Tal como lo indicabamos hace décadas atrás, como uno de los efectos del cambio climático y la deficiente gestión del recurso agua por causas antropogénicas, las luchas y guerras futuras por el vital elemento se tornarían cada vez mas en una inexorable realidad.
A las controversias surgidas entre Bolivia y Chile por las aguas del río Silala, en la actualidad se observan algunos indicadores de controversias internas por el agua en el territorio sur peruano.
Un ejemplo de ello, constituye los hechos registrados por las comunidades campesinas de Tumilaca, Pocara, Coscore y Tala que hace mas de un mes tomaron la fuente que abastece de agua al campamento de la unidad minera Cuajone.
A decir de funcionarios de la compañía Southern Perú Copper Corporation, la compañía se ve impedida de operar en el complejo Cuajone ocasionando hasta la fecha pérdidas por el orden de los doscientos millones de dólares en exportaciones, afectando con ello los ingresos de la región Moquegua.
En este contexto, se hace muy necesario el acompañamiento por parte del Estado a través de sus instituciones competentes, atendiendo las necesidades básicas de las poblaciones en términos de agua y saneamiento, para que las inversiones y futuros proyectos no se vean afectados por algo que los expertos venimos registrando e indicando como eventos recurrentes que se agudizarán con el trasncurrir del tiempo, por lo que es altamente recomendable que se adopten las medidas oportunas para evitar que escale estos acontecimientos con el perjuicio económico y de la calidad de vida de la población peruana mas vulnerable.