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miércoles, 29 de julio de 2020

Mezclar pruebas COVID-19 distorsionaría información en Perú

Respondiendo a la interrogante del ¿Porqué aumentan casos de COVID-19 en Perú pese a la cuarentena? publicada el 23 de mayo del 2020, indiqué que parte de esos números se explican porque en Perú se aplicaba más pruebas de detección de covid-19 que otros países de América Latina con mayor población. En Julio del 2020, podemos confirmar que es fundamental contar con pruebas con mayor sensibilidad y especificidad para tener acceso a un resultado confiable; asimismo, el hecho de mezclar pruebas COVID-19 molecular(PCR) y las pruebas rápidas para identificar casos confirmados de infectados con el nuevo coronavirus, generarían  distorsión en información sensible para efectuar un adecuado planeamiento estratégico en la lucha contra el brote epidémico.

Data gráfica

La data gráfica siguiente tomada de información oficial de la sala situacional del Ministerio de Salud, identifica en primer lugar que de 395.005 casos confirmados de infectados positivamente con el COVID-19 en Perú a la fecha, sólo el 27 % del total de pruebas realizadas se utilizó la prueba molecular.

En segundo lugar, se tiene que de estos 395.005 casos confirmados de infectados positivamente con el COVID-19, casi la mitad (49%) de estos infectados se encuentran en Lima Metropolitana. 



Asimismo, se establece que 45% del total de pruebas tomadas en lo que va del brote epidémico en Perú, se muestrearon en Lima metropolitana. 

De estos resultados, se desprende la información difundida a nivel internacional que recogen instituciones como el CSSE de la Universidad Johns Hopkins que reporta un incremento de casos COVID-19 en Perú.
Información de Perú replicada por CSSE universidad Johns Hopkins
Asimismo, la precitada institución identifica un pico de infectados en Perú que coincide con la flexibilización del periodo de cuarentena en el país.
Oscilación identificada en los últimos días por incremento de casos infectados en Perú

Causa probable del incremento de positivos

Como está comprobado por los propios datos oficiales, las pruebas se han focalizado en Lima Metropolitana y en este contexto, la mayor cantidad de pruebas rápidas se habrían efectuado en esta zona caliente, la misma que cuenta con una alta humedad no percibida en en el último medio siglo para la zona, hecho que ocasiona el incremento de infecciones respiratorias agudas con la presencia de virus estacional, los cuales se mezclan con el nuevo coronavirus COVID-19, generando confusión por el incremento de falsos positivos en la prueba rápida.

domingo, 26 de julio de 2020

Lima en ojos del mundo por COVID-19 (II)

Continuando con mi exposición sobre Lima en ojos del mundo por COVID-19 (I) publicado en Mayo del 2020 - donde expliqué del origen por factores ambientales de la "zona caliente" en Perú, identificada en Lima metropolitana y Callao, situadas en la zona baja de la cuenca del río Rímac- transcurridos dos meses, los hechos ratifican lo que en su oportunidad manifesté, el incremento del indicador número de muertes en esta zona focalizada por causas indirectas al COVID-19.

Desconocimiento y pánico causan repunte de infectados   

La zona caliente, situada técnicamente en un desierto, presenta para estas fechas un clima propio de este ecosistema, habiéndose presentado para Julio del año pasado (2019) una humedad no vista en los últimos cincuenta (50 años), estando que los registros previstos para el invierno del 2020 Julio por parte del organismo especializado SENAMHI quién pronosticó que para el invierno en Lima sería en promedio más frío este año en relación al 2019 y, por tanto, habría que tomar mayores precauciones ante el descenso de la temperatura, toda vez que el frío se va acentuando con el inicio del mes de julio, pero hace unas dos semanas se registra un descenso de temperatura evidente en comparación con la del año anterior, llegando alcanzar una humedad relativa  del cien por ciento (100%) en algunas partes, como en el caso de Ticlio Chico situado en el distrito de Villa maría del Triunfo.
La alta humedad y bajas temperaturas, producen históricamente en la población asentada en la hoy zona caliente, un incremento de las infecciones respiratorias agudas, la que actualmente son asumidas como producto del COVID-19.
Servicios de salud rebasados por el pánico estacional-efecto indirecto del COVID-19
El problema generado por la falta de un diagnóstico oportuno y la inadecuada socialización de información sobre el particular, hacen rebasar la capacidad de los servicios de salud por una población sensibilizada que acude en búsqueda de atención médica con una gripe estacional y sale probablemente infectándose con el COVID-19, a la par que no deja mayor espacio de atención a los infectados con COVID-19 que busca no pasar de una urgencias a emergencia. 

Indicador número de muertes en zona caliente

Las situaciones especiales y circunstancias particulares demandan originalidad y soluciones ajustadas a una realidad propia, estamos frente a este caso con el COVID-19 y por ello es que sugerí desde el inicio del brote epidémico en Perú (4 de marzo del 2020), su caracterización por cuenca hidrográfica. Para demostrar la utilidad y limitaciones de los indicadores, se incluye un número limitado de indicadores de cuatro dominios, uno de los cuales es la situación de salud (mortalidad). La muerte como evento único, es claramente identificable, la mortalidad en la zona caliente se mide como cifras absolutas, proporciones y tasas, siguiendo las recomendaciones de OMS se desglosa los datos sobre mortalidad , en Perú se viene registrando y propalando públicamente por etapa de vida,sexo,grupo de edad y lugar de defunción.
En este contexto, el gobierno nacional, ahora proporciona el registro oficial de muertes ocurridas en Lima Metropolitana, distinguiéndolas de las demás divisiones políticas identificadas como regiones y departamentos, hecho que permite progresivamente contar con cifras mas finas.
Cumplir recomendaciones internacionales de la OMS acerca de las variables que se deben incluir en los certificados de defunción, hacen que en Perú ese ajuste sea progresivo porque involucra la intervención de instituciones que se vieron ralentizadas en su accionar como es el caso de RENIEC; sin embargo , se cuenta con el sistema informático nacional de defunciones-SINADEF, cuyo reporte de defunciones en total, incluyendo COVID-19 en el periodo comprendido entre marzo a la fecha (26 de Julio del 2020) para el departamento de Lima es de 41364 muertes y para el callao de 5,202 muertes; haciendo un total de 46.566 muertes para Lima y Callao, de los cuales 39.869 son muertos mayores de sesenta (60) años, cifra de la cual se debe cuantificar las muertes atribuidas directa e indirectamente al COVID-19 para esta zona caliente.
La sala situacional de COVID-19 del MINSA-Perú, reporta 17.843 defunciones por COVID-19 a nivel nacional, el cual se encuentra en un proceso dinámico de ajuste, básicamente por nexo causal atribuidas colateralmente al COVID-19.

