China Minmetals Corporation es una empresa comercializadora
de metales y minerales de China con sede en Beijing y siendo una corporación
estatal China con inversiones en Las Bambas, es una de las afectadas con los
sucesos acontecidos en esa unidad minera.
Como es conocido, Las Bambas pasó a su actual administración
en abril del 2014 tras una operación de US$ 7 mil millones de dólares americanos, realizada
por el consorcio conformado por MMG Limited (62,5 %), empresa filial de China
Minmetals Corporation, junto a Guoxin International Investment Co. Ltd (22,5 %) y
CITIC Metal Co. Ltd (15 %).
Con sede en Beijing y fundada en 1950, China
Minmetals Corporation es una empresa de metales y minería controlada por el
Estado Chino, un importante socio comercial peruano que además de las Bambas
cuenta con el proyecto Galeno en Cajamarca; asimismo otras inversiones chinas
en el sector minero como es en el caso de Shougang , Toromocho , Minas Justa, Río Blanco y Pampa de Pongo; inversiones que se
encuentran en estado de alerta ante las protestas sociales que se vienen suscitando en
Perú con la toma de carreteras por parte de una población que demanda atención del
Estado peruano.
Efecto dominó en las protestas anti labores mineras formales
En este espacio y en diversos foros, pudimos presentar iniciativas como una alerta temprana para que pudiera atenderse las justas reclamaciones de una población que viene siendo soslayada por el Estado empírico en Perú, que este año cumple su bicentenario de vida republicana.
Se sucedieron indicadores que mostraban medidas de protestas radicales como el presentado en Ayacucho y luego en Ica con la quema de campamentos mineros y toma de carreteras, frente a una evidente falta de reflejos de la autoridad competente en los diferentes niveles de gestión del Estado.
Evento suscitado en Ayacucho como preludio a las acciones en otras unidades mineras. |
La aplicación del principio de autoridad por parte del Estado se hace necesario para cautelar derechos. |
Agenda pendiente
Los funcionarios del Estado peruano no puede ponerse de perfil ante situaciones que ponen en riesgo su estado de derecho, afectando la gobernanza y gobernabilidad de un país que se esfuerza para recuperarse de los estragos ocasionados por la pandemia del COVID-19.
Estas protestas no hacen mas que corroborar el desastre de la política ambiental peruana y que demanda respuestas en el corto, mediano y largo plazo.
Es preciso abordar un planeamiento estratégico que permita armonizar el estado de situación del hombre y su medio ambiente, de tal modo que permita elevar la calidad de vida de la población que se siente prostrada ante la presión demográfica de las grandes ciudades en desmedro de las zonas aisladas y dispersas que sufren directamente los embates de los pasivos ambientales.
El expediente de Las Bambas es sólo la punta del iceberg que se presenta en el espacio de la industria minera formal, y que pende como una espada de Damocles sobre otras unidades mineras formales; así como trasciende sobre otras industrias con pasivos ambientales desatendidos como en el caso de hidrocarburos, pesca, y otros donde los residuos tóxicos y peligrosos afectan tanto a la salud pública como a la economía del país entero.
Bajo estas consideraciones, el Estado peruano tiene que retomar su rol protagónico de promoción y fomento de las inversiones tanto nacionales como extranjeras, cautelando con ello las inversiones de países amigos y socios comerciales como es en este caso China, garantizando que sus actividades se desarrollen dentro de las condiciones normales de operatividad.