Dos décadas
Las inexistentes modificaciones (a tenor de innovación tecnológica y cambios climáticos) que siguieron al trabajo realizado hace veinte años en que tuve el honor de participar con la comisión de elaboración de la normatividad técnica sobre aguas residuales, me hace afirmar categóricamente que la adecuación de la norma está en la agenda pendiente por desarrollar para dar un norte a la gran tarea de reconstruir y gestionar adecuadamente las aguas residuales post emergencia del fenómeno El Niño costero.
En el Perú actual, se tiene dos escenarios frente al tratamiento de agua residual. Las
aguas residuales domésticas o industriales que van directamente al
alcantarillado y que las empresas prestadoras de servicios de saneamiento deben
tratar y disponer sanitariamente, y, las aguas residuales que debe tratar cada
empresa privada o pública de los diferentes sectores, bajo su responsabilidad y
cumpliendo los estándares indicados por norma; en ambos casos deberán dar
cumplimiento al ordenamiento legal ambiental vigente sobre aguas residuales, tal como la OS090, además del cumplimiento de los Límites Máximos Permisibles y de los
valores de los estándares de calidad ambiental a los que se ajusta toda empresa
independientemente sea esta pública o privada
, cuando solicita un permiso o autorización para realizar vertimiento, riego o
rehúso del agua residual previo tratamiento.
Desde 1997,las normas como la OS090,debieron adecuarse. |
Dinámica de cambios
El planeta todo está en constante cambio, existe evidencia científica del calentamiento global,variabilidad climática,modificación de los patrones del ciclo hidrológico... los que impactan sobre la biodiversidad,por ende, afectan en mayor grado a países megadiversos como es en el caso peruano. No está en duda por ejemplo los marcados cambios de temperatura, modificaciones en los regímenes estacionales de las aguas en las cuencas hidrográficas, alteración de patrones demográficos presionados por el crecimiento de ciudades en la costa peruana,variación en la disponibilidad de grandes extensiones de terrenos que permitían adoptar soluciones técnicas apropiadas.
La realidad del desierto costero y tecnología imperante del siglo pasado para el tratamiento de sus aguas residuales determinó que Perú sea considerado un país lagunero por excelencia. Era entonces, altamente recomendable el uso de lagunas para el tratamiento de aguas residuales, por su bajo costo y probada eficiencia que podría alcanzarse en virtud a las características del desierto costero, su temperatura y registros pluviométricos que permitían tener grandes extensiones de terrenos para estabilizar materia orgánica a cielo abierto en baterías de lagunas. En la actualidad, las condiciones cambiaron, las lluvias intensas implican grandes contribuciones de aguas pluviales a las redes de alcantarillado y por consiguiente implican caudales de trabajo mayores a los de diseño en las lagunas, reduciendo la eficiencia de tratamiento; otra variable importante a considerar en el diseño de las lagunas es la temperatura, que con su variabilidad, genera distorsiones que obligan amplios ajustes necesarios, y un elemento que no se puede soslayar, es el costo incrementado, pues los precios de los terrenos en costa se incrementaron sustantivamente, alentados por la presión demográfica del crecimiento de las ciudades. Problemas por invasiones en áreas destinadas para la construcción de nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) no son pocas.
Gobernanza de aguas residuales
La superintendencia nacional de servicio de saneamiento (SUNASS)
es la entidad encargada de regular en las empresas prestadoras de servicios de
saneamiento (EPS) bajo su jurisdicción para fiscalizar y eventualmente
sancionar si verifica incumplimiento de
la norma vigente.
Entre octubre de 2013 y mayo de 2014, se efectuaron evaluaciones
de campo para verificar in situ 204 PTAR en los ámbitos de 32 EPS. Se determinó entonces que 100 PTAR usaban tratamiento
secundario por lagunas facultativas y se ratificó que en general, la tecnología de lagunas de
estabilización (lagunas anaerobias, facultativas) sin sistemas de aireación
representaba el 75% de todas las PTAR evaluadas.
Estas visitas de campo evidenciaron que existen aspectos no
sujetos a fiscalización, como es el caso de las 25 de las 32 PTAR construidas
después del año 2010 por las EPS que se
encuentran operando fuera del radar de la
ley sin contar con instrumento ambiental aprobado por el Ministerio de Vivienda,
Construcción y Saneamiento. Y algo paradójico, sólo una de las 204 plantas de
tratamiento de aguas residuales evaluadas cumple con las normativas.
En este contexto el fortalecimiento de las capacidades de las instituciones encargadas del tema aguas residuales resulta fundamental de cara a la reconstrucción post 2017.
A tenor de la debilidad en la gobernanza,el país retrocedió en los últimos años en sus indicadores del tratamiento de aguas residuales. Sólo ponderando los resultados con el crecimiento de los indicadores obtenido en Lima, se podría ocultar esta realidad. Pero, de ningún modo se puede disfrazar la falta de sostenibilidad de los sistemas de tratamiento de aguas residuales. Citar niveles de eficiencia en PTAR abandonadas o en aquellas donde no cumplen sus funciones para los que fueron construidas y/o instaladas, sólo tienen explicación en la debilidad del fiscalizador o la penetración de un mal que viene asolando a empresas del sector construcción y tiene un nombre:corrupción.
La población y el país necesitan respuestas y resultados
Indudablemente para atender las urgentes necesidades de la población golpeada por las recientes lluvias,huaycos e inundaciones, se necesita fortalecer la institucionalidad y eso pasa por el respecto y cumplimiento de las normas existentes. Cumplir y hacer cumplir las leyes vigentes sobre la materia es el primer paso. En el año 2001, participé en la elaboración de la Norma Técnica de Edificación S.110_Drenaje Pluvial Urbano, cuyo cumplimiento habría mitigado las millonarias pérdidas que tiene que afrontar actualmente el país.
Drenaje Pluvial Urbano, S110, norma técnica peruana del año 2001 |
El país requiere de acciones inmediatas, que sigan a la inicial de salvataje, rescate, evacuación y soporte coyuntural de la población afectada, en la cual ,además del Estado peruano en sus tres niveles de gestión, intervinieron la población civil organizada que con su aporte anónimo,voluntario y solidario, permitió que en las áreas devastadas no se registraran mayores víctimas.
Es preciso, continuar dando soporte a las poblaciones afectadas,con especial énfasis a los mas vulnerables que constituyen los niños y personas de tercera edad. Restituir al estado de situación previa a las localidades devastadas no debiera ser una opción final.
La dotación de agua segura para evitar enfermedades diarreicas agudas y disponer adecuadamente las aguas residuales evitarán brotes de enfermedades metaxénicas.
La gestión adecuada de aguas residuales es pues entonces un elementos sustantivo que atender en la cadena crítica focalizada en la faja costera peruana principalmente (viven 2 de cada 3 peruanos), donde el aumento de temperatura y las lluvias constituyen el problema de hoy, y eventualmente la escasez de agua será el problema de mañana. La tarea es enorme, pero con el aporte patriótico del Congreso de la República a tenor de las atribuciones legislativas que tienen 130 señores congresistas, la representación nacional podría priorizar el tema del agua y aguas residuales en el proceso de reconstrucción de las zonas en emergencia y que está en marcha en su fase de planeamiento hasta que culminen las lluvias. Instituciones internacionales como AIDIS,BM, BID,CEPAL, países cooperantes, o nacionales como APIS, ONGs,colegios profesionales,universidades, fuerzas políticas, entre otras, podrán acudir al llamado de la actual administración del gobierno peruano.