las estrictas medidas de confinamiento en la población peruana, se mantiene el 73% del total de casos confirmados en este epicentro y en tanto no se formule un tratamiento especial para Lima, el país tendrá un foco infeccioso latente con capacidad de rebrote no solamente a nivel de Perú sino de Latinoamérica.

El origen de la zona caliente

Quienes lidiamos por formación, con bacterias, hongos, helmintos y virus para controlar y mantener la calidad de las fuentes de agua que serán luego usadas en consumo humano,  mediante procesos y operaciones unitarias en ingeniería sanitaria; concordamos en que el agua potable resulta fundamental para el aseguramiento de la salud pública. Asimismo, consideramos que la base primera de todo lo existente es el agua,tal como ya lo sostenía desde el siglo VI antes de cristo el reconocido primer filósofo de la historia Tales de Mileto. 
El traslado migratorio de individuos desde las zonas rurales a las urbanas, aumentó la presión demográfica en las megaciudades y con ello, atender mayores solicitaciones sobre los servicios básicos y especialmente agua. Diversas ciudades en Latinoamérica y particularmente en Perú no son ajenas a esta realidad que las colocó en una situación altamente vulnerables frente a la Pandemia del nuevo coronavirus.
Lima creció empoderándose de las aguas que discurren por la cuenca del río Rímac y cuencas vecinas : Chillón y Lurín,  pero también asumió el pasivo de las aguas residuales , tanto municipales como industriales, que descargadas sin tratamiento alguno, presionaron sobre la capacidad de autopurificación de las aguas, hasta llevarlos a límites insospechados en el tiempo. La cuencas del Rímac es la mas estudiada y documentada del país por las diversas instituciones en diferentes sectores del Estado peruano, quienes muestran la forma cómo fue deteriorándose la calidad del cuerpo de agua hasta extinguir la vida acuática aeróbica, manteniendo condiciones anóxicas en gran parte del río, así como elevada demanda bioquímica de oxígeno. Con aplicación de ingeniería moderna, se recupera el agua potable que abastece a parte de la población localizada en Lima-Callao. Asimismo, se generó una próspera industria de agua embotellada para el consumo humano, que en términos de volumen, la producción total de agua para ser embotellada, ya sea en botella o en botellones, pasó de 78 millones de litros en el año 2000 a 320 millones en el 2010 (enero - noviembre), lo que representa un crecimiento de 310 por ciento. En el mismo período, la producción de agua destinada a venderse en botellas pasó de 18 millones de litros a 286 millones, reflejando un crecimiento de más de 1,400 por ciento. Las cifras demuestran que la población en Lima - hace una década atrás - manifestaba sus dudas sobre la eficiencia en el tratamiento del agua pues tenía ya la disposición de pagar más por la calidad de agua para su consumo directo. Transcurrido el tiempo, actualmente existe una población excluida que carece del acceso y servicio al agua en zonas de Lima, del cual Oxford Committee for Famine Relief (OXFAM) manifiesta lo siguiente: "1.5 millones de ciudadanos no cuentan con acceso a agua potable ni alcantarillado. Existe un notorio contraste entre la zona urbana y periurbana, donde los pueblos jóvenes y pequeños asentamientos humanos no gozan del servicio de agua , ni desagüe, como el resto de zonas de Lima que sí".
Zona Este de Lima_Cuenca del rió Rímac_ En proceso constructivo para dotar de agua a población.