Muertes por causas indirectas al COVID-19

En las circunstancias antes descritas, la data oficial a la fecha, reporta un repunte de infectados por la Pandemia, noticia que los medios masivos de comunicación difunden como "Promedio de casos y decesos en lima vuelven a aumentar", manifestando que hay más de 183 mil contagios y casi 8 mil defunciones y siendo Lima la que concentra el cincuenta por ciento (50%) de la cifra nacional, tal como lo explica el diario La República.
La información se completa recogiendo el hecho que esta situación coincide con el fin de la cuarentena y la flexibilización en el distanciamiento físico de una población que no termina de comprender el nivel de riesgo en salud pública que se está viviendo.
Sin embargo, existe una externalidad del tipo iceberg generada en el ciudadano de a pie por el hecho de considerar la equivalencia a todo caso que resulte positivo en prueba rápida como diagnostico de infección por coronavirus COVID-19.
En Perú pese a que se especifica que usa las pruebas rápidas sólo para detectar infecciones pasadas y "facilitar la vigilancia de la pandemia e identificar potencialidades inmunológicas", el ciudadano lo interpreta como una prueba confirmativa de COVID-19 y asociado a un diagnóstico de coronavirus COVID-19.
En este contexto los reportes a la fecha, indican que se encontraron 274.025 positivos a la prueba rápida, las cuales se suman a las pruebas que sí reportan las pruebas moleculares (PCR) que detectan al COVID-19 y que en Perú a la fecha se registran como casos positivos al coronavirus COVID-19, a 101.936 personas infectadas; las cuales son sumadas a los positivos de las pruebas rápidas dan los 375.961 casos positivos que reporta Perú como cifras de casos positivos al COVID-19 en lo que va del brote epidémico.
La distorsión de la información no tendría mayor significancia en salud pública si es que no se asociara con el tratamiento para atender a la salud de las personas supuestamente infectadas , no con bacterias u otros virus como en el caso de la gripe estacional, sino específicamente con COVID-19 .
En Mayo del 2020, con la Resolución Ministerial N° 270-2020-MINSA, se estableció el tratamiento específico para el COVID-19 utilizando Hidroxicloroquina , Ivermectina, entre otros medicamentos, los cuales se encuentran sujetos al diagnóstico confirmatorio y soporte médico; sin embargo al verse colapsados los servicios públicos de atención de salud, una parte de la población menos informada y presa del pánico, opta por automedicarse con productos como el dióxido de cloro, cosa que es una costumbre arraigada en zonas periféricas de las ciudades donde se localizan las poblaciones menos favorecidas para alcanzar los servicios privados de salud.
A la creación del pánico contribuyen las noticias falsas e informaciones distorsionadas expuestas en las redes sociales  en donde se promocionan medicinas prodigiosas que las personas de la tercera edad ingieren sin prescripción médica ni monitoreo alguno por parte de los diferentes niveles de atención pública. 
Sólo en la zona caliente se reportaron oficialmente 39.869 personas muertas que son mayores de sesenta (60) años, en el periodo comprendido entre marzo al 26 de Julio del 2020.

El Dato de la Prueba rápida

En Perú la prueba rápida fue normada por la RM N° 231-2020-MINSA del 25 de Abril del 2020 que aprueba la directiva sanitaria N° 095-MINSA/2020/DIGEMID; se realiza con una muestra de sangre, la prueba de la inmunoglobulina mide la concentración de distintos tipos de anticuerpos en la sangre. El sistema inmunitario fabrica anticuerpos para proteger al cuerpo de bacterias, virus y alérgenos.
Inmunoglobulina M (IgM): se encuentra principalmente en la sangre y en el líquido linfático; este es el primer anticuerpo que fabrica el cuerpo para combatir una nueva infección.
Inmunoglobulina G (IgG): es el tipo de anticuerpo que más abunda en el cuerpo. Se encuentra en la sangre y en otros fluidos, y brinda protección contra las infecciones bacterianas y víricas. La IgG puede tardar un tiempo en formarse después de una infección o vacunación.

domingo, 12 de julio de 2020

Comorbilidad y exceso de mortalidad por COVID-19

Junto con la información sobre los recuentos oficiales de muertes por COVID-19, el monitoreo del exceso de mortalidad (el número de muertes por encima del promedio histórico) en todo el mundo, proporciona una herramienta clave para evaluar los efectos de la pandemia en curso. La cifra de exceso de mortalidad, que incluye la ocurrencia de más de una patología en la misma persona (comorbilidad) y fallecimientos relacionados directa e indirectamente con la pandemia, se reafirma como el indicador más completo del daño realizado por el COVID-19 , afinando el monitoreo del avance de la pandemia en curso.
El incremento en la cantidad de muertes en ciudades como Lima (Perú),Guayas (Ecuador),Manaus(Brasil),New York City (USA),Madrid (España),Londres(Inglaterra), entre otras , permite identificar parámetros similares que permiten colegir que los aumentos de muertes en centros urbanos debidas a patógenos virales, incluido el COVID-19, pueden ocurrir indirectamente a través de infecciones bacterianas secundarias o aumento de una duración limitada de la gravedad de una enfermedad o asociadas a otros riesgos de enfermar y morir. 
Por consiguiente, es posible un efecto secundario sobre la mortalidad debido a cambios en el comportamiento de la población provocados por medidas confinamiento estrictos y un colapso en la capacidad resolutiva del sistema de atención de la salud. 
Inciden en los datos de exceso de mortalidad, los casos que involucran a personas con ataques cardíacos que no pudieron recibir oportuno tratamiento porque los hospitales estaban saturados de pacientes con COVID-19; la escasez de recursos humanos suficientes para la atención temprana, reducida capacidad logística en términos de equipos y ambulancias para trasladar a personas que fallecieron en sus casas o poco después de llegar a los hospitales, sin poder recibir la prueba confirmando al COVID-19. Para el caso de ciudades latinoamericanas, las limitaciones adicionales que tienen los tomadores de decisión, radican en una importante fuerza de trabajo concentrada en el sector informal que dependen de ingresos diarios para sobrevivir.
La flexibilización de las medidas de distanciamiento social, generan espacios de transmisión de COVID-19

