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jueves, 17 de diciembre de 2020

Gestión del déficit económico en Perú

De acuerdo a estimaciones realizadas por el Banco Mundial la crisis económica por efecto sistémico del COVID-19 estaría por debajo de las crisis de 1914,1930 y 1945; siendo la peor crisis que vivió América latina, la originada en 1929 tras el desplome dramático de la bolsa de Nueva York, lo que produjo cierre masivos de empresas con el consecuente despido de trabajadores.

El caso peruano

Perú, el país minero que es uno de los más golpeados por la Pandemia del COVID-19 en el planeta y en la región de las américas, pasa por uno de los momentos más críticos de su historia. Pudo sobreponerse de los colapsos financieros mundiales ocurridos en 1876, 1885, 1893, 1908, 1912-14,1917-21,1929-32;1938,1945-46,1975,1982,1991,2008-9, y tiene que enfrentar un gran reto al cierre del año 2020 para así lograr salir de la crisis en que se encuentra inmersa.
Las cifras macroeconómicas en los primeros días de Enero del 2020, indicaba que Perú lograba reducir el déficit fiscal de 2,3% del PBI en el 2018 a 1,6% del PBI en el 2019 y estimándose en 7,5% el déficit fiscal para el año 2020. 
El confinamiento estricto y prolongado implantado en Perú por sus gobernantes de turno dan luces sobre una menor recaudación fiscal para el 2020, teniendo como antecedente la caída de los gastos en 0,1% del PBI en el 2019 generada por la reducida capacidad en la ejecución de la inversión pública. La falta de capacidad de gestión lleva a transitar por caminos de alto riesgo a las cuentas públicas peruanas , elevando los niveles máximos de endeudamiento y prolongándolas en el tiempo con elevada incertidumbre generacional
Una explicación de las causas en los últimos años por las cuales se perdiera parte de la senda del crecimiento en el país, la proporcioné progresivamente en este espacio, atendiendo a la calificación de país empírico, donde se prioriza las pruebas de ensayo-error, se utiliza el paradigma de experiencia del recurso humano en el sector público a quienes se les considera como especialistas y se mantienen en diversas administraciones, migrando de un sector a otro del aparato burocrático. La carencia de personal calificado y sin contar con experiencias exitosas en el manejo de la cosa pública ubicados en puestos estratégicos, obtienen los resultados que colocan al Perú como uno de los países con menor capacidad de respuesta tuvieron frente al COVID-19.  
Un indicador de lo antes mencionado, se encuentra en el gasto de recursos humanos del aparato público, que en el periodo 2014-2019 se incrementó en catorce mil millones de soles, cifra que representa el orden del ocho (8%) por ciento del presupuesto nacional aprobado para el año 2019 y al contrastarse con el presupuesto del sector salud para el mismo año 2019 que alcanzó dieciocho mil millones de soles.
En este contexto, resulta esclarecedora la publicación del diario Gestión, dando cuenta que la agencia de calificación de crédito Fitch Ratings revisó el panorama para la economía de Perú a negativo desde estable, en reflejo de su debilitada hoja de balance tras la emergencia del COVID-19 y de un deterioro en la predictibilidad política en la nación sudamericana.

El Dato

►Las crisis superadas por Perú en el pasado, fueron viables por la capacidad de trabajo demostrada en el sector privado interactuando con un sector público sensibilizado  y al empuje de un importante componente informal multisectorial que coadyuvaron a dinamizar su economía.
►El desarrollo de la fuerza laboral en sectores estratégicos del Perú, es directamente proporcional a la paz social, nivel de conectividad y progreso empresarial, que dan sustento a dar gobernanza y gobernabilidad al país de los incas.