Aguas residuales para riego 

En la década de los ochenta, cuando registré mi paso por el Centro panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (CEPIS), un organismo especializado de la OPS-OMS de las Naciones Unidas, que justamente se localizaba en Lima, me permitió identificar y sistematizar apropiada literatura técnica que acreditaba los procesos de degradación de los ríos como en el caso del Rímac, posteriormente en la década de los noventa desde el Ministerio de Salud, pudimos acreditar -con muestreos de vertimientos de aguas residuales a los ríos y otros cuerpos de agua- como es que el nivel de degradación del Rímac progresaba inexorablemente con la instalación de ciudades intermedias localizadas a margenes de los ríos, apropiándose inclusive en algunos tramos del lecho fluvial.
El tema se complicaba con el uso de las aguas residuales para riego de plantas de tallo corto que eran destinadas al consumo humano directo. 
Como Lima se encuentra en un desierto y existen periodos de estiaje y las aguas superficiales de los ríos no alcanzaban para el cada vez vez mas escaso uso agrario, es que asociaciones de regantes de la cuenca baja del Rímac, usaban aguas residuales para el riego de plantas de tallo corto destinados al consumo humano. Inclusive en áreas en proceso de urbanización, tapaban con árboles y maleza los buzones y atoraban el alcantarillado sanitario para captar desagües y usarlas para riego. Instituciones como COSAL (1962), ESAL (1971) y hoy SEDAPAL (1981), tuvieron no pocas veces enfrentamientos con regantes que perjudicaban las redes del servicio de alcantarillado.

Inseguridad alimentaria 

El suscrito participó -como director ejecutivo en el Ministerio de salud -en diversas acciones conjuntamente con funcionarios públicos de la fiscalía de prevención del delito y la empresa prestadora de servicios de saneamiento SEDAPAL, para tratar de reducir la contaminante costumbre del riego de áreas agrícolas con aguas residuales.
A inicios de la década de los noventa, con la aparición de El Cólera en Perú, comprobamos desde el Ministerio de Salud que la salud Ambiental en Lima seguía deteriorándose pese al esfuerzo de iniciativas legales que eran incumplidas, dejando frustraciones al tratar de aplicar sanciones ante el riego de plantas que serían destinadas al consumo humano; a los que se sumaron el riego de áreas verdes municipales con agua potable y aguas residuales sin tratamiento, así como la alimentación de ganado porcino con residuos sólidos recolectados en botaderos a cielo abierto.
Posteriormente, ya como director general en el ministerio de salud,impulsamos la incorporación de la ingeniería sanitaria como profesionales de la salud a efectos de mitigar los daños ocasionados en la salud ambiental pues la epidemia de El cólera enseñó la necesidad imperiosa de aplicar conocimientos de ingeniería en salud pública. 
A inicios del milenio, ya como representante de la sociedad civil peruana por la Presidencia del Consejo de Ministros ante el organismo regulador de la inversión privada en los servicios de saneamiento SUNASS, pudimos impulsar estudios para el control que realizaran las empresas prestadoras de agua potable y alcantarillado sanitario a escala nacional y particularmente en Lima, una de las cuales fue publicada el año 2004 con fondos proporcionados por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón - JICA, denominada "La Calidad del Agua potable en el Perú"; que en su parte destinada a los virus precisa lo siguiente . " Los virus no se pueden reproducir sin una célula hospedera, pero pueden sobrevivir en el medio ambiente durante largos periodos. Los virus entéricos humanos son producidos en muy grandes cantidades por el individuo infectado y se excretan por las heces".  De allí que en mi publicación del año 2006 "Propuestas para una hoja de ruta del Sistema de Alcantarillado-Una visión del Sistema de Alcantarillado de Lima", indicaba que veinticuatro años atrás, en 1996, sólo el dos por ciento (2%) de las aguas residuales eran tratadas en Lima. Pasada una década, en el 2006, el Plan Nacional de Saneamiento, establecía como supuesto para el año 2005 el tratamiento del 10% de aguas residuales. El resto eran arrojadas sin tratamiento a los cuerpos de agua. 
Seis años atrás (2014) , el regulador SUNASS, efectuó evaluaciones para visitar in situ 204 plantas de tratamiento de aguas residuales en los ámbitos de 32 empresas prestadoras de servicios de saneamiento reguladas, con los siguientes resultados : 163 estaban operativas, 32 en construcción y 9 paralizadas.
Ante esta realidad presentada en Perú, las aguas residuales sin tratamiento constituyen un buen indicador de la presencia del virus COVID-19 en una determinada población, de modo tal que sea factible entender su comportamiento para mitigar sus impactos y finalmente neutralizar sus efectos, en ese sentido son especialmente importantes para ver lo que sucede con la ciudad de Lima como caso de estudio para tratar de entender el comportamiento de la Pandemia en esta parte de Latinoamérica.