El Dato

La sobrestimación de las muertes no es para nada el principal problema, el verdadero riesgo se encuentra en las muertes causadas por el COVID-19 que no son atribuidas, generando un importante subregistro, dando la equivocada apariencia que el brote epidémico ya pasó en importante zonas urbanas. 
►Los datos oficiales de los últimos días para Perú registran 186 , 182 y 188 muertes por COVID-19 ; señalando como nuevos casos de infectados por coronavirus es de 3.198,3.064 y 3.616 respectivamente.
►Los reportes oficiales para Lima metropolitana, al 12 de Julio del 2020, precisan 4.804 muertes atribuidas a COVID-19 , en tanto el Sistema nacional de Defunciones -SINADEF, reporta para el periodo (1 marzo - 12 julio del año 2020) la cifra de 36.516 muertes, siendo 27.228 muertes de personas mayores de sesenta años.

jueves, 9 de julio de 2020

Avance del COVID-19 en Lima Metropolitana & Callao

Tras ciento veinticinco días después de su aparición un 6 de marzo del primer caso confirmado del COVID-19 en Perú, se hace un importante avance en el enfoque por cuencas para la lucha contra el brote epidémico, al incluir las cifras oficiales discriminadas para Lima metropolitana respecto de infectados y fallecidos en la cuenca baja del río Rímac.

Cuencas altas con menores casos del COVID-19

De las investigaciones efectuadas y cifras reportadas, se desprende que el COVID-19 no tiene mayor arraigo en cuencas altas, por diversos factores entre los que se destaca, la baja densidad poblacional, reducida conectividad, rastros de radiación UV-C, adecuación antropogénica y factores ambientales.
Laguna en la cuenca del río Lauricocha a 3850 msnm en Huánuco-Perú 

Evolución en la cuenca baja más afectada del país

Los casos acumulados de infectados con COVID-19 al 9 de julio del 2020 son 161.220 para Lima metropolitana, 18745 para el callao y la zona caliente Lima metropolitana -Callao es 179.965  (57%) infectados con el coronavirus COVID-19, localizados en la cuenca baja del río Rímac; dejando el resto del país con 136.483 (43 %) casos.

Respecto a las defunciones, las cifras oficiales reportan 4555 fallecidos en Lima Metropolitana por causa directa de COVID-19 y 693 muertes en Callao, consignando 5.248 (46 %) para la zona caliente de Lima Metropolitana - Callao y 6.066 (54 %) para las muertes ocurridas por COVID-19 en el resto del país.

El Dato

►De los 41.492 defunciones reportadas por el SINADEF en el Departamento de Lima, incluyendo las aceptadas por COVID-19, 30.840 son mayores de sesenta (60) años.
►De los reportados en todo el Perú como fallecidos por COVID-19, el orden de 70 % corresponde al sexo masculino y 30% , al femenino.

sábado, 4 de julio de 2020

Enfoque de cuencas para el manejo del COVID-19_El caso peruano

Incorporar el enfoque de cuencas a las directivas de OMS permitirá mitigar el impacto y reducir el subregistro de casos afectados por el COVID-19 en países de América Latina y el caribe, dada su compleja geografía y reducida conectividad, particularmente en países andinos y amazónicos.
Perú es un país andino y amazónico con 32 millones de habitantes, que con la data actual se coloca entre los países mas afectados del planeta registrando, 295.599 casos positivos y 10.226 muertes atribuidas al COVID-19 al 3 de Julio del 2020.
De las 159 cuencas hidrográficas existentes en territorio peruano,se verifican tendencias que diferencian sustantivamente a los niveles de infección entre las partes altas y bajas de las cuencas que deben ser materia de reflexión en la lucha contra el COVID-19.  

La cuenca del río Huallaga

El río del oriente peruano Huallaga nace a 4.710 msnm en las alturas de Huascacocha en Cerro de Pasco, por la confluencia de los ríos Ticlayan, Pariamarca y Pucurhuay; después de recorrer una longitud de 1389 km por los departamentos de Cerro de Pasco , Huánuco,San Martín y Loreto, desemboca a una altitud de 130 msnm en el río Marañón, motivo por el cual a su vez  forma parte de la cuenca alta  del río Amazonas.
Para los efectos de este enfoque consideramos la cuenca del alto huallaga, al tramo comprendido entre su nacimiento en cerro de pasco (4.710 msnm) hasta Yurimaguas (182 msnm) y cuenca del bajo Huallaga desde Yurimaguas (182 msnm) hasta la unión del río Huallaga con el río marañón (130 msnm).
Los siguientes gráficos fueron tomadas de la data oficial publicada por la dirección regional de salud de Huánuco en las localidades de Tingo María y Huánuco, identificándose en el transporte público como un catalizador que acelera la presencia de una mayor cantidad de casos focalizados en la margen derecha del río Huallaga.
Casos COVID-19 concentrados en localidad Leoncio Prado-Tingo María-Río Huallaga
Casos COVID-19 concentrados en localidad de Amarilis-Huánuco-Río Huallaga.
Los ríos Andinos y Amazónicos se caracterizan generalmente porque en las cuencas altas no son navegables o navegables por tramos en temporadas, y en las cuencas bajas son navegables, constituyéndose en vías de transporte masivos para la población localizada en esas áreas, para quienes los ríos hacen las veces de carreteras de ciudades ubicadas en cuencas bajas.
El otro elemento catalizador de la enfermedad infecciosa es la calidad del agua; se cuenta con gran cantidad de agua, sin embargo la calidad de agua para consumo humano deja opciones para la transmisión del virus. Se comprueba que en las partes altas de las cuencas y subcuencas no se registran números importantes de COVID-19, concentrándose en las partes bajas, allí donde la densidad poblacional es mayor.
La calidad del agua se ve afectada en la medida que se traslada el recurso agua de la cuenca alta a la cuenca baja por factores antropogénicos, tal como se muestra en las siguientes imágenes correspondientes a la cuenca del río Huallaga.
Presencia de residuos sólidos en represa Chaglla-Río Huallaga, aguas arriba de Tingo María.
Río Huallaga en época de estiaje, se aprecia la localidad de Tingo María y RRSS en sus aguas.

