Un mito de moda y que circula por Internet es aquel que señala: “La mega minería a cielo abierto acabará con el agua de consumo humano”, es decir que el agua potable en localidades donde se encuentran ubicadas las grandes mineras en Perú como son: Cajamarca, Arequipa, Ancash, Cusco, entre otros; estarían en inminente riesgo de quedarse sin fuentes de agua que alimenten el servicio de agua potable pues se encontrarían siendo afectados los recursos hídricos que garantizan el actual y futuro abastecimiento de agua potable a sus poblaciones.
Para poner a prueba este mito, verificamos los indicadores de gestión, así como informes de Fiscalización de las Empresas Prestadoras de Servicio de Saneamiento (EPS) que están siendo reguladas por la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (SUNASS).
Indagamos por el Plan Maestro Optimizado - que es una herramienta de planeamiento de largo plazo con un horizonte de treinta años que contiene la programación de las inversiones en condiciones de eficiencia y las proyecciones económicas financieras del desarrollo eficiente de las operaciones de la EPS- ; en especial las situadas en zona de influencia de las grandes mineras.
El resultado que arrojó fue más que sorprendente, la cobertura de agua potable en las EPS ubicadas en las zonas de influencia de las actividades desarrolladas por la minería formal cuenta en promedio superior al 90% de cobertura del servicio de agua potable, cifra que es mayor al 85% del promedio nacional, esto es, considerando las cincuenta EPS formalmente reguladas por SUNASS.
Existe ciertamente un impacto positivo en la cobertura de agua potable generada probablemente por un mayor impulso en actividades conexas a la minería formal, tal como la construcción de diques y reservorios para almacenar agua y descargar el recurso hídrico en épocas de estiaje, las que redundan finalmente en la prestación del servicio de abastecimiento de agua potable de las ciudades.
Un detalle adicional son los reservorios familiares construidos para las poblaciones ubicadas en las zonas rurales como en Cajamarca.
Al parecer, este mito también resulta distante de la realidad.