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domingo, 28 de febrero de 2021

Redobles por Lima

La vulnerabilidad de Lima fue incrementándose progresivamente hasta que en los últimos treinta años, se encuentra en cuidados intensivos, pues vivir allí implica una constante lucha por la supervivencia.
Los gobiernos populistas en Perú, hicieron galopante la presión demográfica sobre los servicios básicos en un espacio geográfico caracterizado como ecosistema de oasis, donde el recurso agua resulta cada vez más escaso en cantidad y calidad.
Históricamente Lima jugó un papel preponderante en las elecciones de los mandatarios en Perú, las elecciones del 2021 no serán una excepción pues Lima representa actualmente el orden del 30% de la población electoral total del país que supera los 25 millones de personas.
Viviendas construidas con anuencia del gobierno Local en riveras del río Rímac-Lima.
El discurso político por dotar con el servicio para consumo humano directo y lograr la cobertura con el servicio de este vital recurso, fue una constante para ganar las elecciones presidenciales durante los doscientos años de vida republicana en el país de los incas y particularmente en su capital Lima.
Actualmente millones de personas tienen aún lejanas sus opciones de lograr acceso y disponibilidad al agua en este escenario, motivo por el cual se eleva los riesgos potenciales de vivir en Lima. Ello, en razón a que no existe en cartera inversiones importantes previstas para mejorar los servicios de agua en la capital peruana; asimismo, no se muestra capacidad ni calidad en el gasto público que hiciera pensar en una mejora de los servicios de agua en el corto plazo.
Hace tres décadas atrás escribí algo similar en razón de la epidemia de cólera que azotaba Perú y Lima en particular, recomendando en ese entonces dar mayor importancia a las inversiones que permitieran cerrar las brechas en infraestructura para dotar de agua en puntos críticos de Lima; pasado el tiempo, con la epidemia del COVID-19 se encontró nuevamente a Lima sin agua, permitiendo el arrollador avance del virus, dejando una estela de muerte y desolación a su paso.
El reporte total de muertes anuales en Lima, se incrementó 10% en el periodo 2019-2020, con grandes probabilidades de seguir incrementándose en el 2021 y posteriores años.
El desborde de la corrupción de la cosa pública en el manejo del agua constituye uno de los elementos que atribuye el inconsciente colectivo como causa de la inacción en las sucesivas administraciones de gobierno para tratar el tema álgido del recurso hídrico en Lima, agravándose con el pasar del tiempo por efectos del cambio climático elevando los niveles críticos de la inadecuada gestión del agua.
Resultaron infructuosas nuestras recurrentes advertencias para prevenir la crónica de las muertes anunciadas, pues el Estado empírico actúa reaccionando ante los hechos consumados.

Prevención en caso de sismo en Lima

Pende como una espada de Damocles, la probabilidad de presentarse un sismo de importante en Lima, el cual considera un escenario sísmico en Lima metropolitana y Callao de 8.8 Mw que se encuentra documentado y difundido oficialmente por el sistema de defensa civil desde el año 2017.
No cabe duda que el agua jugará un importante rol para evitar los miles de muertes proyectados ante la ocurrencia de este evento.
Un elocuente indicador en Lima, es el marcado desbalance existente entre el número de unidades de bomberos  con capacidad de atender en forma simultánea incendios de grandes proporciones , versus la presión de agua en lugares críticos, en donde o no hay hidrantes, no se cuenta con facilidades en las vías de accesos para atender las emergencias, o simplemente se carece de agua para sofocar las llamas.
Todo ello sin perjuicio de la imperiosa necesidad por atender con el servicio de agua a una población sensibilizada post desastre, a los efectos de evitar mayor presencia de enfermedades epidémicas de origen hídrico o por carencia de agua.