Agua y transporte público masivo en cuencas bajas

Los casos de COVID-19 se agudizan en las cuencas bajas de los ríos que descargan sus aguas hacia el oceano pacífico en el occidente peruano.
La cuencas bajas de los ríos Rimac,Chillón y Lurín, se constituyen como la mayor zona caliente del país, alli donde la presión demográfica es mayor, justamente donde se localiza la capital de la república peruana Lima. En este espacio geosocial se ubica el 30% de la población peruana situada en el 2.5% del territorio nacional. 
El COVID-19 notificó su presencia en Perú desde Lima un 6 de marzo del 2020, el 11 de marzo se identificaban 13 casos confirmados y el 13 de marzo ya eran 28 casos, identificados como transmisión local. La zona caliente Lima-callao representaba 72% de casos identificados en el país al 7 de mayo y después de un periodo de cuarentena significaba 64% de infectados con el coronavirus COVID-19 al 11 de Junio. Pasados cien días de cuarentena , Lima-Callao representa 61% del total de casos confirmados como positivos al COVID-19 al 03 de Julio del 2020.
Desde el 1 de Julio del 2020, se ha flexibilizado el régimen de inmovilización social, estando aún lejos de haber controlado el brote epidémico de la enfermedad infecciosa que va produciendo 9.860 muertes (10.226 al 3 de julio del 2020) según reporte del MINSA a la fecha y 36,024 de acuerdo a registros del SINADEF, información difundida por el diario correo , que reporta las cifras al 30 de junio del 2020.
El subregistro por COVID-19 es real en Perú y atribuida a la  directiva de OMS para reportar casos.

Necesarios ajustes en directivas OMS para registros de COVID-19

Ajustar las directivas OMS para registro de casos COVID-19 permitiría a países andinos y amazónicos como es el caso de Perú, para replantear estrategias de intervención en zonas calientes plenamente identificadas en su lucha contra contra el COVID-19 , así como a los organismos multilaterales para priorizar soportes oportunos a países mas golpeados por la pandemia en el planeta.
Por citar un caso, nos referiremos a la cuenca baja del río Ica zona que presenta la tasa mas alta de letalidad en el país con 6.22% , el cual se encuentra por encima del promedio peruano que es de 3.46%. Cifras que al sincerarse permitirían a los tres niveles de gestión del país, replantear estrategias de intervención en una lucha que demandará largo aliento. 
Cuenca baja del río Ica, que presenta los problemas identificados en otras de su régimen hídrico.
La flexibilización de las medidas de prevención de la transmisión viral, abren probabilidades de incrementarse de nuevos casos de contagios en algunas áreas identificadas en las cuencas, lo cual demandan de la logística necesaria para reducir la probabilidad de mayores muertes por COVID-19, tomando en consideración que según reportes oficiales habían sólo 143 UCI con ventilador disponible distribuidos en todo el territorio nacional y 1210 casos críticos.
Unidades de cuidados intensivos reportados con que cuenta Perú para las 25 regiones del país.
El sinseramiento del registro del número de muertes por causas directas e indirectas al COVID-19 en los países de Latinoamerica y el caribe , permitirán que los miles de deudos y beneficiarios de los caídos por la Pandemia que hasta la fecha se han visto impedidos de accionar,puedan tener acceso a beneficios sociales a que tienen derecho , así como la masa hereditaria de la persona fallecida, permitiendo que se activen todos los mecanismos que en condiciones normales les fueran aplicados, incluyendo el soporte de los registros públicos que en muchos de los países latinos se encuentran inactivos, con los consecuentes perjuicios que generan a las economías de los deudos y del país en general. 

Corrupción que alcanza al agua para consumo humano

Pese a los esfuerzos que realiza la administración Vizcarra y sus estándares de gestión de gobierno en Perú, el nivel de corrupción alcanzado por este país antes del arribo del COVID-19 indicaba que Perú se encontraba entre los "Cincuenta países mas corruptos en el mundo", tal cual lo indicaba el diario gestión al referirse al indicador de transparencia. Las afirmaciones del contralor de la república en el sentido que la corrupción e inconducta funcional generaron pérdidas al país por 23 mil millones de soles el año 2019 , complementa las recurrentes denuncias realizadas por medios masivos de comunicación y que muchos casos se encuentran judicializados a la espera de la ralentizada acción del poder judicial que se encuentra en proceso de activación tras el periodo de emergencia generada por el brote epidémico.
Seguidamente se podrá visualizar el problema de la falta de agua en la costa norte peruana, en las localidades de aguas verdes, zarumilla y tumbes, en la región donde se reportan 3041 casos positivos al COVID-19 y 127 fallecidos; los mismos que registran problemas similares a los explicados en el enfoque de cuencas y que con la lectura del reporte " La frontera de la vergüenza" del programa de Tv punto Final, por si sola se explica.

jueves, 25 de junio de 2020

Percepción y observación sobre COVID-19 en Perú

Presentaré un ejercicio visual para diferenciar la percepción (primer conocimiento del COVID-19 por medio de las impresiones que comunican los sentidos) y la observación (análisis con mucha atención y detenimiento para adquirir algún conocimiento sobre el comportamiento o características asumidas por el COVID-19) en Perú.
Ya en anteriores exposiciones pude explicar en detalle, la distorsión que ejerce la data levantada en Lima -Callao, sobre la información global del país.    
Seguidamente me apoyaré en reportes gráficos difundidos por el CSSE  de la Universidad de Johns Hopkins y el diario El Comercio y la sala situacional del Ministerio de Salud del Perú, con los cuales se podrá observar que la lucha contra el COVID-19 en Lima-Perú demandará esfuerzos conjuntos de largo aliento.
CASOS CONFIRMADOS DE 268.602 INFECTADOS CON COVID-19
CURVA LOGARÍTMICA EN EL PROCESO CON CONFINAMIENTO OBLIGATORIO
CASOS DETECTADOS DIARIAMENTE CON COVID-19

CASOS DIARIOS
MORTALIDAD E INCIDENCIA POR 100 MIL HABITANTES

MUERTES REPORTADAS POR MINSA SEGÚN FORMATO OMS ( HOY 8.761)

21.145 MUERTES ADICIONALES REPORTADAS POR SINADEF-PERU 
COMERCIO INFORMAL QUEBRANDO CUARENTENA EN LIMA-PERU

Existe evidencia de que la transmisión viral de persona a persona se ha producido entre contactos cercanos desde inicios de marzo del 2020. Se requerirán esfuerzos conjuntos considerables para reducir la transmisión mitigando las aglomeraciones en transporte público y la informalidad en otros lugares de concentración de personas.

