El diario El Comercio publica hoy un tema altamente sensible relacionado con la campaña ideológica antiminera que explicáramos en Antiminería & Conflictos sociales :
"Porfirio Medina, electo
vicepresidente de Cajamarca que ocuparía el cargo de Gregorio Santos, pues este
está en prisión, no parece traer buenas noticias para su región. En recientes
declaraciones ha reiterado su oposición absoluta al proyecto Conga y, en general,
a la minería en cabecera de cuenca. Aparentemente, esto también pondría en
peligro proyectos como Galeno y Michiquillay.
De hecho, ayer, en una entrevista
para Canal N, Medina se mostró –pese a negar ser antiminero– todo lo opuesto a
entusiasmado cuando se le preguntó sobre su visión acerca de varias de estas
importantes inversiones. Medina incluso
describió las relaciones del gobierno cajamarquino con la mayoría de las
mineras como de abierto enfrentamiento y no como una en la que el primero fomenta
la actividad de las segundas dentro del marco de la ley.
Por supuesto que la actividad
minera le crispe los pelos al Gobierno Regional de Cajamarca más allá de Conga
no es una novedad. El movimiento político de Santos en reiteradas ocasiones ha
menospreciado el valor de la minería y ha llegado a sostener que Cajamarca
podría sustituirla por actividades como la agricultura. Pero lo cierto es que
sin minería el futuro de esta región resulta muy sombrío. En efecto, según
Cómex, para que la agricultura equipare el aporte de la actividad minera en
esta región debería crecer 69%, algo que está muy lejos de suceder.
Medina incluso no tiene claro
cuál es el aporte de la minería a su región. Cuando se le preguntó sobre los
beneficios que traería la ejecución de Conga, él respondió: “Conga ofrece 10
mil puestos de trabajo con 15 mil millones de soles. Me parece ridículo. Oiga,
yo no necesito 15 mil millones de soles”.
Quizá sea cierto que Medina no
necesita ese dinero o el trabajo, pero Cajamarca sí. Y a gritos. Esta región
hace dos años que se encuentra en recesión, el empleo viene cayendo
sostenidamente y actualmente tiene la mayor tasa de pobreza del país, en buena
parte porque la actividad privada se paralizó debido al movimiento antiminero.
Por otro lado, Medina no entiende que el aporte de Conga a la economía
cajamarquina va más allá de los puestos de trabajo y de la millonaria inversión
(que representaría el 52% de la correspondiente a ese sector en Cajamarca).
Además, para el Estado la ejecución de Conga supondría recaudar aproximadamente
US$3.000 millones (de los cuales la mitad le correspondería al gobierno
regional) y, como todo gran proyecto minero, generaría numerosas oportunidades
de negocio que multiplicarían la riqueza directamente producida. Si sumamos el
resto de la cartera minera en Cajamarca tenemos inversiones potenciales por
US$9.208 millones que podrían cambiarle la vida a buena parte de sus
ciudadanos.
Lamentablemente, para Santos,
Medina y sus seguidores este es un tema
ideológico: la minería en cabecera de cuenca es mala per se, siendo irrelevante
que los estudios de impacto ambiental confirmen que no representa un peligro y
que las poblaciones en el área de influencia estén de acuerdo con que venga la
inversión.
Y estos señores no tienen
inconveniente en torcer la verdad para tratar de legitimar su campaña
ideológica por librar a Cajamarca de la actividad minera. Por ejemplo, diciendo
que esta contamina o afecta el agua, cuando los expertos coinciden en que no
tiene que ser así. O señalando que Santos está preso por sus posiciones
políticas, cuando lo cierto es que lo está por las acusaciones de corrupción
que recaen en su contra. Santos, de hecho, está acusado –con graves pruebas– de
actos de corrupción en 11 procesos de contratación de obras y servicios, y
también de haber aprovechado fondos públicos propiedad de todos los
cajamarquinos para financiar las protestas anti-Conga.
La riqueza enterrada en el suelo
de Cajamarca no es ni del señor Santos ni del señor Medina. Es de todos los
peruanos. Y la Constitución dice que quien cumpla las leyes vigentes puede
explotarla en beneficio del país. Ojalá y el Gobierno Central logre que, por
pura ideología, no se le niegue esta oportunidad de desarrollo a Cajamarca y al
Perú entero".