En nuestro análisis del ¿Porqué se viene cayendo la inversión para exploración minera en Perú? explicábamos algunos factores por el cual existía una tendencia decreciente de la inversión para exploración minera en general; en esta ocasión Gestión la visualiza en términos del desplome en la exploración minera de Oro, según datos de Reuters :
"Las mineras de oro han dejado de
explorar en busca de nuevos yacimientos en Perú y culpan a los conflictos
sociales, las restricciones ambientales y a la burocracia por un sostenido
declive en la producción que podría afectar a la economía.
Perú es el sexto mayor productor
mundial de oro y las exportaciones del metal suelen ser una cuarta parte del
total. Pero la producción de oro bajaría este año al menos un 4% para acumular
en los últimos tres años una caída del 17% y del 34% si se calcula desde el
2005, según datos oficiales y de empresas obtenidos por Reuters.
El desplome es consecuencia de que
las empresas casi no están explorando para reponer sus reservas de oro, que van
menguando por la antigüedad de sus minas.
“Este año la producción va a seguir
cayendo y la razón principal es porque hay grandes restricciones ambientales y
sociales para poder explorar”, dijo Carlos Gálvez, gerente financiero de
Buenaventura, una de las mayores productoras de oro y plata. “Es muy difícil
encontrar lo que no se busca”.
Más allá de los problemas en el
país, tampoco los empresarios están teniendo muchos incentivos para invertir en
exploración: los precios internacionales del oro han caído un 32% desde sus
máximos históricos de US$ 1,920 por onza en septiembre del 2011.
Perú ya comenzó a sentir algunas
consecuencias de ello en su balanza comercial. El año pasado anotó su primer
déficit en 13 años, en gran parte por la menor demanda global de minerales,
pero también por la caída de los precios del metal precioso.
No son las mejores noticias cuando
la economía local crece debajo de su potencial y las autoridades se preparan
para revisar a la baja su pronóstico de expansión del 6% para este año.
Aunque para cualquier país del mundo
desarrollado pueda sonar vertiginoso, los analistas calculan que Perú necesita
crecer al menos a un ritmo del 6% anual para poder reducir la pobreza que
sofoca a uno de cada cuatro peruanos.
En el Gobierno no están demasiado
preocupados por el menor brillo del oro y creen que la producción sería más
estable de lo que se pronostica debido a la ampliación de minas pequeñas.
“Lo que hace el oro es cortar un
poquito (el PIB minero), pero no es que la economía no crece tanto porque no
produzcamos oro”, dijo el viceministro de minería, Guillermo Shinno.
Resistencia y papeleo
Yanacocha, la mayor mina de Perú,
controlada por la estadounidense Newmont Mining y la peruana Buenaventura ,
redujo el año pasado su producción de oro un 24% frente al 2012. Y este año la
recortaría en un 3.8% adicional.
“Yanacocha necesita explorar para
reponer reservas y aumentar la vida de mina. En ese sentido, el proyecto Conga
iba a incrementar el nivel de vida de esta mina”, dijo la analista de minería
Intéligo SAB, Lali Merino.
Pero Newmont Mining suspendió en el
2011 la construcción del proyecto de oro y cobre Conga, de unos US$5,000
millones, después de violentas protestas de pobladores que se oponen al plan
por temores ambientales.
Ahora la firma está tratando de
convencer a las comunidades de que apoyen el proyecto, pero los lugareños no
están conformes con un transvase de las aguas de cuatro lagunas glaciares que
planea realizar la minera para avanzar con su proyecto.
Su socia Buenaventura puso a la
venta cuatro pequeñas minas que quedaron paralizadas por su baja rentabilidad y
también porque no pudo seducir a los pobladores. Además tiene congelado un
proyecto conjunto con GoldFields por no haber llegado al precio que quieren las
comunidades por sus terrenos.
La mina de oro Pierina, de la
canadiense Barrick, llegó al término de su vida útil y será cerrada. Analistas
calculan que eso reduciría en un 13% la producción de la compañía.
“La minería es una actividad que
implica una exploración permanente”, dijo Gálvez de Buenaventura. “Y cuando se
tiene que sacar un permiso para explotación, se demoran la vida eterna”.
En los últimos años los trámites
para los permisos se han vuelto más engorrosos, con procesos que toman varios
meses sólo para resolver observaciones a planes ambientales, requerimientos
detallados de planes de cierre de mina, reportes frecuentes de inversiones e
información de audiencias con comunidades afectadas que a veces se frustran por
factores políticos.
El viceministro Shinno reconoció que
las normas ambientales del sector datan de 1993 y deben ser actualizadas para
incluir nuevas exigencias con procesos más cortos que ayuden al empresario a
concretar inversiones con mayor rapidez.
“Estamos trabajando con el
Ministerio del Ambiente para crear una norma que si bien garantiza el respeto
al medioambiente, de alguna manera también sea una norma promotora para las
inversiones”, precisó Shinno.
Otra de las preocupaciones de los
empresarios del sector es la implementación de la nueva Ley de Consulta Previa,
que da más voz a las comunidades indígenas para definir el futuro de un
proyecto y cuyo reglamento está en elaboración por el Gobierno.
Cobre por oro
Como el oro pierde brillo, las
autoridades peruanas están apostando a los proyectos de cobre -del cual Perú es
el tercer mayor exportador del mundo- para minimizar el impacto de la caída de
la producción aurífera y de los precios en la balanza comercial.
“Lo que mueve más la economía son
los proyectos de cobre”, afirmó Shinno.
Entre los nuevos emprendimientos para
el metal rojo destaca la mina Toromocho, de la china Chinalco, que producirá
300,000 toneladas de cobre desde mediados de este año, cuando trabaje a plena
capacidad, para elevar en un 25% la producción peruana de cobre.
“Hacia adelante, básicamente nuestra
perspectiva en cuanto a los nuevos proyectos mineros va más por el lado del
cobre y no tanto por el oro”, dijo la semana pasada el jefe de estudios
económicos del Banco Central, Adrián Armas.