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sábado, 13 de junio de 2020

¡ Perú No, Lima podría haberse convertido en epicentro COVID !

A mayor abundamiento de mi última publicación "Efecto COVID-19 en Perú al 13 de Junio del 2020", replico una interesante descripción sobre el particular que bajo el título "El virus exhibe las debilidades de la historia de éxito de Perú" escrito por Mitra Taj y Anatoly Kurmanaev,  el New York Times hace una referencia a una profunda desigualdad y corrupción que frustraron las medidas que el país tomó al preparar la respuesta ante la pandemia del COVID-19 en los siguientes términos :
"El presidente Martín Vizcarra siguió los mejores consejos cuando el coronavirus llegó a Perú. Ordenó uno de los primeros y más estrictos confinamientos de América Latina y lanzó uno de los mayores paquetes de ayuda económica para facilitar a los ciudadanos que se quedaran en casa. Compartió detallados datos de salud con el público, se apresuró a agregar camas y ventiladores a los hospitales y aumentó el número de pruebas.
Con robustas arcas públicas y niveles récord de aprobación, el gobierno centrista de Vizcarra parecía estar bien preparado para enfrentar la pandemia.
Sin embargo, en vez de ser aplaudido como modelo, Perú se ha convertido en uno de los epicentros más críticos del coronavirus en el mundo: sus hospitales están abrumados y la gente huye de las ciudades. La crisis ha estropeado el barniz de progreso económico de Perú, y expuso la desigualdad y la corrupción fuertemente arraigadas que han obstaculizado la respuesta a la pandemia.
“Nos pidieron todos quedarnos en casa, pero hay muchas personas que no tienen ahorros, y eso ha sido imposible. Nos pidieron lavarnos las manos, pero solo uno de cada tres hogares pobres tiene acceso a una red de agua potable”, dijo Hugo Ñopo, investigador en el grupo de análisis Grade. Solo la mitad de los hogares peruanos tiene refrigeradoras, agregó, lo cual obliga a muchas familias a volver a diario a los mercados abarrotados, una importante fuente de contagio.
La tragedia de Perú se desarrolla en medio de una explosión más amplia del virus en América Latina, que de un remanso pasó a ser un epicentro de la pandemia en los dos últimos meses. Cerca de 1,5 millones de personas han dado positivo en la región y los expertos dicen que el número real de infecciones es mucho mayor.
Las cifras siguen aumentando de manera pronunciada y lo peor parece estar lejos de terminar. Con el invierno a punto de llegar en la parte sur de la región y la temporada de huracanes en el norte, la Organización Mundial de la Salud advirtió esta semana que las condiciones climáticas adversas podrían llevar a un nuevo aumento de las infecciones y entorpecer la respuesta a la pandemia.
Perú tiene alrededor de 6000 muertes confirmadas de la COVID-19 y más de 200.000 infecciones, y los expertos dicen que las cifras se quedan cortas al reflejar la verdadera dimensión de la tragedia. En mayo, la tasa de mortalidad en Perú —por todas las causas— fue el doble que el promedio de los últimos años, según los datos recopilados por The New York Times, lo que sugiere un número de muertes por coronavirus de dos a tres veces la cifra confirmada por laboratorio. Muchos pacientes con síntomas fallecen sin que se les haga una prueba.
La ferocidad del brote de la enfermedad en Perú rivaliza con la del vecino Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro —a diferencia de Vizcarra— ha ignorado en gran medida los consejos de los especialistas y se ha rehusado a tomar medidas para controlar el contagio.
“Los resultados no han sido los que exactamente esperábamos”, dijo Vizcarra el mes pasado. “Esta no es solamente una crisis de salud, es una crisis social y económica sin precedentes”.
Antes de la pandemia, las cosas estaban mejorando para Eduardo José Domínguez, de 29 años, quien administraba una tienda de sándwiches en las afueras de Lima, la capital de Perú. Pero cuando la tienda se cerró por el confinamiento, él tomó trabajos ocasionales como carpintero o vigilante nocturno para pagar las cuentas, y trabajó unas 15 horas al día hasta que se puso tan enfermo con los síntomas de la COVID-19 que apenas podía caminar.
“Solo quería dar sustento a su familia”, dijo su esposa, Ana Ponte.
