La mina Pierina será la primera operación aurífera moderna que cierre en el Perú, está ubicada en el distrito de Jangas, provincia de Huaraz, departamento de Ancash - a 13 kilómetros del pueblo de Jangas, entre los 3.800 y 4.200 metros de altura- donde Barrick opera desde 1996.
El fin productivo de las operaciones de Pierina se dará en el año 2014. En cumplimiento de la normatividad peruana, después siguen varios años de post cierre, que incluyen aspectos de gestión ambiental y actividades en coordinación con las comunidades de la zona de influencia.
Esta experiencia permitirá medir cuan beneficioso podría ser en términos socio económicos y en calidad de vida de la población con y sin la presencia de la actividad minera.
Existe un informe de avanzada sobre el desarrollo humano para el periodo 1993-2009 en las localidades de Independencia y jangas, que forman parte de la zona de influencia directa de la actividad minera.
Se reporta que entre 1996 y 2009 la inversión acumulada por Barrick en la mina Pierina fue de US$850 millones de dólares americanos.
Se reporta que entre 1996 y 2009 la inversión acumulada por Barrick en la mina Pierina fue de US$850 millones de dólares americanos.
Entre 1993 y 2007 la población económicamente activa femenina creció en 113% en independencia y 97,9 % en Jangas. En este mismo periodo se construyeron el orden de 8,400 viviendas próximas a Pierina y se registró una reducción de la pobreza en los siguientes porcentajes: En independencia se redujo de 57,4% a 30,7% y en Jangas, de 80% a 31,3% . También la tasa de analfabetismo bajó en independencia de 18,4% a 9,4% y en Jangas, de 44,8% a 23,6%.
Un detalle a tomar en cuenta es un mayor crecimiento poblacional en estas dos localidades (31.1%) comparadas con el departamento de Ancash (11,4%) y el hecho que en el periodo analizado, se generó empleo directo o indirecto al orden de siete mil personas.
Los números indican que la minería habría sido un efector de desarrollo en la zona , sino en una forma exclusiva, si en forma de apalancamiento de las condiciones para generar mejores oportunidades para el crecimiento y desarrollo.
Este sería un ejemplo de lo que la actividad minera responsable podría realizar en los pueblos donde intervenga en forma concertada entre el Estado, la empresa minera y las comunidades, sobre la base del respeto al hombre y la naturaleza.
Quedaría la tarea para los actores sociales de hacer armónico el desarrollo de los pueblos, impulsando el desarrollo sostenible de las comunidades una vez que la operación minera concluya.