Existen externalidades que afectan en alguna proporción las inversiones de capitales a diversos sectores como ocurre en el sector minero. La información sesgada o desinformación podría ocasionar una escalada de inseguridades como ocurriera en el pasado con el tema del terrorismo, que tanto daño económico y en vidas humanas costó al país.
Es en este sentido y ante sendos ataques de la página oficial de la Presidencia de la República y la página oficial de la Policía Nacional del Perú, por parte de un grupo de ciberactivistas denominado LulzSec Perú, nos referiremos a este episodio para tratar de esbozar una explicación a efectos de reducir el nivel de desorientación que podría generarse en diversos actores sociales y agentes económicos nacionales y extranjeros.
Es en este sentido y ante sendos ataques de la página oficial de la Presidencia de la República y la página oficial de la Policía Nacional del Perú, por parte de un grupo de ciberactivistas denominado LulzSec Perú, nos referiremos a este episodio para tratar de esbozar una explicación a efectos de reducir el nivel de desorientación que podría generarse en diversos actores sociales y agentes económicos nacionales y extranjeros.
Con respecto a la última página nombrada, se indicaba: Nos falta palabras para describirlos comencemos con inútiles,corruptos,ineficientes y delincuentes. Como todo peruano hemos visto a nuestro señor policía recibiendo un poco de dinero sin el mínimo sentido de la vergüenza y respecto a la primera, parte del mensaje decía : La atacamos por el simple hecho de que el país está siendo manejado por gente sin cerebro que solo busca el poder y no le importa la gente de este país,sólo sus intereses.
Ambos ataques fueron registrados por la prestigiosa cadena noticiosa peruana RPP.
En estricto el accionar de una parte de malos policías le están pasando factura a la actual administración del Estado peruano, el cual en sus diverso niveles de gestión se ven arrinconados por la pesada carga burocrática que arrastran, la cual se hace mas pesada por la corrupción que es percibida por el ciudadano de a pie.
Para situarnos ante hechos concretos, a modo de ejemplo, mencionaremos dos casos:
El primer caso, la impresentable administración del gobierno de Lima (capital de la República peruana), en el extremo del tránsito vial, hace que conducir un auto en Lima resulte toda una odisea. Los miles de autos nuevos que ingresaron a circulación en los últimos años y las nuevas construcciones de supermercados como el caso de mall Aventura plaza de Santa Anita , construidos sin un adecuado estudio de impacto ambiental, generan verdaderos caos vehiculares en vías como la Av. Bolognesi y la propia carretera central que en horas punta se constituyen en verdaderos cuellos de botella y potencial bombas de tiempo en caso de eventos naturales como sismos de gran magnitud o acciones antropogénicas.
Esta realidad se genera por el accionar del gobierno local, quien después de haber otorgado las autorizaciones de construcción y funcionamiento, soslaya el ordenamiento y seguridad vial en esta zona de influencia de la obra; originando las condiciones para que policías corruptos focalicen sus acciones ilegales partiendo de una mala práctica constructiva, que lamentablemente alcanza a diversas ciudades del país.
El segundo caso, también situado en Lima, la proliferación de asalto y robo de vehículos por bandas organizadas,muchas de ellas integradas por malos policías. Pero no se trata de toda la institución policial.
La actuación de buenos policías permitieron poner en evidencia no pocos casos del accionar delictivo de policías en actividad que deshonran a su institución, los cuales algunos después de ser procesados en los tribunales, vuelven a cometer ilícitos penales al ser vueltos al servicio activo.
Los distintos funcionarios que estuvieron a cargo de la cartera del Ministerio del interior conocen de esta realidad, así como la fiscalía de la nación y el poder judicial;pese al esfuerzo desarrollado, se ven impotentes ante la ola delictiva que cubre la inseguridad ciudadana en Lima y el país en general.
