El Perú se mantuvo como uno delos países visitantes más importantes durante la Convención del PDAC(Prospectors and Developers Association of Canada).
La delegación peruana
coordinó para nuevamente ser un “país auspiciador”, denominación que tuvo por
primera vez el año pasado. Se trata de una estrategia de marketing para captar
inversionistas, una suerte de in PERÚ minero.
Las conferencias y discusiones
estuvieron envueltas del optimismo propio de una delegación que busca
promocionar al país, por lo que se enfatizaron los aspectos positivos del Perú
como plaza minera y no se trataron algunos problemas claves como las
modificaciones a los contratos de estabilidad tributaria de las mineras –que
aumenta el riesgo de la inversión para las operaciones actuales.
Uno de los momentos más
interesantes fue el panel internacional sobre el atractivo minero del país.
Tras el optimismo inicial sobre las bondades del Perú, se pidió a los
panelistas realizar recomendaciones a los inversionistas mineros que deseen
ingresar al Perú. Estas y otras consideraciones fueron presentadas por Semana Económica.
El panel ofreció una cuota de realismo y consejos prácticos
para los inversionistas.
PACIENCIA Y BUENAS RELACIONES
“Deben estar preparados para
realizar una inversión a largo plazo en el Perú”, afirmó Stephen Benoit, jefe
de la región Andina de Export Development Canada. En la práctica, el tiempo
requerido para desarrollar un proyecto termina siendo 4 a 6 veces más que el
inicialmente estimado, dijo. Sin bien reconoció los esfuerzos del gobierno para
reducir la lentitud en la aprobación de estudios y permisos para iniciar la
construcción del proyecto, advirtió que implementar estos cambios tomará un
“largo tiempo”. Por ello recomendó a los inversionistas realizar presupuestos
de inversión considerando un plazo largo.
Otro punto clave en el que varios
ejecutivos coincidieron fue el desafío para obtener la llamada licencia social,
es decir, el apoyo de la comunidad. Pese a que pueda haber apoyo del gobierno
nacional, “al final del día lo que sucede a nivel local es que determina el
[éxito del] proyecto”, sostuvo Lance Crist, jefe de Industrias extractivas del
IFC (brazo financiero del Banco Mundial que financia proyectos mineros). Crist
recomendó que las empresas mineras inicien su relación con las comunidades
cercanas al proyecto desde la etapa inicial de exploración. Enfatizó que este
aspecto no puede ser dejado de lado incluso las compañías de exploración
(juniors) con poca caja en la actual coyuntura, tras la caída de los precios de
los metales.
Más que prometer beneficios desde
el inicio, la clave consiste en manejar las expectativas de la comunidad y
comunicar constantemente sobre los avances del proyecto. “Cada vez que visito
una mina, la cantidad de desinformación es increíble”, dijo. Carlos Casas,
director ejecutivo del nuevo Centro de Estudios sobre Minería y Sostenibilidad
de la Universidad del Pacífico, coincidió en que se debe buscar una relación
sostenible con la comunidad. “Aquellas empresas que han priorizado el largo
plazo y el desarrollo de la comunidad como objetivo más importante son las que
han sido las que han obtenido más beneficios y mejores resultados [en el
desarrollo de sus proyectos]”, sostuvo.
Este tipo de riesgos
desincentivan a los inversionistas porque implican incertidumbre sobre el éxito
de sus proyectos. “Las empresas mineras aman la predictibilidad y odian las
sorpresas”, dijo Glen Ives, jefe de minería para las Américas de la firma
consultora Deloitte. Sin embargo, los riesgos existen en todos los países en
donde existe minería. De lo que se trata es de manejarlos y mitigarlos. “Hay
que ser previsores”, agrega Carlos Casas. Prepararse para la incertidumbre
permitirá a las empresas enfrentar estas “sorpresas” y evitar que sus proyectos
terminen entrampados.