Inmunización

En las cuencas altas de Perú la transmisión del COVID-19 se encuentra ralentizada para la población localizada en las zonas por encima de los tres mil metros sobre el nivel del mar de Huancavelica, cerro de Pasco, Puno, Moquegua y Apurimac. La contaminación bacteriológica y viral en aguas provenientes de estas zonas altas es mínima , así como el aporte de aguas residuales sin tratamiento. Este hecho se puede correlacionar con el artículo publicado en la revista Respiratory Physiology & Neurobiology; indicando que el elevado índice de radiación ultravioleta, la menor presión atmosférica y el bajo nivel de humedad serían factores que podrían favorecer una propagación más lenta del COVID-19 por encima de los 2.500 metros sobre el nivel del mar. Para llegar a esa conclusión, especialistas en medicina de altura de Australia, Bolivia, Canadá y Suiza analizaron datos epidemiológicos del COVID-19 de Tíbet, Ecuador y Bolivia, los compararon con los de tierras bajas y evaluaron aspectos ambientales y fisiológicos considerados favorables en la respuesta al virus en lugares de altura.
Otro factor que en Perú está por verificarse es la reducción de la virulencia del COVID-19 en las poblaciones dispersas de montaña asociadas a un ambiente sin contaminación del agua, sin descarga de aguas residuales sin tratamiento, seguridad alimentaria y que no tuvieron mayor acceso a programas de vacunaciones  e inmunizaciones en contraste con las cuencas bajas y que si tuvieron una intervención dinámica de programas de vacunación; habida cuenta que el sistema inmunitario se construye con la exposición de antígenos, que es cualquier sustancia que provoca que el sistema produzca anticuerpos contra sí mismo; y por tanto al no reconocerla trata de combatirla.

El Dato : Desinformación - Fake News

Para desacreditar aportes de investigación científica, además de no invertir en ciencia y tecnología, los poderes fácticos que gobiernan al país utilizaron en el pasado medios de comunicación alineados a intereses de colectividades y no mirando el bien común de la Nación; no es la excepción para el caso del COVID-19, pues dirigen la atención del público para atender los efectos y no las causas de los procesos históricos que generaron el problema. Actualmente, la globalización en la información posibilita contrastar valiosas referencias que permiten determinar estadísticas en tiempo real lo que acontece con la Pandemia al interior y fuera del país.En este estado de las cosas, quien no investiga, pierde legitimidad a la hora de criticar determinada cuestión de hecho.
Para una mayor información estadística en la evolución del COVID-19 sugiero revisar, entre otros, los siguientes links : 

jueves, 7 de mayo de 2020

Caldo de cultivo del nuevo coronavirus en Perú

En Perú, se viene confirmando la relación directa existente entre los factores ambientales : agua, suelo y aire medidos en términos del acceso y disponibilidad al agua de consumo humano, inseguridad alimentaria y vulnerabilidad en saneamiento, para incrementar el riesgo de enfermar y morir por acción del nuevo coronavirus COVID-19.
Según reportes oficiales del Ministerio de Salud expresados en la sala situacional covid-19 al 7 de mayo del 2020, se mantiene como zona caliente a Lima-Callao como epicentro de la difusión del virus generador de la enfermedad infecciosa que viene propagándose por el resto del país.
72% de casos confirmados se ubican en la zona caliente y el 28% en el resto del país.
Nuestra lectura especializada señala al caldo de cultivo del COVID-19 en ocho regiones, incluyendo a Lima y Callao. Además, se identifica en la costa norte : Piura, Lambayeque, La libertad y Ancash ; y en la amazonía : Loreto y Ucayali; las mismas que ya se encontraban altamente vulnerables previamente al arribo del virus epidémico.
Recordemos que años antes, la costa norte sufrió sendos impactos por el fenómeno El Niño y los embates de la epidemia del Cólera, que tuvo sus orígenes simultáneamente en las localidades de Piura y Chancay; y del mismo modo, las localidades de Iquitos (Loreto) y Pucallpa (Ucayali) sufrieron lo propio; a la relación directa antes mencionadas, podemos agregar como causas indirectas a los procesos de inversión dilatados y a los truncos destinados a cerrar las brechas de infraestructura de servicios básicos que culminaron en el ámbito judicial.
Las condiciones y factores ambientales generadas por causas naturales y antropogénicas en Perú, hasta la fecha van ocasionando 92.6 % de muertes atribuidas a la nueva cepa del coronavirus ocurridas en estas ocho regiones de las 25 que con que cuenta el país.