Durante días, dijo, solicitó ayuda médica mientras su esposo se iba quedando sin aliento por falta de aire, pero le dijeron que los hospitales no estaban admitiendo nuevos pacientes. El día que murió, ella intentó en vano reanimarlo, mientras esperaba una ambulancia que llegó demasiado tarde.
El rápido descenso de Perú —de historia de éxito a calamidad regional— ha desanimado a sus 32 millones de habitantes y provocado un examen de conciencia nacional.
Años de fuerte crecimiento económico impulsado por las exportaciones mineras y agrícolas, así como por políticas financieras prudentes, habían convertido al país en una rara estrella en el horizonte de estancamiento latinoamericano. Bajo una serie de presidentes proempresariales, millones de peruanos escaparon de la pobreza en este siglo, lo que les permitió enviar a sus hijos a escuelas privadas, instalar agua potable o iniciar pequeños negocios.
Pero el confinamiento ha expuesto la fragilidad del progreso económico de Perú, dijo Pablo Lavado, economista de la Universidad del Pacífico en Lima. Dos décadas de crecimiento económico elevaron muchos ingresos pero no abordaron la profunda desigualdad y trajeron pocos empleos estables y poca inversión en atención médica, lo que redujo la efectividad de las medidas contra la pandemia del presidente Vizcarra.
Lavado dijo que muchos peruanos se encuentran en la misma situación que Domínguez: obligados a correr el riesgo de contraer el coronavirus en lugar de quedarse en casa y caer en la pobreza y el hambre.
“En Perú nos congratulábamos por empezar a ser un país de clase media”, dijo. “Pero resulta que es una clase media muy vulnerable, muy frágil”.
Otro obstáculo ha sido la corrupción arraigada que Vizcarra prometió enfrentar cuando asumió el cargo hace dos años. Tres ex presidentes de Perú han estado en la cárcel en relación con una investigación en curso sobre sobornos, al igual que la líder de la oposición. Otro ex presidente se suicidó el año pasado para evitar ser arrestado y otro más está encarcelado después de múltiples condenas por violaciones a los derechos humanos, malversación de fondos y abusos de poder.
Los fiscales anticorrupción han abierto más de 500 investigaciones desde que comenzó el confinamiento, el 16 de marzo, y a menudo investigan informes sobre funcionarios que se embolsaron dinero destinado a ayuda alimentaria o equipos de protección personal. Más de veinte casos tienen que ver con la policía o las fuerzas armadas.
Los programas de ayuda no han llegado a muchas de las personas que los necesitan. Sin trabajo y temerosos del virus en las ciudades abarrotadas, decenas de miles de peruanos han regresado a sus pueblos de origen, muchos de ellos a pie. Algunas personas han empezado a mendigar de puerta en puerta.
Entre los más vulnerables está el casi millón de migrantes venezolanos que desde 2016 habían llegado en masa a Perú desde su devastada tierra natal en busca de mejores condiciones de vida. No son candidatos para recibir los estipendios del gobierno y carecen de redes familiares cercanas en las cuales apoyarse, por lo que miles de ellos han emprendido el arduo viaje a pie de regreso a Venezuela.
Domínguez, quien llegó a Perú hace dos años, estaba entre los venezolanos que se quedaron.
Había ganado lo suficiente como para que él y Ponte tuvieran un segundo hijo el otoño pasado, una decisión que habían pospuesto durante años. Este año planeaba visitar Venezuela con sus primos, ansioso por presentarles a su hijo recién nacido.
Cuando una ambulancia llegó a su casa, minutos después de su muerte, los médicos le dijeron a Ponte que no disponían de pruebas para confirmar si tenía coronavirus; su esposo sería uno más entre las legiones de posibles víctimas no incluidas en el recuento oficial. Y dijeron que no tenían dónde almacenar su cuerpo.
“La ayuda no llegó. La ayuda no llegó. Yo lloraba a gritos y nadie vino”, dijo Ponte, mientras lloraba y el cuerpo de su esposo yacía en una bolsa afuera de la habitación donde estaba sentada en una cama con su hijo de diez años y su bebé de ocho meses". 

lunes, 1 de junio de 2020

Crisis de mortalidad en el tiempo _ COVID-19

El estudio de las grandes crisis de mortalidad que afectaron a las sociedades del pasado para entender la mortalidad por COVID-19 debe ser transdisciplinario y sustentarse en diversas fuentes que permitan observar el fenómeno desde distintas perspectivas.
La data existente de pandemias pasadas ilustran la sensibilidad e importancia del indicador de fallecidos.

