El año 2001 la empresa Minera Majaz, subsidiaria de la empresa británica Monterrico Metals, obtuvo concesiones mineras en territorios de propiedad de las comunidades campesinas de Yanta (provincia de Ayabaca) y Segunda y Cajas (provincia de Huancabamba), en la región Piura, zona norte del Perú.
Una de estas concesiones fue el proyecto minero Río Blanco, que buscó explotar un yacimiento de cobre y molibdeno.
Organizaciones sociales y comunidades de cuatro provincias pedían la creación de zonas exentas del desarrollo minero. Las comunidades campesinas de la zona rechazaron el proyecto porque lo consideraron una amenaza para la agricultura y al uso de agua para consumo humano.
Una de estas concesiones fue el proyecto minero Río Blanco, que buscó explotar un yacimiento de cobre y molibdeno.
Organizaciones sociales y comunidades de cuatro provincias pedían la creación de zonas exentas del desarrollo minero. Las comunidades campesinas de la zona rechazaron el proyecto porque lo consideraron una amenaza para la agricultura y al uso de agua para consumo humano.
Los promotores del rechazo al proyecto minero ,con esta medida, llegaron a inferir que la presencia de la minería no sería favorable para el desarrollo de la región.
El discurso desplegado en ese entonces, consideró que la población local opta por su propio modelo de desarrollo basado en la agricultura orgánica , la actividad agropecuaria y la agro-exportación.
Sin embargo, en Piura se habían detectado 6 mil 600 mineros artesanales focalizados en las zonas de Suyo, Sapillica y Tambogrande.
Posteriormente, en el distrito de Carmen de la Frontera que fuera el epicentro del conflicto en Huancabamba en torno al caso Río Blanco, se llegó a considerar la necesidad del uso de instrumentos de gestión ambiental,tales como el ordenamiento territorial y de zonificación económica ecológica para organizar de manera racional su territorio y promover actividades que permitan el uso adecuado de los recursos que existen en ese territorio.
Otra experiencia mas actual de la oposición a la actividad minera, se produjo en Cajamarca, donde no dejaron que Yanacocha y otras empresas sigan explorando y explotando minerales. Un ejemplo es el retraso de la puesta en marcha del proyecto cerro Quilish y el proyecto Minas Conga.
El cerro Quilish tiene reservas probables y probadas que ascenderían a 3.7 millones de onzas de oro recuperable. Adicionalmente, el yacimiento contiene 500 mil onzas de oro potencial mente recuperable.
Por su parte, el proyecto de Minas Conga comprende dos depósitos de cobre-oro localizados al noreste del área operativa de Minera Yanacocha, en las provincias de Celendín, Cajamarca y Hualgayoc.
Este proyecto tiene reservas probadas y probables de 11.8 millones de onzas de oro y 3.2 mil millones de libras de cobre.Con ello, la producción que se esperaría alcanzar en Minas Conga estaría entre 450 mil y 780 mil onzas de oro al año, mientras que la producción de cobre estaría entre 175 mil y 225 mil libras.
En resumen, el impacto en la producción de la mina Yanacocha, caería un 25%, a 1.5 millones de onzas este 2010.Si se hubiera explotado el proyecto del cerro Quilish en Cajamarca, Perú habría alcanzado ventas de oro 25% superiores a las actuales, que son de $5,000 millones de dólares. Este último impacto ha costado al Perú $1,250 millones de dólares.
Lo cierto es que gracias a este discurso y actuación de rechazo a la minería del país ha caído en el ranking mundial de paises productores de oro.