El dato

Se precisa un total de 1627 personas fallecidas  y 58,526 de casos infectados confirmados a la fecha, contabilizados desde el primer caso detectado un 6 de marzo del 2020.

sábado, 25 de abril de 2020

Prevención en cuarentena por coronavirus-El caso peruano

Comentando el aleccionador artículo de Simeon Tegel titulado “Perú actuó rápido, pero igual sufre uno de los brotes más grandes de América Latina y que fuera publicado por Washington post; expresaré seguidamente algunas consideraciones que eventualmente pudieran servir a países sudamericanos en su lucha contra la actual epidemia.

Contagios en cuarentena  

Ante el aumento de nuevos casos en Perú, las personas se habrían contagiado durante una de las cuarentenas más estrictas de América Latina – reza el artículo – y por consiguiente se estaría poniendo en tela de juicio las virtudes de la cuarentena como medio de contención para el caso de la epidemia en curso por el nuevo coronavirus. En ese contexto, se intenta dar algunas razones que respondan a la interrogante del porqué el número de casos de coronavirus reportados en Perú se ha disparado, a pesar de una temprana y decisiva respuesta contra la pandemia, hecho que ha sido ampliamente elogiado a la administración Vizcarra. Ciertamente, con apenas setenta y un casos registrados, Perú fue el primer país latinoamericano en imponer cuarentena obligatoria y cierre total de sus fronteras. Se precisa entonces, la existencia de algunas situaciones que en las cuarentenas no podrían prevenirse. El artículo utiliza elementos periodísticos para resaltar la importancia de los hechos, vinculando en la ecuación a Perú = Lima; Pruebas moleculares + Pruebas instantáneas = Total pruebas de diagnóstico, entre algunos otros; los cuales involucran datos e información para la toma de decisiones en el teatro de operaciones de una guerra frente a un enemigo invisible común que no da tregua. El tema pasa porque no todos los individuos se encuentran en igualdad de condiciones para afrontar una cuarentena y existe un sesgo en la orientación de datos e información dispersa que invita a un escenario brumoso para la toma de decisiones; producto del uso e interpretación de variables dinámicas.
El escenario se sitúa en Lima, que cuenta con el treinta por ciento de la población peruana asentada en menos del tres por ciento del total de su territorio; el setenta por ciento restante de su población está fuera de este concentrado espacio territorial y ciertamente el virus entró por el único aeropuerto internacional que tiene Lima ocasionando un brote que luego pasó a difundirse por el país, llegando con los individuos a distintas comunidades originarias campesinas de la sierra e indígenas en la Amazonía, pero aún no a todo el Perú. La "cultura de la informalidad" ayudó en la rápida transmisión del flujo infeccioso trasladándose desde Lima hasta las áreas insalubres donde se localizan personas hacinadas en extrema pobreza. El aumento de casos confirmados, que en su mayoría se encuentran en la ciudad de Lima, se le atribuye por defecto al incremento de la aplicación de pruebas de diagnóstico. Al 26 de Abril del 2020, con la llegada de nuevos kits, el gobierno nacional peruano reporta 232,747 pruebas desde el inicio de la epidemia (sumadas las 50,316 pruebas moleculares y 181,431 pruebas serológicas o rápidas), habiendo identificado 27,517 casos confirmados con coronavirus en todo el Perú, y de los cuales 17,884 se encuentran en Lima, bordeando el sesenta y cinco por ciento del total de individuos infectados, hecho que reafirma su condición de foco infeccioso como ciudad vulnerable al COVID-19. La evolución de la tendencia epidémica es que Lima que empezó con el 100 % del total de infectados detectados, va reduciendo este porcentaje a 65% y en los focos identificados al interior del país van incrementándose pasados 42 días de declarada la Emergencia Nacional. No se difunde información sobre casos asintomáticos.
