La actualización de Pasivos ambientales mineros fue tratado en detalle para este espacio en PAMs & FONAM del mes de Junio del año 2012.
El saldo ambiental de la
extracción minera irresponsable en el Perú salta a la vista. En el 2014 se hizo
un inventario de los pasivos mineros que nunca fueron cerrados y que siguen
contaminando los recursos naturales y la vida de las comunidades.
Según la Ley 28271, los pasivos
ambientales son aquellas instalaciones, efluentes, emisiones, restos o
depósitos de residuos mineros abandonados o inactivos que constituyen un riesgo
para la salud.
A lo largo de 42 cuencas
hidrográficas, hay 8.571 pasivos que fueron abandonados por mineros desde 1920
a la fecha, según el Ministerio de Energía y Minas (Minem). Incluso, algunos
cuantos provienen de la Colonia.
El valle del Mantaro (Junín) es
una de las zonas más contaminadas con 1.336 pasivos. Le siguen los valles del
Santa (827), Apurímac (647), Alto Huallaga (517) y Rímac-Lurín (384). Se trata
de los territorios más afectados, pero no son los únicos.
La Dirección General de Minería (DGM) estima que se
necesitan unos US$500 millones para remediar el daño ambiental que hoy siguen causando los 8.571 pasivos inventariados por los ingenieros de esta
dependencia. Esta es una inversión de largo plazo que podría hacerse durante
–al menos– cuatro décadas dentro del plan que el Estado inició desde el 2010
para atender este problema: invertir en cerrar los pasivos mientras busca a los
responsables para hacerles devolver lo invertido.
En virtud a este plan, el Minem aprobó ayer que la DGM
solucione el problema ambiental de 134 pasivos ubicados en las regiones de
Áncash, Lima, Puno y Cajamarca. En esta tarea se invertirán S/.6,2 millones.
La resolución precisa que, mientras ejecuta este trabajo, el
Estado deberá buscar a los responsables del daño ambiental causado por los
pasivos.