Urge redoblar esfuerzos para llevar a la práctica un manejo más responsable e integral del agua para diversos usos en el Perú y particularmente en su capital Lima, a la luz del impacto que viene actualmente soportando la EPS SEDAPAL que abastece de agua para consumo humano en Lima y callao.
Corte de agua por la coyuntura del 2023
En esta oportunidad, la población de Lima sufre la falta de agua en razón a un problema de comunicación generado en el marco del proceso de la realización de una obra programada consistente en el empalme en la tubería de hierro ductil matriz de agua de dos metros de diámetro. Labor ejecutada en dos frentes, el reservorio OVNI y la cámara Ford; con la cual se mejoraría el servicio de abastecimiento de agua para los usuarios en la zona de influencia de La Atarjea y Villa El Salvador, ubicado al sur de Lima.
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Empalme en tubería matriz para el reservorio OVNI en la Atarjea |
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Empalme en la cámara Ford a la altura del Puente Santa Anita. |
Corte y racionamiento de agua por emergencia
El planeta, la región de la américas y en consecuencia el Perú, están advertidos desde hace décadas sobre el proceso seguido del estrés hídrico a la escasez de agua dulce.
En ese sentido, se exhortó al manejo responsable del recurso agua para sus diversos usos, sin embargo, por una serie de eventos de público conocimiento, las diferentes administraciones de los distintos gobiernos en países de la región, ralentizaron inversiones para ejecutar proyectos que aseguren el acceso y disponibilidad al recurso agua en el marco de una política de Estado ajustado al desarrollo sostenido de los pueblos.
En el caso peruano, Lima es altamente vulnerable ante acciones antrópicas que incrementan los riesgos para impactar en términos de calidad y cantidad del agua, así como su poca resiliencia ante eventuales fenómenos naturales, dada la presión demográfica que ostenta y la informalidad en muchas de sus edificaciones.
Como caso anecdótico de reuso del agua dulce, Lima que está localizada en un desierto, después de tratar sus aguas residuales en las plantas de tratamiento de Taboada y La Chira, las arroja al oceano pacífico empleando emisarios submarinos.
Otros episodios de Lima sin agua
La capital de la república peruana, Lima, ya pasó en años anteriores por las amargas experiencias de quedarse con el servicio de agua para consumo humano restringidos; siendo uno de los episodios más dramáticos los acontecidos en el año 2004 ante la falta de lluvias y la poca capacidad de almacenamiento del recurso hídrico en ese entonces.
Transcurridos casi dos décadas, no se podría afirmar categóricamente que el servicio de agua potable de Lima se encuentra garantizada, ya que pese al esfuerzo realizado por los actores sociales y múltiples instituciones responsables, existen millones de peruanos en Lima, que en pleno siglo XXI aún carecen al acceso a los servicios básicos de agua en sus domicilios, pese a que su norma constitucional indica que el Estado reconoce el derecho de toda persona a acceder de forma progresiva y universal al agua potable, garantizándole este derecho.