Si es que continuáramos con la perspectiva de medir la magnitud de desproporción existente al comparar país con ciudad, tenemos una cifra de 728 fallecidos en todo el Perú atribuido a la cepa del COVID-19 desde que se inició en marzo el brote epidémico, lo que no alcanza a las 731 muertes registradas en sólo un día de Abril en New York. Salvando las distancias de desarrollo económico e infraestructura sanitaria, y si ejercitáramos cálculos para realidades diferentes y forzar equivalencias, tendríamos que Lima es a Perú como New York es a Los Estados Unidos de Norteamérica; en Lima se realiza los mayores esfuerzos para reducir las dos muertes producidas cada hora por el coronavirus para no pasar por la dramática experiencia de tener el episodio de las treinta y tres muertes por hora producidas en New York. Las muertes diarias constituye el mejor indicador para poder medir lo que está sucediendo en esta fase de la epidemia para varios países de América Latina. Una secuencia de las muertes ocurridas en los últimos cinco días en Perú desde el miercoles 22 al domingo 26 es la siguiente : 530-572-634-700-728 ; lo cual arroja el registro de muertes diarias : 42-62-66-28 . A efectos de fidelizar este indicador es preciso el sinseramiento de las cifras para definir el protocolo de levantamiento de datos en cada país, de tal modo que se compatibilicen las estadísticas de los registros de defunciones desde la aparición del caso cero local evitando subregistro o desvíos en muertes por otras patologías,toda vez que en algunos países solamente recogen la data de las personas muertas que dieran positivo en una prueba (molecular o serológica) y sean consideradas como casos confirmados.
En estricto, son discutibles las bases científicas que faculten realizar una operación aritmética o comparar sistemas, grupos o conjuntos que no sean similares para acreditar un conteo de casos como el diagnóstico confirmatorio de infectados. En ese contexto, contrastar resultados considerando el número de casos confirmados de infectados en Perú con Brasil, no aporta mucho en dar mayores luces, habida cuenta de la diferencia sustantiva en la densidad poblacional, toda vez que Brasil tiene una población y territorio del orden siete veces mayor que Perú, hechos que inciden en multiplicidad de opciones de transmisión del virus que podría ser diseminado por individuos asintomáticos.
En este punto, recordemos que para ésta pandemia específica, la enfermedad infecciosa viral es transmitida básicamente por el individuo.
Machu Picchu Pueblo y otras áreas rurales necesitan una estrategia frente al COVID-19 distinta que zonas urbanas 
De igual modo, es difusa la información producida al comparar disimiles sistemas de salud, dispares capacidades de atención, diferentes herramientas e instrumentos de gestión para la atención de la salud de las personas referidas a número de: recursos humanos de salud, camas, unidades de cuidados intensivos, respiradores, muestras tomadas y procesadas, etc., motivo por el cual es necesario aplicar indicadores adecuados para la variopinta realidad de los países de América Latina. Similar escenario de Espacio referenciado Lima-Perú, se encuentran las ciudades de New York – USA, Madrid-España, Guayaquil-Ecuador, entre otras ; que fueron dramáticamente impactadas por la pandemia y que en algunos casos se convirtieron en epicentro del Coronavirus COVID-19 por causas ajenas o colaterales a la cuarentena. Nos queda claro que la cuarentena es un instrumento eficaz y efectivo cuando se aplica oportunamente, sin embargo algunos factores inciden para debilitar su eficiencia; tal es el caso de Lima y otros puntos identificados en territorio peruano : Callao, Tumbes,Piura, Lambayeque e Iquitos. En ésta última ciudad, se repite el sesgo antes explicado, al considerar en los reportes de datos que Iquitos = Loreto, una región amazónica que incorpora la mayor parte del territorio peruano. Dado que los efectos de la cuarentena no resulta siempre igual para los individuos situados en áreas urbanas y rurales, se requieren estrategias diferenciadas adecuadas para manejar la epidemia en comunidades nucleadas y dispersas.A modo de otros ejemplos citaré a comunidades que puedan encontrarse afincados en la Patagonia al extremo austral de Sudamérica (Argentina, Chile); la llanura aluvial del Pantanal (Brasil) y la zona de interacción entre el dominio andino y el amazónico que comprende al santuario histórico de Machu Picchu (Perú).

