El daño ambiental causado por la fiebre nacional del oro en Perú sigue en franco crecimiento cerrando el año 2024, a tal punto que los impactos en las dimensiones político, ambiental, económico y social no pueden ser soslayados por las administraciones de turno en sus tres niveles de gestión.
Los eventos climatológicos e hidrológicos que se presentan con diversa gradualidad para las 159 cuencas hisdrográficas existentes en el país, se ven exitados en las últimas dos décadas con los episodios extremos de avenidas y sequías, incrementando la vulnerabilidad por falta de agua y la concentración de la contaminación producida a causa de actividades ilegales.
Así, los cuerpos de agua impactados localizados en la cuenca amazónica, del lago Titicaca y ríos en la cuenca del Pacífico, son susceptibles de observarse satelitalmente por la magnitud que vienen alcanzando, evidenciando los estériles esfuerzos desarrollados por los operadores de justicia tanto del ministerio público y el poder judicial; sin perjuicio del limitado control político mostrado por la representación nacional en el Congreso de la República.
Seguidamente presento el mosaico creado en diferentes cuencas del territorio peruano como el resultado de la fiebre de extracción de oro aluvial o de socavón.