Powered By Blogger
Mostrando entradas con la etiqueta Estado de emergencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Estado de emergencia. Mostrar todas las entradas

jueves, 8 de junio de 2023

Día del Ingeniero en Perú & Estado de emergencia por fenómeno El Niño

En el Perú actualmente hay más de 290 mil ingenieros colegiados. Todos los 8 de junio de cada año a partir del 1987 se conmemora oficialmente el Día del Ingeniero Peruano, fecha que coincide con la creación del Colegio de Ingenieros del Perú (CIP).
El CIP tuvo sus albores en la Primera Conferencia Nacional de Ingeniería, realizada en 1932 por la Sociedad de Ingenieros del Perú. Fue un 8 de junio de 1962 cuando se promulgó la Ley N° 14086, que crea el Colegio de Ingenieros del Perú. La norma fue firmada por el entonces presidente Manuel Prado.
Posteriormente, un 20 de enero de 1987 el Congreso aprueba la Ley N° 24648, derogándose la Ley N° 14086. En esta norma - firmada por el entonces presidente de la comisión permanente del Congreso de la República don Armando Villanueva del campo - en su disposición final, declara el 8 de junio como el Día del Ingeniero, fecha de promulgación de la Ley de creación del Colegio de Ingenieros del Perú.

Retos y desafíos actuales de los Ingenieros en Perú

Hoy, 8 de Junio del 2023 se publicó el DS N° 072-2023-PCM declarando en estado de emergencia a quince (15) departamentos del país, dado el peligro inminente ante intensas precipitaciones pluviales (periodo 2023-2024) y posible Fenómeno El Niño.
Las diecinueve especialidades vinculadas a la ingeniería quedan notificadas y atentas a las disposiciones que emanen del ejecutivo peruano para atender a más del sesenta por ciento (60%) del territorio nacional que se encuentra en Estado de Emergencia, contando con algunos departamentos en estado crítico como es el caso del departamento de Piura.
La ingeniería trasciende fronteras y camina a la velocidad de los adelantos científicos.
En este contexto, 250 mil ingenieros a nivel nacional y entre 120 y 130 mil a nivel de Lima, se encuentran operativos y desplegados para atender las solicitaciones de la administración actual del estado peruano, a fin de oportunamente coadyuvar en aplicar las medidas preventivas que correpondan.

domingo, 27 de diciembre de 2020

Atención temprana para mejorar salud de poblaciones e inversiones mineras

Nos encontramos cerrando el año 2020 y el supremo gobierno emite el Decreto Supremo N° 204-2020-PCM, declarando en Estado de emergencia por sesenta días calendario diversos distritos y provincias en el Departamento de La Libertad ante la contaminación de aguas superficiales del rio Moche.
Esta emergencia se suma a otras tantas que en forma recurrente se vienen estableciendo como consecuencia de focos de contaminación, tanto de origen natural como antrópico, ocurridas en en diversas cuencas del país.
La contaminación de aguas subterráneas, también fueron motivo de atención antes, para la declaratoria de emergencia contemplada en el Reporte N°01-2019/SC/MCLCP en la Región Lambayeque, así como la dinámica efectuada en el centro poblado Yacango - región Moquegua, por citar algunos casos presentados en los últimos años.
La capacidad de respuesta del Estado empírico, no es la adecuada en distintas regiones, muchas de las cuales se tornan ralentizadas por intereses que buscan satanizar a la gran minería.   
La contaminación del agua en Sierra peruana debe ser mitigada para evitar escalada de conflictos sociales.

A modo de repaso

Cabe recordar que el Estado, en sus tres niveles de gestión - incluyendo al actual gobierno de transición- dinamicen su capacidad de respuesta frente a una realidad que viene afectando a miles de ciudadanos en centros poblados que requieren mejorar su administración del agua para consumo humano; con mayor énfasis para espacios geosociales que mantienen factores y condiciones inadecuadas que terminan por afectar el sistema inmunológico de los seres vivos, impacto que estaría alineado con el reconocimiento por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) frente al COVID-19, al que considera como un eventual mal endémico en algunas partes del planeta.
El Perú se encuentra a ciento diez días de las Elecciones Generales del 2021 y cuenta con diversos personajes que aspiran a suceder en el cargo al presidente Sagasti, en ese sentido habría que preguntarles  a los candidatos respecto a sus 
por sus planes de gobierno para resolver el problema de la contaminación por metales pesados presentes en agua de consumo humano y otros usos para la costa peruana y en diferentes cuencas afectadas en territorio nacional.

