En sistemas de gestión ambiental y particularmente en la gestión social, resulta fundamental monitorear científicamente los resultados que arrojen los instrumentos que mensuren la simbiosis existente en la relación
Agua-Alimentos-Energía (AAE).
En este contexto, las Naciones Unidas, a través de su Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, (DAES), se constituye un nexo fundamental entre las políticas
mundiales económicas, sociales y medioambientales y las acciones que se
emprenden a nivel nacional. Su mensaje es claro : “ Las Naciones que no le dan la
importancia a este trinomio, pueden llegar a sufrir de “estrés”, por la
carencia y/o malgasto de alguno de estos factores mencionados”. Las consecuencias son evidentes : Incremento de los conflictos sociales.
Una mayor incidencia de conflictos socio-ambientales para el caso peruano, un país andino mega diverso y vulnerable a los efectos del cambio climático, precisa de una lectura clara que le permita mitigar la ocurrencia de impactos altamente probables de cara al futuro.
Trazabilidad para la seguridad alimentaria
La débil sinergia que los sistemas políticos prestan a este trinomio AAE, se constituyen en un factor
responsable del actual desbalance y desequilibrio entre el hombre y su
medio ambiente. La ecuación es simple, a los sucesos dependientes y fluctuaciones estadísticas, se adiciona una población vulnerable situada en
zonas de influencia, desconfiada de la capacidad del Estado para
prevenir y/o mitigar la potencial afectación en términos de calidad y/o
cantidad de agua disponible, producto de actividades minero-energéticas
produciendo externalidades y sobrecostos
a la agricultura, ergo a la alimentación en áreas identificadas como críticas.
Presión poblacional
El crecimiento de la población peruana [millones de habitantes], en siete décadas pasó de menos de diez (1950) a treinta y dos (2019) y traspasaría en una década treinta y siete (2030), superando cuarenta en tres décadas (2050). Eventos migratorios coyunturales instantáneos se suman al proceso incremental ejerciendo presión sobre los servicios básicos en ciudades, en especial en la franja desértica costera donde la disponibilidad y acceso al recurso agua cuenta con marcadas restricciones.
Vista del Territorio peruano_Franja costera y amazonía. Fuente NASA. |
Interdependencia y paralelismo en la relación AAE
Se encuentra latente el desafío planteado para
relacionar el sector minero energético con la agricultura, desarrollando
operaciones con las restricciones ya conocidas en el mismo espacio geográfico, con distintos pisos altitudinales
que marcan la disponibilidad del recurso agua, en donde se hace necesaria las buenas
prácticas y uso eficiente de AAE. Con la creciente
presión social, económica y ambiental sobre los componentes sistémicos AAE, se incrementan y ponen de relieve las diversas interdependencias, entre las que puedo citar al desarrollo agrícola amenazado por elevado costo de bombeo y agotamiento
de los acuíferos; una agricultura sin mayor acceso a los adelantos tecnológicos necesita cada vez más agua y requiere mayor suministro de energía eléctrica producida con esa misma agua, para alimentar sus propios procesos.
La denominada capa arable de los suelos son lavadas por efecto de la escorrentía superficial en la cuenca alta y transportada hacia la cuenca baja, este proceso se ve incrementado por la tala de bosques a través del tiempo impactando en la calidad de las aguas que transportan ingentes cantidades de sólidos totales.
Incremento de la erosión y desplazamiento de sedimentos
Los eventos extraordinarios presentados en territorio peruano para con el fenómeno El Niño de los años 82-83 y 97-98, evidenciaron un incremento de la erosión en diferentes cuencas hidrográficas. En el extremo norte de la costa peruana se registró un aumento en treinta veces el transporte promedio anual de sedimentos fluviales.La denominada capa arable de los suelos son lavadas por efecto de la escorrentía superficial en la cuenca alta y transportada hacia la cuenca baja, este proceso se ve incrementado por la tala de bosques a través del tiempo impactando en la calidad de las aguas que transportan ingentes cantidades de sólidos totales.
Vista de la costa sur peruana_Líneas de Nazca y áreas erosionadas_Fuente NASA. |
Impacto en la gobernanza y gobernabilidad en Perú
Parafraseando a la frase acuñada en el VI foro Mundial del Agua (Francia,2012) "la crisis del agua por la que atraviesa
el Perú obedece en gran medida a una crisis de gobernabilidad" y en ese orden de ideas, la crisis de gobernanza del agua referido a los prestadores de servicios de agua y saneamiento que
enfrentan dificultades financieras debido a altos costos de energía, son evidenciados por los segmentos AAE soslayados en la praxis, que desconocen
y divergen de las verdaderas necesidades del país.
En estricto se busca que el gobierno, en sus tres niveles de gestión, fomente acciones en relación a
la gobernanza Agua-Alimentos-Energía (AAE), que implemente programas, que sea activista y que
cumpla con las legislaciones que ha creado.
Los críticos al actual régimen pregonan que las exportaciones bajan por sexto mes consecutivo en el 2019,
el desempleo aumentó un 5.5% y no hay mayor inversión en proyectos de gran porte e interés Nacional; que no se toma en cuenta la posición de agricultores como actores importantes de
la cadena productiva en la comida principal del mercado peruano, sin embargo, no miran el proceso histórico seguido a lo largo de los casi doscientos años de vida en la República peruana, excluyen el panorama general de crecimiento peruano, tampoco el efecto Odebrecht y la posición de ex presidentes presos o con causas judiciales; en prospectiva la diversidad ecosistémica existente en el país andino, sin perjuicio a dimensionar los efectos de los fenómenos climatológicos adversos en la
producción y el comercio de alimentos.
Esta
diferencia conceptual podría entenderse, al margen de la proximidad del año pre electoral, a la forma de como medir el comportamiento económico. Un ejemplo pragmático es la forma de ver si cayó o creció la economía peruana en el primer trimestre del 2019. Según The Economist, la economía peruana cayó en un 5.3% en
el primer trimestre. En contraste, el INEI muestra un crecimiento de 2.6%. Mientras
The Economist lo hace respecto al trimestre anterior (cuarto trimestre del
2018), el INEI se basa en la comparación con el primer trimestre del 2018.
Suelos amazónicos en Perú impactados por acción antrópica. |