Una década atrás , al definir el marco conceptual del oro ilegal, indiqué que cuando me refería a la minería ilegal, básicamente pensaba en oro ilegal, así es como en efecto de lucha frente a oro ilegal integraba reportes de la cadena Reuters y diario 16, citando la investigación del portal Ojo Público sobre los vuelos secretos del oro ilegal.
Desde entonces ya era conocido el "puente aéreo" creado por exportadoras de Bolivia para transportar toneladas de metal de origen sospechoso a las refinerías de Miami.
El oro, ingresado como
contrabando y acopiado por las compañías de La Paz, era extraído de los centros
de la minería ilegal de Madre de Dios, Puno y otras regiones del sur peruano. OjoPúblico estableció entonces que un grupo de aerolíneas
provenientes de Bolivia ingresó un cargamento de 35 toneladas de oro, en barras
de presunto origen ilícito, por el aeropuerto Jorge Chávez. El origen de esta versión aurífera del ‘puente aéreo’ entre Perú y Bolivia se remonta a febrero del año 2013, poco después de que
agentes aduaneros ejecutaran una operación sin precedentes en el Callao para incautar una tonelada de oro. Esta valiosa carga iba a ser
enviada a Estados Unidos y Europa por un grupo de compañías de fachada
vinculadas a acopiadores de la minería ilegal.
De otro lado, en minería informal de oro avanza en el norte peruano publicada el 2017, indicaba que esta actividad focalizada concentraba aproximadamente el diez por ciento de la producción nacional de oro, extraida de las regiones Piura, Cajamarca, La Libertad y Áncash.
En este contexto, hoy el diario La República actualiza el tema en cuestión con El oro se sale por los bordes, escrito por Mirko Lauer en los siguientes términos:
"Dos historias de oro en las fronteras peruanas. Una de ellas es en Macará, frente al Ecuador, donde el domingo Perú destruyó dos dragas dedicadas a la minería ilegal, informa el diario en línea Infobae. La otra es una denuncia sobre tráfico de oro ilegal peruano nacionalizado boliviano y luego exportado, afirma la prensa de Bolivia.
La situación con Ecuador no es nueva. Las minas ilegales, todas del lado peruano, son cordialmente compartidas por personas de los dos países. La ventaja es para el país del norte, con carreteras que llegan prácticamente hasta la frontera. Dos dragas instaladas, consideradas maquinaria pesada, hablan de una presencia muy asentada.
Las incursiones mineras del vecino norteño no han producido mayor convulsión. Las minas están lejos de los centros poblados, y parece haber oro suficiente para repartir. Sin embargo así, con desdén por la línea de frontera, comenzó el conflicto con Ecuador en el pasado.Buenas tapias producen buenos vecinos.
En Puno y Madre de Dios el oro ilegal fluye, pero no hay noticias de una presencia ilícita de mineros bolivianos. El oro es trasladado del Perú a Bolivia, en lo que va camino de volverse un puente aéreo, y de allí su exportación realiza mayores utilidades. Más de uno ha visto a este tipo de intereses bolivianos detrás de la pugnacidad
en la zona productora.
Una idea detrás de lo anterior es que el rechazo a la presencia militar en Puno nace del temor a que ellos se queden, y con eso frustren un estupendo negocio transfronterizo. Es probable que el oro de la frontera norte simplemente no represente negocio alguno para Perú, con una que otra excepción fácil de imaginar.
Estas dos historias sobre oro ponen de relieve la territorialidad de las economías ilegales en el Perú, en su mayoría recursos que fluyen hacia afuera. En el caso del triángulo Puno-Madre de Dios-Bolivia, el libro de Valdés, Basombrío y Vera sobre economías criminales detecta allí territorio peruano fuera de control.
Todos son delitos silenciosos, como las vitrinas de lujosas joyerías. En el sur las recientes protestas les han puesto encima los reflectores. En el norte ha sido la destrucción de dos dragas ilegales. Pero negocios tan buenos pesan mucho sobre las conciencias locales, de los dos lados de cada frontera".
El Dato
El incremento de las actividades contaminantes de origen antropogénico que usan mercurio en forma inadecuada,como es en el caso de los pasivos ambientales y la mineria ilegal aurífera, constituyen especial preocupación en salud pública, por su persistencia en ecosistemas,capacidad de movilidad en la cadena trófica y toxicidad ambiental.
La existencia de pasivos ambientales mineros y la minería ilegal , son parte de la agenda pendiente en la Región. |