Algunos antecedentes

  • En “Falta de agua y saneamiento en todo el país por corrupción”, (27/1/2017) hice referencia a las expresiones de un expresidente de la República peruana que hoy se encuentra con mandato de detención domiciliaria, quien señalara “Si no hubiera corrupción en el Perú del pasado, ya tendríamos agua potable en todo el país, pero se llevaron la plata”, agregó también que estos actos de corrupción se castigará a todos, incluyendo a las empresas. Pasados los años no se aprecia tales sanciones y si los impactos generados por la inacción. Indiqué que el endeudamiento del país para el proyecto en cuestión se terminará pagando el año 2021, según lo estipulado en el artículo 1° del DS N°128-96-EF. El procurador de la Contraloría de ese entonces, denunció a funcionarios de menor nivel por los presuntos delitos de aprovechamiento indebido del cargo y omisión, rehusamiento o demora de actos funcionales. El caso se ventiló en el Quinto Juzgado Anticorrupción de Lima.
  • En “Disponibilidad y acceso al agua en Perú” (11/3/2017) precisé que después que en el período 2009 al 2014, el Gobierno Central transfiriera a las EPS el orden de 18 mil millones de soles, la calidad de los servicios no mejoró, por lo que emitió el Decreto Legislativo Nº 1280, con el propósito de fortalecer la autonomía de las EPS y lograr una gestión con indicadores de eficiencia institucional en favor de la población.
  • En “Contaminación bacteriológica y química del agua en el Perú” (12/6/2018) explique con algún detalle sobre la escasez del agua que se agudizarán por los niveles de contaminación de los recursos hídricos en diversas cuencas del país.
  • En “Agua contaminada con arsénico en costa peruana”(26/10/2020), expliqué el problema agudo del incremento de la contaminación del agua en la franja costera peruana, el cual se va tornando en mal crónico ante la pasividad de un Estado empírico al que le falta reflejos para gestionar adecuadamente este recurso hídrico tan importante para la salud pública. 

jueves, 5 de noviembre de 2020

Vacancia presidencial y el fenómeno La Niña en Perú

En tanto que el Congreso de la República del Perú se encuentra abocado a resolver el segundo pedido de vacancia presidencial planteado a la administración Vizcarra, se tiene en agenda pendiente - desde el 22 de octubre del 2020 – las acciones que debieran implementarse según lo dispuesto por el Decreto Supremo N° 171-2020-PCM por el cual se declaró el Estado de Emergencia en varios distritos de algunas provincias de los departamentos de Puno, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Ica, Moquegua y Tacna, por peligro inminente ante periodo de lluvias 2020-2021.
Sería importante conocer el nivel de ejecución de las acciones de prevención previstas para el plazo de sesenta (60) días calendario, lo cual responde a la alerta temprana expedida por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), quien reportó que el fenómeno de La Niña se ha desarrollado de una escala moderada a fuerte en el océano Pacífico ecuatorial, central y oriental.
Asimismo, cabe la posibilidad de que La Niña persista hasta el primer trimestre del 2021, con una probabilidad del 55%.
Países sudamericanos se encuentran intensificando las medidas preventivas ante las fuertes lluvias y la posible llegada de deslizamientos o inundaciones que se pueden presentar en algunas regiones del país, debido al fenómeno de La Niña.
Por su parte, el Instituto Geofísico del Perú (IGP) advirtió que existe un 33 % de probabilidad de que se den las condiciones para La Niña entre diciembre de 2020 y marzo de 2021; motivo por el cual es altamente recomendable el seguimiento a la ejecución-Física y presupuestal- de medidas y acciones de excepción, inmediatas y necesarias de reducción del muy alto riesgo existente, así como de respuesta y rehabilitación de presentarse el caso.

