Tal como lo vengo indicando en publicaciones anteriores en este espacio, al pasar de un estado de estrés hídrico (entre 1000 y 1700 m3 percápita/año) a la situación de escasez de agua ( menos de 1000 m3 percápita/año) en diferentes cuencas de la región de las américas y el caribe; se tiene los daños ocasionados por el déficit hídrico que obliga a los países a declarar el estado de emergencia.
Es en este sentido que el día de hoy, jueves 13 de octubre del 2022, con Decreto Supremo N° 122-2022-PCM, Perú declaró en estado de emergencia a once distritos en cinco provincias del departamento de Piura (región al norte del País).
La escasez de agua o déficit hídrico reconocida por el dispositivo legal peruano, no hace sino validar nuestras investigaciones que datan de hace décadas atras sobre la necesidad de gestionar eficientemente el recurso hídrico que se ve impactado por el cambio climático y agravada por la contaminación de origen antropogénico.
La falta del recurso hídrico viene impactando a todos los usuarios, particularmente al sector agrícola y consecuentemente afecta la seguridad alimentaria del país, que ya fue golpeada por la pandemia del COVID-19 y recientemente en la campaña agrícola 2022-2023 con la falta de fertilizantes.
En este contexto, los esfuerzos de los organismos no gubernamentales, como es en el caso de PRODESA y PLANETA +VIDA, van destinados a mitigar los impactos que se vienen presentando en el país de los incas.