Agenda pendiente


No está controlada el brote epidémico en Perú, por lo que no sería adecuado hablar de rebrote en determinados lugares de su territorio.  Es preciso reforzar acciones para reducir la transmisión en poblaciones en riesgo e indagar científicamente lo que está sucediendo con los 156.074 recuperados de la enfermedad infecciosa COVID-19.
BINOMIO TRANSPORTE PUBLICO E INFORMALIDAD EN LIMA-PERU

viernes, 19 de junio de 2020

Círculo vicioso insostenible del sector sanitario en Perú

Los monopolios -en latinoamérica y particularmente en Perú- no son malos lo que definitivamente no resulta apropiado es el conjunto de acciones anticompetitivas que conlleven a sostener el monopolio en el tiempo. Perú, al 19 de Junio del 2020 se coloca entre los siete países del planeta con mayor casos confirmados con COVID-19 según el CSSE de la universidad Johns Hopkins, hecho que ilustra la gravedad del impacto de la pandemia en este país. El artificio creado por la emergencia sanitaria soslayando subsidiariamente la actividad empresarial del Estado, directa o indirecta, por razón de alto interés público o de manifiesta conveniencia nacional, se pone en evidencia. 
Sobre el particular, un descarnado reporte del Washington Post bajo el título "La increíble traición de los negocios sanitarios en el Perú" se ocupa del problema vigente en los siguientes términos:
"En el Perú, el sector sanitario privado parece haber hecho suya la paparruchada insostenible que repetía hace unos días una mediática periodista local en Twitter: “El afán de lucro mueve al mundo”, para mostrar su cara más inhumana. Los sucesivos escándalos protagonizados por clínicas, farmacéuticas y proveedores de insumos sanitarios, todos de capital privado, han dejado en claro, además, que el modelo liberal del “sálvese quien pueda (pagarse el seguro privado)”, también es una falacia, porque cuando más las necesitaban, estas empresas han cometido un pecado mortal en el ideario libremercadista: han traicionado a sus propios clientes.
Una historia de capitalismo global, como cualquier otra: en 1986, en Lima, se crea un barrio llamado Las Torres de Limatambo —algo parecido a lo que se conoce en Europa como viviendas de protección oficial o the projects en Estados Unidos—. La flamante farmacia de mi barrio, se llamaba Botica Torres de Limatambo (conocida después como BTL). Durante los 90, ese negocio familiar prosperó hasta convertirse en una cadena importante de farmacias en la ciudad. En 1999 la cadena fue vendida a la multinacional israelí Teva Pharmaceutical Industries, que en 2011 se la vendió al grupo Quicorp, que a su vez fue absorbido en 2018 por el grupo Intercorp que hoy controla el 95% de las farmacias del país —además de uno de los principales bancos, supermercados, cadenas de cines, aseguradoras, restaurantes de comida rápida, hoteles, universidades y colegios— y está liderado por el hombre más rico del Perú, Carlos Rodríguez Pastor, cuya fortuna según la revista Forbes está valorada en más de 4,000 millones de dólares.
Durante la pandemia, muchas farmacias pertenecientes a Intercorp, como BTL, han tenido un papel nefasto especulando, ofreciendo como primera opción medicamentos genéricos de sus propias marcas o encareciendo sus precios ya que el gobierno del Perú no puede, constitucionalmente, regular dichos precios —la Constitución peruana vigente fue promulgada durante el gobierno del dictador Alberto Fujimori en 1993—. De hecho, el gobierno actual ha tenido que adoptar una serie de medidas de emergencia para intentar frenar la voracidad de estas empresas. Por ejemplo, un decreto de urgencia para obligarles a proporcionar al Estado información real sobre sus stocks y sus precios de venta al público. Pero las farmacias son solo un eslabón más de la cadena de la salud privatizada.
Un informe del Instituto Nacional de Salud de Perú, fechado el 29 de mayo, concluyó que clínicas privadas habían hecho cobros irregulares a sus pacientes por las pruebas moleculares para la detección del COVID-19 que el propio instituto realiza gratuitamente. Los cobros de las clínicas se justifican, según recibos, en el material de recogida de la muestra (como guantes o mascarillas descartables) por el que en algunos casos han llegado a cobrar a sus clientes casi 600 soles (unos 170 dólares). Por otro lado, el superintendente de la Superintendencia Nacional de Salud, Carlos Acosta, explicó en un canal nacional que se está realizando un informe al respecto, que involucra a 136 clínicas privadas del país. Todo ello mientras la gente adquiere con ellas deudas millonarias para pagar el tratamiento, muchas veces infructuoso, de sus familiares.
Y en este juego entran, además de las clínicas y las farmacéuticas, las aseguradoras —que, como señala esta investigación del portal Ojo Público, han llegado a elevar hasta en 20% los costos de sus pólizas durante la pandemia—, y los proveedores de insumos tan básicos como el oxígeno medicinal. Esto último es especialmente lacerante en un país en el que la producción de este gas está también monopolizada por dos empresas, Linde y Air Products, a través de varias subsidiarias. Ambas empresas no solo ya habían sido sancionadas en el pasado por monopolizar la producción de oxígeno medicinal en el país, sino que, según señala un informe de la Defensoría del Pueblo, una vez desatada la pandemia habrían también elevado los precios del producto mientras la gente moría, literalmente, por falta de oxígeno.
Ante este panorama cabe preguntarse no ya si es ético dejar la salud y el bienestar de las personas en manos de capitales privados cuya finalidad es, naturalmente, el beneficio económico y no la vida —en el Perú, el gerente de una Administradora Privada de Pensiones, dijo públicamente que “desgraciadamente cada vez vivimos más”—, sino si este modelo es siquiera rentable para las propias economías capitalistas.
Cuando las fuerzas políticas más progresistas defienden medidas tan “radicales” como la salud pública o la renta básica universal, en realidad no están trabajando para ninguna revolución. No, ni Bernie Sanders en Estados Unidos, ni Pablo Iglesias en España o Verónica Mendoza en Perú son políticos antisistema. De hecho, probablemente sus propuestas en materia de salud pública sean las únicas que garantizan la continuidad de un modelo en el que las grandes fortunas puedan subsistir. Es tan elemental como asumir que, de lo contrario, tarde o temprano, tras esta pandemia o las siguientes, no quedará nadie para trabajar en sus fábricas, consumir sus productos o seguir haciendo circular la rueda de hámster del dinero. Pero ni siquiera esto, que parece tan sencillo, ha podido en el Perú con la tentación de engrosar un poco más las arcas a expensas de lo que más sufren.
En el Perú, además, la creación perversa de grandes monopolios muchas veces sustentados en la corrupción, tiene como consecuencia directa una enorme desigualdad social, lo que a su vez genera un aumento constante de la actividad económica informal, ese gran ogro de las economías emergentes.
La gran diferencia que ha puesto de manifiesto esta pandemia en el Perú está en que al ciudadano degradado que especula y vende tanques de oxigeno industrial haciéndolo pasar por medicinal, se le persigue y se le apresa, mientras que al gran capital, que además de lucrarse y abusar de las personas en mitad de una emergencia sanitaria, se acoge a todos los beneficios fiscales, se le rescata.
Esta semana, un reportaje del portal Convoca que analiza la información por el propio Ministerio de Economía peruano, ha revelado que en el marco del programa Reactiva Perú, destinado originalmente a ayudar a pequeñas y medianas empresas a subsistir durante la pandemia, una de las grandes beneficiadas ha sido Intercorp, cuyo banco ocupa el tercer lugar entre las entidades que han gestionado los préstamos y cuyas empresas —entre ellas, la farmacéutica Química Suiza— los han obtenido. Sí, el mismo grupo financiero que es el dueño de la farmacia de mi barrio y de casi la totalidad de cadenas farmacéuticas en el país.
Y el círculo vicioso está empezando a ser insostenible".