viernes, 19 de junio de 2020

Círculo vicioso insostenible del sector sanitario en Perú

Los monopolios -en latinoamérica y particularmente en Perú- no son malos lo que definitivamente no resulta apropiado es el conjunto de acciones anticompetitivas que conlleven a sostener el monopolio en el tiempo. Perú, al 19 de Junio del 2020 se coloca entre los siete países del planeta con mayor casos confirmados con COVID-19 según el CSSE de la universidad Johns Hopkins, hecho que ilustra la gravedad del impacto de la pandemia en este país. El artificio creado por la emergencia sanitaria soslayando subsidiariamente la actividad empresarial del Estado, directa o indirecta, por razón de alto interés público o de manifiesta conveniencia nacional, se pone en evidencia. 
Sobre el particular, un descarnado reporte del Washington Post bajo el título "La increíble traición de los negocios sanitarios en el Perú" se ocupa del problema vigente en los siguientes términos:
"En el Perú, el sector sanitario privado parece haber hecho suya la paparruchada insostenible que repetía hace unos días una mediática periodista local en Twitter: “El afán de lucro mueve al mundo”, para mostrar su cara más inhumana. Los sucesivos escándalos protagonizados por clínicas, farmacéuticas y proveedores de insumos sanitarios, todos de capital privado, han dejado en claro, además, que el modelo liberal del “sálvese quien pueda (pagarse el seguro privado)”, también es una falacia, porque cuando más las necesitaban, estas empresas han cometido un pecado mortal en el ideario libremercadista: han traicionado a sus propios clientes.
Una historia de capitalismo global, como cualquier otra: en 1986, en Lima, se crea un barrio llamado Las Torres de Limatambo —algo parecido a lo que se conoce en Europa como viviendas de protección oficial o the projects en Estados Unidos—. La flamante farmacia de mi barrio, se llamaba Botica Torres de Limatambo (conocida después como BTL). Durante los 90, ese negocio familiar prosperó hasta convertirse en una cadena importante de farmacias en la ciudad. En 1999 la cadena fue vendida a la multinacional israelí Teva Pharmaceutical Industries, que en 2011 se la vendió al grupo Quicorp, que a su vez fue absorbido en 2018 por el grupo Intercorp que hoy controla el 95% de las farmacias del país —además de uno de los principales bancos, supermercados, cadenas de cines, aseguradoras, restaurantes de comida rápida, hoteles, universidades y colegios— y está liderado por el hombre más rico del Perú, Carlos Rodríguez Pastor, cuya fortuna según la revista Forbes está valorada en más de 4,000 millones de dólares.
Durante la pandemia, muchas farmacias pertenecientes a Intercorp, como BTL, han tenido un papel nefasto especulando, ofreciendo como primera opción medicamentos genéricos de sus propias marcas o encareciendo sus precios ya que el gobierno del Perú no puede, constitucionalmente, regular dichos precios —la Constitución peruana vigente fue promulgada durante el gobierno del dictador Alberto Fujimori en 1993—. De hecho, el gobierno actual ha tenido que adoptar una serie de medidas de emergencia para intentar frenar la voracidad de estas empresas. Por ejemplo, un decreto de urgencia para obligarles a proporcionar al Estado información real sobre sus stocks y sus precios de venta al público. Pero las farmacias son solo un eslabón más de la cadena de la salud privatizada.
Un informe del Instituto Nacional de Salud de Perú, fechado el 29 de mayo, concluyó que clínicas privadas habían hecho cobros irregulares a sus pacientes por las pruebas moleculares para la detección del COVID-19 que el propio instituto realiza gratuitamente. Los cobros de las clínicas se justifican, según recibos, en el material de recogida de la muestra (como guantes o mascarillas descartables) por el que en algunos casos han llegado a cobrar a sus clientes casi 600 soles (unos 170 dólares). Por otro lado, el superintendente de la Superintendencia Nacional de Salud, Carlos Acosta, explicó en un canal nacional que se está realizando un informe al respecto, que involucra a 136 clínicas privadas del país. Todo ello mientras la gente adquiere con ellas deudas millonarias para pagar el tratamiento, muchas veces infructuoso, de sus familiares.
Y en este juego entran, además de las clínicas y las farmacéuticas, las aseguradoras —que, como señala esta investigación del portal Ojo Público, han llegado a elevar hasta en 20% los costos de sus pólizas durante la pandemia—, y los proveedores de insumos tan básicos como el oxígeno medicinal. Esto último es especialmente lacerante en un país en el que la producción de este gas está también monopolizada por dos empresas, Linde y Air Products, a través de varias subsidiarias. Ambas empresas no solo ya habían sido sancionadas en el pasado por monopolizar la producción de oxígeno medicinal en el país, sino que, según señala un informe de la Defensoría del Pueblo, una vez desatada la pandemia habrían también elevado los precios del producto mientras la gente moría, literalmente, por falta de oxígeno.
Ante este panorama cabe preguntarse no ya si es ético dejar la salud y el bienestar de las personas en manos de capitales privados cuya finalidad es, naturalmente, el beneficio económico y no la vida —en el Perú, el gerente de una Administradora Privada de Pensiones, dijo públicamente que “desgraciadamente cada vez vivimos más”—, sino si este modelo es siquiera rentable para las propias economías capitalistas.
Cuando las fuerzas políticas más progresistas defienden medidas tan “radicales” como la salud pública o la renta básica universal, en realidad no están trabajando para ninguna revolución. No, ni Bernie Sanders en Estados Unidos, ni Pablo Iglesias en España o Verónica Mendoza en Perú son políticos antisistema. De hecho, probablemente sus propuestas en materia de salud pública sean las únicas que garantizan la continuidad de un modelo en el que las grandes fortunas puedan subsistir. Es tan elemental como asumir que, de lo contrario, tarde o temprano, tras esta pandemia o las siguientes, no quedará nadie para trabajar en sus fábricas, consumir sus productos o seguir haciendo circular la rueda de hámster del dinero. Pero ni siquiera esto, que parece tan sencillo, ha podido en el Perú con la tentación de engrosar un poco más las arcas a expensas de lo que más sufren.
En el Perú, además, la creación perversa de grandes monopolios muchas veces sustentados en la corrupción, tiene como consecuencia directa una enorme desigualdad social, lo que a su vez genera un aumento constante de la actividad económica informal, ese gran ogro de las economías emergentes.
La gran diferencia que ha puesto de manifiesto esta pandemia en el Perú está en que al ciudadano degradado que especula y vende tanques de oxigeno industrial haciéndolo pasar por medicinal, se le persigue y se le apresa, mientras que al gran capital, que además de lucrarse y abusar de las personas en mitad de una emergencia sanitaria, se acoge a todos los beneficios fiscales, se le rescata.
Esta semana, un reportaje del portal Convoca que analiza la información por el propio Ministerio de Economía peruano, ha revelado que en el marco del programa Reactiva Perú, destinado originalmente a ayudar a pequeñas y medianas empresas a subsistir durante la pandemia, una de las grandes beneficiadas ha sido Intercorp, cuyo banco ocupa el tercer lugar entre las entidades que han gestionado los préstamos y cuyas empresas —entre ellas, la farmacéutica Química Suiza— los han obtenido. Sí, el mismo grupo financiero que es el dueño de la farmacia de mi barrio y de casi la totalidad de cadenas farmacéuticas en el país.
Y el círculo vicioso está empezando a ser insostenible".

