Vivimos en momentos difíciles en Perú - a decir de su actual mandatario - y se tiene al frente desafíos que deben enfrentarse a un entorno complejo impactado por el descubrimiento de grandes redes de corrupción, involucrando a connotados líderes de organizaciones políticas vigentes.
La información y denuncias llegaron desde el exterior y es tarea del Ministerio público y el poder Judicial, accionar ajustados a derecho y aplicar las leyes que correspondan.
En pocos meses se renovarán autoridades locales y regionales; sin embargo, los procesos judicializados toman su tiempo y el país debe volver al camino de progreso y desarrollo que por justicia e historia merece el pueblo peruano.
Contribución del sector minero
La recuperación del precio internacional del cobre y el uso intensivo de esta materia prima en China,permite ver con optimismo el sector minero y las industrias colaterales en Perú. En este escenario, la actual administración del gobierno central peruano establece como meta de inversión minera de 35 mil millones de dólares al año 2021.
Esta moderada cifra al ser contrastada con la proyección histórica de la cartera estimada de inversión minera se referencia al año 2010, es decir, más de una década retrasada al año proyectado 2021.
Cartera de inversión minera que debiera poner en valor la Administración del Gobierno central peruano. |
Errores hay,sin duda
Siendo los capitales invertidos en el sector minero uno de los impulsores del crecimiento económico peruano, se vieron sin mayor soporte en su relacionamiento comunitario y gestión de riesgos, pues los proyectos trabados fueron en gran parte mérito de la burocracia instituida en el aparato estatal peruano.
Lamentablemente se persiste en el paradigma que divorcia el acompañamiento de las inversiones privadas con la función estatal de fomento y promoción de las mismas. Esta conducta se mantiene en las administraciones de los tres niveles de gestión.
Atención de los pobres invisibles
Un ejemplo de la inopia estatal, constituye la falta de atención a los pobres invisibles por el Estado peruano, especialmente en regiones con tradición minera, como en el caso de Cajamarca,Ancash y Cerro de Pasco.
El 2018 puede ser "El año del impulso minero en Perú" si es que se implementan nuevas políticas y estrategias de atención a los cientos de miles de familias que demandan atención y reconocimiento de sus derechos por parte del Estado y que al sentir su ausencia, presionan a las operaciones mineras en marcha, incrementando los conflictos sociales y que podrían postergar las inversiones potenciales, como en el caso de Apurimac,entre otras.