sábado, 13 de junio de 2020

¡ Perú No, Lima podría haberse convertido en epicentro COVID !

A mayor abundamiento de mi última publicación "Efecto COVID-19 en Perú al 13 de Junio del 2020", replico una interesante descripción sobre el particular que bajo el título "El virus exhibe las debilidades de la historia de éxito de Perú" escrito por Mitra Taj y Anatoly Kurmanaev,  el New York Times hace una referencia a una profunda desigualdad y corrupción que frustraron las medidas que el país tomó al preparar la respuesta ante la pandemia del COVID-19 en los siguientes términos :
"El presidente Martín Vizcarra siguió los mejores consejos cuando el coronavirus llegó a Perú. Ordenó uno de los primeros y más estrictos confinamientos de América Latina y lanzó uno de los mayores paquetes de ayuda económica para facilitar a los ciudadanos que se quedaran en casa. Compartió detallados datos de salud con el público, se apresuró a agregar camas y ventiladores a los hospitales y aumentó el número de pruebas.
Con robustas arcas públicas y niveles récord de aprobación, el gobierno centrista de Vizcarra parecía estar bien preparado para enfrentar la pandemia.
Sin embargo, en vez de ser aplaudido como modelo, Perú se ha convertido en uno de los epicentros más críticos del coronavirus en el mundo: sus hospitales están abrumados y la gente huye de las ciudades. La crisis ha estropeado el barniz de progreso económico de Perú, y expuso la desigualdad y la corrupción fuertemente arraigadas que han obstaculizado la respuesta a la pandemia.
“Nos pidieron todos quedarnos en casa, pero hay muchas personas que no tienen ahorros, y eso ha sido imposible. Nos pidieron lavarnos las manos, pero solo uno de cada tres hogares pobres tiene acceso a una red de agua potable”, dijo Hugo Ñopo, investigador en el grupo de análisis Grade. Solo la mitad de los hogares peruanos tiene refrigeradoras, agregó, lo cual obliga a muchas familias a volver a diario a los mercados abarrotados, una importante fuente de contagio.
La tragedia de Perú se desarrolla en medio de una explosión más amplia del virus en América Latina, que de un remanso pasó a ser un epicentro de la pandemia en los dos últimos meses. Cerca de 1,5 millones de personas han dado positivo en la región y los expertos dicen que el número real de infecciones es mucho mayor.
Las cifras siguen aumentando de manera pronunciada y lo peor parece estar lejos de terminar. Con el invierno a punto de llegar en la parte sur de la región y la temporada de huracanes en el norte, la Organización Mundial de la Salud advirtió esta semana que las condiciones climáticas adversas podrían llevar a un nuevo aumento de las infecciones y entorpecer la respuesta a la pandemia.
Perú tiene alrededor de 6000 muertes confirmadas de la COVID-19 y más de 200.000 infecciones, y los expertos dicen que las cifras se quedan cortas al reflejar la verdadera dimensión de la tragedia. En mayo, la tasa de mortalidad en Perú —por todas las causas— fue el doble que el promedio de los últimos años, según los datos recopilados por The New York Times, lo que sugiere un número de muertes por coronavirus de dos a tres veces la cifra confirmada por laboratorio. Muchos pacientes con síntomas fallecen sin que se les haga una prueba.
La ferocidad del brote de la enfermedad en Perú rivaliza con la del vecino Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro —a diferencia de Vizcarra— ha ignorado en gran medida los consejos de los especialistas y se ha rehusado a tomar medidas para controlar el contagio.
“Los resultados no han sido los que exactamente esperábamos”, dijo Vizcarra el mes pasado. “Esta no es solamente una crisis de salud, es una crisis social y económica sin precedentes”.
Antes de la pandemia, las cosas estaban mejorando para Eduardo José Domínguez, de 29 años, quien administraba una tienda de sándwiches en las afueras de Lima, la capital de Perú. Pero cuando la tienda se cerró por el confinamiento, él tomó trabajos ocasionales como carpintero o vigilante nocturno para pagar las cuentas, y trabajó unas 15 horas al día hasta que se puso tan enfermo con los síntomas de la COVID-19 que apenas podía caminar.
“Solo quería dar sustento a su familia”, dijo su esposa, Ana Ponte.
Durante días, dijo, solicitó ayuda médica mientras su esposo se iba quedando sin aliento por falta de aire, pero le dijeron que los hospitales no estaban admitiendo nuevos pacientes. El día que murió, ella intentó en vano reanimarlo, mientras esperaba una ambulancia que llegó demasiado tarde.
El rápido descenso de Perú —de historia de éxito a calamidad regional— ha desanimado a sus 32 millones de habitantes y provocado un examen de conciencia nacional.
Años de fuerte crecimiento económico impulsado por las exportaciones mineras y agrícolas, así como por políticas financieras prudentes, habían convertido al país en una rara estrella en el horizonte de estancamiento latinoamericano. Bajo una serie de presidentes proempresariales, millones de peruanos escaparon de la pobreza en este siglo, lo que les permitió enviar a sus hijos a escuelas privadas, instalar agua potable o iniciar pequeños negocios.
Pero el confinamiento ha expuesto la fragilidad del progreso económico de Perú, dijo Pablo Lavado, economista de la Universidad del Pacífico en Lima. Dos décadas de crecimiento económico elevaron muchos ingresos pero no abordaron la profunda desigualdad y trajeron pocos empleos estables y poca inversión en atención médica, lo que redujo la efectividad de las medidas contra la pandemia del presidente Vizcarra.
Lavado dijo que muchos peruanos se encuentran en la misma situación que Domínguez: obligados a correr el riesgo de contraer el coronavirus en lugar de quedarse en casa y caer en la pobreza y el hambre.
“En Perú nos congratulábamos por empezar a ser un país de clase media”, dijo. “Pero resulta que es una clase media muy vulnerable, muy frágil”.
Otro obstáculo ha sido la corrupción arraigada que Vizcarra prometió enfrentar cuando asumió el cargo hace dos años. Tres ex presidentes de Perú han estado en la cárcel en relación con una investigación en curso sobre sobornos, al igual que la líder de la oposición. Otro ex presidente se suicidó el año pasado para evitar ser arrestado y otro más está encarcelado después de múltiples condenas por violaciones a los derechos humanos, malversación de fondos y abusos de poder.
Los fiscales anticorrupción han abierto más de 500 investigaciones desde que comenzó el confinamiento, el 16 de marzo, y a menudo investigan informes sobre funcionarios que se embolsaron dinero destinado a ayuda alimentaria o equipos de protección personal. Más de veinte casos tienen que ver con la policía o las fuerzas armadas.
Los programas de ayuda no han llegado a muchas de las personas que los necesitan. Sin trabajo y temerosos del virus en las ciudades abarrotadas, decenas de miles de peruanos han regresado a sus pueblos de origen, muchos de ellos a pie. Algunas personas han empezado a mendigar de puerta en puerta.
Entre los más vulnerables está el casi millón de migrantes venezolanos que desde 2016 habían llegado en masa a Perú desde su devastada tierra natal en busca de mejores condiciones de vida. No son candidatos para recibir los estipendios del gobierno y carecen de redes familiares cercanas en las cuales apoyarse, por lo que miles de ellos han emprendido el arduo viaje a pie de regreso a Venezuela.
Domínguez, quien llegó a Perú hace dos años, estaba entre los venezolanos que se quedaron.
Había ganado lo suficiente como para que él y Ponte tuvieran un segundo hijo el otoño pasado, una decisión que habían pospuesto durante años. Este año planeaba visitar Venezuela con sus primos, ansioso por presentarles a su hijo recién nacido.
Cuando una ambulancia llegó a su casa, minutos después de su muerte, los médicos le dijeron a Ponte que no disponían de pruebas para confirmar si tenía coronavirus; su esposo sería uno más entre las legiones de posibles víctimas no incluidas en el recuento oficial. Y dijeron que no tenían dónde almacenar su cuerpo.
“La ayuda no llegó. La ayuda no llegó. Yo lloraba a gritos y nadie vino”, dijo Ponte, mientras lloraba y el cuerpo de su esposo yacía en una bolsa afuera de la habitación donde estaba sentada en una cama con su hijo de diez años y su bebé de ocho meses". 