Más allá del confinamiento obligado

El disparador del número de casos de coronavirus reportados en Perú es el mecanismo de factores acumulados y condiciones agravadas en el tiempo, pues la realidad refleja desigual desarrollo del país, ante una histórica falta de ordenamiento territorial, con marcadas diferencias entre Costa y las demás regiones geográficas y demarcaciones políticas; y entre las zonas urbanas y rurales, provocando grandes desigualdades. El censo nacional de población para los años 1972 y 1993 registraron el orden de 1,5 y 2,5 millones de migrantes respectivamente para Lima Metropolitana- antiguos y recientes- quien ocupó una posición de privilegio en esta situación de desigualdad, en donde la informalidad laboral constituye un importante componente en ese treinta por ciento de la población asentada en Lima de los actualmente 32 millones de peruanos. 
A la concentración poblacional de migrantes en Perú, se suma cerca de un millón de refugiados venezolanos que se localizan mayormente en Lima, incrementando la presión poblacional por los servicios básicos.Además de las deficientes condiciones sanitarias, se mencionó a instituciones públicas débiles y escasa confianza en sus autoridades; en lo que va de la crisis sanitaria y emergencia nacional, sin duda, el Perú ha tenido contratiempos, como los presentados con el sector interior y orden interno que hace referencia el artículo de Tegel, sobre el particular, la administración Vizcarra cambió al Ministro del interior que no estuvo en capacidad de afrontar los retos impuestos por la epidemia, ya antes había hecho lo propio con el titular del sector salud. Probablemente uno de los más importantes desafíos ha sido el reto de mantener la capacidad de atención de algunos peruanos que han estado desacatando la cuarentena, sin embargo esa actitud es sólo la punta del iceberg de un problema de fondo.

