A continuación reproducimos una publicación hecha por el prestigioso diario El Comercio , que consideramos pueda complementar la información expuesta en el presente espacio.
En toda la historia del Perú nunca se vio una promesa de inversión tan alta como la hecha por el sector minero: de US$42.500 millones en los próximos diez años (el 85% de las reservas internacionales netas). Esto, pese a la amenaza constante en los últimos seis años de que el sector será gravado con mayores impuestos.
Un poco de historia.
En la campaña electoral del 2006, el presidente Alan García, al unísono con su contrincante de ese entonces, Ollanta Humala, anunció la aplicación de mayores regalías a las existentes (de 1% a 3% sobre las ventas). Asimismo, aunque con menos eco, en los últimos tres años en el Congreso se presentaron hasta cuatro proyectos de ley orientados a castigar las ganancias extraordinarias que tuvieron las mineras gracias al alza de los precios de los commodities. Sin embargo, ninguno de ellos prosperó.
Hoy, nuevamente la aplicación del llamado impuesto a las sobreganancias mineras ha sido puesta en el tintero. El miembro del equipo económico de Gana Perú, Luis Alberto Arias Minaya, indica que aún no hay una propuesta clara sobre este asunto. “En los próximos cien días se deberá tener una que permita mantener la competitividad del sector y a la vez que el Estado tenga una mayor participación de las utilidades mineras”, dijo. Así, una nueva carga impositiva al sector es inexorable.
Para Comparar
¿Se justifican mayores impuestos al sector minero? Germán Alarco, investigador de Centrum Católica, indica que sí, porque los minerales son recursos de la nación que se van agotando y las posibilidades de extracción futuras son menores. Asimismo, porque es justo que el país participe de las ganancias extraordinarias resultado de los mayores precios internacionales y no de la mejora productiva del propio sector.
Estos son casi los mismos argumentos que ha planteado el ex candidato –y ahora presidente electo– Ollanta Humala para lanzar el tema durante la campaña. Sin embargo, hay una serie de aspectos que forman parte de la discusión, como la acusación de que la minería paga menos impuestos en el Perú frente a otros países como Chile, aspecto que es discutible.
En marzo pasado, el Instituto Peruano de Economía (IPE) desarrolló un estudio orientado a determinar si la minería peruana tiene la misma o una menor carga tributaria que en otros países, sorprendentemente descubrió que el sector minero peruano tiene una carga impositiva alta; incluso más que competidores como Chile, México, Canadá y Australia con los que nuestro país se disputa los dólares de la inversión minera.
Miguel Palomino, quien hizo la investigación del IPE, señala que en la medida en que en todos los países no se aplican los mismos impuestos (en unos países, como en Chile, se cobran regalías a las utilidades operativas; en otros, sobre las utilidades netas o las ventas) se tuvo que desarrollar un ejercicio a través del cual se pudiera medir el grado de afectación y se logró descubrir que si una empresa tiene una rentabilidad de 10%, la carga tributaria es de hasta 64,5% en el Perú, superando a los competidores. Sin embargo, a una mayor rentabilidad (por ejemplo de 60% sobre las ventas), la carga impositiva disminuía a 42,6%; siendo en algunos casos igual o menor que los competidores.
Esto crea además localmente una paradoja: las empresas pagan menos en la medida en que más utilidades tienen, cuando debería ser al revés. “Esto es absurdo, porque de esta manera cualquier proyecto que no sea de una rentabilidad alta está afectado y si gana mucho le cobras casi nada”, señala Palomino.
La explicación es muy sencilla, en el Perú las regalías (de hasta 3%) están fijadas en función a las ventas a diferencia de países como Chile, el cual aplica una regalía que es estable (no cae) y castiga más al que más gana, pues en este caso el Estado aplica regalías a la utilidad operativa. “Aquí no se está asociando el impuesto al valor sino a las toneladas de mineral”, señala.
Arias Minaya indica que en los últimos años las mineras peruanas, por los precios altos, no han tenido rentabilidades que hayan oscilado entre el 10% y 60% sino entre 50% y 90% de sus ventas; por lo que en este aspecto han estado pagando mucho menos de lo que deberían. “Eso no refleja el estudio del IPE”, señala, de lo cual se infiere que las mineras han pagado menos de lo que podrían contribuir.
En ese sentido, el aumentar la presión tributaria sobre las mineras pasará necesariamente por revisar las actuales regalías que se cobran al sector minero, según adelantó Minaya.
Nuevos elementos
Por supuesto que el tema de pagar mayores impuestos no es visto con buenos ojos por los empresarios, quienes están a la espera de la invitación del equipo técnico para discutir el tema. El presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, Pedro Martínez, demostró estar preocupado porque el grado de competitividad alcanzado por el sector podría verse afectado y con ello los ingresos del país.
“La minería es un sector muy gravitante en la vida económica del Perú no solo por el monto de inversión sino por todo lo que viene asociado… en lugar de gravar eternamente a la minería, que de por sí los impuestos que paga significan un tercio de la recaudación fiscal, debemos invitar a más compañías a venir al país”, señala.
Martínez indica que el tema de cuánto más pagarán las mineras debe resolverse técnicamente. En teoría, aún no se ha determinado un monto ni un porcentaje, pues se requiere de estudios, según indicó Félix Jiménez, miembro del equipo económico de Gana Perú. La preocupación de Martínez no deja de ser cierta: una nueva tasa tributaria podría poner en juego la competitividad alcanzada hasta el momento. Más aun cuando el vaivén político y los problemas socioambientales han generado que en el ránking que desarrolla el instituto canadiense Fraser –que mide el interés de los inversionistas mineros del mundo– el Perú haya caído del puesto 11 al 48 en los últimos dos años.
El economista Alejandro Indacochea, señala que si bien las empresas que están en el país ya tienen inversiones planificadas, continuarán desarrollándolas, por lo que un nuevo impuesto afectará a las inversiones futuras, socabando el potencial del desarrollo minero del país y matando lentamente a la ‘gallina de los huevos de oro’.
“Hay que pensar en agrandar la torta en vez de repartirla”, señala. Lo que tocará en ese sentido será hilar fino. Minaya reitera que se mantendrá la competitividad del Perú frente a los países que explotan similares recursos. Pero el hacerlo no es cosa sencilla, buscar un equilibrio adecuado será una tarea en la que deberán intervenir todos los interesados: los mineros en obtener mayores rentas y el país que busca obtener más recursos para financiar su desarrollo.
Para finalizar, sólo nos provoca hacer un comentario adicional : El tema de impuesto minero no involucra única y exclusivamente aspectos económicos, tiene además componentes Político, social y ambiental.
No incluirlos en el debate técnico generará , sin lugar a dudas , inestabilidad y cuestionamientos sobre la legitimidad del acuerdo logrado.