Efecto COVID-19 en Perú al 13 de Junio del 2020

El Banco Mundial (BM) prevé que el PBI del Perú caerá 12% en el 2020, con ello se redujo la proyección de crecimiento de la economía peruana como resultado de las medidas de emergencia que ha tenido que tomar el país para frenar la propagación del COVID-19. De esto modo, la contracción de la economía peruana sufriría la segunda caída más profunda en América Latina y el Caribe, solo detrás de Belice, que caería 13.5% este año.
Las condiciones económicas en Perú han desmejorado dramáticamente en la medida que avanza el brote epidémico del nuevo coronavirus. La propagación con rapidez, y las medidas de confinamiento obligatorio, provocaron el cierre de los negocios y las restricciones para circular a nivel nacional han repercutido gravemente en las 25 regiones del país.

El impacto Lima-Callao

La actividad productiva presenta resultados desalentadores en razón al efecto Lima-Callao, regiones que se convirtieron en el epicentro del COVID-19 en el país.
El manejo del COVID-19 en Lima-callao influye decididamente en el PBI del Perú 
Según la información pública del Ministerio de salud en Perú, la evolución de la contención para evitar la propagación de la enfermedad infecciosa viral se puede visualizar gráficamente con la data registrada al 7 de mayo del 2020, estableciéndose que el 72% del total de casos confirmados con COVID-19 se encontraban en la zona de Lima-Callao.

Pese a las oportunas medidas adoptadas de emergencia sanitaria y estado de emergencia nacional desplegadas por la administración vizcarra, para implementar una rigurosa cuarentena en el país, con aislamiento social obligatorio y limitaciones para la libertad de tránsito de las personas; se percibe que al 11 de junio del 2020 se mantiene un 64% del total de casos confirmados con COVID-19 en la zona caliente de Lima-Callao.


Lima-callao no es el Perú

La reactivación económica del país debe estar basada en ciencia y no exclusivamente en razones políticas. De las 25 regiones con que cuenta el país, se percibe que responden de manera diferenciada al impacto producido por la pandemia.
En el país existen zonas endémicas a determinadas enfermedades infecciosas y metaxénicas, por lo que la enfermedad infecciosa viral producida por el COVID-19 no tendría porque ser la excepción si es que no se atacan las causas que producen la prevalencia de dichas enfermedades en las zonas calientes identificadas en el país.

