New York y Lima, dos ciudades con alta densidad poblacional y congestión vehicular, se encuentran unidas en el drama generado por el coronavirus COVID-19, pues en ellas se producen la mayor cantidad de muertes en lo que va de la ola epidémica tanto en los Estados unidos de norteamérica y Perú respectivamente.
Actualmente son elevadas los riesgos de enfermar y morir infectados por el COVID-19 en estas ciudades, hecho que causa pánico al contagio y confinamiento tras el avance del virus hasta la fecha.
El éxodo poblacional de las metrópolis
Los neoyorquinos con mayor poder adquisitivo salieron alejándose de la ciudad y alquilaron residencias en Los Hamptons, un sitio para vacacionar situado en Long Island, y el Valle del Hudson, al norte del estado caracterizado por grandes casas y granjas.
Por otro lado, una población campesina flotante que llegó a Lima buscando oportunidades de trabajo, quedó atrapada por la cuarentena dictada por el gobierno central, lo cual motivó a cientos de personas para escapar de Lima, con el riesgo de propagar el virus a nuevas localidades, especialmente del centro del país.
La administración vizcarra, activó mecanismos para el traslado humanitario de las personas que deseaban retornar a sus lugares de origen, particularmente a la tierra de los Chopkjas, quechua hablantes de la región Huancavelica ubicada a una altitud que va hasta los cuatro mil quinientos metros sobre el nivel del mar.
La administración vizcarra, activó mecanismos para el traslado humanitario de las personas que deseaban retornar a sus lugares de origen, particularmente a la tierra de los Chopkjas, quechua hablantes de la región Huancavelica ubicada a una altitud que va hasta los cuatro mil quinientos metros sobre el nivel del mar.
Cambio de paradigmas para enfrentar al coronavirus
New York y Lima deben aplicar a modelos de desarrollo disruptivos para poder brindar mejores condiciones de seguridad en salud a la población que se asienta en sus respectivas jurisdicciones.
Presentar una eventual figura de "éxodo poblacional a una escala masiva" o tratar de "volver a desarrollar sus actividades normales progresivamente" sin efectuar previamente sustantivos cambios en el estilo de vida en estas importantes ciudades, no pareciera viable por el momento para dar una solución a sus debilidades expuestas, en tanto el virus manifiesta su presencia en los individuos que transitan por sus espacios.
El coronavirus COVID-19 ha puesto en evidencia lo obvio, las respectivas vulnerabilidades frente a epidemias y sismos de gran magnitud, por citar sólo algunos eventos que pueden llevarlas a ser zona de catástrofe.
La carencia de agua de buena calidad en South Bronx-NY, o conos de Lima, demandan acción |
Quedarse inmovilizado por el pánico no es una opción
Las administraciones de las metrópolis vulnerables del planeta que se encuentran, salvando las distancias, en circunstancias similares a las megalópolis citadas, debieran actuar con el reinicio de obras post cuarentena fortaleciendo sus capacidades y reduciendo sus debilidades al aprovechar el valioso tiempo que otorga la experiencia seguida por la primera ola epidémica de muerte ocasionada por el COVID-19, quien se sitúa en el onceavo lugar de causales anuales de muerte humana según worldometers , con 138 487 muertes. ( después de cuatro meses y días hasta la fecha).