martes, 24 de marzo de 2020

Efectos e impactos del COVID-19 para el caso peruano

El shock de COVID-19 está generando una conocida ralentización de los flujos de capital en mercados emergentes. En el pasado, los costos de alta volatilidad y cambios salvajes en todos los mercados para América Latina y el Caribe han sido significativos, por lo que en esta oportunidad es necesario hacer una visión prospectiva para entender las eventuales consecuencias - tomando las medidas oportunas que correspondan- particularmente en el caso peruano.
Por citar a la parada súbita, ésta ocurre cuando el financiamiento externo del que disponen los países prestatarios se interrumpe bruscamente, obligando a una reversión en el saldo de la  cuenta corriente de la balanza de pagos, de déficit a superávit, o al menos a un punto de equilibrio. A finales del año 2019, la región de América Latina y el Caribe mostraba condiciones iniciales vulnerables en términos de equilibrio fiscal, grado de dolarización de pasivos, y disponibilidad de reservas internacionales haciendo que algunos países sean más vulnerables que otros.
En ese sentido, los operadores deben permanecer enfocados no sólo en los aspectos técnicos, sino en la forma en que los noticias y rumores pueden causar cambios repentinos en los mercados influenciados por la diseminación del COVID-19.
Es necesaria aplicación de políticas coordinadas para enfrentar al COVID-19