Efecto de destilación global que alimenta a los caminantes

El proceso por el cual ciertas sustancias potencialmente contaminantes son transportadas de una región a otra, influye poderosamente en la vulnerabilidad de ciudades como Lima; donde cerca de un millón de personas carecen de agua potable, condición que aumenta el efecto tóxico de los contaminantes acumulados en el tiempo.Hace un cuarto de siglo antes, el suscrito indicaba en una nota periodística publicada en el diario El Comercio de Lima, que el orden de un mil quinientas toneladas de residuos sólidos diariamente no terminaban en los rellenos sanitarios y de esa cantidad quinientas toneladas eran arrojadas al mar; a la par de solicitar el impulso de medidas de control en Lima establecidas en 1991 por la epidemia de El cólera. Un tema álgido en ese entonces fue el uso de incineradores para eliminar el ciclo contaminante de la bacteria que producía El cólera al disponer sanitariamente los residuos sólidos peligrosos de hospitales, situación que aún esta en proceso de mejora para cortar el ciclo contaminante del virus COVID-19. En estas y otras limitantes de los conglomerados de salud privados y públicos se puede apreciar en plenitud el "distanciamiento social" que hace complicado mantener el "distanciamiento físico" en los centros de abastecimiento, mercados populares, centros bancarios y transporte público masivos en los conos de Lima. A esta situación creada, se le añade los focos de contagio producto de la superpoblación carcelaria, donde existe el orden de 97 mil presos hacinados en 69 cárceles del país, muchas de ellas situadas en Lima.Al desaparecer los empleos informales, se afecta la cadena de pagos y se acumulan los sin techo, apesar que se encuentra prohibido los desalojos de las viviendas por falta de pagos. En general no se trata exclusivamente de individuos aprisionados coyunturalmente por la cuarentena en Lima y que tratan de retornar a sus casas al interior del país; los denominados “Caminantes”, constituida inicialmente por cientos de familias que llegaron a Lima para buscar empleo y al verse atrapada por la cuarentena y sin recursos para mantenerse decidieron retornar a sus comunidades de origen; sin embargo, se percibe deseos de una mayor población constituida por decena de miles de individuos que ya no perciben a Lima como una opción de mejora en su calidad de vida. La oposición ve al país con desborde social ante la proximidad del colapso de su sistema de salud tras seis semanas tratando de contener al virus con sucesivas extensiones del periodo de cuarentena, la reciente dispuesta hasta el 12 de mayo inclusive. Es lamentable la posición política asumida por quienes tuvieron la administración de los destinos del país y en su momento hicieron caso omiso a las solicitaciones para mejorar las condiciones sanitarias; en tanto la actual administración ha priorizado la salud de la persona humana y puso en marcha un paquete de ayuda equivalente al doce por ciento del Producto Bruto Interno, que incluye pagos directos a la población. Por otro lado, los medios de comunicación dan cuenta de países que instruyen a sus ciudadanos no viajar a Perú, influenciados por un inadecuado manejo de información.
El problema actual como foco epidémico del COVID-19 es Lima y no es todo el Perú, como debe interpretarse de la lectura de información antes precisada. Esta situación en el país, y especialmente en los puntos calientes de infección como es en el caso especial de Lima,lejos de desanimarnos, nos ha impulsado a buscar distintas soluciones para incrementar progresivamente nuestra capacidad de salir de la crisis sanitaria para que todos los países juntos de América Latina y el mundo, superemos esta difícil experiencia generacional que nos tocó vivir. Por eso muchos investigadores cerramos filas para poder trabajar con un solo norte a fin de alcanzar los objetivos y metas comunes al mas breve plazo, y de esta forma vencer al enemigo común.

lunes, 13 de abril de 2020

Memorial coronavirus 2020 en Perú

En Perú se encuentra en proceso la creación de un comando humanitario de levantamiento de cadáveres producto de la epidemia del coronavirus COVID-19, considerando que “Un grupo va a morir en el hospital, otro en la calle, en albergues o en sus casas” a decir de su ministro de salud. Esta realidad obedece a que la Pandemia llegó a su cuarta fase en el país, es decir fracasó la contención y de la transmisión comunitaria del virus pasó a la transmisión sostenida.
Esto sucede pese al enorme esfuerzo desplegado por la administración Vizcarra, que encontró un sistema de salud vulnerable, con limitados recursos y parte de una población que no termina de entender que no sólo el Perú se encuentra en guerra contra un enemigo invisible y mortal, que cambiará las actividades y costumbres de 32 millones de peruanos.
El número de contagiados ha ido subiendo exponencialmente, aumentando en un día 2936 casos positivos al COVID-19  y llegó el día de hoy a 9784 según informe del presidente Vizcarra. El número de muertes pasó de 181 a 193 decesos ( según reporte de CSSE de la Universidad Johns Hopkins), cifras que en algún modo validan la frase expresada valientemente por su ministro de salud. 

