Un tema sensible es el referido al recurso agua en el Perú empírico que llega con un estado de elevado estrés hídrico al bicentenario de su vida republicana este año 2021.
Disponibilidad hídrica
Una noticia levantada sobre la disponibilidad hídrica en el país de los incas, catalogándola como el octavo país con mayor disponibilidad hídrica en el mundo es tomada como fuente al documento "Estado del medio ambiente y medidas normativas" atribuida al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) del año 2002 y replicada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) correspondiente al año 2003.
No cabe duda alguna que los precitados organismos de las Naciones Unidas son instituciones serias cuando transmiten información que son producto de investigaciones científicas que alimentan los reportes de datos que se convierten en información transmitidas oficialmente por los propios países miembros de la ONU.
Sin embargo, para el caso peruano, mantener y manejar información desfasada para desarrollar políticas, planes y programas en un país en evidente crisis multisistémica es equivalente a divulgar noticias falsas que provocan un peligroso círculo de desinformación.
Esta evidente desinformación parte de lo que significa la definición generalmente aceptada sobre el acceso al agua y la disponibilidad del agua.
Recordemos que el término de acceso al agua se encuentra asociado al monitoreo que efectúan tanto OMS y UNICEF, en nombre del sistema de las
Naciones Unidas, los progresos realizados para lograr - en el marco del objetivo 7- la meta 10 de
los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), para reducir a la mitad en el año 2015 el
porcentaje de personas que carecen de acceso sostenible al agua potable y al
saneamiento básico.
En este orden de ideas , la característica que define la disponibilidad de agua, establecida en el propio documento base difundida por PNUMA y FAO, es que "La disponibilidad de agua depende de la cantidad de agua físicamente disponible y de cómo se almacena, maneja y distribuye a distintos usuarios".
La incongruencia de los detalles técnicos toma visos de desinformación si es que se soslaya información valiosa que maneja el Estado peruano sobre los impactos negativos generados al recurso agua atribuidos al cambio climático en uno de los países con mas alta biodiversidad del planeta.
No hace falta ser especialista o experto en el tema para colegir que se han obviado datos e información básica que evidenciaría una inadecuada gestión del recurso agua en las últimas décadas para aterrizar con el estado crítico en que se encuentra el país en términos de disponibilidad del agua.
Al crecimiento de las ciudades, particularmente en la costa peruana y la dramática reducción de la zona rural, se le agrega la desaparición y retroceso de los glaciares; la salvaje deforestación de los bosques de protección en cuencas altas, la erosión acelerada y transporte de millones de metros cúbicos de sedimentos, especialmente activados por fenómenos tanto climáticos como meteorológicos que son activados por el incremento de los gases de efecto invernadero y que influyen decididamente en las cuencas hidrográficas que conforman el territorio peruano como país andino y amazónico.
La contaminación galopante de las aguas superficiales y subterráneas, tanto por acción antrópica como natural, influyen decididamente en la determinación de la cantidad de agua físicamente disponible en un espacio geosocial y que llega a los distintos usuarios finales.
En ese sentido, la realidad de los hechos y las manifestaciones efectuadas por prestigiosos medios de comunicación del planeta y líderes del mundo libre, al referirse al impacto del COVID-19 en Perú, demostraron que Perú no es ni por asomo el octavo país con mayor disponibilidad hídrica en el Mundo.
Manejo de información pública
Presumiblemente un eventual incumplimiento de país respecto alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y otros compromisos internacionales similares, orillaron a algunos funcionarios de instituciones públicas a mantener desactualizada la base de datos sobre recursos hídricos y otros recursos estratégicos del país, que en realidad no sorprende al imaginario público.
A modo de contraste, puedo citar a múltiples informaciones difundidas en periodos electorales, donde se difunden encuestas que no resisten el menor análisis en sus hojas técnicas y menos aún en el sustento de las proyecciones que realizan para favorecer a determinado candidato de su preferencia. El tema pasa porque diversos medios de comunicación , tanto de la prensa escrita, televisiva y radial, replican esa información distorsionada, generando un marcado caos en los procesos electorales.
El detalle, como resulta en el caso del uso del recurso estratégico del agua, se visualiza la dimensión real y formal.
Para el caso de los procesos electorales, la distorsión de la información genera un problema de representación, pues el mecanismo electoral proclama a un ganador de la minoría de ciudadanos partidarizados, asignándole una autoridad formal y que no representa a los grandes sectores de una población, muchos de los cuales no pertenecen a partido político alguno o no acudieron a votar o forman parte de los votos blancos o viciados.
Es en ese contexto es que se cuestiona la existencia de una autoridad real que permita no solamente el crecimiento de parte del país o algunas colectividades afines al gobierno de turno, sino que al igual que el agua, se permita un uso real, efectivo y adecuado a los altos intereses de la patria.
En consecuencia, es de vital importancia para el desarrollo sostenible del país, gestionar adecuadamente tanto el recurso
hídrico como la información de carácter público que permita una óptima adaptación al cambio climático, con presencia de la autoridad real para fortalecer la gobernanza y darle gobernabilidad al país.