Efecto del deterioro de otros indicadores


Los resultados obtenidos al noveno día de cuarentena ( de los 15 días impuestos) en territorio peruano, vienen arrojando progresos iniciales en un país con diversas realidades determinadas por su geografía, clima, cuencas, así como diversidad de factores demográficos y sociales que alcanzan a 32 millones de habitantes.
El impacto del COVID-19 en zonas urbanas nucleadas y las zonas rurales dispersas  son distintas en la medida de sus particulares estados de situación. La diferencia sustantiva se evidencia en el nivel cultural y de vulnerabilidad alcanzada por las grandes ciudades y en particular su capital, la ciudad de Lima donde se focalizan hasta la fecha siete de cada diez casos identificados positivamente con el virus.
Es probable que estas cifras iniciales se modifiquen un tanto al mejorar el diagnóstico en los casos confirmados con el COVID-19, pero no modificarán su tendencia de ciudad extremadamente vulnerable a desastres epidémicos y potenciales sismos. Otras ciudades intermedias de la costa peruana siguen a la capital peruana en su nivel de vulnerabilidad, especialmente en la costa norte donde la falta de agua, carencia de combustible intradomiciliario y elevada temperatura ambiental-algunas localidades alcanzan 36 ° C - dificultan el nivel de cumplimiento de la cuarentena.
La administración peruana, se encuentra atendiendo esta debilidad al fortalecer el sector salud con recursos humanos, equipamiento y logística para el eventual aumento de casos que necesitaran atención hospitalaria.
El tema entonces pasa por el daño que viene causando el rumor de una posible ampliación de cuarentena con toque de queda en todo el país, lo que sin haberse ampliado, ya empieza a resquebrajar una disciplina que la gran mayoría de ciudadanos en Perú viene acatando, que en la praxis no es de cumplimiento similar en todo el territorio por las consideraciones antes expuestas.

Impactos después del COVID-19 

Las noticias y evaluación de acontecimientos acompañan el antes, durante y después de los desastres, el paso del COVID-19 no será la excepción. Perú - sin perjuicio de su frontal lucha contra la corrupción- tiene fortalezas y debilidades que atender, ya que es el segundo productor global de cobre. En 2019, se generaron 2.45 millones toneladas métricas, también fue el segundo productor de plata (3,860 toneladas) y el séptimo de oro (128.4 toneladas); el precio internacional del cobre es de tendencia a la baja,  asimismo el precio del petróleo se desploma -Perú efectuó importantes inversiones en este sector-, mientras el oro alcanza brevemente su máximo de hace siete años a modo de protección de capitales ante el pánico en los mercados que generó la caída de importantes bolsas mundiales.
El 9 de febrero del 2020, mediante Decreto Supremo N° 004-2020-SA , el gobierno peruano declaró en Emergencia sanitaria por 90 días calendario a Loreto, Madre de Dios y San Martín (Amazonía peruana) por brote epidémico de Dengue, que al 10 de marzo del 2020 se notificó la existencia de 12,288 (entre posibles casos y confirmados) con 22 muertes.
Con Decreto Supremo N° 008-2020-SA del once de marzo se declaró emergencia sanitaria por 90 días para prevenir y controlar el COVID-19 y el quince de marzo se decretó Estado de Emergencia Nacional disponiendo una serie de medidas entre las que destaca el aislamiento social obligatorio en todo el territorio peruano.
El Perú tiene el 14% de los casos estimados de tuberculosis en la Región de las Américas; Lima Metropolitana y el Callao notifican el 64% de los casos de tuberculosis (TB) del país, el 79% de los casos de TB multidrogorresistente y el 70% de los casos de TB extensamente resistente. Asimismo, Lima es la tercera ciudad  con mayor congestión vehicular del mundo, hechos que suman a la vulnerabilidad antes indicada frente al COVID-19.
Bajo este escenario viene transitando la epidemia del coronavirus COVID-19 en Perú, cuyo paso merece una evaluación integral de los hechos, lo que a mi juicio el tratar de uniformizar con medidas únicas en un territorio megadiverso no es una opción, pues basta mirar la historia y conocer las realidades de las cuencas para aterrizar con intervenciones de políticas coordinadas, transectoriales,multidisciplinarias y transfrontera en la región, pues el impulso colectivo puede y debe ayudar a las economías a recuperarse de este evento denominado COVID-19 que tiene aún episodios por discurrir.