Parte humana de la crisis sanitaria  

Según la Resolución N° 100-2020 del Ministerio de Salud que aprobó la Directiva Sanitaria N°087-2020-DIGESA/MINSA para el manejo de los cadáveres por COVID-19; en ella se establece que los cuerpos de los fallecidos a causa de esta enfermedad sean incinerados en Perú. Sin embargo, la Defensoría del Pueblo peruano advirtió los excesivos precios que estarían cobrando algunos crematorios públicos y privados en Lima y en diversas regiones del país para la incineración de los fallecidos a causa del coronavirus (COVID-19).
Correspondería entonces otorgar digna memoria para identificar espacios donde se desarrolle la inhumación de fallecidos por el virus, pero aún más, la propuesta de Memorial coronavirus 2020 es una forma de guardar para la posteridad los recuerdos de las personas que cayeron en la lucha contra el enemigo, incluyendo los héroes anónimos que estuvieron en sus puestos de combate pero que no pudieron ganar en esta guerra dispareja que continúa.
Los caídos en la guerra frente al coronavirus merecen se les recuerde con dignidad
Este espacio, cercano a lima, donde se localizan la mayor parte de las víctimas en Perú, no solamente serviría a las futuras generaciones para rendir homenaje a los caídos, sino que fundamentalmente podrá para mantener viva la necesidad de rescatar la cultura de la prevención en el país de los incas. La renovada representación del Congreso de la República y líderes políticos del país  ¿tendrían alguna opinión sobre el particular?. 

miércoles, 8 de abril de 2020

Carta abierta al presidente de Perú : Ing. Martín Vizcarra Cornejo

La humanidad entera y todos los países del mundo libre unidos deberán hacer frente al enemigo común.

Señor ingeniero Martín Alberto Vizcarra Cornejo:
Excelentísimo señor Presidente de la República del Perú

Me dirijo a usted como ciudadano peruano, para manifestarle en la mejor de las formas, que en mis investigaciones de las tres últimas décadas y de la revisión en epidemias de siglos pasados, no he visto enfermedad infecciosa tan virulenta que afecte a la salud pública como la producida por la nueva cepa de coronavirus, razón por la cual pido al altísimo que lo ilumine en las decisiones que tome en estos momentos de crisis sanitaria.
La humanidad entera se encuentra en medio de un ataque en progreso por este enemigo universal, que no distingue fronteras políticas ni ideológicas; por consiguiente ninguna persona en el planeta se encuentra libre de una infección o reinfección. En este sentido no caben espacios para los triunfalismos y nadie sobra en esta lucha de largo aliento contra este enemigo común en tanto no se den las condiciones para frenar la transmisión por humanos.
Soportamos el embate de una ola producida por este enemigo invisible y selectivamente mortal  que en situación de pandemia inficiona la patria dejando una estela de muertos que eventualmente podrían contarse por cientos si es que se dejara de utilizar la fortaleza de su gente y la diversidad de pisos altitudinales marcados por el distanciamiento social natural que ostenta su geografía con el sello milenario de los Andes y la cuenca amazónica.
Señor presidente, un hecho irrefutable es que las enfermedades infecciosas constituyen un problema ambiental, pues está probada la conexión entre los nichos ecológicos y las enfermedades que aquejan a las personas. Es en ese sentido que nuestra vulnerabilidad se focaliza en la costa y particularmente en la megalópoli que conforman Lima-Callao.
Hago votos para que no se trate de uniformizar las diversidades mediante esfuerzos legales que pudieran generar frustraciones en este fragor de la batalla, principalmente en las decisiones de extender los espacios de cuarentena que alcance a las poblaciones excluidas geográficamente.   
Por las consideraciones antes mencionadas, invoco a una profunda reflexión respecto al uso de estrategias diferenciadas para espacios diferentes, así como la gradualidad de medidas que se tomen de cara al futuro ya que no cabe duda debería mantenerse la barrera sanitaria con las prácticas de distanciamiento social y cuarentena en aquellos espacios calientes a los efectos de mantener la efectividad de las medidas de contención para luego ir arrinconando los focos infecciosos.
Ante estos hechos, reitero mi absoluto respaldo a las medidas tomadas por vuestra administración para contrarrestar la epidemia y pido que se aplique con estricto apego a Ley, lo establecido para los enemigos de la patria cuando ésta se encuentra en estado de guerra. Nadie puede estar por encima de la Ley y tampoco la impunidad pueda florecer ante los caídos en el frente, ya sean estos miembros del sector salud, fuerzas armadas - policiales o el ciudadano de a pie,  que protege hasta con su vida a sus respectiva familia en la trinchera de su hogar.
Muy Atentamente

Dr Javier Prado Blas 
DNI N° 08186048