Fallecidos por COVID-19 en Perú

¿Cuántos habitantes había en Perú y cuál fue la cantidad de fallecidos por causa del COVID-19 en el año 2020?. Para responder estas preguntas, podemos usar los últimos datos censales de 2017 (Censos Nacionales 2017_XII de Población_VII de Vivienda_III de comunidades indígenas) y las actas de defunciones del Sistema Informático Nacional de Defunciones. 
La información oficial indica que al primero de Junio del 2020 se produjeron 4634 fallecidos en todo el territorio nacional por causas atribuidas al coronavirus y de ésta cifra, 1786 corresponden a Lima. De otro lado, diversos investigadores y consultoras, indican otras cifras que triplican la precitada cifra. 
El diario Gestión, publica que más de 17,000 decesos por COVID-19 habrían ocurrido entre abril y mayo en Perú 
Lo cierto es que pueden haber diversas estimaciones, pero lo sustantivo es que exista un alineamiento en las cifras a los efectos de afinar tan importante indicador en el país andino-amazónico que permita georeferenciar esta data en zonas en las que haya encontrado los 170,039 casos diagnosticados positivamente de COVID-19.

Necesidad de información oficial confiable

El primero de marzo del 2020 , publiqué en “Información oficial y oportunamente socializada del COVID-19",indicando la necesidad de manejar información oficial confiable y oportunamente socializada sobre los hechos científicos para que se pueda determinar con precisión los riesgos que corre y adoptar precauciones razonables en diversos países del planeta , incluyendo a países de Latinoamérica como es el caso de Perú, para evitar el estrés y ansiedad que producen daños económicos colaterales por el brote epidémico.
Los niveles de riesgo de una mayor morbimortalidad dependerá del lugar en el que vivan las personas o de los lugares a los que haya viajado recientemente. En ese sentido el riesgo de infección es mayor en las zonas donde existan sub registros de las defunciones, como sucede en la periferia de áreas urbanas y zonas dispersas de los ríos en la amazonía.
A modo de ejemplo puedo citar los casos de las localidades de Cabo Pantoja (frontera con Ecuador) ubicada a orillas del río Napo y Santa Rosa de Yavarí, una isla fluvial del río Amazonas , ambas situadas en Loreto – Perú, cuya población infectada con el COVID-19 es transfrontera, dada su proximidad a áreas urbanas infectadas en Ecuador y Brasil respectivamente, pues ambas localidades se encuentran bastante alejadas de la zona caliente de Iquitos y el tránsito comercial vía fluvial a esa zona urbana fue  cortada. 

El Dato

Sólo Lima (Perú)  presenta las defunciones anuales siguientes: 28.608 (2017), 33.317 (2018), 34.875 (2019) y 26.838 (periodo Enero-Mayo del 2020) para el año con presencia del COVID-19 desde el 6 de Marzo. 

