Las no pocas discrepancias que existieron dentro del territorio peruano por el uso del agua, con mayor incidencia entre los usos minero,pecuario,agroforestal y pesca, impulsaron que se establesca un nuevo tipo de relación con los recursos hídricos : La gestión racional del recurso agua basado en una relación de respeto con la naturaleza.
Sin embargo, aún subsiste en algunas mentes la percepción que minería con : ganadería, agricultura,silvicultura,agroforestería y pesca como actividades productivas, no pueden desarrollarse en forma conjunta.
Para comprobar este mito, sustentado en una dimensión ambiental carente de responsabilidad e innovación tecnológicas, recurrimos a la experiencia cercana efectuada por una compañía minera que viene operando en el país.
El agua usada por Antamina en su mineroducto para transportar los concentrados de mineral desde el distrito de San Marcos en Ancash (Sierra) a Huarmey (Costa), es disipada aprovechándola, previo tratamiento, para transformar el desierto en bosque.
Luego de separar el agua con que bajan los concentrados desde la mina hasta el puerto (Punta lobitos), esta agua de proceso pasa por una planta de tratamiento que la convierte finalmente en agua con calidad apta para riego siguiendo la norma peruana.
Seguidamente se podra apreciar el estado en que se almacena el agua tratada recuperada.
Con el uso de sistemas de riego tecnificado se procedió a la forestación con plantas nativas y exóticas en una extensión aproximada de 170 hectáreas de terrenos, convirtiendo en bosques provistos de algarrobo, acacia, huarango, eucalipto, pacae, molle, casuarina, tara, ciprés, sapote, laurel, ciruelo, entre otros.
Hoy, en lo que antes era un desierto, gracias al uso responsable del recurso agua y la aplicación de la inovación tecnológica, el desierto quedo convertido en bosque con sus múltiples beneficios tanto al ecosistema como a la población en particular del área de influencia.
En la siguiente vista se puede apreciar al fondo, el bosque antes señalado formado parte ya del ecosistema de oasis propio del desierto costeño.
En esencia, esta experiencia de no arrojar a un cuerpo de agua (mar, rio o lago) los efluentes líquidos con sus concentrados, reciclando el agua , tratándola y aprovechándola para darle un nuevo uso real y ambientalmente beneficioso, demuestra que es viable la convivencia entre la mineria y otras actividades productivas en el Perú.