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martes, 23 de junio de 2015

Laudato si´_ Alabado seas

El pasado día 18 de Junio del 2015, se inició la difusión de la encíclica Laudato si’ en la que el Papa Francisco exhorta al mundo a preservar a la madre Tierra.
Algunos extractos del documento son:
«Laudato si’, mi’ Signore» – «Alabado seas, mi Señor»,cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia,y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi Señor,por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba».
El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar.
El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común.
Deseo reconocer, alentar y dar las gracias a todos los que, en los más variados sectores de la actividad humana, están trabajando para garantizar la protección de la casa que compartimos.
Merecen una gratitud especial quienes luchan con vigor para resolver las consecuencias dramáticas de la degradación ambiental en las vidas de los más pobres del mundo. Los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos.
El agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia, porque es indispensable para la vida humana y para sustentar los ecosistemas terrestres y acuáticos. Las fuentes de agua dulce abastecen a sectores sanitarios, agropecuarios e industriales. La provisión de agua permaneció relativamente constante durante mucho tiempo, pero ahora en muchos lugares la demanda supera a la oferta sostenible, con graves consecuencias a corto y largo término. Grandes ciudades que dependen de un importante nivel de almacenamiento de agua, sufren períodos de disminución del recurso, que en los momentos críticos no se administra siempre con una adecuada gobernanza y con imparcialidad. La pobreza del agua social se da especialmente en África, donde grandes sectores de la población no acceden al agua potable segura, o padecen sequías que dificultan la producción de alimentos. En algunos países hay regiones con abundante agua y al mismo tiempo otras que padecen grave escasez.
La deuda externa de los países pobres se ha convertido en un instrumento de control, pero no ocurre lo mismo con la deuda ecológica. De diversas maneras, los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro. La tierra de los pobres del Sur es rica y poco contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos para satisfacer sus necesidades vitales les está vedado por un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso.
Es necesario que los países desarrollados contribuyan a resolver esta deuda limitando de manera importante el consumo de energía no renovable y aportando recursos a los países más necesitados para apoyar políticas y programas de desarrollo sostenible. Las regiones y los países más pobres tienen menos posibilidades de adoptar nuevos modelos en orden a reducir el impacto ambiental, porque no tienen la capacitación para desarrollar los procesos necesarios y no pueden cubrir los costos.
Por eso, hay que mantener con claridad la conciencia de que en el cambio climático hay responsabilidades diversificadas y, como dijeron los Obispos de Estados Unidos, corresponde enfocarse «especialmente en las necesidades de los pobres, débiles y vulnerables, en un debate a menudo dominado por intereses más poderosos».
Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. No hay fronteras ni barreras políticas o sociales que nos permitan aislarnos, y por eso mismo tampoco hay espacio para la globalización de la indiferencia.
El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social. De hecho, el deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de un modo muy especial a los más débiles y necesitados. Dado que todo está íntimamente relacionado, y que los problemas actuales requieren una mirada que tenga en cuenta todos los factores de la crisis mundial, propongo que nos detengamos ahora a pensar en los distintos aspectos de una ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Minería y ecologismo popular.

El incremento de conflictos ambientales en todo el Planeta es una realidad, Perú no esta ajeno a esta tendencia. Es necesario entender esta problemática a efectos de tender puentes para poder actuar oportunamente en consecuencia.
El discurso que el hombre se está quedando sin su hábitat para poder vivir cala mas en las poblaciones que se ven directamente impactadas por la actividad industrial Humana.
Prioridades que defienden posiciones antagónicas se ponen en evidencia, por un lado esta el Estado que considera la importancia de la Economía del país y del otro, las poblaciones que defienden su medio ambiente que consideran agredidos.
El hecho concreto es que no se puede ver la Economía independientemente de la Ecología y es en este contexto en que el desarrollo económico y social es indispensable par asegurar al hombre un ambiente de vida y trabajo favorable y crear en la Tierra las condiciones necesarias para mejorar la calidad de la vida, principio reconocido por Naciones Unidas.
Seguidamente presentamos una exposición (2009) del académico español Joan Martinez Alier sobre el particular:

Últimos sonados casos de conflictos socio-ambientales sucedido en Arequipa y Ancash, revelan que existe mucho trabajo por hacer en el recientemente creado Ministerio del Ambiente  y en el Ministerio de Energía y Minas, para evitar que los conflictos escalen y pongan en eventual riesgo las futuras inversiones previstas en el sector minero peruano.
Perú cuenta actualmente con un Ministerio del  Ambiente inclinado a la antigua ecología que sólo estudiaba Plantas y Animales.
Es preciso incorporar la dimensión Humana en la ecología contemporánea transmitida parcialmente y con algún sezgo al pueblo peruano por la información parcialmente difundida.
El sector minero, dado el espacio geosocial donde se desarrolla, es uno de las más directamente afectados.  
Importantes conflictos se sucedieron en el pasado y se están preparando otros en esa misma línea de demandas sociales ambientales.
En este contexto, consideramos importante dar una mirada a la perspectiva del ecologismo de los pobres, de aquellas colectividades excluidas del país y que ven al sector minero y sus actividades como un potencial riesgo para su subsistencia.