domingo, 12 de abril de 2020

Resistir y mantenerse vivos hasta encontrar solución al COVID-19

Ya anteriormente expliqué el hecho que la humanidad entera se encuentra en medio de un ataque en progreso por este enemigo universal, que no distingue fronteras; asimismo indiqué que las enfermedades infecciosas constituyen un problema generado por la degradación ambiental, pues si revisamos las investigaciones sobre los orígenes de las enfermedades infecciosas virales  COVID-19, VIH , Ebola… que afectan a la especie humana, apuntan a la conexión de animales con nichos ecológicos impactados  por la presión demográfica que convierte las zonas rurales en áreas urbanas y megaciudades. Estas últimas son las áreas metropolitanas con más de diez millones de habitantes (New york, Madrid, Lima…) ; en este escenario de transmisión sostenida, debe entenderse claramente que el enemigo invisible está presente allí donde existe el ser humano, haciendo estériles los esfuerzos de distanciamiento social y/o cuarentena, si es que no se cumple con el trabajo solidario de eliminar al enemigo común.
La morbi-mortalidad por COVID-19 en áreas rurales son menores que en megaciudades
Los países del mundo y en Sudamérica por cierto, aspiran salir de esta guerra con la menor cantidad de bajas, ya sea muertos o dañados tras el paso del virus que inficiona la región. Es conocido que los recursos con que cuentan los países no son suficientes para afrontar una demanda instantánea y simultánea de enfermos, hecho que podría hacer colapsar no solamente los servicios de salud, sino de los servicios funerarios, crematorios y colaterales.
A la fecha, Sudamérica en pocos meses supera los cuarenta y ocho mil infectados y se aproxima a dos mil muertos en la región. Esta cifra irá incrementándose en la medida que no se internalice en toda la sociedad latina que la guerra la debemos ganar juntos.
Algunos miran como una solución a los billones de dólares que se vienen invirtiendo en la obtención de la "opción de la vacuna efectiva contra el COVID-19", pero ésta , en el mejor de los casos se podría obtener pasados varios meses, sin perjuicio del tiempo que demoraría en producirse el stock de millones de vacunas para distribuir y "vender" a los países del planeta. Otros piensan que la muerte no va a pasar pues ampliando la cobertura de respiradores artificiales en unidades de cuidados intensivos de los servicios de salud, superarán  al virus.
La respuesta es relativa, toda vez que no se trata de una máscara de oxígeno puesta en la boca mientras el paciente espera el tratamiento pensando porque hizo caso omiso a la cuarentena indicada por las autoridades. El proceso requiere de una entubación que se hace bajo anestesia general a efecto de proporcionar una ventilación invasiva para el COVID-19 , el protocolo a seguir considera días sin moverse, con un tubo enterrado en la boca hasta la tráquea y que le permite la respiración mecánica al ritmo del respirador al que está conectado para oxigenar su organismo. El paciente no puede desarrollar sus actividades normales en forma natural, eso implica que no le es posible hablar, comer, miccionar excretar, ni hacer nada de manera natural. Se contempla un coma inducido con sedantes y analgésicos para evitar la molestia y el dolor que implica  tolerar al tubo durante todo el tiempo que el paciente requiera el respirador artificial. Transcurridos los días en un paciente joven la pérdida de masa muscular es del orden del cuarenta por ciento y el impacto asociado a traumatismos de la boca o de las cuerdas vocales, todo ello sin perjuicio de eventuales daños residuales por fibrosis pulmonar, insuficiencia hepática, encefalitis… dañados pero salen vivos. Sin embargo las posibilidades que puedan resistir este proceso las personas ancianas y/ o debilitadas en su sistema inmunológico por enfermedades preexistentes al COVID-19, son muy escasas.
Por consiguientes, reitero mi expresión que “En tanto no se elimine la causa (COVID-19), seguirá latente el riesgo de infección, motivo por el cual los países deben ser solidarios entre sí para eliminar al enemigo común”.

sábado, 4 de abril de 2020

Verdad y honestidad en el retraso de los efectos del COVID-19

En mi última presentación sobre el buen manejo de variables tiempo y espacio para contener al COVID-19, indiqué que la clave es actuar proactivamente al manejar las variables tiempo y espacio en todas las áreas que intervengan para frenar olas similares que distorsionan la actividad humana; lo cual produjo algunas interrogantes por parte de ilustres colegas que paso a explicar a continuación.

Decisiones difíciles por delante y sin respuestas fáciles

El futuro es incierto y difícil de predecir por cuanto existen una serie de variables que la humanidad aún no llega a manejar, sin embargo, estamos en la capacidad de hacer esfuerzos prospectivos para llegar a buen puerto en esta empresa, donde se encuentra involucrado el planeta todo, y particularmente los países de esta parte del continente americano.
Hablé entonces de disciplina social integrada a valores de una sociedad solidaria y tolerante, que demanda una real y efectiva planificación para el control de transmisión de una enfermedad infecciosa.Sin embargo, esta planificación debe sustentarse sobre la verdad de los hechos, la honestidad en el manejo de datos transformados en información científica y no basada en sesgos, subregistros y rumores alarmantes que responden a intereses de colectividades y no al bien común. Entonces el contagio del temor y el miedo se transforman en pánico de masas que duplica esfuerzos, alarga procesos y divide a las naciones.
La comunidad mundial debe reflexionar , en la mejor de las formas , que para salir pronto de esta Pandemia se hace necesario desplegar máximos esfuerzos encaminados a preservar la salud pública de todos los Estados aplicando la cooperación internacional en la solución de este problema transfrontera causado por el COVID-19.

