Sumarse tarde
al auge de la minería ayudó a Perú a eludir el congelamiento mundial de las
inversiones originado en la caída de los precios. Ahora, la llegada de proyectos se está agotando y la posibilidad del país de ser una superpotencia del cobre como el vecino Chile en gran medida depende de la sintonía del próximo presidente con comunidades de las zonas productoras.
Si bien el presidente
saliente, Ollanta Humala, favoreció un aumento de las inversiones y la
producción y la empresa china MMG Ltd. y Freeport-McMoRAn Inc. iniciaron nuevos
emprendimientos, otras compañías como Southern Copper Corp. y Newmont Mining
Corp. archivaron proyectos ante un rechazo de las comunidades que desembocó en
violentas protestas.
La minería representa la
mitad de las exportaciones de Perú y la década de oro de la industria para las
inversiones contribuyó a aumentar los ingresos y reducir la deuda pública. El
país está desafiando la posición de Chile de principal proveedor de cobre de
China, con una cuota del 28 por ciento en los primeros cuatro meses del año,
según Bloomberg Intelligence.
Pero hay un largo camino por
recorrer en un país en el que la resistencia de las comunidades es uno de los
factores que tiene detenidos proyectos de minería por valor de US$22.000
millones, según el banco central, y donde ninguna mina grande inició
construcciones desde 2012. Convencer a la gente de que la minería es una
bendición y no una amenaza para sus comunidades podría ser el factor que defina
el futuro de la industria.
Comenzar de nuevo
“Habrá que sentarse de nuevo
y empezar a hablar con quienes representen a una comunidad o con toda la
comunidad, cueste lo que cueste”, dijo telefónicamente César Pérez-Novoa,
co-responsable de investigación de BTG Pactual para América Latina. “Hay que
hablar con ellos sobre lo que necesitan y de cómo mejoraría su vida con las
regalías y el canon minero”.
Perú cuenta con todos los
elementos necesarios para tener una industria minera exitosa, entre ellos
potencial geológico, costos bajos, agua y energía, señaló Pérez-Novoa, peruano
que vive en Santiago. Los minerales son mucho más ricos que en el vecino Chile.
Los proyectos de compañías
como Glencore Plc, Freeport y Chinalco Mining Corp. International llevaron las
inversiones a un récord de US$9.700 millones en 2013 e impulsaron un aumento de
la producción de cobre en los últimos meses. Este año las inversiones llegarán
a unos US$4.500 millones y a no más de US$2.500 millones el año que viene y
podrían caer a US$1.000 millones en 2018 si la situación no mejora, según
Carlos Gálvez, presidente de la agrupación de la industria minera SNMPE.
“Sería un insulto pasar de
casi US$10.000 millones de inversiones a US$1.000 millones pero eso es lo que
sucederá si las compañías no consiguen permisos y la licencia social para los
nuevos proyectos”, dijo telefónicamente Gálvez desde Lima. “El nuevo presidente
tiene que mostrar liderazgo, algo que hasta ahora ha faltado”.