La emergencia por residuos sólidos en la casa común- nuestro planeta tierra- es una palpitante realidad y en algunos países, sus gobernantes aún no logran entender la grave situación en que se encuentran gracias a sus deficientes políticas públicas empleadas en las últimas décadas, las mismas que afectan la salud de su población, particularmente las localizadas en las ciudades.
Cifras mundiales
La presión demográfica se incrementa sustantivamente cuando cada doce (12) años la población mundial crece en el orden de un mil millones de habitantes, los cuales se focalizan en las zonas urbanas y las denominadas megaciudades, generando además de la evidente presión sobre los servicios básicos , una mayor cantidad de residuos sólidos (RRSS) urbanos o municipales.
Una mirada prospectiva del Banco mundial de cara al año 2050, nos indica que el mundo generará tres mil cuatrocientos millones de toneladas para ese año, siendo que actualmente se produce en el planeta mas de dos mil millones de toneladas de residuos sólidos municipales; vale decir, en el mundo se producirá 70% más residuos sólidos.
Cabe precisar que actualmente se produce 44% de residuos de alimentos como basura urbana, con potencial energético, en rigor, basura con capacidad de utilizarse como materia prima para producir energía eléctrica.
La región de América Latina y el Caribe, contribuye con 231 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos cada año ; los cuales en algunos países no se gestionan bien, incrementando los riesgos por la contaminación de emisiones en aire, suelo y agua; provocando las emergencias por desastres que afectan a la población excluida y los mas pobres.
El caso peruano
Perú es un caso emblemático en el mundo, que la comunidad científica internacional lo tiene en su radar por diversas razones : su calidad de país megadiverso, el impacto que viene registrando en sus nichos ecológicos por efectos del cambio climático, su peculiar distribución poblacional asentada básicamente en la franja desértica costera, su acceso y disponibilidad al agua en un franco proceso de deterioro hídrico que se encuentra pasando de estrés hídrico a escasez de agua en una zona cero identificada por las investigaciones del suscrito, allí donde inciden las 5948 muertes por millón de habitantes por covid-19 , la más alta del planeta, entre otras que afectan a una población actual del orden de los 33 millones de seres humanos.
En Perú se produce más de siete millones de toneladas de residuos sólidos municipales por año y son mal gestionados 3,5 millones de toneladas cada año, las mismas que quedan en botaderos a cielo abierto, contaminan cuerpos de agua, afectan la cadena trófica y por bioacumulación impactan en los seres humanos que por décadas varias generaciones se vieron afectadas. Todo ello sin perjuicio de las enfermedades zoonoticas y metaxenicas que inciden en la morbimortalidad de los afectados, muchos de los cuales forman parte de aquella población peruana que se duplicó en número de muertes para el periodo 2017-2021.
Agenda pendiente
El Estado peruano mediante el Decreto Supremo N° 023-2021-MINAM estima que en el año 2030 en el mejor de los casos alcanzaría el 63.24 % de residuos sólidos municipales generados que se disponen en una infraestructura de disposición final adecuada. Asimismo, con el Decreto Supremo N° 028-2021-MINAM aprobó el reglamento de la Ley N° 30590 del año 2017, Ley que promueve la recuperación, conservación y mantenimiento de las Playas del Litoral y con Resolución Ministerial N° 184-2021-MINAM publicó el
proyecto de Guía para el manejo de residuos sólidos municipales en situaciones
de emergencia y/o desastres.
Repetir todas las políticas, programas, planes y proyectos que llevaron a la situación de catástrofe ambiental en que se encuentra en país, no es una opción, la solución pasa por aplicar un cambio de modelo de gestión. Repetir los mismos procesos del siglo pasado en el tema de gestión de residuos sólidos, llevará a similares resultados, por lo que es necesario aplicar ciencia y tecnología moderna que se aplica en países desarrollados para convertir la basura en materia prima de la energía.
En el año 2050, Perú contará con cuarenta millones de habitantes y el mal manejo de los residuos sólidos en las zonas urbanas se incrementará si es que no se toman las medidas adecuadas y se continúa repitiendo el modelo ineficaz que llevó a los resultados que presenta el Estado peruano en los actuales momentos.
En zonas inundables de cuencas bajas, con los riesgos conocidos por el fenómeno El Niño en la costa norte peruana, la variación del ciclo hidrológico que producen que se activen quebradas en menores tiempos de retorno, entre otros detalles técnicos mapeados por instituciones nacionales e internacionales, permiten ser selectivos en el uso de rellenos sanitarios, compostaje, etc, que pueden continuar aplicándose y ampliándose en cuencas y pisos altitudinales apropiados; sin embargo, el nuevo modelo debe erradicar los botaderos a cielo abierto y de esta forma evitar que millones de toneladas de RRSS terminen en el mar.
Es necesaria la confluencia de sinergias entre el legislativo y el ejecutivo para lograr modernizar la gestión de los residuos sólidos en el país de los incas. La participación ciudadana es fundamental y demanda un gran esfuerzo conjunto, donde la cultura y educación ambiental se forje en las familias, liderados por los mejores vecinos que asumen el encargo de representarlos tanto en los gobiernos municipales y regionales.
Las escuela y maestros constituyen un eje importante en la aplicación del nuevo modelo de gestión de RRSS, el cual permitirá además de evitar la contaminación ambiental y garantizar la salud pública en este extremo; generar mayores y mejores puestos de trabajo en la cadena productiva del reciclaje, con enfoque de género y participación de miles de familias que participan en la cadena productiva, produciendo energía y agua en la transformación del proceso térmico de los residuos sólidos para convertirlos en energía.