La inseguridad ciudadana no es una cuestión de percepción, es un sentimiento peruano de larga data _sensibilizada por los medios masivos de comunicación_ quien en las últimas elecciones (presidenciales del Perú y las municipales en Lima) eligió a quienes ofrecieron en sus respectivas campañas controlar y reducir este flagelo que ciertamente no es originario del presente gobierno, sino que viene de años anteriores, producto de la bonanza económica que viene soportando el país y el descontrolado nivel de corrupción que acompaña a ciertos niveles de gestión.
Cada región del país tiene sus problemas locales de inseguridad ciudadana, algunos en mayor o menor grado y que demandan de sus autoridades menos discursos y mayor acción.
En este escenario, el propio jefe de Estado Ollanta Humala Taso indicó que existe una red de corrupción en la Policía Nacional que trafican con el servicio de resguardo que es para las autoridades. Existe actualmente una crisis ministerial en Perú, sin un presidente del consejo de ministros que cuente con la confianza del congreso de la república y sin ministro del interior.
Mientras tanto, el virtual nuevo ministro del interior peruano, Walter Alban asumiría el cargo este martes 19 de Noviembre del 2013, ante la renuncia del último ministro del interior y la separación de altos mandos de la Policía Nacional.
El Ejecutivo, como en campaña electoral, ofreció al pueblo peruano hacer reformas para atacar el fondo del problema sobre inseguridad ciudadana.
Hacemos votos por el éxito de las iniciativas y el cese de la crisis política coyuntural, avanzando en el proceso de hacer del Perú un país seguro para las inversiones económicas y la ciudadanía en general.
El segundo caso, también situado en Lima, la proliferación de asalto y robo de vehículos por bandas organizadas,muchas de ellas integradas por malos policías. Pero no se trata de toda la institución policial.
La actuación de buenos policías permitieron poner en evidencia no pocos casos del accionar delictivo de policías en actividad que deshonran a su institución, los cuales algunos después de ser procesados en los tribunales, vuelven a cometer ilícitos penales al ser vueltos al servicio activo.
Los distintos funcionarios que estuvieron a cargo de la cartera del Ministerio del interior conocen de esta realidad, así como la fiscalía de la nación y el poder judicial;pese al esfuerzo desarrollado, se ven impotentes ante la ola delictiva que cubre la inseguridad ciudadana en Lima y el país en general.
La inseguridad ciudadana no es una cuestión de percepción, es un sentimiento peruano de larga data _sensibilizada por los medios masivos de comunicación_ quien en las últimas elecciones (presidenciales del Perú y las municipales en Lima) eligió a quienes ofrecieron en sus respectivas campañas controlar y reducir este flagelo que ciertamente no es originario del presente gobierno, sino que viene de años anteriores, producto de la bonanza económica que viene soportando el país y el descontrolado nivel de corrupción que acompaña a ciertos niveles de gestión.
Cada región del país tiene sus problemas locales de inseguridad ciudadana, algunos en mayor o menor grado y que demandan de sus autoridades menos discursos y mayor acción.
En este escenario, el propio jefe de Estado Ollanta Humala Taso indicó que existe una red de corrupción en la Policía Nacional que trafican con el servicio de resguardo que es para las autoridades. Existe actualmente una crisis ministerial en Perú, sin un presidente del consejo de ministros que cuente con la confianza del congreso de la república y sin ministro del interior.
Mientras tanto, el virtual nuevo ministro del interior peruano, Walter Alban asumiría el cargo este martes 19 de Noviembre del 2013, ante la renuncia del último ministro del interior y la separación de altos mandos de la Policía Nacional.
El Ejecutivo, como en campaña electoral, ofreció al pueblo peruano hacer reformas para atacar el fondo del problema sobre inseguridad ciudadana.
Hacemos votos por el éxito de las iniciativas y el cese de la crisis política coyuntural, avanzando en el proceso de hacer del Perú un país seguro para las inversiones económicas y la ciudadanía en general.
El Dato
- Faltan 407 días para tener nuevas autoridades municipales y regionales en Perú.
- Restan 982 días para entrar en funciones las nuevas autoridades del nivel nacional.