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lunes, 18 de mayo de 2020

Vacuna no es opción para zona caliente de Lima frente al COVID-19

Las investigaciones realizadas contemplado el modelamiento de diversos escenarios ante un eventual desconfinamiento de individuos en la zona caliente Lima-Callao (Perú), nos indican que los focos de contagio continuarán sin perjuicio de la aplicación de una vacuna contra el coronavirus COVID-19.
La exploración, nos explica que la distorsión en los factores ambientales acumulados en el tiempo,mantienen altos niveles de riesgo evidenciados desde la aparición del brote epidémico en la cuenca baja del río Rímac, el segundo mas alto de Latinoamérica en lo que va de la Pandemia.

Riesgo de contagio

La rápida transmisión del COVID-19 requiere de espacios cerrados con presencia de multitudes, como son los medios de transporte públicos, centro bancarios y la propagación mediante productos contaminados con el virus que son comercializados en mercados populares básicamente,entre otros, los mismos que caracterizan la difundida dinámica poblacional en Lima-Callao.  
Sin embargo, existe un importante componente socio ambiental que fuera soslayado y que el coronavirus se encargó de poner en la agenda y hojas de ruta a la actual y futuras administraciones del estado peruano.
Esta tiene que ver con el impacto ambiental producido por la pobreza y pobreza extrema de los denominados pobres invisibles por el Estado. Aquellos hombres, mujeres y niños que pese a vivir en el umbral de la pobreza generacional, no se encuentran en los registros de las personas vulnerables susceptibles de recibir ayuda económica o de servicios excepcionales en casos de emergencia.
La historia los registra con la población migrante del interior del país, algunos pocos son contabilizados como población flotante y una gran mayoría se pierde en el tiempo por su capacidad de adaptación a la naturaleza agreste que los acoge en espacios de poblaciones nucleadas y dispersas , formando bolsones aledaños a las ciudades. Lima y Callao sabe de esta población no contabilizada, a la que se incorpora recientemente los inmigrantes venezolanos. 

Redistribución poblacional natural

Tanto la emergencia sanitaria, como el Estado de emergencia nacional, con el confinamiento obligatorio de individuos, activaron a los caminantes, identificados como unos cientos de personas que deseaban salir de Lima y retornar a sus lugares donde radicaban; sin embargo, tras esta masa de población que paulatinamente crecía para cumplir su empresa y cruzar los Andes sin más logística de transporte que sus pies y escasos alimentos para cubrir las necesidades de hombres, mujeres y niños; finalmente recibieron el soporte de un Estado que luego de realizar sendas pruebas de descarte y cuarentena en sus lugares de origen, se incorporaron paulatinamente a sus regiones.
Transcurrido el tiempo de una de las cuarentenas más rigurosas de esta parte del mundo, los deseos de retornar  a sus lugares de origen de estos cientos de caminantes se transformaron en anhelo de miles que son parte de los millones de peruanos que viajaron décadas atrás a la capital de la república buscando el soñado progreso para ellos y sus familias, los cuales sufriendo el impacto de la emergencia se ven en la necesidad de retornar a sus regiones donde podrían contar con los elementos básicos para subsistir. A esta población se les integra el orden de cincuenta y cinco mil familias venezolanas que se encuentran a punto de ser desalojadas por no estar en capacidad de pagar alquileres.
En estas circunstancias, Lima-Callao necesita un Plan de redistribución de poblaciones vulnerables con el soporte correspondiente, pues sin perjuicio de la falta de vivienda, agua,alimentación y medicinas; estos representantes de la humanidad se constituyen en excelentes hospederos del COVID-19 u otra cepa nueva de virus que eventualmente aparezca de cara al futuro en la zona caliente de Lima-Callao, allí donde la vacuna es como buscar una visa para un sueño.
La población poco conocida de Lima- S. J. de Lurigancho, el distrito más grande del País. 
Asentamiento humano precario Sarita Colonia - Callao

El Dato

Perú al 18 de mayo del 2020, reporta 94933 casos confirmados atribuidos al COVID-19, de los cuales 67979 (72%) corresponden a la zona caliente de Lima-Callao y 2789 muertes a nivel nacional, de los cuales 1115 ( 40%) son de Lima-Callao.
Actualmente se producen seis (6) muertes cada hora atribuibles al COVID-19 en territorio peruano, con una mayor incidencia en la zona caliente de Lima-Callao.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Traslado a la nueva Morococha

El diario Correo  explica de la siguiente manera el proceso de traslado de una ciudad minera en territorio peruano:
Toda mudanza tiene tanto de tristeza como de alegría. No es sencillo dejar atrás el lugar habitado porque surge la congoja, la angustia, quizá mucha pena. Pero llegar a la nueva morada representa también un desprendimiento de entusiasmo, una emoción, una nueva oportunidad. Esa mezcla de sentimientos flota en el aire frío que respiran los pobladores de Morococha, distrito de la provincia de Yauli La Oroya.
La mayoría de las más de mil familias que la habitan, han iniciado un éxodo inevitable, con ropa, muebles y mascotas incluidas, para concretar lo que es el primer reasentamiento poblacional del país a la "Nueva Morococha", una ciudad construida en la zona de Carhuacoto, a 10 kilómetros de la ciudad actual.
Otros pobladores, mientras se definan las negociaciones con la empresa Chinalco, aún se resisten a salir de esta tierra minera, que el próximo 21 de noviembre cumple 105 años de fundación.
Actualmente, Morococha es una ciudad, a todas luces, empobrecida. Mujeres y niños de miradas tristes conviven con la contaminación de relaves cercanos, el agua por horas y la electricidad restringida.
La mayoría de calles se llenan de barro cuando llueve y los techos de los antiguos campamentos mineros no ofrecen seguridad. Se trata de una herencia poco auspiciosa para el auge que logró Morococha en las décadas pasadas, y hoy, donde existían colmenas de obreros de Centromin, solo se dejan ver montículos de cemento y escombros. Tal vez por eso, la mayoría de los pobladores, ha visto al proyecto Toromocho, el más grande proyecto cuprífero del país, como una forma de salir adelante, tras 3 siglos de explotación minera.
Vista desde la Carretera Central, las viviendas y locales institucionales construidas por Chinalco, se ven imponentes. Un color rojizo domina sus techos y de noche, la iluminación perfila una ciudad moderna.
En total, además de calles y avenidas enteras, se construyeron 1050 viviendas, 25 edificios públicos (escuelas, centros de salud, comisarías, coliseos, centros de entretenimiento, infraestructura para las instituciones sociales), plantas de tratamiento de residuos y de agua potable y relleno sanitario en la "Nueva Morococha". A esta ciudad, serán reasentadas a un ritmo de 40 familias por día.