Inversión en ciencia y tecnología

No invertir en ciencia y tecnología en los últimos cuarenta años le está pasando factura al Perú, no asentar una adecuada infraestructura científica y tecnológica en el país fue suicida, ya que en menos de cien días, se evidenció la carencia de  investigaciones centradas en proyectos de importancia estratégica nacional, cuya ausencia no permitió el desarrollo de industrias con propósitos comerciales que coadyuvaran en mitigar el impacto de la Pandemia.
Queda para los anales de la historia, que luego de un importante esfuerzo realizado por las fuerzas vivas del país, no se logró reducir en forma sustantiva los niveles de transmisión del virus. Para enfrentar con éxito los retos y desafíos que plantea la reconstrucción del país como un estado moderno post pandemia, es sustantivo identificar las variables clave del análisis prospectivo que nos permitirán entender si el futuro tenderá hacia un escenario u otro y es en ese sentido la importancia de volver los ojos hacia el desarrollo de la investigación científica y tecnológica. La experiencia de anteriores generaciones y la propia, en que nos encontramos como actores vigentes, nos indica que el factor clave para alcanzar un desarrollo sostenible, resulta investigar para promover respuestas adecuadas en medicina, salud pública, desarrollo industrial,entre otros.

jueves, 11 de junio de 2020

¿Perú, un país con exceso de muertes registradas por COVID-19?

Perú es el país con el mayor exceso de muertes registradas durante la crisis por el coronavirus, según el informe con datos de naciones de Europa y América Latina que publica el diario El país  De acuerdo a éste reporte Perú (54%), España (45%) y R. Unido (40%), lideran estas estadísticas que no detallan la causa de muerte, solo suman el total de fallecidos registrados.El exceso de muertes es una medidas del impacto de la pandemia, resulta de comparar el número real de personas fallecidas en un determinado período, contabilizado en registros civiles y similares, con las muertes que se esperan en un año normal

Registros de muertes de Hoy

Hoy se registró la cifra más alta de fallecidos por COVID-19, con 206 muertes en las últimas 24 horas , haciendo hasta el jueves 11 de junio del 2020, un total de 6.109 personas en total desde el inicio del brote epidémico en Perú que han perdido la vida a causa del nuevo coronavirus; sin embargo, existen voces que manifiestan un colapso mayor de no haberse tomado las medidas que fueron tomadas por la administración Vizcarra, como la del doctor modesto montoya que se expresa en los siguientes términos :
"Una lluvia de críticas ha recibido el gobierno peruano en su lucha contra la pandemia del COVID-19. En su momento señalé que las medidas que tomó fueron tardías, cuando el virus ya había ingresado a nuestro territorio. Pero,aunque tardías, eran necesarias para evitar peores consecuencias.
Lima tiene una población de 10 millones de habitantes. Sabemos que, sin cuarentena, alrededor de 70% de limeños estarían contagiados.
Como la tasa de mortalidad por COVID 19 en el Perú es más que el 2%, un cálculo simple nos lleva a la conclusión que, Lima, habría 140.000 mil muertes por COVID 19La cuarentena era para evitar que el número de contagiados rebase la capacidad de los hospitales. La realidad socio económica del Perú no ha permitido que se logre ese objetivo.
Estamos viviendo un desastre que es responsabilidad de los gobiernos que ha tenido el Perú en los últimos 40 años, los que no han construido una infraestructura en educación, salud, ciencia y tecnología.
La defensa contra el COVID-19 está constituida por diversos factores socioeconómicos de la población: nivel alimenticio de la población, nivel de hacinamiento, costumbres familiares, condiciones de trabajo (formalidad – informalidad), disciplina cívica, capacidad de atención sanitaria, entre otros.
En Francia, la atención médica es gratuita. En Perú, ni los asegurados en EsSalud tienen atención oportuna.
Lo que se espera del gobierno actual, aparte hacerle frente al COVID 19, es que organice un equipo que diseñe una nueva estructura del Estado, basada en educación, ciencia y tecnología. La actual estructura ha evidenciado lo que ya se sabía: favorece a unos cuantos y condena a la pobreza y al sufrimiento a la gran mayoría.

Pronunciamiento por un Perú con Ciencia

Uno de los factores que ha contribuido a la situación actual del Perú en la pandemia es el descuido por la educación y por la inversión en ciencia y tecnología a partir de los años 80. Desde entonces, numerosos científicos emigraron a países industrializados.
Durante todos estos años, los gobiernos hicieron caso omiso a los planteamientos de los científicos. El Estado cesó de satisfacer la creciente demanda educativa nacional y dejó a su suerte a los institutos estatales de investigación, reduciendo sus respectivos presupuestos y manteniéndolos desarticulados y dispersos en diversos sectores.
Como consecuencia del desinterés del Estado por la ciencia y tecnología, cada año, el Perú ha ido perdiendo posiciones en la tabla de publicaciones científicas. Hoy está en séptimo lugar en América del Sur, detrás de países vecinos.
Estamos convencidos de que:
La educación es la mayor garantía para disminuir las desigualdades económicas entre los ciudadanos y para alcanzar una democracia plena.
La investigación científica y tecnológica nos permitirá generar conocimiento para enfrentar los retos de la globalización y lograr un adecuado nivel de vida de los ciudadanos.
Por las razones expuestas, para que el Perú alcance el potencial científico y tecnológico que le permita enfrentar la pandemia covid 19 y los retos del futuro, demandamos al Gobierno:
Promover y facilitar la participación en el desarrollo científico y tecnológico peruano de científicos, médicos, biólogos, ingenieros y académicos residentes en el extranjero.
Aumentar la participación de la comunidad científica peruana (universidades, centros de Investigación, profesionales TICs) en el equipo de Emergencia de Covid-19 del Gobierno.
Crear una nueva estructura del Estado basada en educación, investigación científica e innovación tecnológica, articulando las regiones y el sector empresarial.
Fortalecer la universidad pública, abriendo plazas de docentes investigadores en ciencia y tecnología y aumentando la oferta educativa.
Fortalecer el sistema educativo con mayor presupuesto, poniendo énfasis en el componente investigación científica e innovación tecnológica.
Aplicando estas propuestas haremos posible que el Perú tenga un desarrollo sustentable".