De la teoría a la praxis para retrasar los efectos de la Pandemia

Para explicar este proceso, citaré el artículo titulado "Un llamado a la honestidad en el modelo de Pandemia" publicado en Medium. En el precitado artículo la bióloga molecular Maria Chikina de la Universidad de Pittsburgh y el matemático Wesley Pegden de la Universidad Carnegie Mellon, analizan la premisa de que "si podemos permanecer en el interior, practicar el distanciamiento social extremo y, en general, bloquear partes no esenciales de la sociedad durante varios meses", entonces muchas muertes por COVID-19 pueden prevenirse ". Sobre el particular, rescatando una característica inevitable de los modelos realistas de epidemias, señalan que "La duración de los esfuerzos de contención no importa si las tasas de transmisión vuelven a la normalidad cuando finalizan, y las tasas de mortalidad no han mejorado. Esto se debe simplemente a que , mientras una gran mayoría de la población no esté infectada, levantar las medidas de contención conducirá a una epidemia casi tan grande como sucedería sin tener mitigaciones". Dicho de una forma mas coloquial : "una vez que las tasas de transmisión vuelvan a la normalidad, la epidemia continuará en gran medida como lo habría hecho sin mediar mitigaciones, a menos que una fracción significativa de la población sea inmune (ya sea porque se han recuperado de una infección o porque se ha desarrollado una vacuna eficaz), o porque el agente infeccioso se ha eliminado por completo, sin riesgo de reintroducción." Adicionalmente consideran que "A medida que los esfuerzos de mitigación disminuyan, todavía veremos una epidemia a gran escala, ya que casi ninguna de la población ha desarrollado inmunidad al virus". 
En estricto las conclusiones de modelado indican que "La duración (Tiempo) de los esfuerzos de contención no importa si las tasas de transmisión vuelven a la normalidad cuando finalizan, y las tasas de mortalidad no han mejorado. Esto se debe  a  que mientras una gran mayoría de la población no esté infectada, el levantamiento de las medidas de contención conducirá a una epidemia casi tan grande como sucedería sin tener mitigaciones".  
Otro detalle a tomar en consideración, son los reportes periódicos del estado de situación del avance de la Pandemia socializadas a través del ciberespacio. 
En el siguiente cuadro se puede apreciar información del momento actual en algunos países de latinoamérica, cuya dinámica obedece a las distintas respuestas en función a sus particulares realidades de salud pública.

Datos reportados por los países que son validados como información para toma de decisiones
Se visualiza importantes contrastes en resultados de los hechos, donde en algún caso se podría aplicar la extensión de los análisis desprendidos del modelo precitado :
Ocultar las infecciones en el  tiempo futuro no es lo mismo que evitarlas.
►No es una "cura" sino más bien un retraso de lo inevitable.
No se debe engañar al público presentando historias con falsas esperanzas para motivar el comportamiento a corto plazo; entre otros. 
Por las consideraciones antes expuestas y siguiendo el orden de ideas a los efectos del buen manejo de las variables tiempo y espacio, se aspira poder lograr un consenso científico respecto a la naturaleza del COVID-19, el tratamiento de sus víctimas, su cura y rehabilitación; para que una vez superado este periodo, los esfuerzos de focalicen en reducir los tiempos que demore (meses o tal vez años) la reconstrucción de los países y regiones en los cinco continentes.

viernes, 27 de marzo de 2020

Descifrando enigmas del Coronavirus COVID-19

Con sólo ochenta y nueve días desde su aparición en China y debido a las mutaciones antigénicas del coronavirus covid-19 se considera un nuevo virus para los humanos, la población mundial en general carece de inmunidad contra la nueva cepa. Además, hay más de una ruta de transmisión para este virus. Al igual que el coronavirus del Severe Acute Respiratory Syndrome-SARS que causó el brote epidémico en 2003, es probable que el nuevo coronavirus covid-19 tenga hospedadores intermedios entre humanos aún no descifrados científicamente, que varía en función al escenario donde se desarrolla. Estos factores provocaron que el nuevo coronavirus se volviera epidémico y por consiguiente susceptible de ser investigado para ver su comportamiento en función a su evolución en el tiempo. Al día 26 de marzo del 2020 pudo extenderse en ciento noventa y nueve países, haciendo un total de 465,915 infectados con casos confirmados y dejando 21,031 muertos.

