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lunes, 30 de noviembre de 2020

Agenda pendiente en sector agrario e hidrocarburos

La agenda nacional de la industria agraria e hidrocarburos debe enfocarse en actualizar leyes, regalías, el tema de calificación de empresas, entre otras para mejorar la competitividad de estos sectores y hacerlas atractivas para las inversiones.
La dicotomía entre cuestiones de hecho y de derecho a propósito de la relación de causalidad presentada en los sectores agrario e hidrocarburos al cierre del 2020 en Perú, podrían dar luces al escenario que le espera al sector minero de cara al año 2021.
Actualmente al sur de Lima, en la ciudad de Ica, trabajadores de algunas agro exportadoras realizan paro y bloquean la Panamericana sur en protesta a la Ley N°27360 que data del año 2000 y aprueba las Normas de Promoción del Sector Agrario, se declara de interés prioritario la inversión y desarrollo del sector agrario y otorga beneficios de carácter tributario, laboral y de seguridad social a las personas naturales o jurídicas que desarrollan cultivos y/o crianzas, así como actividades agroindustriales.
Ya en diciembre del 2019 se dictó el Decreto de Urgencia N° 043-2019 que modificó la precitada Ley, en búsqueda de mejorar las condiciones para el desarrollo de la actividad agraria, sin embargo, los reclamos pasan por reajustar el régimen salarial de los trabajadores de la actividad agraria, coadyuvándose a mejorar su atención por el Seguro de Salud, la cual no resultó efectiva tras el paso de la primera ola de la Pandemia COVID-19.
De otro lado se advierte que la situación crítica que presenta el sector hidrocarburos - cuya caída en su producción nacional agudizada con el tiempo- podría incrementar la importación de S/ 60 millones de soles diarios a S/ 100 millones de soles por día en los próximos cinco años (equivalente al orden del 17% del presupuesto anual nacional para el 2021), ya que el 70% de energía que se consume en Perú proviene del petróleo y del gas.
Pozos perforados en las últimas dos décadas en la amazonía peruana.
Asimismo, se debe tener en cuenta que como efectos de la pandemia del COVID-19, en la selva peruana se han perdido casi doce mil puestos de trabajo que dependían de los lotes 8, 192 y 67.