Explosiva expansión

Hasta el 20 de Enero del 2020, solamente cuatro países presentaban dentro de su territorio al covid-19 y después de transcurridos sólo sesenta y seis días se transmitió a ciento noventa y cinco países con diferentes niveles de contagios, incidiendo especialmente en algunas ciudades con características similares que causaron una transmisión más rápida del virus que en otros lugares de cada país. Estas características son determinantes para el contagio : alta densidad demográfica y la mayor conectividad permitiendo el desplazamiento masificado de individuos.
Áreas rurales de baja densidad y sin mayor desplazamiento poblacional son menos vulnerables al covid-19 

Proceso de contención 

Se considera a Corea del Sur, como uno de los casos exitosos de contención del covid-19 aplicando pruebas masivas que permitieron detectar y aislar a tiempo a los infectados; sin embargo, la mayoría de países no tuvieron acceso inmediato a efectos de coberturar las pruebas necesarias para evaluar a todos los potenciales infectados, haciendo que el distanciamiento social y/o aislamiento social obligatorio se constituya en la medida mas eficaz que se haya aplicado en seguridad y salud pública para tratar de contener la epidemia en proceso. De otro lado, se debe tener muy en cuenta que el coronavirus covid-19 sufrió mutaciones antigénicas, por ello la variabilidad en el período de incubación del virus es algunas veces tan corto como un (01) día, pero generalmente se considera que no supera los catorce (14) días ; asimismo en algunos casos reportados tuvieron un período de incubación de hasta veinticuatro (24) días.

Necesaria investigación para evitar otras formas de transmisión

El covid-19 se transmiten principalmente por gotitas en la transmisión por vía aérea y también se pueden propagar a través de la ruta fecal-oral, toda vez que el nuevo coronavirus covid-19 vivo se ha detectado en heces de pacientes identificados como casos confirmados como positivos, lo que sugiere la posibilidad de transmisión fecal-oral. La incidencia de infección por el coronavirus es frecuente en invierno y primavera.
Este riesgo se incrementa en países que tienen problemas con el tratamiento de sus aguas residuales y que en épocas de estiaje, utilizan las aguas residuales sin tratamiento para lavar y/o regar plantas de tallo corto para consumo humano. En este sentido se hace necesaria más investigaciones científicas y pruebas para confirmar esta ruta y los niveles de riesgo que constituyen estas prácticas.

Evolución del covid-19 en Perú

La tendencia mundial para el contagio del virus se replica en Perú , que de los 580 casos reportados como confirmados infectados , 468 se encuentran en Lima-Callao, haciendo un total de ochenta  (80%) por ciento de los casos confirmados existentes en el país. Perú es un país en donde la mayor concentración poblacional y conectividad se encuentra en localidades ubicadas en su región geográfica costa y particularmente en Lima. Es probable que al aumentar el número de pruebas masivas y agilizar el diagnóstico, así como la proximidad de fiestas por semana santa, se evidencie un eventual incremento en el número de casos positivos; motivo por el cual se amplió a un total de veintiocho días calendario el aislamiento obligatorio hasta el 12 de abril del 2020.
Actualmente en el país, se cree que la ruta principal de transmisión que se viene dando es a través de gotitas y contactos respiratorios, pero existe el potencial riesgo de transmisión fecal-oral, para el cual deberá tomar las medidas preventivas que corresponda.

domingo, 8 de marzo de 2020

Desinformación y pánico afectan más que Coronavirus (COVID-19)

Antecedentes

La humanidad pudo superar históricamente enfermedades que produjeron desde muchos siglos atrás hasta nuestros días, pandemias documentadas tales como : Peste, Viruela, Cólera, Lepra, Rabia, Sífilis, Malaria, Polio,TBC,SIDA, Ebola, (...) afectando en diversos grados y magnitudes a la región de las Américas y particularmente a países amazónicos como el Perú con enfermedades virales metaxenicas como la Fiebre amarilla, Dengue, (...) y virales exantemáticas como Sarampión. El hecho es que en poco más de los últimos dos siglos (Lapso de 1800 a 2020), la población mundial pasó de 910 millones  a 7,700 millones de habitantes.

Desinformación que crea pánico

Existe un grave problema en relación con el COVID-19, pues se dicen muchas cosas sobre el coronavirus - principalmente parciales e incorrectas -  que buena parte de los medios masivos de comunicación propalan con versiones de "especialistas" y "políticos" que agregan dramatismo y crean un pánico inútil, distorsionando en no pocos casos la información difundida por OMS.
El problema no es el idioma, ni el mensaje técnico-científico particularmente publicado en un país, sino ; en la confusión galopante de la comunicación pública que mezcla las etapas donde se encuentra la evolución de la enfermedad infecciosa en un determinado espacio geosocial.

La enfermedad viral infecciosa evoluciona acompañando al ser humano 

El COVID-19 se trató de manejar inicialmente en la fuente del paciente cero -identificado en China- por lo cual se implementó un prudente cerco sanitario, sin embargo, éste cerco fue superado en razón a la existencia de pacientes asintomáticos. Una vez cruzadas las fronteras, absolutamente todos los casos son importados y éstos se transmiten en función a los factores antropogénicos y condiciones ambientales en donde aterriza el ser humano; es así que se propagó hasta la fecha en 104 países del planeta con mas de cien mil casos. 
Una vez diseminada la enfermedad en una localidad, las estrictas barreras sanitarias impuestas en puertos y aereopuertos devienen en estériles ; lo que implica aplicar una estrategia de intervención apropiada para esta etapa subsecuente de la enfermedad.
Aplicar una medida ineficaz en éste escenario, causará perjuicios económicos inicialmente a las compañías de transporte aéreo y marítimo, pasando luego afectar a todo el sector turismo en zonas focalizadas y endémicas.

De las medidas de prevención y precaución

Sin perjuicio de aplicar cuarentena para evitar que se extienda el COVID-19, las medidas a ser aplicadas dependerá del estado de situación de salud en que se encuentra la ciudad, toda vez que el comportamiento del virus estará en función a sus características sui géneris.
En este contexto, es fundamental el sinseramiento del diagnóstico de riesgo y garantizar que los ciudadanos se mantengan oportunamente informados de los riesgos actuales y potenciales. 
Por citar algún caso, tenemos que la inadecuada información transmitida a la población de una determinada localidad situada en una cuenca  o ecoregión, que pudiera estar en época de estiaje y en presencia de elevada temperatura climática, generará problemas de acceso y disponibilidad al agua. Así, el mensaje de lavado frecuente de manos tendrá que estar acompañado de alternativas para atender una mayor demanda del servicio por el incremento de almacenamiento. Incrementar temores en la población limitará el acceso a productos de desinfección y accesorios de protección como es el caso de las mascarillas faciales, filtros de aire; restricciones en uso de transportes masivos, condicionamiento a la asistencia para espectáculos públicos en ambientes cerrados; entre otros.
Las máscaras y filtros serán efectivos si están operativos en casos específicos.

Actuación del Estado frente a grupos vulnerables

La actuación del Estado en sus diferentes niveles de gestión, deben implementar medidas de acción oportunas para la atención de la salud integral frente a las particulares características del COVID-19 y el ecosistema donde se encuentre focalizado. Sin perjuicio a la atención de los casos en pacientes identificados, se debe prestar atención especial a los grupos vulnerables que constituyen los seres humanos con el sistema inmunológico afectado, especialmente de ancianos, a los cuales se les debe como prioridad estimular hidratándolos, proporcionándoles alimentos y frutas con alto índice de vitamina C, entre otros. Es necesario entonces respetar los derechos humanos y rescatar los valores de integridad, solidaridad, cooperación, compromiso  y empatía para quienes vienen siendo  afectados  y a los que atacará el COVID-19.
Controlar enfermedades infecciosas es posible sin soslayar una correcta información.